sábado, 5 de agosto de 2017

Pequeñas Semillitas 3410

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 12 - Número 3410 ~ Sábado 5 de Agosto de 2017
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Hoy introducimos la edición de “Pequeñas Semillitas” con un hermoso texto de autor desconocido:
"Los ríos no beben su propia agua; los árboles no comen sus propios frutos.
El sol no brilla para sí mismo; y las flores no esparcen su fragancia para sí mismas.
Vivir para los otros es una regla de la naturaleza.
La vida es buena cuando tú estás feliz; pero la vida es mucho mejor cuando los otros son felices por causa tuya…
Nuestra naturaleza es el servicio: Quien no vive para servir, no sirve para vivir"

¡Buenos días!

Ovejas criticonas
“Cuando te hiera la maledicencia, —dice Cicerón— consuélate pensando que no son los peores frutos los que pican las avispas”. Nos sucede que somos excesivamente perspicaces para detectar los mínimos defectos ajenos, pero nos volvemos muy ciegos para descubrir nuestras propias debilidades y falencias y, si las vemos, somos hábiles en disculparlas.

Mientras desfilaba la majada, al salir del corral, un carnero que caminaba solo, escuchaba la conversación de dos ovejas que iban detrás de él. Hablaban de sus compañeras y criticaban sin piedad a todas las que pasaban cerca de ellas. «¡Qué facha! ¡Qué modo de caminar! ¡Qué lana fea! ¡Qué gorda! ¡Qué flaca!» y mil otras cosas peores, algunas. El carnero, pensando al oírlas, que quienes así hablaban no podían ser sino un compendio de la hermosura ovejuna, se dio vuelta, dispuesto a admirar, y se encontró con dos ovejas horrorosas que casi lo asustaron (G. Daireaux)

“Encontré a un hombre de buenas cualidades —relata el P. Alfonso Milagro— que casi las maldecía. Le pregunté por qué y me respondió: “Porque hacen sombra y eso no me lo perdonan”. Casi siempre detrás de la crítica está la envidia por ver a otro gozar de lo que deseamos; los celos, por ver a otro poseer lo que quisiéramos para nosotros.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, se enteró el tetrarca Herodes de la fama de Jesús, y dijo a sus criados: «Ese es Juan el Bautista; él ha resucitado de entre los muertos, y por eso actúan en él fuerzas milagrosas».
Es que Herodes había prendido a Juan, le había encadenado y puesto en la cárcel, por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo. Porque Juan le decía: «No te es lícito tenerla». Y aunque quería matarle, temió a la gente, porque le tenían por profeta.
Mas llegado el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó en medio de todos gustando tanto a Herodes, que éste le prometió bajo juramento darle lo que pidiese. Ella, instigada por su madre, «dame aquí, dijo, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista». Entristecióse el rey, pero, a causa del juramento y de los comensales, ordenó que se le diese, y envió a decapitar a Juan en la cárcel. Su cabeza fue traída en una bandeja y entregada a la muchacha, la cual se la llevó a su madre. Llegando después sus discípulos, recogieron el cadáver y lo sepultaron; y fueron a informar a Jesús. (Mt 14,1-12)

Comentario:
Hoy, la liturgia nos invita a contemplar una injusticia: la muerte de Juan Bautista; y, a la vez, descubrir en la Palabra de Dios la necesidad de un testimonio claro y concreto de nuestra fe para llenar de esperanza el mundo.
Os invito a centrar nuestra reflexión en el personaje del tetrarca Herodes. Realmente, para nosotros, es un contratestigo pero nos ayudará a destacar algunos aspectos importantes para nuestro testimonio de fe en medio del mundo. «Se enteró el tetrarca Herodes de la fama de Jesús» (Mt 14,1). Esta afirmación remarca una actitud aparentemente correcta, pero poco sincera. Es la realidad que hoy podemos encontrar en muchas personas y, quizás también en nosotros. Mucha gente ha oído hablar de Jesús, pero, ¿quién es Él realmente?, ¿qué implicación personal nos une a Él?
En primer lugar, es necesario dar una respuesta correcta; la del tetrarca Herodes no pasa de ser una vaga información: «Ese es Juan el Bautista; él ha resucitado de entre los muertos» (Mt 14,2). De cierto que echamos en falta la afirmación de Pedro ante la pregunta de Jesús: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Simón Pedro le respondió: ‘Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo’» (Mt 16,15-16). Y esta afirmación no deja lugar para el miedo o la indiferencia, sino que abre la puerta a un testimonio fundamentado en el Evangelio de la esperanza. Así lo definía San Juan Pablo II en su Exhortación apostólica La Iglesia en Europa: «Con toda la Iglesia, invito a mis hermanos y hermanas en la fe a abrirse constante y confiadamente a Cristo y a dejarse renovar por Él, anunciando con el vigor de la paz y el amor a todas las personas de buena voluntad que, quién encuentra al Señor conoce la Verdad, descubre la Vida y reconoce el Camino que conduce a ella».
Que, hoy sábado, la Virgen María, la Madre de la esperanza, nos ayude a descubrir realmente a Jesús y a dar un buen testimonio de Él a nuestros hermanos.
Rev. D. Joan Pere PULIDO i Gutiérrez Secretario del obispo de Sant Feliu de Llobregat, España

Santoral Católico:
Dedicación de la Basílica de Santa María
Llamada también Santa María de las Nieves
Celebramos hoy a la Virgen María, proclamada Madre de Dios en el Concilio de Efeso el año 431, en cuyo honor se edificó en Roma una basílica. Contra la herejía de Nestorio, la Iglesia, impulsada por san Cirilo de Alejandría, definió en el Concilio de Efeso la maternidad divina de María. Todo el orbe católico celebró el acontecimiento, y el papa Sixto III dedicó en Roma, sobre el monte Esquilino, una basílica a la Santa Madre de Dios: Santa María la Mayor, considerada como el santuario mariano más antiguo de Occidente. Una tradición dice que la Virgen manifestó en sueños a unos esposos su deseo de que le levantaran un templo en el lugar que se cubriría de nieve la noche del 5 al 6 de agosto; de ahí que también se llame Santa María de las Nieves.
Oración: Perdona, Señor, los pecados de tus hijos, y ya que nuestras obras no pueden complacerte, concédenos la salvación por medio de la Madre de tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
© Directorio Franciscano  

Palabras del Santo Padre Pío
"Sed como pequeñas abejas espirituales,
que no tienen en sus colmenas más que miel y cera.
Que vuestra casa, gracias a vuestra conversación,
esté llena de dulzura, de paz,
de concordia, de humildad y de piedad"

Tema del día: 
Por amor

¿Qué motor secreto tiene una madre de familia, que hace todos los quehaceres domésticos y se sacrifica por su hijos y su esposo, desde el amanecer hasta la noche, y durante la noche se desvela por sus hijos? El motor secreto que tiene es “el amor”.

¿Y qué motor secreto tenían los santos para ser lo que eran y hacer grandes penitencias y obras de caridad? El mismo motor: “el amor”.

¿Y qué motor debemos tener nosotros para vivir y alcanzar el Cielo? No es otro que “el amor”. Amor a Dios en primer lugar, y al prójimo en Dios.

Cada cosa que hacemos en el día debe estar hecha por amor, con amor. Entonces veremos que se nos hace fácil hasta lo que es más difícil.

¿Cómo pudo el Señor soportar semejantes torturas y desprecios, odios y maldades de parte de los hombres? Porque estaba inundado de amor. Amor por su Padre y amor por la humanidad. Es siempre el amor el motor de los grandes hombres y mujeres que llegan a alcanzar el Paraíso.

¿Hay que hacer grandes obras para merecer el Cielo? No. Basta que hagamos todas las cosas de cada día, hasta las más insignificantes, por amor, poniendo amor en ellas.

El amor a Dios se lo demostramos cumpliendo sus mandamientos, porque ya ha dicho Jesús en el Evangelio que el que cumple los mandamientos, ése es el que lo ama realmente. Porque el que ama a alguien trata de complacer a ese alguien. Y si amamos a Jesús, si amamos a Dios, entonces tenemos que tratar de complacerlo, y lo hacemos si cumplimos sus mandamientos, lo que Él nos ha ordenado.

Pero lo primero que tenemos que hacer para que nuestras obras sea meritorias y tengan valor para el Paraíso, es estar en gracia de Dios. Porque las obras que se realizan estando uno en pecado mortal, no tienen valor para el Cielo. Por eso es muy importante, es capital, que nos pongamos en gracia de Dios con una sincera confesión, y así todo lo que hagamos, hasta lo más pequeño, tendrá méritos para el Paraíso.

No hay que saber mucho para agradar mucho a Dios, basta amar a Dios y al prójimo y ahí está todo.
© Sitio Santísima Virgen

Humor de sábados:
Grandes verdades

Grandes verdades de la vida que han aprendido los niños:
1) Cuando tu mamá está enojada con tu papá, no la dejes que te peine.
2) Si tu hermano(a) te pega, no se lo regreses. Siempre pescan a la segunda persona.
3) No puedes confiar que un perro cuide tu comida.
4) No estornudes cuando alguien está cortándote el pelo.
5) El mejor lugar cuando estés triste es el regazo de tu abuela.

Grandes verdades de la vida que han aprendido los adultos:
1) Criar adolescentes es como clavar gelatina en un árbol.
2) Las arrugas no duelen.
3) Las familias son como rebaños... casi siempre juntos, con alguna oveja negra.
4) La risa es buen ejercicio. Es como trotar por dentro.
5) Edad madura es cuando escoges el cereal por la fibra, no por los juguetes.

Grandes verdades acerca de envejecer:
1) Envejecer es obligatorio, madurar es opcional.
2) Olvídate de comidas saludables, necesito todo lo que me pueda preservar.
3) Estas envejeciendo cuando sientes la misma sensación en una mecedora que cuando te subías a la Montaña Rusa.
4) Es frustrante cuando sabes todas las respuestas pero nadie se molesta en hacerte las preguntas.
5) La sabiduría llega con la edad pero muchas veces la edad llega sola.

Las cuatro etapas de la vida:
1) Crees en Los Reyes Magos.
2) No crees en los Reyes Magos.
3) Tú eres uno de Los Reyes Magos.
4) Te ves como uno de Los Reyes Magos.

Meditaciones 
El musulmán se vuelve varias veces al día hacia la Meca en recuerdo de su profeta. ¿Y los cristianos no tienen suficientes motivos para volverse hacia el Cielo y recordar a su divino Redentor y a su Madre bendita? La Iglesia nos recuerda el Ángelus, esa oración que uno reza al son de las campanas, en la mañana, al mediodía y en la tarde, para venerar a la Madre de Dios y adorar al mismo tiempo el misterio de la Encarnación.
La costumbre de sonar las campanas varias veces al día data del tiempo de las Cruzadas (1095). La práctica existía sin duda ya antes para advertir a los fieles por medio de las campanas que era la hora de rezar. Pero después de las Cruzadas, repican regularmente en la mañana, una media hora antes de que salga el sol y en la tarde una media hora antes de que se ponga, para comprometer a los fieles a que recen al Señor por la conquista de la Tierra Santa (Papa Urbano II, 1095). El repique del medio día se estableció solamente más tarde (Papa Calixto III, 1456).
Al principio solo se rezaba un Padre Nuestro, después se agregó el Ave Maria. Más adelante los papas ordenaron sonar tres veces (en honor de la Santa Trinidad) y rezar tras cada repique un Ave María, para pedirle a la Madre de Dios la destrucción de las herejías.

Pedidos de oración 
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Los cinco minutos de María 
Agosto 5
La Virgen sintió todos los afectos que vibran en la naturaleza humana; sobre todo sintió el amor en su Corazón.
La Virgen amó a Dios y lo amó con ese amor correspondiente al conocimiento completísimo que tenía de Él; lo amó con ese agradecimiento inmenso que pedían los privilegios y las gracias incomparables que Dios le había concedido.
Tu amor a Dios ha de revestir también esos dos matices: la gratitud por lo que el Señor ha hecho en ti y el conocimiento que de Él has adquirido.
Virgen elegida por Dios entre todas las criaturas, ayúdame a agradecer al Señor el que me haya hecho su hijo.
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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