PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3329 ~ Martes 16 de Mayo de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Jesús
dijo: “Yo soy el camino”. ¿Qué quiso decir con esas palabras? Supongamos que
estamos en una ciudad extraña y pedimos indicaciones a uno en la calle.
Supongamos que un señor nos responde: “Tome la primera calle a la derecha y la
segunda a la izquierda. Pase delante de la iglesia y doble en la tercera cuadra
a la derecha; el camino que usted busca es el cuarto a la izquierda”. Si nos
dice eso, lo más probable es que nos perdamos a la segunda cuadra.
Pero
supongamos que la persona a quien le hacemos la pregunta nos dice: “Señor,
permítame subir a su coche. Yo lo guiaré hasta allí, pues yo voy en la misma
dirección”. En ese caso, la persona que nos acompaña es el camino y no nos
podemos perder.
Eso
mismo es lo que hace Jesús por nosotros. No se limita a darnos consejos e
indicaciones. Se pone junto a nosotros y nos guía, avanza con nosotros, nos
fortalece, nos conduce y nos dirige todos los días de nuestra vida. No nos
había sobre el camino, es el camino. (W. Barclay)
¡Buenos días!
Comenzar de nuevo
La
constancia es fundamental porque da un toque de perfección a todos los talentos
del hombre. Sin ella, nada vale ser un genio en el arte, en la ciencia, en la
literatura o en los negocios. No se llega a ninguna meta. Queda uno vencido por
el camino.
En 1914 un incendio dejó en ruinas las grandes
industrias de Tomás Edison. En una noche perdió una fortuna en valiosos
equipos. Las llamas consumieron documentos de toda su vida. Tenía entonces 67
años. Su hijo Carlos corría angustiado buscando al padre. Al fin lo encontró en
medio del desastre, el rostro iluminado por el resplandor rojizo de las llamas,
con su cabellera blanca flotando al viento invernal. “Me partía el corazón
verlo —contaba después Carlos—. Ya no era joven, y todo aquello era reducido a
cenizas. Al verme me gritó: ¿Dónde está tu madre? Corre a buscarla. Jamás
volverá a ver un espectáculo semejante. Y añadió: “Los desastres tienen un gran
valor: se queman todos nuestros errores. Gracias a Dios podemos comenzar de
nuevo”.
No
olvides que una voluntad firme y valiente “puede transformar tus lágrimas en
sudor, tu desgano en sacrificio, tu duda en convicción”. Que también tú, como
esos soldados que hallan un gozo especial en los más duros combates, sepas
entrenar y desarrollar una voluntad recia para salir, de la mano de Dios,
victorioso de las adversidades.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Os dejo la paz, mi paz os doy;
no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde.
Habéis oído que os he dicho: ‘Me voy y volveré a vosotros’. Si me amarais, os
alegraríais de que me fuera al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Y
os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis. Ya no
hablaré muchas cosas con vosotros, porque llega el Príncipe de este mundo. En
mí no tiene ningún poder; pero ha de saber el mundo que amo al Padre y que obro
según el Padre me ha ordenado». (Jn 14,27-31a)
Comentario
Hoy,
Jesús nos habla indirectamente de la cruz: nos dejará la paz, pero al precio de
su dolorosa salida de este mundo. Hoy leemos sus palabras dichas antes del
sacrificio de la Cruz y que fueron escritas después de su Resurrección. En la
Cruz, con su muerte venció a la muerte y al miedo. No nos da la paz «como la da
el mundo» (cf. Jn 14,27), sino que lo hace pasando por el dolor y la
humillación: así demostró su amor misericordioso al ser humano.
En
la vida de los hombres es inevitable el sufrimiento, a partir del día en que el
pecado entró en el mundo. Unas veces es dolor físico; otras, moral; en otras
ocasiones se trata de un dolor espiritual..., y a todos nos llega la muerte.
Pero Dios, en su infinito amor, nos ha dado el remedio para tener paz en medio
del dolor: Él ha aceptado “marcharse” de este mundo con una “salida” sufriente
y envuelta de serenidad.
¿Por
qué lo hizo así? Porque, de este modo, el dolor humano —unido al de Cristo— se
convierte en un sacrificio que salva del pecado. «En la Cruz de Cristo (...),
el mismo sufrimiento humano ha quedado redimido» (Juan Pablo II). Jesucristo
sufre con serenidad porque complace al Padre celestial con un acto de costosa
obediencia, mediante el cual se ofrece voluntariamente por nuestra salvación.
Un
autor desconocido del siglo II pone en boca de Cristo las siguientes palabras:
«Mira los salivazos de mi rostro, que recibí por ti, para restituirte el
primitivo aliento de vida que inspiré en tu rostro. Mira las bofetadas de mis
mejillas, que soporté para reformar a imagen mía tu aspecto deteriorado. Mira
los azotes de mi espalda, que recibí para quitarte de la espalda el peso de tus
pecados. Mira mis manos, fuertemente sujetas con clavos en el árbol de la cruz,
por ti, que en otro tiempo extendiste funestamente una de tus manos hacia el
árbol prohibido».
Rev. D. Enric CASES i Martín (Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Simón Stock
Presbítero
Nació
en el condado de Kenk (Inglaterra). Primero fue ermitaño y después ingresó en
la Orden de los Carmelitas, cuando éstos llegaron a Inglaterra hacia el año
1242. Según otra tradición, fue uno de los cruzados y peregrinos que tomaron el
hábito en el mismo Monte Carmelo, atraídos por la vida de oración que llevaban
los solitarios que allí moraban. El capítulo general de los carmelitas,
celebrado en Aysleford el año 1247, lo eligió prior general de la Orden, que
rigió admirablemente. Pidió al papa Inocencio IV que confirmara la regla de la
Orden, que la adaptaba a Occidente y la pasaba de ser puramente eremítica a ser
orden mendicante consagrada al apostolado. Era muy devoto de la Virgen y, según
la tradición, recibió de la Virgen María en una aparición el privilegio del
Escapulario del Carmen, tan querido por la piedad popular. Fundó conventos y
murió en Burdeos (Francia) el 16 de mayo de 1265.-
Oración: Señor, Dios nuestro, que llamaste a san
Simón Stock a servirte en la familia de los Hermanos de Santa María del Monte
Carmelo; concédenos, por su intercesión, vivir como él entregados siempre a tu
servicio y cooperar a la salvación de los hombres. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
Palabras del Papa Francisco
“Nuestro
Dios nos acompaña siempre, incluso si por desgracia nosotros nos olvidáramos de
Él... En su camino en el mundo, el hombre no está jamás sólo. Sobre todo el
cristiano no se siente jamás abandonado, porque Jesús nos asegura que no nos
espera sólo al final de nuestro largo viaje, sino nos acompaña en cada uno de
nuestros días... La cercanía de Dios, el amor de Dios, el caminar de Dios con
nosotros se llama también ‘Providencia de Dios’: Él provee nuestra vida”
Temas Médicos:
Placer individual
En
el ser humano no hay épocas de celo que garanticen el ejercicio instintivo de
la sexualidad, como sucede con los animales. El hombre ha de controlar su
sexualidad, que no puede reducirse a una necesidad biológica, sino que debe
responder a una libre decisión.
Cuando
una persona no busca al otro o a la otra como fin, sino como un medio que
proporciona un placer, podría decirse –en palabras de Carmen Segura–, que
entonces, en esa actitud, hacer el amor sería más bien hacerse el amor, lo
cual, evidentemente, tiene más que ver con la masturbación –pues se
circunscribe a la búsqueda individualista de la propia satisfacción– que con el
acto sexual, pues, en definitiva, aunque se realice por medio de otro, es algo
que se hace para uno mismo.
Cuando
lo que se busca sobre todo es aplacar el ansia de sexo, ese placer no alcanza a
satisfacer, aunque calme provisionalmente la apetencia, porque todo placer
corporal desvinculado de lo espiritual resulta frustrante. Y su búsqueda
aislada –individual o en compañía–, cuando se convierte en hábito, llega pronto
a saturar y defraudar (y todo eso aunque resulte difícil dejarlo).
Ese
defraudamiento se produce, no solo respecto del placer obtenido, sino también y
principalmente respecto de uno mismo. Tarde o temprano esa conducta acaba
produciendo un desgarramiento interior, e incluso un rechazo y un menosprecio
de uno mismo.
Esa
persona, aunque quizá le cueste reconocerlo hacia el exterior, se encuentra
acostumbrada a la búsqueda de determinadas compensaciones, atada a ellas. Le
parece casi imposible vivir sin ellas, pero cuando se las permite, e incluso en
el mismo momento en que las está disfrutando, siente un desencanto de sí misma
y del modo en que vive. Quizá desearía actuar de otro modo, emplear de otra
forma sus energías, pero esa búsqueda de placer se ha convertido en cadena que
ata, que pesa y que esclaviza.
Aunque
parezca una comparación exagerada, es semejante a lo que sucedía en aquellos
antiguos banquetes romanos. Se buscaba el objeto del placer y después se
vomitaba para volver a comer de nuevo. El objeto buscado, tanto en el caso del
sexo como de la comida, no produce satisfacción completa y pacífica, y ha de
ser continuamente repetido o sustituido. En el fondo, se siente poca estimación
por él, pues es sobre todo un simple medio, tanto menos apreciado cuanto más se
siente uno necesitado de recurrir compulsivamente a él.
—Pero
habrá un término medio. Entre la gula y la huelga de hambre hay un amplio
margen de posibilidades. No hay que vivir para comer, sino comer para vivir. Y
el común de los mortales se permite sus pequeños placeres, aunque simplemente
sea por concederse un capricho. Puede hacerse esto sin caer en dependencias ni
hastíos.
Es
cierto, y por eso debo insistir en que las razones que acabo de apuntar no son
de carácter moral, sino de tipo práctico. Es como si al decir que robar conduce
al hábito de robar, porque los actos malos crean dependencia, se objetara que
se puede robar de vez en cuando alguna cosilla sin crearse problemas de
adicción. Eso es cierto, pero es que, además, robar no está bien, aunque no
cree adicción.
Alfonso Aguiló
Meditación Mariana
Como
los marinos se guiaban por las estrellas en medio de las noches más oscuras,
quien sigue a María no se pierde.
Si
se levanta la tempestad de las tentaciones, si caes en el escollo de las
tristezas, eleva tus ojos a la Estrella del Mar: ¡Invoca a María!.
Si
te golpean las olas de la soberbia, de la maledicencia, de la envidia, mira a
la estrella… ¡Invoca a María!
Si
la cólera, la avaricia, la sensualidad de tus sentidos quieren hundir la barca
de tu espíritu, que tus ojos vayan a esa estrella… ¡Invoca a María!
Si
ante el recuerdo desconsolador de tus muchos pecados y de la severidad de Dios,
te sientes ir hacia el abismo del desaliento o de la desesperación, lánzale una
mirada a la estrella, e invoca a la Madre de Dios.
En
medio de tus peligros, de tus angustia, de tus dudas, piensa en Ella… ¡Invoca a
María!
El
pensar en Ella y el invocarla, sean dos cosas que no se aparten nunca ni de tu
corazón ni de tus labios. Y para estar más seguro de su protección no te
olvides de imitar sus ejemplos. ¡Siguiéndola no te pierdes en el camino!
¡Implorándola
no te desesperarás! ¡Pensando en Ella no te descarriarás!
Si
Ella te tiene de la mano no te puedes hundir. Bajo su manto nada hay que temer.
¡Bajo
su guía no habrá cansancio, y con su favor llegarás felizmente al Puerto de la
Patria Celestial!
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la
falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras
enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los
presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las
víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad
de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento;
por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas
Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por el eterno descanso del alma de Silvia, de Córdoba, Argentina, que ayer ha sido llamada a la presencia de Dios.
Pedimos oración por la salud de Claudia A., de Colombia, que está sufriendo de una enfermedad ganglionar cuyo diagnóstico no ha sido dado por los médicos; preocupada porque lleva más de 15 días en esa situación. También rezamos por la pronta recuperación de la señora Carlota O. de C., que está afectada de herpes zóster, proceso virósico muy molesto y doloroso. Rogamos al Señor pose sus Santas Manos Sanadoras sobre ellas e ilumine a los galenos que las tratan, con la intercesión de nuestra Señora de Lourdes.
Pedimos oración por la salud de Claudia A., de Colombia, que está sufriendo de una enfermedad ganglionar cuyo diagnóstico no ha sido dado por los médicos; preocupada porque lleva más de 15 días en esa situación. También rezamos por la pronta recuperación de la señora Carlota O. de C., que está afectada de herpes zóster, proceso virósico muy molesto y doloroso. Rogamos al Señor pose sus Santas Manos Sanadoras sobre ellas e ilumine a los galenos que las tratan, con la intercesión de nuestra Señora de Lourdes.
Pedimos
oración para Jorge B., de la
provincia de Buenos Aires, Argentina, que por una situación de enfermedad está
sumido en un estado depresivo. Que el Señor le conceda fortaleza anímica y
salud física para superar este trance que le toca vivir.
Pedimos
oración para Samuel, de Buenos
Aires, Argentina, un bebé de menos de un mes de vida y 3,480 kg de peso,
internado por gastroenterocolitis, encomendándolo a la Santísima Virgen para
que interceda por su pronta recuperación.
Pedimos oración para la señora Miriam S., de Guatemala, que está padeciendo del corazón, muy delicada y deben operarla. Que nuestra Señora de Fátima, la alivie y la ayude para que pueda seguir sirviéndole en su parroquia con tanto amor.
Pedimos oración para la señora Miriam S., de Guatemala, que está padeciendo del corazón, muy delicada y deben operarla. Que nuestra Señora de Fátima, la alivie y la ayude para que pueda seguir sirviéndole en su parroquia con tanto amor.
Pedimos
oración por Jorge C. M., de ciudad
de México, para que Dios le conceda la gracia de mejorar su salud y su ánimo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de María
Mayo 16
Todos
sentimos, lamentablemente con demasiada frecuencia, la tentación de recurrir a
la fuerza, a la imposición, cuando no se aceptan nuestros criterios o no se
siguen nuestros pareceres, gustos o conveniencias.
Si
en estos casos acudiéramos a pedir consejo a la dulce Madre del cielo, ella
ciertamente nos llevaría por otros caminos: el de la bondad, el de la
comprensión, el de la paciencia, el de la humildad.
Nunca
se equivocan los que siguen los consejos e inspiraciones de la Madre celestial;
por eso es muy conveniente preguntarse, antes de obrar, cómo obraría María
Santísima.
Madre, que eres alivio en el dolor, sé tú el bálsamo
en nuestras penas.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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