PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año 10 - Número 2739
~ Martes 21 de Julio de 2015
Desde la ciudad de
Córdoba (Argentina)
Alabado
sea Jesucristo…
Los pobres y humildes,
maltratados y abandonados, los que quizá habían perdido la fe y la esperanza,
habían descubierto en Jesús al enviado de Dios que tenía palabras de vida
eterna y hacía el bien a todos. Por eso lo seguían 'como ovejas en busca de un pastor' (Evangelio
del Domingo pasado).
Han pasado dos mil
años… y hoy, nosotros, en medio de un mundo necesitado de una renovada
evangelización, como proclamaba San Juan Pablo II, depositarios de la fe de
nuestros padres, debemos transmitirla activa y fecunda a los hombres de nuestro
tiempo.
Y es que todos
nosotros, por el hecho de haber recibido el bautismo, somos discípulos y misioneros
de Jesús.
¡Buenos días!
Metas posibles
Al
fijar las metas de tu vida, sé realista. Reconoce tus límites y tus fortalezas.
“Aunque se acusa a los hombres de no reconocer sus flaquezas, también es verdad
que son pocos los que saben hasta dónde llegan sus fuerzas. Con los seres
humanos ocurre como con ciertos suelos, que encierran una veta de oro y su
dueño lo ignora” (Jonathan Swift).
Muchas veces se tiene la impresión de que la
gente prefiere que le vaya mal en la vida. Si tú tienes deseos de amargarte la
vida, hay una forma muy sencilla y eficaz de lograrlo: fíjate un objetivo
imposible de realizar, y tendrás tu amargura asegurada. Si no quieres fracasar,
no te propongas cosas imposibles, ni pierdas tiempo en lamentarte por no
alcanzarlas. Deja a un lado los amores imposibles, los trabajos imposibles, los
proyectos imposibles, los cambios imposibles. No pierdas tiempo en lamentarte.
Concéntrate en lo posible, y te sentirás mejor.
“En la
vida hay que ser realista: ser feliz con lo poco, lo sencillo y tratando de
avanzar un poquito cada día, hacia una meta pensada, deseada, discernida y
definida” (Santiago Alberione). Sabio consejo para ajustar tus sueños a la realidad personal, a
tus verdaderas posibilidades. Que sepas discernir con prudencia tus metas.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de
Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, mientras Jesús estaba
hablando a la muchedumbre, su madre y sus hermanos se presentaron fuera y trataban
de hablar con Él. Alguien le dijo: «¡Oye! ahí fuera están tu madre y tus
hermanos que desean hablarte». Pero Él respondió al que se lo decía: «¿Quién es
mi madre y quiénes son mis hermanos». Y, extendiendo su mano hacia sus
discípulos, dijo: «Éstos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el que cumpla
la voluntad de mi Padre celestial, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre». (Mt
12,46-50)
Comentario
Hoy, el Evangelio se nos presenta, de
entrada, sorprendente: «¿Quién es mi madre?» (Mt 12,48), se pregunta Jesús.
Parece que el Señor tenga una actitud despectiva hacia María. No es así. Lo que
Jesús quiere dejar claro aquí es que ante sus ojos —¡ojos de Dios!— el valor
decisivo de la persona no reside en el hecho de la carne y de la sangre, sino
en la disposición espiritual de acogida de la voluntad de Dios: «Extendiendo su
mano hacia sus discípulos, dijo: ‘Éstos son mi madre y mis hermanos. Pues todo
el que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, ése es mi hermano, mi hermana
y mi madre’» (Mt 12,49-50). En aquel momento, la voluntad de Dios era que Él
evangelizara a quienes le estaban escuchando y que éstos le escucharan. Eso
pasaba por delante de cualquier otro valor, por entrañable que fuera. Para
hacer la voluntad del Padre, Jesucristo había dejado a María y ahora estaba
predicando lejos de casa.
Pero, ¿quién ha estado más dispuesto a
realizar la voluntad de Dios que María? «He aquí la esclava del Señor; hágase
en mí según tu palabra» (Lc 1,38). Por esto, san Agustín dice que María,
primero acogió la palabra de Dios en el espíritu por la obediencia, y sólo
después la concibió en el seno por la Encarnación.
Con otras palabras: Dios nos ama en la
medida de nuestra santidad. María es santísima y, por tanto, es amadísima.
Ahora bien, ser santos no es la causa de que Dios nos ame. Al revés, porque Él
nos ama, nos hace santos. El primero en amar siempre es el Señor (cf. 1Jn
4,10). María nos lo enseña al decir: «Ha puesto los ojos en la humildad de su
esclava» (Lc 1,48). A los ojos de Dios somos pequeños; pero Él quiere
engrandecernos, santificarnos.
P. Pere SUÑER i Puig SJ (Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Lorenzo de
Brinidisi
Presbítero y
Doctor de la Iglesia
Nació en Brindis (Italia) el año 1559.
Ingresó en la Orden de los Capuchinos y estudió en Padua. Fue una persona
superdotada a quien Dios concedió cualidades intelectuales extraordinarias.
Infatigable y elocuente predicador por varias naciones de Europa, docto
profesor de sus hermanos, escritor erudito, ocupó, además, todos los cargos en
su Orden, incluso el de Ministro general, y desempeñó graves y delicadas
misiones diplomáticas por Europa. De carácter sencillo y humilde, cumplió
fielmente todas las misiones que se le encomendaron, como la defensa de la
Iglesia ante los turcos que intentaban dominar Europa y la reconciliación de
príncipes enfrentados. En su vida de piedad se distinguió por la fervorosa
celebración de la misa y por su filial devoción a la Virgen. Murió el 22 de julio
de 1619 en Lisboa, adonde fue a tratar con Felipe III de la paz en Nápoles. Por
su conocimiento profundo de la Palabra de Dios, del que dejó testimonio en sus
escritos y en los púlpitos, Juan XXIII le dio en 1959 el título de «Doctor
Apostólico».
Oración: Oh Dios, que para gloria de
tu nombre y salvación de las almas otorgaste a san Lorenzo de Brindis espíritu
de consejo y fortaleza, concédenos llegar a conocer, con ese mismo espíritu,
las cosas que debemos realizar y la gracia de llevarlas a la práctica después
de conocerlas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
Palabras del Papa
Francisco
“¿Creemos que Jesús nos puede curar y
nos puede despertar de la muerte? Todo el Evangelio está escrito en la luz de
esta fe: Jesús ha resucitado, ha vencido la muerte, y por su victoria también
nosotros resurgiremos… Esta fe, que para los primeros cristianos era segura,
puede empañarse y hacerse incierta al punto de que alguno confunda resurrección
con reencarnación. Sin embargo, la Palabra de Dios… nos invita a vivir en la
certeza de la resurrección: Jesús es el Señor, tiene poder sobre el mal y sobre
la muerte, y quiere llevarnos a la casa del Padre, donde reina la vida”
Biblioteca de
archivos
Recuerda que en la página (blog) de
"Pequeñas Semillitas" y también en "Juan Pablo II
inolvidable", en la columna lateral derecha, hay un enlace con la misma
imagen que ves arriba de este escrito, desde donde se ingresa a la Biblioteca
de archivos. Allí se van agregando algunos de los powerpoint que se comparten
con los suscriptores de "Pequeñas Semillitas" y también archivos de
texto en formato PDF; todo lo cual puede ser visto online o bien puede
descargarse a la computadora del usuario.
Entre los archivos de texto (pdf) están
en forma completa los documentos papales: "Lumen Fidei",
"Evangelii Gaudium", "Misericordiae Vultus" y "Laudato
Si". También está el Diario de Santa Faustina y hay enlaces para ver
películas con la vida de grandes santos de la Iglesia.
Biblioteca de archivos de "Pequeñas Semillitas": hacer clic acá
Tema del día:
El mate, Francisco
y los Jesuitas
REDACCIÓN CENTRAL, 16 Jul. 15 / 04:25 am (ACI/EWTN
Noticias).- En más de una ocasión se ha visto al
Papa Francisco compartiendo una bebida ofrecida por algún peregrino llegado de
Argentina al Vaticano o en alguno de los dos viajes que ha realizado a
Sudamérica: se trata del mate, una tradicional bebida que se consume también en
Uruguay, partes de Brasil y que tiene sus orígenes en Paraguay.
Esta bebida, cuyo nombre en latín es
Ilex paraguariensis se prepara con la llamada yerba mate, yerba de los jesuitas
o yerba del Paraguay; y la costumbre se remonta a la época precolombina.
En ese entonces los indígenas guaraníes
llevaban alrededor del cuello un saquito de cuero que contenía las hojas de
yerba mate que masticaban o bebían como infusión porque creían que el árbol era
un regalo de los dioses y al consumirla absorbían sus propiedades divinas. Esta
práctica también tenía un fin social porque la yerba era usada para los
trueques y fomentaba el compañerismo. El mati era una pequeña calabaza donde
preparaban la infusión y sorbían el líquido con una bombilla en forma de canuto
hecha de tacuara, una caña que crecía en la zona.
Cuando los jesuitas llegaron en 1609 e
instauraron las llamadas “reducciones” como sistema social y político, creyeron
que el consumo de yerba mate era un vicio. Sin embargo cuando la conocieron
mejor llegaron incluso a mejorar la técnica para consumirla.
Los jesuitas fueron quienes difundieron
el consumo de la yerba mate al exportarla, tanto así que fue conocida como el
“té de los jesuitas”. Las hojas de yerba mate (Ilex paraguariensis) proviene
del árbol que crece en el norte de Argentina, Paraguay, Uruguay y el sur de
Brasil debido a la alta temperatura y la humedad.
La yerba produce un efecto estimulante
similar a la cafeína. Reduce el colesterol “malo” (LDL) e incrementa el
colesterol “bueno” o HDL. Contiene vitaminas B1, B2, B3, B5, C, E, hierro,
magnesio, potasio y varios aminoácidos.
La
Virgen de Caacupé y la yerba mate
En Caacupé, fundado hacia el 1600, vivía
un escultor guaraní de nombre José que se había convertido al cristianismo con
los jesuitas. Una vez miembros de la tribu mbayá que no quería convertirse lo
perseguía y él rezó a la Virgen prometiéndole hacer una imagen suya si lo
ayudaba.
Se le apareció la Madre de Dios en
persona y le gritó en guaraní “¡Ka'aguý cupe-pe!, que significa “¡detrás de los
arbustos de yerba mate!”. El indio corrió y encontró un tronco grueso detrás
del cual se escondió y sus perseguidores siguieron corriendo. José cumplió su
promesa y talló la imagen de la que es ahora Patrona de Paraguay.
Unidos a María
¿Qué
fuerza puede arrancarnos del Corazón de María si confiamos plenamente en Ella y
en su poder? Ninguna fuerza de este mundo, ni siquiera todo el Infierno, aunque
se ponga en nuestra contra, podrá algo contra el amor de María por nosotros. Es
necesario que tengamos cada vez más confianza en la Virgen y en su protección,
pues Ella no deja abandonado a las fauces salvajes de los demonios a sus hijos
predilectos. Tenemos que estar convencidos de que María camina a nuestro lado,
que está siempre con nosotros, incluso cuando nos parece que estamos
abandonados de Ella. Porque la Virgen tiene un cuerpo glorioso como el de su
Hijo Jesús y por ello puede también estar en todas partes al mismo tiempo, y
así está siempre a nuestro lado, y en el momento de mayor sufrimiento, tanto
mayor será su presencia de Madre amorosa. ¡Confiemos en María!
Jardinero de Dios
-el más
pequeñito de todos-
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.