miércoles, 30 de marzo de 2016

Pequeñas Semillitas 2968

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 11 - Número 2968 ~ Miércoles 30 de Marzo de 2016
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Mi Jesús resucitado, al comenzar este día te suplico que me regales un poco de la fuerza que da tu Espíritu y de la alegría que emana de tu presencia. Quiero vivir alegre celebrando siempre tu triunfo glorioso sobre las tinieblas. Dame de la valentía necesaria para aceptar la misión que me has encomendado y poder ser así un verdadero discípulo y testigo de tu amor y de tu resurrección, poder comunicar al mundo la oscuridad y la muerte han sido en Ti vencidas. Aquellas lágrimas derramadas a los pies de tu cruz, hoy se convierten en gozo. Tu historia de salvación se hizo eterna. Has abierto el Cielo a todos los pecadores y me siento incluido en esta magistral y perfecta obra de amor de la que me hiciste parte, puedo decir con entera satisfacción que no he amado a una persona muerta, sino que sigo amando a un corazón vivo y que sigue latiendo hoy en día buscando a que los pecadores vuelvan sus rostros a Ti. Oh mi Señor, no quiero perder el tiempo y mucho menos dejar que la llama de esta emoción se disminuya en mí y termine apagándose, por el contrario, quiero avivarlas y que se mantengan firmes y fieles a tus preceptos, y para eso recurro al poder santificante que recibo de Ti en la Eucaristía. Quiero ayudarte a construir un mundo más justo. Hazme dócil a las inspiraciones de tu Espíritu Santo. Te amo y confío en Ti. Amén

¡Buenos días!

Vivir sabiamente
“El hombre moderno está orgulloso del progreso, del avance de la ciencia y la tecnología, vive devorado por esta fiebre, del vértigo del “adelanto”, pero ¿va a alguna parte? ¿Es exagerado decir que el hombre de hoy ya no sabe a dónde va ni para qué vive? Vive “nadando” entre el placer y la comodidad... pero insatisfecho: no experimenta la alegría de vivir” (AC).

Un discípulo preguntó a Hejasi: Quiero saber qué es lo más extraño de los seres humanos. Hejasi contestó: "Piensan siempre al contrario. Tienen prisa por crecer, y después suspiran por la infancia perdida. Pierden la salud para tener dinero y después pierden el dinero para tener salud. Piensan tan ansiosamente en el futuro que descuidan el presente, y así, no viven ni el presente ni el futuro. Viven como si no fueran a morir nunca y mueren como si no hubiesen vivido."

Es penoso caminar a oscuras llevando una vida sin sentido, por no pedir luz al Dios que nos ama y está dispuesto a orientarnos. Implora con humildad al Señor la gracia de aprender a consultarlo para tomar buenas decisiones, iluminadas siempre por la luz que viene de lo alto.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que distaba sesenta estadios de Jerusalén, y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. Y sucedió que, mientras ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió con ellos; pero sus ojos estaban retenidos para que no le conocieran.
Él les dijo: «¿De qué discutís entre vosotros mientras vais andando?». Ellos se pararon con aire entristecido. Uno de ellos llamado Cleofás le respondió: «¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que estos días han pasado en ella?». Él les dijo: «¿Qué cosas?». Ellos le dijeron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo; cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron. Nosotros esperábamos que sería Él el que iba a librar a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó. El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro, y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que hasta habían visto una aparición de ángeles, que decían que Él vivía. Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a Él no le vieron». Él les dijo: «¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?». Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre Él en todas las Escrituras.
Al acercarse al pueblo a donde iban, Él hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le forzaron diciéndole: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado». Y entró a quedarse con ellos. Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando.
Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero Él desapareció de su lado. Se dijeron uno a otro: «¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?». Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos, que decían: «¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!». Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan. (Lc 24,13-35)

Comentario:
Hoy el Evangelio nos asegura que Jesús está vivo y continúa siendo el centro sobre el cual se construye la comunidad de los discípulos. Es precisamente en este contexto eclesial —en el encuentro comunitario, en el diálogo con los hermanos que comparten la misma fe, en la escucha comunitaria de la Palabra de Dios, en el amor compartido en gestos de fraternidad y de servicio— que los discípulos pueden realizar la experiencia del encuentro con Jesús resucitado.
Los discípulos cargados de tristes pensamientos, no imaginaban que aquel desconocido fuese precisamente su Maestro, ya resucitado. Pero sentían «arder» su corazón (cf. Lc 24,32), cuando Él les hablaba, «explicando» las Escrituras. La luz de la Palabra disipaba la dureza de su corazón y «sus ojos se abrieron» (Lc 24, 31).
El icono de los discípulos de Emaús nos sirve para guiar el largo camino de nuestras dudas, inquietudes y a veces amargas desilusiones. El divino Viajante sigue siendo nuestro compañero para introducirnos, con la interpretación de las Escrituras, en la comprensión de los misterios de Dios. Cuando el encuentro se vuelve pleno, la luz de la Palabra sigue a la luz que brota del «Pan de vida», por el cual Cristo cumple de modo supremo su promesa de «yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28,20).
El Papa Benedicto XVI explica que «el anuncio de la Resurrección del Señor ilumina las zonas oscuras del mundo en el que vivimos».
* P. Luis PERALTA Hidalgo SDB (Lisboa, Portugal)

Santoral Católico:
San Juan Clímaco
Abad 
Hacia los veinte años de su edad estaba de monje en la península del Sinaí, donde experimentó la vida comunitaria y la vida solitaria. Cuando tenía unos sesenta años, lo llamaron a guiar como abad el famoso monasterio del Monte Sinaí. Para una mejor formación de los monjes escribió en griego la obra que tanta repercusión ha tenido en la espiritualidad de todos los tiempos: Escala del Paraíso, en la que propone el camino del progreso espiritual a modo de una ascensión hacia Dios por treinta peldaños. «Escala» en griego es «Klimax», y de ahí le viene el sobrenombre de «Clímaco». Murió el año 649.
© Directorio Franciscano    

La frase de hoy

“Cuando ignoramos al pobre o nos enriquecemos con privilegios a costa del hambre de muchos, es signo de que necesitamos convertirnos en profundidad para poder llegar a contemplar el rostro de Jesús”
~ Conf. Episcopal Argentina ~

Tema del día:
Un Comandante de Auschwitz
encontró la Misericordia de Dios
Los supervivientes de Auschwitz llamaban al comandante del campo “animal”. Rudolf Höss presidió el exterminio de casi 2,5 millones de prisioneros en los tres años en los que estuvo dirigiendo el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau. Otras 500.000 personas murieron por enfermedad y hambre. Un año después del final de su mandato, volvió para supervisar la ejecución de 400.000 judíos húngaros.

Y sin embargo si siquiera un “animal” como él fue ajeno a la misericordia de Dios.

Mi mujer y yo conocimos el caso de Höss cuando una joven monja de Polonia vino a hablar en nuestra parroquia esta semana. Me tomó por sorpresa cuando escuché su relato, en parte porque pensaba que sor Gaudia estaba hablando de Rudolf Hess, el vice de Adolf Hilter. Los nombres se parecen. Lo que sucedió a Höss, que tenía una posición menos prominente en el Tercer Reich, es quizás aún más sorprendente.

La intervención de la monja formaba parte de las iniciativas de la parroquia para el Año Jubilar de la Misericordia convocado por el papa Francisco. Sor Gaudia y sor Emmanuela, de la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia –a la que pertenecía sor Faustina Kowalska–, están de visita en Estados Unidos para hablar de la imagen y de la devoción a la Divina Misericordia. Sor Gaudia, por otro lado, forma parte también del comité de programación de la Jornada Mundial de la Juventud 2016, que se celebrará en verano en Cracovia.

Más o menos hace setenta años, Cracovia y toda Polonia eran lugares muy distintos de los que hoy son. Sor Gaudia habló de Auschwitz, uno de los campos nazis más letales a causa del uso de las cámaras de gas y de los experimentos médicos. Un judío de cada seis muerto en el Holocausto fue asesinado aquí. El campo no era solo para los judíos. En él fueron encerrados también católicos como San Maximiliano Kolbe y sor Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein).

“Un día llevaron allí a toda la comunidad jesuita”, recordó sor Gaudia. “Solo el superior no estaba en casa”, y por tanto escapó a su captura. “Cuando volvió a casa quedó tan lleno de dolor que dijo: ‘Debo estar con mis hermanos”. Entró furtivamente en el campo y buscó a sus hermanos jesuitas. Los guardias lo encontraron y lo llevaron a Höss. “Estaban convencidos de que lo mataría”, dijo sor Gaudia, pero Höss lo dejó ir, ante el estupor de los guardias.

Al acabar la guerra, Höss fue capturado, procesado y hallado culpable de crímenes contra la humanidad. Fue condenado a muerte, y la ejecución tendría lugar en Auschwitz, donde había trabajado diligentemente para implementar la “solución final” de Hitler. Hasta entonces, permanecería en una prisión de Wadowice (lugar de nacimiento de Karol Wojtyła, el futuro papa Juan Pablo II).

Höss tenía mucho miedo –no de la muerte, sino de la prisión–, dijo sor Gaudia. “Estaba seguro de que los guardias polacos se vengarían y que sería torturado durante su reclusión, lo que le habría provocado un dolor inimaginable. Quedó por tanto extremamente sorprendido cuando los guardias –hombres cuyas mujeres e hijos e hijas habían muerto en Auschwitz– lo trataron bien. No lograba entenderlo”.

Ese, refirió la religiosa, fue el momento de su conversión. “Lo trataron con misericordia. La misericordia es el amor que sabemos que no merecemos. No merecía su perdón, su bondad, su amabilidad. Pero recibió todo esto”.

Höss había nacido en una familia católica, pero abandonó la fe cuando era joven. En ese momento, frente a la muerte a los 47 años de edad, y quizás alentado por el trato de los guardias, pidió un sacerdote. “Quería confesar sus pecados antes de morir”, dijo sor Gaudia. Preocupada por no escandalizar a quienes escuchaban, la religiosa nos explicó que todo esto sucedió inmediatamente después de una guerra brutal, cuando “las heridas estaban frescas aún”.

Los guardias consintieron en buscar un sacerdote, “pero no fue fácil encontrar a un presbítero que quisiera escuchar la confesión de Rudolf Höss. No lograron encontrarlo”. Y entonces Höss recordó el nombre del jesuita que había dejado ir algunos años antes: el padre Władysław Lohn. Dio su nombre a los guardias, y les rogó que lo encontraran.

Y lo encontraron en el santuario de la Divina Misericordia de Cracovia, donde era capellán de las Hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia. El sacerdote consintió en escuchar la confesión de Höss.

“Fue muy largo”, dijo sor Gaudia, “y al final le dio la absolución. ‘Tus pecados están perdonados. Rudolf Höss, animal, tus pecados están perdonados. Vete en paz’”.

“Animal” fue un añadido de sor Gaudia, pero la idea está clara: nadie es ajeno a la misericordia de Dios.

El día después, el padre Lohn volvió a prisión para dar a Höss la Eucaristía antes de morir. “El guardia que estaba presente dijo que fue uno de los momentos más bellos de su vida, ver a aquel ‘animal’ arrodillado, con lágrimas en los ojos, como un niño, mientras recibía la Santa Comunión, mientras recibía a Jesús en su corazón”, concluyó la monja. “Misericordia inimaginable”.
* John Burger

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Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración para las siguientes personas de México: Beatriz G. R., a quien han detectado un tumor maligno en la nariz y la operan la semana próxima en Guadalajara, para que la cirugía sea eficaz y extirpe todo el mal; José C. S., que sigue luchando con un derrame cerebral en estado delicado, para que el Señor lo ayude a recuperarse; y por los estudios de René R. M., pidiendo que salgan bien.

Pedimos oración para Angélica K., 70 años, de la provincia de Buenos Aires, Argentina, internada hace unos días por dengue, rogando que el Jesús la ayude a recuperar su habitualmente buena salud.

Pedimos oración por Susana Nilda F., que hace dos meses perdió a su esposo en Miami, USA, tras un cáncer repentino, y todavía no consigue recuperarse de su pena. Que la Virgen María esté con ella para darle afecto y aceptación.

Pedimos oración para Liliana Z., 60 años, de Buenos Aires, Argentina,  que está realizando un tratamiento delicado para sus ojos, pidiendo la intercesión de Nuestra Señora de Lourdes para que esto mejore.

Pedimos oración para el señor José Luis M., de Argentina, que mañana será operado por un tumor renal. Le pedimos a Jesús Misericordioso que lo ayude para que la cirugía sea exitosa y su curación sea total en estos días de alegría pascual.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Los cinco minutos de Dios
Marzo 30
Hay más cosas buenas de las que tú crees; quizás no las sabes descubrir; es preciso mirarlas, descubrirlas y valorarlas.
No te dejes engañar por la propaganda ni por el ruido; pues si el ruido hace mucho daño y poco bien, el bien hace mucho provecho y poco ruido.
El acto criminal será publicitado como noticia; el acto de virtud no será ni mencionado ni valorado, porque se lo desconoce.
Ese cartero que soporta el calor y el cansancio al recorrer las calles, la telefonista que atiende rápidamente los llamados, el empleado que está pronto para ponerse a disposición del cliente, el colectivero que tiene paciencia ante los reclamos de los pasajeros, la madre que soporta la soledad mientras atiende a su niño enfermo, el padre que desgasta sus fuerzas por los suyos; ésos y miles y miles más están haciendo actos buenos; pero nadie se fija en ellos y por ser actos comunes y diarios nadie los valora.
“¡Ay de los que llaman al mal bien, y al bien mal; que dan oscuridad por luz, y luz por oscuridad; que dan amargo por dulce y dulce por amargo!” (Is 5,20). Siempre es más agradable y más eficiente y constructivo transmitir el bien y olvidar el mal, hacer resaltar el bien y ocultar el mal, fijarse en lo bueno más que sacar a relucir lo malo.
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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