jueves, 31 de agosto de 2017

Pequeñas Semillitas 3436

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 12 - Número 3436 ~ Jueves 31 de Agosto de 2017
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Cada nuevo día es un regalo y una oportunidad para superarse, para recomenzar nuestra lucha, para rectificar, para ser felices...
Junto al sol las esperanzas de un nuevo día brillan al amanecer.
Un nuevo día, una nueva oportunidad para hacer historia: escribe la historia de tu vida con palabras de amor.
Un nuevo día, hoy tienes la oportunidad de ser mejor: lo que hoy hagas que sea mejor de lo que ayer hiciste, para superarlo mañana.
Un nuevo día, para olvidarse del conformismo y no pensar que ya lo hemos dado todo en la vida: Si piensas que ya lo has dado todo, solamente te estás negando la oportunidad de ser mejor.
Piensa a cada momento que todo lo que hagas puede ser aún mejor, y tu espíritu de lucha te impulsará en este nuevo día por el sendero del éxito y la felicidad.
Procura hoy vivir un nuevo día, donde el éxito toca a tu puerta. No olvides que el éxito no es una casualidad sino la recompensa.

¡Buenos días!

Corazón simple y humilde
“Si no se hacen como niños no entrarán en el Reino de los cielos”, dice Jesús. ¿Cómo es un niño? Sencillo, sincero, humilde, confiado, puro e inocente. Así fue Jesús, así fue María, su madre. Así nos quiere a todos el divino Maestro. Aquí te ofrezco una oración con la que puedes pedir al Señor un corazón simple y humilde, como el de los niños.

Me presento ante ti, Padre amado. Quiero ofrecerte con cariño lo que puedo hacer cada día, aunque sea imperfecto. Es tan pequeño al lado de tu infinita gloria y del regalo de tu amistad. Pero sé que te gozas cuando me entrego al servicio de tu Hijo. Tú mereces esta ofrenda de mi trabajo cotidiano. Yo no puedo saber qué valor ha tenido mi tarea. Pero dejo en tus manos los frutos de mi trabajo. Señor mío, dame un corazón humilde y libre, que no esté atado a las vanidades, reconocimientos y aplausos. Dame un corazón simple que sea capaz de darlo todo, pero dejándote a ti la gloria y el honor. Regálame la belleza de un corazón humilde y liberado. Amén.

San Agustín dice que “Las cosas pequeñas son realmente pequeñas; pero, ser fieles en las cosas pequeñas es cosa grande”. Y santa Teresa de Calcuta añade: “No es importante lo que uno hace, sino cómo lo hace, cuánto amor, sinceridad y fe pone en lo que realiza”. Que sepas encontrar paz y felicidad en las pequeñas cosas de este día.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa. Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre. ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, a quien el señor puso al frente de su servidumbre para darles la comida a su tiempo? Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. Yo os aseguro que le pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si el mal siervo aquel se dice en su corazón: ‘Mi señor tarda’, y se pone a golpear a sus compañeros y come y bebe con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le separará y le señalará su suerte entre los hipócritas; allí será el llanto y el rechinar de dientes». (Mt 24,42-51)

Comentario:
Hoy, el texto evangélico nos habla de la incertidumbre del momento en que vendrá el Señor: «No sabéis qué día vendrá» (Mt 24,42). Si queremos que nos encuentre velando en el momento de su llegada, no nos podemos distraer ni dormirnos: hay que estar siempre preparados. Jesús pone muchos ejemplos de esta atención: el que vigila por si viene un ladrón, el siervo que quiere complacer a su amo... Quizá hoy nos hablaría de un portero de fútbol que no sabe cuándo ni de qué manera le vendrá la pelota...
Pero, quizá, antes debiéramos aclarar de qué venida se nos habla. ¿Se trata de la hora de la muerte?; ¿se trata del fin del mundo? Ciertamente, son venidas del Señor que Él ha dejado expresamente en la incertidumbre para provocar en nosotros una atención constante. Pero, haciendo un cálculo de probabilidades, quizá nadie de nuestra generación será testimonio de un cataclismo universal que ponga fin a la existencia de la vida humana en este planeta. Y, por lo que se refiere a la muerte, esto sólo será una vez y basta. Mientras esto no llegue, ¿no hay ninguna otra venida más cercana ante la cual nos convenga estar siempre preparados?
«¡Cómo pasan los años! Los meses se reducen a semanas, las semanas a días, los días a horas, y las horas a segundos...» (San Francisco de Sales). Cada día, cada hora, en cada instante, el Señor está cerca de nuestra vida. A través de inspiraciones internas, a través de las personas que nos rodean, de los hechos que se van sucediendo, el Señor llama a nuestra puerta y, como dice el Apocalipsis: «Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo» (Ap 3,20). Hoy, si comulgamos, esto volverá a pasar. Hoy, si escuchamos pacientemente los problemas que otro nos confía o damos generosamente nuestro dinero para socorrer una necesidad, esto volverá a pasar. Hoy, si en nuestra oración personal recibimos —repentinamente— una inspiración inesperada, esto volverá a pasar.
Rev. D. Albert TAULÉ i Viñas (Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Ramón Nonato
Patrono de embarazadas y parturientas
Nació en Portell, provincia de Lérida en España, el año 1200. Se le llama «Nonato» porque lo extrajeron del seno de su madre que acababa de morir. En 1224 ingresó en la Orden de la Merced (Mercedarios), siendo uno de los primeros compañeros de san Pedro Nolasco que la había fundado para la redención de cautivos y la formación religiosa y moral de los esclavos de los territorios ocupados por los árabes. Después de trabajar un tiempo en España, marchó a Argelia, donde se quedó como rehén y padeció mucho, a la vez que confortaba a sus compañeros de prisión. Vuelto a Cataluña y ya famoso, el papa Gregorio IX, en 1239, lo creó cardenal y lo llamó a Roma como consejero suyo. Emprendió el viaje, pero pronto lo asaltaron unas fiebres violentas que le causaron la muerte el 31 de agosto de 1240 en Cardona (Barcelona). 
© Directorio Franciscano  Aciprensa    

Pensamiento del día

“En la vida ni se gana ni se pierde, ni se fracasa ni se triunfa.
En la vida se aprende, se crece, se descubre;
se escribe, borra y reescribe;
se hila, se deshila y se vuelve a hilar”
-Ana Cecilia Blum-

Historias:
Una nueva oportunidad
Había un hombre muy rico que poseía muchos bienes, una gran estancia, mucho ganado, varios empleados y un único hijo, su heredero. Lo que más le gustaba al hijo era hacer fiestas, estar con sus amigos y ser adulado por ellos.

Su padre siempre le advertía que sus amigos solo estarían a su lado mientras él tuviese algo que ofrecerles; después, le abandonarían.

Un día, el viejo padre ya avanzado en edad, dijo a sus empleados que le construyan un pequeño establo. Dentro de él, el propio padre preparo una horca y junto a ella, una placa con algo escrito: “Para que nunca desprecies las palabras de tu padre”

Más tarde, llamó a su hijo, lo llevó al establo y le dijo:

-Hijo mío, yo ya estoy viejo y, cuando yo me vaya, tú te encargaras de todo lo que es mío… Y yo sé cuál será tu futuro. Vas a dejar la estancia en manos de los empleados y vas a gastar todo el dinero con tus amigos. Venderás todos los bienes para sustentarte y cuando no tengas más nada, tus amigos se apartarán de ti. Solo entonces te arrepentirás amargamente por no haberme escuchado.  Fue por esto que construí esta horca. ¡Es para ti! Quiero que me prometas que, si sucede lo que yo te dije, te ahorcarás en ella.

El joven, para no contradecir al padre prometió que si, pensando que eso jamás podría suceder. Sonrió, pensó que era un absurdo.

Pero el tiempo paso, el padre murió y su hijo se encargó de todo, así como su padre había previsto, el joven gastó todo, vendió los bienes, perdió sus amigos y hasta la propia dignidad. Desesperado y afligido, comenzó a reflexionar sobre su vida y vio que había sido un tonto. Se acordó de las palabras de su padre y comenzó a decir:

-Ah, padre mío… Si yo hubiese escuchado tus consejos… Pero ahora es demasiado tarde.

Apesadumbrado, el joven levantó la vista y vio el establo. Con pasos lentos se dirigió hasta allá y entrando, vio la horca y la placa llenas de polvo y entonces pensó:

-Yo nunca seguí las palabras de mi padre, no pude alegrarle cuando estaba vivo, pero, al menos una vez, haré su voluntad. Voy a cumplir mi promesa. No me queda nada más.

Entonces, el subió los escalones y se colocó la cuerda en el cuello, y pensó: “Ah, si yo tuviese una nueva oportunidad” Entonces, se tiró desde lo alto de los escalones y por un instante, sintió que la cuerda apretaba su garganta… Era el fin. Pero el brazo de la horca era hueco y se quebró fácilmente y el joven cayó al piso. Sobre él cayeron joyas, esmeraldas, perlas, rubíes, zafiros y brillantes, muchos brillantes…

La horca estaba llena de piedras preciosas y una nota también cayó en medio de ellas. En ella estaba escrito: “Esta es tu nueva oportunidad. ¡Te amo mucho! Con amor, tu viejo padre”.

Dios es exactamente así con nosotros. Cuando nos arrepentimos, podemos ir hasta Él y siempre nos da una nueva oportunidad.

Nuevo vídeo

Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de esta página

Meditaciones
Todos podemos llegar a ser santos, y esa debería ser nuestra meta como cristianos. Veamos algunas frases acerca de la santidad, pronunciadas por grandes santos:
Basta amar al Santo de los Santos, para llegar a ser santos. (Santa Margarita María Alacoque)
La aventura de la santidad comienza con un «sí» a Dios. (San Juan Pablo II)
La santidad consiste en estar siempre alegres. (San Juan Bosco)
La santidad consiste en hacer la voluntad de Dios con alegría. (Santa Teresa de Calcuta)
La santidad consiste en la disposición del corazón. (Santa Teresa de Lisieux)
La santidad es el mayor regalo que Dios puede hacernos porque para eso nos creó. (Santa Teresa de Calcuta)
La santidad es muy sencilla, dejarse confiada y amorosamente en brazos de Dios, queriendo y haciendo lo que creemos que Él quiere. (Santa Maravillas de Jesús)
La santidad no consiste en saber mucho ni en mucho meditar; la santidad es un secreto: el secreto de mucho amar. (Santo Tomás de Aquino)
La santidad no es un privilegio para algunos, sino una obligación para todos, "para usted y para mí". (Santa Teresa de Calcuta)

Pedidos de oración 
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración para que el Señor de los Milagros bendiga con su gracia los trámites de Pensión Jubilatoria de nuestro lector Carlos C. O., de Bogotá, Colombia, situación a la que tiene derecho por los muchos años trabajados en la docencia religiosa. Que la Santísima Virgen sea su amada intercesora para que Jesús le conceda lo que con justicia merece.

Pedimos oración para María L., de 94 años de edad, de Córdoba, Argentina, afectada de problemas cardíacos y respiratorios, para que Jesús Misericordioso le conceda poder mantener un buen estado de salud por todo el tiempo que sea Su Voluntad.

Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo, al rezar por la paz; rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados.  Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.

Te rogamos Señor que nos concedas las gracias que confiadamente estamos solicitando
y todas aquellas que quedan en lo profundo de nuestros corazones y Tú conoces.
Reconocemos que si lo que pedimos es para nuestro bien
Tu respuesta llegará en el momento que sea más oportuno.
Bendícenos Señor y no permitas que nunca nos separemos de Ti.
Amén.

Los cinco minutos de María
Agosto 31
Todos tenemos momentos de tristeza y todos necesitamos comprensión; nuestra Madre del cielo está siempre dispuesta a comprendernos.
Nos comprende, porque es la Madre más cabal. Nos comprende porque es una Madre Virgen y un Corazón virgen ama con una ternura especial. Nos comprende porque ella fue la Madre de los Dolores y nadie sufrió como su amantísimo Corazón.
Ella nos comprende y nos ayuda; vayamos a ella con la sencillez y la confianza con que un niño pequeñito acude a su madre.
Virgen Madre de los pobres y de los humildes, te rogamos que hagas sentir tu amor y tu ternura a los que más sufren y menos tienen; siembra en nosotros la compasión, la solidaridad y el cariño por los más necesitados.
* P. Alfonso Milagro
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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