PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3413 ~ Martes 8 de Agosto de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Jesús,
ante todo te doy gracias por darme la oportunidad de seguir vivo. Gracias por
darme salud, prosperidad, trabajo, amor, unidad familiar y todas esas
bendiciones que necesito para estar bien. Pero, sobre todo, gracias por estar
en mi vida y hacerme consciente de que pase lo que pase saldré adelante, porque
Tú me acompañas y sé que no me dejas ni lo harás. Hoy quiero pedirte de manera
muy especial que me ayudes a decidir y a actuar bien. No quiero decir como San
Pablo: “No hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero” (Romanos 7,19)
Quiero actuar de manera inteligente y espiritual. Quiero ser disciplinado y
tener fuerza de voluntad para hacer lo que he decidido y debo hacer. Te suplico
que a lo largo de este día me permitas estar en paz con aquellos a los que amo
y que pueda ser bendición para cada uno de ellos. Amén.
¡Buenos días!
Alegría y paz
La
Reina de la Paz te ofrece hoy un mensaje para que encuentres la alegría
profunda del corazón: te enseña el camino de la paz interior. Ponte en la
presencia de tu dulce Madre y escucha sus palabras. Se percibe en ellas su preocupación
por tu verdadera felicidad.
“¡Queridos hijos! Los invito nuevamente a seguirme
con alegría. Deseo guiarlos a todos a mi Hijo y a su Salvador. No están
conscientes de que sin Él no tienen alegría, ni paz, ni futuro, ni vida eterna.
Por eso, hijitos, aprovechen este tiempo de oración y abandono gozosos.
¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”
“¿Quién
sirve y obedece a Jesús con tanto empeño y constancia como se sirve al mundo y
a sus dueños? Avergüénzate, alma mía, indolente y quejumbrosa, de que aquéllos
sean más solícitos para su perdición que tú para la vida”, Tomás Kempis. La
Virgen María insiste y quiere verte decidido por Jesús, el Salvador.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquellos días, cuando la gente hubo comido, Jesús obligó a los discípulos a
subir a la barca y a ir por delante de Él a la otra orilla, mientras Él
despedía a la gente. Después de despedir a la gente, subió al monte a solas
para orar; al atardecer estaba solo allí.
La
barca se hallaba ya distante de la tierra muchos estadios, zarandeada por las
olas, pues el viento era contrario. Y a la cuarta vigilia de la noche vino Él
hacia ellos, caminando sobre el mar. Los discípulos, viéndole caminar sobre el
mar, se turbaron y decían: «Es un fantasma», y de miedo se pusieron a gritar.
Pero al instante les habló Jesús diciendo: «¡Ánimo!, que soy yo; no temáis».
Pedro le respondió: «Señor, si eres tú, mándame ir donde tú sobre las aguas».
«¡Ven!», le dijo. Bajó Pedro de la barca y se puso a caminar sobre las aguas,
yendo hacia Jesús. Pero, viendo la violencia del viento, le entró miedo y, como
comenzara a hundirse, gritó: «¡Señor, sálvame!». Al punto Jesús, tendiendo la
mano, le agarró y le dice: «Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?». Subieron a
la barca y amainó el viento. Y los que estaban en la barca se postraron ante él
diciendo: «Verdaderamente eres Hijo de Dios».
Terminada
la travesía, llegaron a tierra en Genesaret. Los hombres de aquel lugar, apenas
le reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y le
presentaron todos los enfermos. Le pedían que tocaran siquiera la orla de su
manto; y cuantos la tocaron quedaron salvados. (Mt 14,22-36)
Comentario:
Hoy
no veremos a Jesús durmiendo en la barca mientras ésta se hunde, ni calmando la
tormenta con una sola palabra increpatoria, suscitando así la admiración de los
discípulos (cf. Mt 8,22-23). Pero la acción de hoy no deja de ser menos
desconcertante: tanto para los primeros discípulos como para nosotros.
Jesús
había obligado a los discípulos a subir a la barca e ir hacia la otra orilla;
había despedido a todo el mundo después de haber saciado a la multitud
hambrienta y había permanecido Él sólo en la montaña, inmerso profundamente en
la oración (cf. Mt 14,22-23). Los discípulos, sin el Maestro, avanzan con
dificultades. Fue entonces cuando Jesús se acercó a la barca caminando sobre
las aguas.
Como
corresponde a personas normales y sensatas, los discípulos se asustan al verle:
los hombres no suelen caminar sobre el agua y, por tanto, debían estar viendo
un fantasma. Pero se equivocaban: no se trataba de una ilusión, sino que tenían
delante suyo al mismo Señor, que les invitaba —como en tantas otras ocasiones—
a no tener miedo y a confiar en Él para desvelar en ellos la fe. Esta fe se
exige, en primer lugar, a Pedro, quien dijo: «Señor, si eres tú, mándame ir
donde tú sobre las aguas» (Mt 14,28). Con esta respuesta, Pedro mostró que la
fe consiste en la obediencia a la palabra de Cristo: no dijo «haz que camine
sobre las aguas», sino que quería seguir aquello que el mismo y único Señor le
mandara para poder creer en la veracidad de las palabras del Maestro.
Sus
dudas le hicieron tambalearse en la incipiente fe, pero condujeron a la
confesión de los otros discípulos, ahora con el Maestro presente:
«Verdaderamente eres Hijo de Dios» (Mt 14,33). «El grupo de aquellos que ya
eran apóstoles, pero que todavía no creen, porque vieron que las aguas jugaban
bajo los pies del Señor y que en el movimiento agitado de las olas los pasos
del Señor eran seguros, (...) creyeron que Jesús era el verdadero Hijo de Dios,
confesándolo como tal» (San Ambrosio).
Fray Lluc TORCAL Monje del Monasterio de Sta. Mª de
Poblet (Santa Maria de Poblet, Tarragona, España)
Santoral Católico:
Santo Domingo de Guzmán
Fundador de los Dominicos
[Murió
el 6 de agosto y su memoria se celebra el 8 del mismo mes]. Nació en Caleruega
(Burgos, España) hacia el año 1171. Estudió teología en Palencia. Como
sacerdote y canónigo de la diócesis de Osma, acompañó a su obispo al norte de
Europa, y en aquellos viajes conoció los graves problemas de la Iglesia, los
estragos que hacían las herejías, en particular la albigense en el sur de
Francia, la deficiente preparación del clero, la vida poco ejemplar de clérigos
y laicos. Consciente de la situación, se entregó a la predicación, y para dar
mayor alcance a su tarea evangelizadora fundó, con los compañeros que se le
adhirieron, la Orden de Predicadores o de los Dominicos, cuya influencia fue
enorme en el siglo XIII y lo ha seguido siendo. Adoptó la Regla de San Agustín
a la que se añadieron las Constituciones propias. La tradición ha unido en
fraterno abrazo a santo Domingo y a san Francisco, símbolo de la comunión de
sus dos familias al servicio de la Iglesia. Murió en Bolonia el 6 de agosto de
1221 y fue canonizado en 1234.
Oración: Te pedimos, Señor, que santo Domingo de
Guzmán, insigne predicador de tu palabra, ayude a tu Iglesia con sus enseñanzas
y sus méritos, e interceda también con bondad por nosotros. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
Palabras del Papa Francisco
“La
subida de los discípulos hacia el monte Tabor nos lleva a reflexionar sobre la importancia
de desprendernos de las cosas mundanas, para efectuar un camino hacia lo alto y
contemplar a Jesús. Nos ofrece un mensaje de esperanza –así seremos nosotros,
con Él– nos invita a encontrar a Jesús, para estar al servicio de los hermanos
(…) Transformados por la presencia de Cristo y por el ardor de su palabra,
seremos signo concreto del amor vivificante de Dios para todos nuestros
hermanos, especialmente para quienes sufren, para cuantos se encuentran en la
soledad y en el abandono, para los enfermos y para la multitud de hombres y de
mujeres que, en diversas partes del mundo, son humillados por la injusticia, la
prepotencia y la violencia” (del Ángelus del domingo)
Tema del día:
Mi alma tiene prisa
Conté mis años y descubrí, que tengo menos tiempo para
vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora…
Me siento como aquel niño que ganó un paquete de
dulces: los primeros los comió con agrado, pero, cuando percibió que quedaban
pocos, comenzó a saborearlos profundamente.
Ya no tengo tiempo para reuniones interminables, donde
se discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos internos, sabiendo
que no se va a lograr nada.
Ya no tengo tiempo para soportar a personas absurdas
que, a pesar de su edad cronológica, no han crecido.
Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades.
No quiero estar en reuniones donde desfilan egos
inflados.
No tolero a manipuladores y oportunistas.
Me molestan los envidiosos, que tratan de desacreditar
a los más capaces, para apropiarse de sus lugares, talentos y logros.
Las personas no discuten contenidos, apenas los
títulos. Mi tiempo es escaso como para discutir títulos.
Quiero la esencia, mi alma tiene prisa…
Sin muchos dulces en el paquete…
Quiero vivir al lado de gente humana, muy humana.
Que sepa reír, de sus errores.
Que no se envanezca, con sus triunfos.
Que no se considere electa, antes de hora.
Que no huya, de sus responsabilidades.
Que defienda, la dignidad humana.
Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la
honradez.
Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.
Quiero rodearme de gente, que sepa tocar el corazón de
las personas…
Gente a quien los golpes duros de la vida, le enseñó a
crecer con toques suaves en el alma.
¡Sí!… tengo prisa… por vivir con la intensidad que
sólo la madurez puede dar.
Pretendo no desperdiciar parte alguna de los dulces
que me quedan… Estoy seguro que serán más exquisitos que los que hasta ahora he
comido.
Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz con mis
seres queridos y con mi conciencia.
Tenemos dos vidas y la segunda comienza cuando te das
cuenta que sólo tienes una.
© Mário de Andarde (Sao Paulo
1893 – 1945)
Meditaciones
“El
Señor perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades; él rescata tu
vida de la fosa, y te colma de gracia y de ternura; el sacia de bienes tus
anhelos, y como un águila se renueva tu juventud”. (Salmo 103). Qué maravillosa
es la oportunidad de rejuvenecer. El hombre bíblico conocía lo que ahora la
ciencia asegura que es verdad: las águilas pueden rejuvenecer.
El
águila a los 40 años está casi ciega, las plumas pesadas y feas, el pico se
curva hacia dentro lo mismo que las garras y no puede cazar para sobrevivir. Es
cuando el águila debe tomar una decisión radical: se somete a una renovación o
se deja morir. Las que deciden seguir viviendo, se retiran a lo alto de una
roca en donde construyen un nido. Estando allí, ella misma se arranca el pico
viejo golpeándolo contra la roca, y sale uno nuevo, con el cual arranca y
destroza una por una sus viejas garras. Luego le salen garras nuevas con las
cuales arranca sus plumas, hasta quedar pelona. Al mismo tiempo, un aceite le
limpia los ojos, devolviéndole la visión. Cuando le crecen estas nuevas plumas,
con un pico, garras y nueva visión el águila puede seguir en su vuelo diario
por 30 años más. Es un proceso sumamente doloroso de unos 150 días, pero que le
ofrece una nueva juventud
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la
falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras
enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los
presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las
víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad
de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento;
por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas
Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración por las siguientes personas de Guatemala: Irma y Andrea S., que son mamá e hija, la mamá le donó su riñón a
su hija (19 años de edad) para que pudiera vivir. Rogamos a Dios que las ayude
a ambas para seguir adelante, que el trasplante sea exitoso y las dos estén
bien; Martín G. y Diana Ch., que se
van a casar, y pedimos para ellos que Dios bendiga su unión; por el Padre José Luis Colmenares y todos los
sacerdotes guatemaltecos, para que el Señor los afiance en su fe, siguiendo el
ejemplo del Santo Cura de Ars.
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo, al rezar por la paz; rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los
corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que
están en peligro de ser abortados. Paz
para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para
los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y
sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de María
Agosto 8
“Asiento
de la sabiduría” llama también la piedad cristiana a María, porque ella, con su
palabra y su vida, compartió las enseñanzas del Espíritu Santo con las personas
que la trataron.
María
anunció a Dios por su bondad y su servicio a los demás. Su vida simple y llena
de Dios era un anuncio permanente de las maravillas del Señor.
Nadie
puede sentirse eximido de este apostolado, sumamente fácil y eficaz.
Virgen fuente de vida, que broten en mi vida palabras
y obras que lleven a Dios.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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