PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 2962 ~ Jueves 24 de Marzo de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Hoy
Jueves Santo, por la mañana se celebra la Misa Crismal en todas las catedrales
del mundo, llamada así porque en ella se hace la consagración de los óleos que
han de usarse para los sacramentos del bautismo, confirmación u ordenación,
mismo que puede usarse para la unción de los enfermos.
Y
por la tarde, con la celebración de la misa vespertina de la Cena del Señor en
la que instituyó la Eucaristía, finaliza la Cuaresma y comienza el Triduo
Pascual, que es la preparación a la Pascua y el comienzo de su celebración. Se
sucederán entonces los momentos culminantes de la Semana Santa en que los
católicos celebramos el gran misterio de todos los tiempos, lo más importante
que ha ocurrido en la historia de este mundo: la redención de la humanidad a
través de la pasión, muerte y resurrección del Señor.
Jesús
está en el camino para la realización de su obra cumbre de amor por todos
nosotros. Ahora Él nos espera, Él espera que nuestra fe desborde de confianza.
Nuestro
propósito de este día y para siempre, puede ser el de prepararnos cada día para
recibir mejor la Sagrada Eucaristía, asistir con mayor disposición a la Santa
Misa para aprender las enseñanzas de Cristo, o tal vez, visitar con más
frecuencia el sagrario aunque sea un minuto. Porque allí está Aquel que con su
pasión, muerte y resurrección, nos sacó de las tinieblas del pecado y la
condenación, devolviéndonos a la vida de hijos de Dios.
¡Buenos días!
Camino al Cielo
La
Reina de la Paz con sus mensajes quiere llevarte al Cielo. El camino es la
oración. Toma la decisión de entregar a Dios un tiempo fijo en tu agenda.
Cuando adquieras el hábito de hacerlo cada día, te sentirás más fuerte para
vencer tentaciones de cansancio, indecisión, dejadez… El encuentro con Dios te
plenificará, te dará solidez y seguridad.
“¡Queridos hijos! Hoy quisiera invitarlos a tomar con
seriedad los mensajes que yo les doy y a realizarlos en sus vidas. Ustedes
saben, mis queridos hijos, que estoy con ustedes y que quisiera conducirlos a todos por ese mismo
camino al Cielo, que es hermoso para aquellos que lo descubren en la oración.
Por eso, mis queridos hijos, no olviden que ustedes deben hacer realidad en sus
vidas estos mensajes que les doy para que entonces puedan decir: 'Yo he
aceptado los mensajes y trato de vivirlos.' Queridos hijos, con mis oraciones
maternales al Padre Celestial, los protejo. ¡Gracias por haber respondido a mi
llamado!”
Los
caminantes saben que cada tanto es razonable detenerse para descansar. También
hay en los trabajos cotidianos pausas para recobrar fuerzas. De la misma manera
el hijo de Dios se toma un breve tiempo a media jornada para comunicarse con la
fuente inagotable de fortaleza, paz y alegría.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
-Misa vespertina de la Cena del Señor-
Antes
de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de
este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los
amó hasta el extremo. Durante la cena, cuando ya el diablo había puesto en el
corazón a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarle, sabiendo
que el Padre le había puesto todo en sus manos y que había salido de Dios y a
Dios volvía, se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y, tomando una
toalla, se la ciñó. Luego echa agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies
de los discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido.
Llega
a Simón Pedro; éste le dice: «Señor, ¿tú lavarme a mí los pies?». Jesús le
respondió: «Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora: lo comprenderás más
tarde». Le dice Pedro: «No me lavarás los pies jamás». Jesús le respondió: «Si
no te lavo, no tienes parte conmigo». Le dice Simón Pedro: «Señor, no sólo los
pies, sino hasta las manos y la cabeza». Jesús le dice: «El que se ha bañado,
no necesita lavarse; está del todo limpio. Y vosotros estáis limpios, aunque no
todos». Sabía quién le iba a entregar, y por eso dijo: «No estáis limpios
todos».
Después
que les lavó los pies, tomó sus vestidos, volvió a la mesa, y les dijo:
«¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis “el Maestro” y
“el Señor”, y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, os
he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros.
Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho
con vosotros». (Jn
13,1-15)
Comentario
Hoy
recordamos aquel primer Jueves Santo de la historia, en el que Jesucristo se
reúne con sus discípulos para celebrar la Pascua. Entonces inauguró la nueva
Pascua de la nueva Alianza, en la que se ofrece en sacrificio por la salvación
de todos.
En
la Santa Cena, al mismo tiempo que la Eucaristía, Cristo instituye el
sacerdocio ministerial. Mediante éste, se podrá perpetuar el sacramento de la
Eucaristía. El prefacio de la Misa Crismal nos revela el sentido: «Él elige a
algunos para hacerlos partícipes de su ministerio santo; para que renueven el
sacrificio de la redención, alimenten a tu pueblo con tu Palabra y lo reconforten
con tus sacramentos».
Y
aquel mismo Jueves, Jesús nos da el mandamiento del amor: «Amaos unos a otros
como yo os he amado» (Jn 13,34). Antes, el amor se fundamentaba en la
recompensa esperada a cambio, o en el cumplimiento de una norma impuesta.
Ahora, el amor cristiano se fundamenta en Cristo. Él nos ama hasta dar la vida:
ésta ha de ser la medida del amor del discípulo y ésta ha de ser la señal, la
característica del reconocimiento cristiano.
Pero,
el hombre no tiene capacidad para amar así. No es simplemente fruto de un
esfuerzo, sino don de Dios. Afortunadamente, Él es Amor y —al mismo tiempo—
fuente de amor, que se nos da en el Pan Eucarístico.
Finalmente,
hoy contemplamos el lavatorio de los pies. En actitud de siervo, Jesús lava los
pies de los Apóstoles, y les recomienda que lo hagan los unos con los otros
(cf. Jn 13,14). Hay algo más que una lección de humildad en este gesto del
Maestro. Es como una anticipación, como un símbolo de la Pasión, de la
humillación total que sufrirá para salvar a todos los hombres.
El
teólogo Romano Guardini dice que «la actitud del pequeño que se inclina ante el
grande, todavía no es humildad. Es, simplemente, verdad. El grande que se
humilla ante el pequeño es el verdaderamente humilde». Por esto, Jesucristo es
auténticamente humilde. Ante este Cristo humilde nuestros moldes se rompen.
Jesucristo invierte los valores meramente humanos y nos invita a seguirlo para
construir un mundo nuevo y diferente desde el servicio.
* Mons. Josep Àngel SAIZ i Meneses Obispo de Terrassa
(Barcelona, España)
La frase de hoy
«Como
el Padre me ha amado, así os he amado yo...
Nadie
tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos».
~ Jesús ~
Tema del día:
Jueves Santo
Sucedió
en la noche del jueves de aquella primera Semana Santa; la última en la vida
terrenal de Jesús. Después de que el sol se ocultaba se daba inicio a la
celebración de la Pascua, la fiesta más importante para todo el pueblo; aquella
en la que se recordaban las acciones liberadoras de Dios cuando eran esclavos
en Egipto.
Durante
la mañana y la tarde de aquel jueves Jesús se preparó para la cena. Escogió el
lugar, e hizo los demás arreglos. La muerte se aproximaba y Él lo sabía muy
bien. Por eso quiso hacer una cena diferente, en la cual lo más importante
fuera la confraternidad con sus discípulos y en la que pudiera expresar sus
palabras finales para ellos.
Cuando
todo estuvo preparado Jesús se quitó el manto que vestía y se ató una toalla a
la cintura, luego echó agua en un recipiente y comenzó a lavar los pies de sus
discípulos. Pedro fue el primero en sorprenderse, y hasta se opuso. ¿Cómo era
posible que el Maestro se vistiera como un esclavo y quisiera lavarles los pies
a sus seguidores? ¿Acaso no había declarado ser el Hijo de Dios y estar
revestido de todo poder? ¡Cuál no sería la desilusión de los discípulos! Lo que
ellos querían era ver a Jesús haciendo demostraciones de poder y de
superioridad, sobre todo ahora que la muerte los amenazaba. ¡Pero no!, ahí
estaba Él vestido como un esclavo y dispuesto a inclinarse hasta el suelo para
lavarles los pies.
Avanzada
la noche, y antes de servirse la cena, Jesús nos enseñó que la verdadera
grandeza se mide por nuestra capacidad de servicio a los demás. Ser grande no
es disfrutar del placer arrogante de ser servido por otros, sino tener la
disposición de servir a los demás —a quienes más nos necesitan— y de hacerlo
con desinterés y generosidad.
Para
los cristianos, el Jueves Santo rememora la institución de la cena del Señor o
Eucaristía, y en ella Cristo mismo nos invita a servir a los demás así como
también él lo hizo: «Pues si yo, el Maestro y Señor, les he lavado a ustedes
los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Yo les he dado
un ejemplo, para que ustedes hagan lo mismo que yo les he hecho» (Juan
13.14–15).
Nuevo vídeo y artículo
Hay
un nuevo vídeo subido al blog
de
"Pequeñas Semillitas" en
internet.
Para
verlo tienes que ir al final de esta página.
Hay
nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
Puedes
acceder en la dirección:
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la
falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras
enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los
presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la
unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de
los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones
sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración por dos personas de Guatemala: por la conversión de Juan Fernando E. y por la salud física,
psíquica y espiritual de María del
Carmen C. Oramos por ellos.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de Dios
Marzo 24
Todos
aborrecemos la guerra y somos partidarios de la paz; pero una cosa es ser
partidario de la paz y otra ser constructor de la paz, difusor de la paz.
Queremos
la paz en el mundo, pero será imposible implantar la paz en el mundo si primero
no reina la paz en nuestra patria; la paz en la patria se fundamenta en la paz
de los hogares; pero es utópico pretender la paz en la familia si cada uno de
nosotros no goza de paz en su interior.
Solamente
el hombre que es pacífico consigo mismo será pacífico con los demás.
Para
ser pacífico, es preciso ser un hombre de buena voluntad, pues solamente a los
hombres de buena voluntad se ha prometido la paz.
Pero
no olvidemos que no podemos ser hombres de buena voluntad sino somos hombres de
Dios, si no cumplimos siempre y en todo la voluntad de Dios.
“¿De dónde proceden las guerras y las luchas que hay
entre ustedes? ¿No es de las pasiones, que combaten en sus miembros?
Ambicionan, y si no consiguen lo que desean, matan; envidian, y al no alcanzar
lo que pretenden, combaten y hacen la guerra” (Sant 4, 1-2). Si así eran
aquellos primeros cristianos, los de ahora no somos mucho mejores, no hemos
adelantado tanto; y si el cristiano no es pacífico, el mundo no puede tener
paz.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.