PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año 10 - Número 2728
~ Domingo 5 de Julio de 2015
Desde la ciudad de
Córdoba (Argentina)
Alabado
sea Jesucristo…
El relato no deja de ser sorprendente.
Jesús fue rechazado precisamente en su propio pueblo, entre aquellos que creían
conocerlo mejor que nadie. Llega a Nazaret, acompañado de sus discípulos, y
nadie sale a su encuentro, como sucede a veces en otros lugares. Tampoco le
presentan a los enfermos de la aldea para que los cure. Es la primera vez que
experimenta un rechazo colectivo, no de los dirigentes religiosos, sino de todo
su pueblo. No se esperaba esto de los suyos. Su incredulidad llega incluso a
bloquear su capacidad de curar: «no pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó a
algunos enfermos».
Marcos no narra este episodio para
satisfacer la curiosidad de sus lectores, sino para advertir a las comunidades
cristianas que Jesús puede ser rechazado precisamente por quienes creen
conocerlo mejor: los que se encierran en sus ideas preconcebidas sin abrirse ni
a la novedad de su mensaje ni al misterio de su persona.
¿Cómo estamos acogiendo a Jesús los que
nos creemos «suyos»? En medio de un mundo que se ha hecho adulto, ¿no es
nuestra fe demasiado infantil y superficial? ¿No vivimos demasiado indiferentes
a la novedad revolucionaria de su mensaje? ¿No es extraña nuestra falta de fe
en su fuerza transformadora? ¿No tenemos el riesgo de apagar su Espíritu y despreciar
su Profecía?
Ésta la preocupación de Pablo de Tarso:
«No apaguéis el Espíritu, no despreciéis el don de Profecía. Revisadlo todo y
quedaos sólo con lo bueno» (1 tesalonicenses 5, 19-21). ¿No necesitamos algo de
esto los cristianos de nuestros días?
José A. Pagola
¡Buenos días!
Felicidad de compartir
Había
una vez un rey que tenía una central hidroeléctrica para él solo. Y por las
noches iluminaba su palacio de cristal para que todos lo vieran como una luz en
la oscuridad. Todos lo alababan y se sentía orgulloso. Pero su corazón estaba
en tinieblas, porque le faltaba amor. Un día, visitando su reino, se encontró
con un hombre pobre, alegre y sonriente. El rey le preguntó:
— ¿Eres feliz?
— Sí, le respondió, porque tengo la luz de
Dios dentro de mí.
— Y ¿cómo se consigue tener esa luz en el
corazón?
— Amando a los demás. El amor es luz del
alma.
El rey
se quedó pensativo y, cuando volvió a su palacio, decidió amar a los demás y
compartir con ellos el tesoro de la luz eléctrica, que hasta entonces había guardado
celosamente para él. Y al dar luz, recibió luz. Y al amar, recibió amor y se
sintió feliz. Quizás tú has sido egoísta guardándote muchas cosas para ti solo.
Y no eres feliz. Ya sabes el camino: dar luz y amor.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de
Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús fue a su patria,
y sus discípulos le seguían. Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la
sinagoga. La multitud, al oírle, quedaba maravillada, y decía: «¿De dónde le
viene esto? y ¿qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¿Y esos milagros
hechos por sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de
Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?».
Y se escandalizaban a causa de Él. Jesús les dijo: «Un profeta sólo en su
patria, entre sus parientes y en su casa carece de prestigio». Y no podía hacer
allí ningún milagro, a excepción de unos pocos enfermos a quienes curó
imponiéndoles las manos. Y se extrañó de su falta de fe. (Mc
6,1-6)
Comentario
Hoy la liturgia nos ayuda a descubrir
los sentimientos del Corazón de Jesús: «Y se extrañó de su falta de fe» (Mc
6,6). Sin lugar a dudas, a los discípulos les debió impresionar la falta de fe
de los conciudadanos del Maestro y la reacción del mismo. Parecía lo más normal
que las cosas hubieran sucedido de otra manera: llegaban a la tierra donde
había vivido tantos años, habían oído contar las obras que realizaba, y la
consecuencia lógica era que le acogieran con cariño y confianza, más dispuestos
que los demás a escuchar sus enseñanzas. Sin embargo, no fue así, sino todo lo
contrario: «Y se escandalizaban a causa de Él» (Mc 6,3).
La extrañeza de Jesús por la actitud de
los de su tierra, nos muestra un corazón que confía en los hombres, que espera
una respuesta y al que no deja indiferente la falta de la misma, porque es un
corazón que se da buscando nuestro bien. Lo expresa muy bien san Bernardo,
cuando escribe: «Vino el Hijo de Dios e hizo tales maravillas en el mundo que
arrancó nuestro entendimiento de todo lo mundano, para que meditemos y nunca
cesemos de ponderar sus maravillas. Nos dejó unos horizontes infinitos para
solaz de la inteligencia, y un río tan caudaloso de ideas que es imposible
vadearlo. ¿Hay alguien capaz de comprender por qué quiso morir la majestad
suprema para darnos la vida, servir Él para reinar nosotros, vivir desterrado
para llevamos a la patria, y rebajarse hasta lo más vil y ordinario para
ensalzarnos por encima de todo?».
Podría pensarse en lo que hubiera
cambiado la vida de los habitantes de Nazaret si se hubieran acercado a Jesús
con fe. Así, tenemos que pedirle día a día como sus discípulos: «Señor, aumenta
nuestra fe» (Lc 17,5), para que nos abramos más y más a su acción amorosa en
nosotros.
P. Joaquim PETIT Llimona, L.C. (Barcelona, España)
Palabras de San
Juan Pablo II
“La primera
tarea de todos los consagrados y consagradas
consiste en
proponer valerosamente, con la palabra y con el ejemplo,
el ideal del
seguimiento de Cristo,
alimentando y
manteniendo en los llamados
la respuesta a
los impulsos que el Espíritu inspira en su corazón”.
Tema del día:
El rechazo de los propios
Hoy se nos narra cómo fue Jesús con sus
discípulos a su tierra, a Nazaret. Se supone que el estar con los suyos, su madre
y su familia, sería para Él algo agradable y con tranquilidad. El sábado, como
todas las personas piadosas fue a la sinagoga. Como ya tenía fama de
predicador, fue invitado a hablar. El ambiente era conocido y hablaría como en
familia. No nos dice san Marcos de qué habló, pero sí nos describe la reacción
de la gente ante la predicación. Lo primero fue sorpresa y asombro. De suyo el
asombro es bueno y puede llevar a descubrimientos agradables, como el asombro
ante una persona puede llevar a una gran amistad. Pero allí, en Nazaret, la
conclusión fue diferente: aquella predicación de Jesús fue un escándalo para
muchos.
Escándalo significa “piedra de tropiezo
o de caída para alguno”. Pero podríamos preguntarnos: ¿Cómo Jesús, que ha
venido para darnos la vida, puede ser causa de tropiezo para algunos? Ya había
profetizado el anciano Simeón que Jesús sería signo de contradicción para
muchos. Y Jesús, cuando fue preguntado por los discípulos de Juan Bautista si
era el Mesías, después de apelar a las obras que hacía, según lo que había profetizado Isaías, había dicho:
“Bienaventurado quien no se escandalice de mi”. Ahora sus paisanos, los de
Nazaret, se escandalizan. ¿Por qué? Porque creen conocerle demasiado, cuando en
verdad no le conocen. Dan por supuesto que sus conocimientos sobre la Escritura
tienen que ser muy escasos porque saben que ha sido un carpintero y conocen a
toda la familia. Entonces se preguntan: “¿De dónde saca todo eso?” Por lo tanto
“desconfiaban de Él”.
La interpretación de Jesús acerca de la
Escritura no era fría como solían hacer los fariseos y los peritos en la Ley.
Jesús interpretaba de modo vivencial, creando en los corazones inquietudes.
Porque la fe no es algo estático y sin vida, sino una entrega a un ser superior
que es Dios. Si aumentamos la fe es para ser mejores.
Hoy también hay personas que se
escandalizan ante las enseñanzas de la Iglesia o del Papa, porque de un mal de
una persona, quieren hacerlo de toda la Iglesia; y sobre todo porque no
escuchan con corazón recto. Hay quienes, cuando comienza a hablar la Iglesia,
todo lo ven malo, porque lo ven con corazón torcido y orgulloso. Quien tiene
mal el corazón cambia las palabras de Jesucristo, dando su propia
interpretación.
Tiene el corazón recto el que escucha
con cierto temblor la Palabra de Dios, pero con la humildad suficiente para
saber que le falta mucho en el camino de la perfección. Tiene el corazón
torcido el que se cree ser perfecto y cree que nada tiene que aprender. Quien
es soberbio no está en la onda de Dios y por lo tanto la escucha no es según
los planes y la voluntad de Dios. No es que falle la Palabra de Dios. Lo que
falla es la preparación por medio de la disposición del corazón.
Jesús podría haber aparecido de una
manera maravillosa, sin que nadie supiera de su familia y su pueblo, dando sus
mensajes de salvación; pero quiso usar medios totalmente humanos y quiso que
los mensajes de Dios se extendiesen por el mundo por medio de unos hombres no
perfectos, sino con deficiencias. Lo nuestro es saber ver la presencia de Dios
a través de esas deficiencias y ver el mensaje de salvación que es perfecto y
lleno de bondad por parte de Dios hacia nosotros.
P. Silverio Velasco (España)
Nuevo vídeo
Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas
Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de
esta página:
Agradecimientos
Dicen que en el cielo hay dos oficinas
diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la
tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas
gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin
descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los
agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles
aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde
la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas
Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los
mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias
concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
Desde Bogotá, Colombia, llega un
agradecimiento muy especial por los 33 años de matrimonio de Carlos Cardona y María Trinidad Andrade. Nos sumamos a ese feliz acontecimiento y
pedimos que el Señor les conceda abundantes bendiciones junto a su familia.
Y desde Guatemala, María Victoria Molina y su esposo Antonio Galán, agradecen a Dios por
41 años de matrimonio, bendecido por la llegada de cuatro hijos y un
nieto. Que la Sagrada Familia de Nazaret siga siendo el modelo a seguir por
siempre.
Desde Buenos Aires, Argentina, nos
escribe Alberto José H. P., por
quien oportunamente hemos pedido oraciones por su operación intestinal del 10
de junio, y ahora quiere agradecer esas oraciones y sobre todo agradecer a Dios
por el éxito de dicha cirugía. También Alberto agradece al Señor porque su hijo
Francisco ha comenzado a trabajar en
una pasantía dentro del ámbito de su carrera. Nos unimos en la oración de
agradecimiento.
También desde Buenos Aires llega un
agradecimiento a Dios y al Niño Jesús por la muy buena evolución de la bebita Josefina M. que estaba internada y
desde el día 29 de junio ya está en su casa.
Desde Perú, Alina agradece a Dios
Misericordioso por el nacimiento ayer de su nieto Sebastián, en Huancayo. Demos gracias a Dios.
Unidos a María
La
Misericordia de Dios actúa donde hay miseria, y cuando más miseria encuentra,
tanto más actúa y convierte dicha miseria en gracias y dones. Nosotros somos
los más miserables pecadores, y si no lo creemos así es porque Dios todavía no
nos ha dado la luz suficiente como para que nos conozcamos a nosotros mismos,
pues si nos viéramos realmente como somos, moriríamos de horror. Somos la
miseria misma y no tenemos nada de valor. Pero María quiere algo de nosotros,
que para Ella vale mucho, y es nuestro corazón, nuestro amor. Entonces vayamos
a María, Reina de Misericordia, y ofrezcámosle nuestro corazón lleno de pecados
y miserias, para que Ella, con su Misericordia, lo convierta en un corazón
repleto de amor y de gracias, y nos haga hombres nuevos y llenos de celo por la
gloria de Dios y la salvación de las almas.
Jardinero de Dios
-el más
pequeñito de todos-
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