viernes, 31 de julio de 2015

Pequeñas Semillitas 2749

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 10 - Número 2749 ~ Viernes 31 de Julio de 2015
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Hoy celebramos la memoria de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, hace casi cinco siglos, circunstancia que en lo personal me llega muy de cerca porque en mi juventud me eduqué con Jesuitas, que -gracias a Dios- dejaron en mí su fuerte impronta que me acompañará toda la vida y hace que en todo momento me sienta muy cerca de ellos y muy empapado de todo lo que sea jesuítico.
Las estadísticas oficiales de la Compañía de Jesús (actualizadas al 1 de enero de 2014) reflejan que la congregación está compuesta por 16.968 jesuitas: 12.107 sacerdotes, 1.331 hermanos legos, 2.842 estudiantes en preparación al sacerdocio en diferentes etapas de formación, 706 novicios… y ahora también un Papa.
Sí… es una gran bendición para la Compañía haber dado el primer Papa Jesuita de toda la historia, en la persona del padre Jorge Mario Bergoglio, a quien conocí allá por el año 1965, cuando él era un “maestrillo” y todavía no se había ordenado sacerdote (cosa que sucedería a fines de 1969) y yo un joven alumno en el Colegio Inmaculada Concepción de la ciudad de Santa Fe, Argentina.
A San Ignacio de Loyola y a la Compañía de Jesús, con respeto, con amor y agradecimiento, va dedicado este número de “Pequeñas Semillitas”

¡Buenos días!

Hoy… cada día
“Viviré este día como si fuese el último día de mi vida. No perderé ni un momento siquiera en lamentarme por las desgracias del ayer, las derrotas del ayer, los sufrimientos del ayer. Olvidándome del ayer, no pensaré tampoco en el mañana. ¿Debo preocuparme de acontecimientos que quizá nunca contemple? ¡No! El mañana yace sepultado con el ayer, y no pensaré más en él” (Og Mandino). 

Cada día hagamos algo de lo que podamos sentirnos orgullosos al día siguiente. Cada día, pensemos que es el primero, para vivirlo con sorpresa; y el último, para aprovecharlo como nuestra última oportunidad. Cada día, busquemos nuestra felicidad haciendo más feliz a alguien que está a nuestro lado. Sembremos una semilla de cuyos frutos podamos vivir mañana. Renovemos nuestro corazón de tal manera que no quede amargura alguna para el día que vendrá. Y no guardemos nuestras sonrisas de hoy para mañana. Sólo podremos sonreír mañana, si hemos sonreído hoy.

“Este día es todo lo que tengo, y estas horas son ahora mi eternidad. Saludo este amanecer con exclamaciones de gozo, como un preso a quien se le conmuta la sentencia de muerte. Elevo mis brazos con agradecimiento por este don inapreciable de un nuevo día. Trataré con ternura y afecto cada hora porque sé que no retornará jamás. Haré de este día el mejor día de mi vida” (Og Mandino). Tienes hoy a la vista un material precioso para reflexionar. Aprovéchalo. Y toma tus decisiones.
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús viniendo a su patria, les enseñaba en su sinagoga, de tal manera que decían maravillados: «¿De dónde le viene a éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? Y sus hermanas, ¿no están todas entre nosotros? Entonces, ¿de dónde le viene todo esto?». Y se escandalizaban a causa de Él. Mas Jesús les dijo: «Un profeta sólo en su patria y en su casa carece de prestigio». Y no hizo allí muchos milagros, a causa de su falta de fe. (Mt 13,54-58)

Comentario
Hoy, como ayer, hablar de Dios a quienes nos conocen desde siempre resulta difícil. En el caso de Jesús, san Juan Crisóstomo comenta: «Los de Nazaret se admiran de Él, pero esta admiración no les lleva a creer, sino a sentir envidia, es como si dijeran: ‘¿Por qué Él y no yo?’». Jesús conocía bien a aquellos que en vez de escucharle se escandalizaban de Él. Eran parientes, amigos, vecinos a quienes apreciaba, pero justamente a ellos no les podrá hacer llegar su mensaje de salvación.
Nosotros —que no podemos hacer milagros ni tenemos la santidad de Cristo— no provocaremos envidias (aun cuando en ocasiones pueda suceder si realmente nos esforzamos por vivir cristianamente). Sea como sea, nos encontraremos a menudo, como Jesús, con que aquellos a quienes más amamos o apreciamos son quienes menos nos escuchan. En este sentido, debemos tener presente, también, que se ven más los defectos que las virtudes y que aquellos a quienes hemos tenido a nuestro lado durante años pueden decir interiormente: —Tú que hacías (o haces) esto o aquello, ¿qué me vas a enseñar a mí?
Predicar o hablar de Dios entre la gente de nuestro pueblo o familia es difícil pero necesario. Hace falta decir que Jesús cuando va a su casa está precedido por la fama de sus milagros y de su palabra. Quizás nosotros también necesitaremos, un poco, establecer una cierta fama de santidad fuera (y dentro) de casa antes de “predicar” a los de casa.
San Juan Crisóstomo añade en su comentario: «Fíjate, te lo ruego, en la amabilidad del Maestro: no les castiga por no escucharle, sino que dice con dulzura: ‘Un profeta sólo en su patria y en su casa carece de prestigio’ (Mt 13,57)». Es evidente que Jesús se iría triste de allí, pero continuaría rogando para que su palabra salvadora fuera bien recibida en su pueblo. Y nosotros (que nada habremos de perdonar o pasar por alto), lo mismo tendremos que orar para que la palabra de Jesús llegue a aquellos a quienes amamos, pero que no quieren escucharnos.
Rev. D. Jordi POU i Sabater (Sant Jordi Desvalls, Girona, España)

Santoral Católico:
San Ignacio de Loyola
Fundador de la Compañía de Jesús
Nació en Loyola (Guipúzcoa, España) el año 1491. De joven permaneció en la corte y se dedicó a la vida militar. Herido en la defensa de Pamplona, tuvo que guardar reposo, y las lecturas piadosas favorecieron su conversión a Dios. Se retiró a Montserrat y Manresa, dando inicio a los Ejercicios espirituales. Viajó a Tierra Santa y luego estudió en Alcalá, Salamanca y finalmente en París, donde reunió a los primeros compañeros, con los que fundó en Roma la Compañía de Jesús. Antes, en Venecia, se ordenó de sacerdote el año 1537. Escribió las constituciones de la Compañía, a la que dio como lema «A mayor gloria de Dios». Fructífero fue su apostolado, por las obras que escribió y por los discípulos que formó, que contribuyeron poderosamente a la verdadera reforma de la Iglesia. Envió a san Francisco Javier a Oriente como misionero. Para que Roma fuera un centro de ciencia eclesiástica, con un plantel de doctores de los que pudiera disponer el Papa, fundó el Colegio Romano, después llamado Universidad Gregoriana. Murió en Roma el 31 de julio de 1556.
Oración: Señor, Dios nuestro, que has suscitado en tu Iglesia a san Ignacio de Loyola para extender la gloria de tu nombre, concédenos que después de combatir en la tierra, bajo su protección y siguiendo su ejemplo, merezcamos compartir con él la gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano    

La frase de hoy

“Tomad, Señor y recibid toda mi libertad,
mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad.
Vos me lo disteis; a vos Señor, lo torno.
Disponed a toda vuestra voluntad y dadme amor y gracia,
que esto me basta, sin que os pida otra cosa”
~ San Ignacio de Loyola ~

Tema del día:
La Compañía de Jesús
La Compañía de Jesús, (Societas Jesu, S. J.), comunidad a la que pertenece el Papa Francisco, es una orden religiosa de la Iglesia Católica, fundada en 1540 por San Ignacio de Loyola y un grupo de universitarios de la Universidad de París de diversas procedencias. Los "primeros compañeros", inicialmente no pensaron en fundar una nueva orden religiosa, mas con el paso del tiempo, influenciados por su profunda experiencia de Dios y por la crisis que enfrentaba la Iglesia en tiempos de la Reforma protestante, maduraron la idea de conservar una vinculación especial entre ellos, conformando un cuerpo eminentemente apostólico y eclesial. Así, cuando en el mundo comenzaban a soplar los vientos de la modernidad, nace la Compañía de Jesús como un impulso fresco y renovador para la Iglesia y la vida religiosa; sus miembros, posteriormente, recibirán el nombre de "jesuitas".

Desde sus inicios, el principal fin de la Compañía ha sido reunir a hombres generosos de toda raza y nación que se ofrezcan incondicionalmente a comunicar el mensaje de Jesucristo al mundo; hombres que fundan su espiritualidad en la experiencia de los Ejercicios Espirituales de san Ignacio, la mayor riqueza que porta la Compañía. La finalidad de la compañía ha sido formulada en sus Constituciones, como defensa y propagación de la fe y está hoy enriquecida por la Congregación General 32, como servicio de la fe y promoción de la justicia que la misma fe exige. La misma C.G. 32 señala que ser jesuita es reconocer que uno es pecador, pero llamado a ser compañero de Jesús, como lo fue san Ignacio.

Esto supone que todo tipo de apostolado que se oriente a este fin es de interés para la Compañía. De allí que su carisma, que brota de los Ejercicios y está sintetizado en las frases ignacianas “a la mayor gloria de Dios” y “en todo amar y servir” sea múltiple y la conduzca a una gran variedad de apostolados: educación, sacramentos, investigación, arte, proyección social, etc

Ignacio propone los siguientes criterios para ayudar a la Compañía a discernir los apostolados que debe promover:
- donde haya más necesidad,
- donde haya mayor "deuda de gratitud",
- donde el bien sea más universal,
- donde el mal sea más manifiesto,
- donde las obras sean más urgentes,
- y donde el trabajo sea más importante.
La palabra más, o magis, impregna todas la características del jesuita, puesto que nunca se conforma con lo establecido sino que siempre aspira al mayor servicio de Dios.

La Compañía ha tenido una especial intervención en la historia de la Iglesia y del mundo. Para la persecución de sus objetivos casi siempre ha desenvuelto un rol protagónico allí donde su misión lo exigía. Esto ha supuesto el afecto incondicional de mucha gente, pero también el rechazo de personas que no comprendían sus reales motivaciones. De allí que toda la orden es suprimida en 1773, para ser restaurada en 1814. Con todo, cercanos a cumplir cinco siglos de historia, los jesuitas han extendido su misión por todos los continentes, y a inicios del siglo XXI continúan trabajando con especial atención a los retos del mundo moderno en todos los lugares donde la Iglesia y el Papa les envían. Para la Compañía las fronteras y los límites no son obstáculos sino nuevos desafíos, nuevas oportunidades por las que alegrarse.

Por primera vez en su larga y rica historia, hoy la Compañía de Jesús es la orden religiosa de donde proviene el actual Papa Francisco: Jorge Mario Bergoglio.

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Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los inmigrantes del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por Alberto Leonardo M., que vive en Córdoba, Argentina, y padece melanoma desde hace algún tiempo y ahora presenta un nódulo en un pulmón que está siendo estudiado. Elevamos la plegaria al Señor para que esto no tenga implicancias de riesgo para su salud.

Pedimos oración por Eli de Córdoba, Argentina, y por la salud del Padre José Cuesta, sacerdote salesiano también de esta misma ciudad, encomendándolos a ambos a la intercesión maternal de María Auxiliadora.

Pedimos oración para José Ignacio (Inaki), de México, que será operado del corazón mañana sábado. Que por la intercesión de San Ignacio de Loyola (de quien lleva el nombre) el Señor le conceda sus gracias de sanación.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Unidos a María
Más se ama al prójimo cuanto más se ama a Dios, y María, que ama tanto a Dios, nos ama a nosotros los hombres con un amor tan grande que no nos lo podemos imaginar y que solo comprenderemos en el otro mundo. María ve sobre nosotros la sangre de su Hijo, y por esa sangre hace todo por salvarnos, para que los sufrimientos de su Hijo no sean en vano para nosotros. Ella ama a su Jesús y, cuanto más nosotros nos parecemos a su Hijo, tanto más nos ama María. ¿Y cuando somos pecadores, no nos ama María? Nos ama también mucho, porque ve que la Imagen de su Hijo en nosotros está oscurecida por el pecado y quiere limpiarla y volverla pura y clara como Dios quiere. Si queremos tener una idea aproximada de cómo nos ama María, tratemos de entender cómo María ama a Dios. ¡Enmudezca aquí toda lengua!

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

jueves, 30 de julio de 2015

Pequeñas Semillitas 2748

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 10 - Número 2748 ~ Jueves 30 de Julio de 2015
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Al despertarte en la mañana, no saltes de tu cama violentamente, hazlo con serenidad, cancela los afanes y desesperos, pues estos provocan desorden y confusión. Cuando actúas con afán, duplicas el esfuerzo necesario y corres mayores riegos de equivocarte.
La naturaleza es una gran maestra, nunca un minuto tendrá 59 ni 61 segundos, cada cosa a su tiempo y a su ritmo. Entonces, cálmate, pues con calma podrás encontrar más oportunas soluciones. Permite que la serenidad se apodere de ti y de esa manera inicia tu día sin ansiedades ni apuros que no te llevarán por caminos seguros.
Ah… y no te olvides de agradecer el nuevo día a Dios, tu Creador. Y encomiéndate a María, nuestra Madre, nuestra estrella, nuestra guía y nuestra protección en todos los lugares y en todos los momentos. Transita el día de la mano de Ella y nada malo te sucederá.

¡Buenos días!

La paz del corazón
“Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor, y de alegría perpetua a tu derecha” (Sal 16). Esta dicha inmensa te está reservada si, adherido a Cristo por la fe y el amor, lo sigues en el camino del Evangelio. “¡Qué bondad tan grande, Señor, reservas para tus fieles! (Sal 31,19) Se nutren de lo sabroso de tu casa (¡Dios!) y les das a beber del torrente de tus delicias”, (Sal 35). La Reina de la paz te da la clave para lograrlo: ¡Santidad y oración!

“¡Queridos hijos! También hoy los invito a poner en práctica y a vivir los mensajes que les doy. Decídanse por la santidad, hijitos, y piensen en el paraíso. Sólo así tendrán paz en sus corazones, la cual nadie podrá destruir. La paz es el don que Dios les da en la oración. Hijitos, busquen y trabajen con todas sus fuerzas para que la paz triunfe en sus corazones y en el mundo. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado! ”

La paz y la serenidad son valores importantes que debes cuidar con diligencia. Con la ayuda del Señor, no te dejes perturbar por pequeñeces que debes despreciar y olvidar. Desde que te levantes elige conscientemente estar sereno y tranquilo. La persistente interiorización de estos valores, producirá sus frutos.
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: «También es semejante el Reino de los Cielos a una red que se echa en el mar y recoge peces de todas clases; y cuando está llena, la sacan a la orilla, se sientan, y recogen en cestos los buenos y tiran los malos. Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Habéis entendido todo esto?» Dícenle: «Sí». Y Él les dijo: «Así, todo escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de una casa que saca de sus arcas lo nuevo y lo viejo». Y sucedió que, cuando acabó Jesús estas parábolas, partió de allí. (Mt 13,47-53)

Comentario
Hoy, el Evangelio constituye una llamada vital a la conversión. Jesús no nos ahorra la dureza de la realidad: «Saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos y los echarán en el horno de fuego» (Mt 13,49-50). ¡La advertencia es clara! No podemos quedarnos dormidos.
Ahora debemos optar libremente: o buscamos a Dios y el bien con todas nuestras fuerzas, o colocamos nuestra vida en el precipicio de la muerte. O estamos con Cristo o estamos contra Él. Convertirse significa, en este caso, optar totalmente por pertenecer a los justos y llevar una vida digna de hijos. Sin embargo, tenemos en nuestro interior la experiencia del pecado: vemos el bien que deberíamos hacer y en cambio obramos el mal; ¿cómo intentamos dar una verdadera unidad a nuestras vidas? Nosotros solos no podemos hacer mucho. Sólo si nos ponemos en manos de Dios podremos lograr hacer el bien y pertenecer a los justos.
«Por el hecho de no estar seguros del tiempo en que vendrá nuestro Juez, debemos vivir cada jornada como si nos tuviera que juzgar al día siguiente» (San Jerónimo). Esta frase es una invitación a vivir con intensidad y responsabilidad nuestro ser cristiano. No se trata de tener miedo, sino de vivir en la esperanza este tiempo que es de gracia, alabanza y gloria.
Cristo nos enseña el camino de nuestra propia glorificación. Cristo es el camino del hombre, por tanto, nuestra salvación, nuestra felicidad y todo lo que podamos imaginar pasa por Él. Y si todo lo tenemos en Cristo, no podemos dejar de amar a la Iglesia que nos lo muestra y es su cuerpo místico. Contra las visiones puramente humanas de esta realidad es necesario que recuperemos la visión divino-espiritual: ¡nada mejor que Cristo y que el cumplimiento de su voluntad!
Rev. D. Ferran JARABO i Carbonell (Agullana, Girona, España)

Santoral Católico:
San Pedro Crisólogo
Obispo y Doctor de la Iglesia
Nació hacia el año 380 en Imola (Emilia-Romaña, Italia), y entró a formar parte del clero de aquella ciudad. El año 424 fue elegido obispo de Ravena, e instruyó a su grey, de la que era pastor celosísimo, con su ejemplo y con abundantes sermones y escritos; poseemos unos 180 sermones suyos. Mantuvo unas fructíferas relaciones con la emperatriz Gala Plácida, con los obispos de su tiempo y sobre todo con el papa san León Magno. El título de Crisólogo, "palabra de oro", le fue dado en consonancia con la erudición y elocuencia de sus sermones. Murió en Imola el 30 de julio, hacia el año 450.
Oración: Señor Dios, que hiciste de tu obispo san Pedro Crisólogo un insigne predicador de la Palabra encarnada, concédenos, por su intercesión, guardar y meditar en nuestros corazones los misterios de la salvación y vivirlos en la práctica con fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano    

Palabras del Papa Francisco

“Queridos jóvenes, no tengan miedo del matrimonio:
Cristo acompaña con su gracia a los esposos que permanecen unidos a él”

Temas Médicos:
Carta desde un geriátrico
Muy apreciado amigo:

Principio las líneas de esta carta para agradecerle su visita. ¡Recibimos tan pocas…! Pero, en fin, no debo quejarme. Antes bien, agradezco a Dios por tantos y tantos años de vida que me ha otorgado.

Cumplí ya seis años en este asilo donde por mi propia voluntad me he confinado. He conocido en esta larga estancia a muchos viejos y a muchas ancianitas, y aunque sabemos que nuestra estancia en este mundo es ya corta, eso no ha impedido que hayamos llegado a estimarnos y extrañar a los que se van yendo; el día que hay una defunción se respira aquí un silencio impresionante.

Mi estancia en el mundo exterior era ya insostenible: creo que fue un error el haber invitado a mi hijo y su familia a vivir en mi casa cuando enviudé… Pero me apenaba que él, a pesar de frisar ya en los cuarenta, no tenía un ingreso fijo y mis nietos corrían el mismo peligro que él, de quedarse sin estudiar… Por otra parte, mi nuera se había comportado con respeto hacia mí, por lo que decidí ayudarlos. Me decía: “Tal vez sea lo último que haga en esta vida”.

Cuando ellos hubieron tomado posesión de la casa, poco a poco fui perdiendo terreno. Les molestaba que yo oyera mis canciones antiguas, e iban hacia mi equipo de música y sin ninguna explicación las cambiaban por canciones modernas que sencillamente no aguanto, pero que ellos preferían…

Poco a poco fueron desapareciendo los retratos de mis padres, de mi esposa, de los niños de mis hijos, e incluso los míos. Les molestaba mi incipiente sordera lo cual no me impedía oírlos cuchichear que yo era un viejo desaseado y latoso y se lamentaban que no me muriera pronto.

Me parecieron injustificados los calificativos sobre mi persona, ya que si algo bueno tengo es ser pulcro y tratar de no molestar a nadie. Mi pensión y el modesto capital que logré acumular me permitían antes de que ellos llegaran, tener la alacena y el refrigerador bien surtidos, pero ya instalados ellos en la casa, apenas me dejaban algo para comer y eso con malas caras cuando yo consumía lo que había adquirido con mi dinero.

Varios años pasé y aunque a veces estaba a punto de estallar los disculpaba argumentando que eran parte de mi propia sangre… No obstante mi sufrimiento, logré que mis nietos obtuvieran un título, pero no logré que fueran, si no agradecidos, siquiera respetuosos conmigo. En los últimos tiempos habitaba yo en el cuarto de servicio, fuera de la casa, lugar que me había destinado mi nuera.

En virtud que difícilmente podía caminar hasta el banco para cobrar mi pensión o los retiros de dinero que yo necesitaba, les pedía a ellos ya fuera que me acompañaran o les pedía que me cambiaran algún cheque: para que me acompañaran tenía que pagarles, y de los cheques me entregaban siempre cantidades menores a las retiradas.

El fracaso personal y la debilidad de carácter de mi hijo convirtieron a aquella familia en un matriarcado. En una ocasión en que me enfrenté a esa mujer y le reclamé su actitud y su injusticia e incluso la amenacé con lanzarla de la casa en compañía de sus hijos, me respondió que la propietaria de la casa era ella y que el que tenía que largarse era yo… Mi hijo me rogó que no ingresara al asilo y a pesar de que incluso débilmente me defendió ante ella, él estuvo también en peligro de ser lanzado igual que yo de esta morada que yo construí con el trabajo de los mejores años de mi juventud.

Estoy tranquilo: acá se me trata bien. Me apena y me inquieta únicamente el que yo no pueda proyectar algo para el mañana porque la organización de la institución está a cargo de las autoridades de la misma… Aquí es uno completamente dependiente y aun cuando la mayoría de los internos somos seniles y nuestro cerebro no tiene ya capacidad de juicio claro, algunos que como yo (perdonando un juicio un tanto presuntuoso) tenemos aún la mente lúcida, sufrimos porque nos tratan a todos igual y no se toman en cuenta algunas opiniones sobre modificaciones y mejoras al sistema, que en ocasiones respetuosamente sugerimos.

Ocasionalmente, más por interés que por amor, viene a visitarme mi hijo y siempre lo ayudo. Sin embargo, he hecho las diligencias necesarias para que el día que el Señor me llame, que creo que ya será pronto, mi modesto capital y mi casa pasen a poder del fideicomiso que maneja este asilo, donde yo y muchos como yo hemos venido a vivir en paz, a refugiarnos en los últimos días de la vida.

Y a usted, que ha tenido la gentileza de leer esta carta le digo: ¡Ayuden a los viejitos de los asilos! Si los jóvenes nos ponemos a pensar que un día llegaremos al invierno de nuestras vidas y que quizás estemos en una situación parecida a este relato, tal vez esto no pasaría con tanta frecuencia. Debemos respetar a los ancianos, ya que ellos son un manantial de sabiduría y experiencia…

¡Gracias y que Dios lo bendiga!

Unidos a María
Si es un gran consuelo saber que Dios nos ha creado por amor, nos conserva en la existencia por amor y nos quiere en el Cielo con Él por amor; también es una verdad muy consoladora el saber que la Virgen nos ama con un amor ilimitado y también Ella nos quiere en el Paraíso junto a sí y a su Dios. Si pensáramos más y meditáramos esta verdad de que María nos ama tanto, ya no estaríamos inseguros y temerosos de nada, porque estaríamos seguros de que esta Madre no nos dejará a las fauces de los enemigos, sino que intervendrá cuando sea necesario como una loba en defensa de sus cachorros. ¡Con María no hay nada que temer! ¡Sólo con invocarla en nuestro auxilio y todo miedo desaparece y todo enemigo retrocede! Estamos contentos de tener una madre en la tierra que nos ama y nos cuida, si es que por desgracia no somos huérfanos; pero mucho más contentos debemos estar porque tenemos una Madre en el Cielo que es toda bondad y nos ama y nos cuida a la perfección.

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

miércoles, 29 de julio de 2015

Pequeñas Semillitas 2747

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 10 - Número 2747 ~ Miércoles 29 de Julio de 2015
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Perdonarse a uno mismo a veces resulta mucho más difícil que perdonar a alguien más. Cuando llevamos algún sentimiento de culpa por algo que ha sucedido en el pasado, sentimos profundamente, por lo general, una horrible sensación de infelicidad. Es importante para todos, que nos podamos perdonar para poder avanzar y liberarnos de esas angustias que desestabilizan todos nuestros sentidos. Perdonarse a sí mismo, también ayuda a sanar nuestra salud.
Por eso hoy, como “tema del día”, presentamos una oración liberadora, en la que podemos recurrir a diario, si es necesario, en los momentos de debilidad o de oscuridad, que puede ayudarnos a encontrar ese perdón interior que cure nuestras propias heridas. La oración está tomada de la página “Píldoras de Fe”

¡Buenos días!

Salir de uno mismo
Te ofrezco hoy, una reflexión sobre la importancia de salir al encuentro de los demás. “Si el grano de arena no forma duna, se lo lleva el viento. Si la gota de agua no se confunde con el torrente, la evapora el calor. Si tú no te unes a la comunidad, viviendo en ella y para ella, fácilmente te puedes perder” (Alfonso Milagro).
                 
Partir es, ante todo, salir de uno mismo, romper la coraza de egoísmo que intenta aprisionarnos en nuestro propio “yo”. Partir es dejar de dar vueltas alrededor de uno mismo, como si ése fuera el centro del mundo y de la vida. Partir es no dejarse encerrar en el círculo de los problemas del pequeño mundo al que pertenecemos, cualquiera sea su importancia. La humanidad es más grande, y es a ella a quien debemos servir. Partir no es devorar kilómetros, atravesar los mares o alcanzar velocidades supersónicas. Es, ante todo, abrirse a los otros, descubrirlos, ir a su encuentro; abrirse a otras ideas, incluso a las que se oponen a las nuestras. Es tener el aire de un buen caminante. (Mons. Helder Cámara).

“Hazme comprender, Señor, que fui creado no como un ser acabado y encerrado sino como en tensión y movimiento hacia los demás; que debo participar de la riqueza de los demás y dejar que los demás participen de mi riqueza; y que encerrarse es muerte y abrirse es vida, libertad, madurez”.  Busca hoy ocasiones de trabar un fructuoso diálogo con tus semejantes.
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude». Le respondió el Señor: «Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada». (Lc 10,38-42)

Comentario
Hoy, también nosotros —atareados como vamos a veces por muchas cosas— hemos de escuchar cómo el Señor nos recuerda que «hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola» (Lc 10,42): el amor, la santidad. Es el punto de mira, el horizonte que no hemos de perder nunca de vista en medio de nuestras ocupaciones cotidianas.
Porque “ocupados” lo estaremos si obedecemos a la indicación del Creador: «Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla» (Gn 1,28). ¡La tierra!, ¡el mundo!: he aquí nuestro lugar de encuentro con el Señor. «No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del Maligno» (Jn 17,15). Sí, el mundo es “altar” para nosotros y para nuestra entrega a Dios y a los otros.
Somos del mundo, pero no hemos de ser mundanos. Bien al contrario, estamos llamados a ser —en bella expresión de Juan Pablo II— “sacerdotes de la creación”, “sacerdotes” de nuestro mundo, de un mundo que amamos apasionadamente.
He aquí la cuestión: el mundo y la santidad; el tráfico diario y la única cosa necesaria. No son dos realidades opuestas: hemos de procurar la confluencia de ambas. Y esta confluencia se ha de producir —en primer lugar y sobre todo— en nuestro corazón, que es donde se pueden unir cielo y tierra. Porque en el corazón humano es donde puede nacer el diálogo entre el Creador y la criatura.
Es necesaria, por tanto, la oración. «El nuestro es un tiempo de continuo movimiento, que a menudo desemboca en el activismo, con el riesgo fácil del “hacer por hacer”. Tenemos que resistir a esta tentación, buscando “ser” antes que “hacer”. Recordemos a este respecto el reproche de Jesús a Marta: ‘Tú te afanas y te preocupas por muchas cosas y sin embargo sólo una es necesaria’ (Lc 10,41-42)» (Juan Pablo II).
No hay oposición entre el ser y el hacer, pero sí que hay un orden de prioridad, de precedencia: «María ha elegido la parte buena, que no le será quitada» (Lc 10,42).
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Santoral Católico:
Santa Marta de Betania
Hermana de Lázaro y María
Era hermana de María y de Lázaro, la familia de Betania amiga de Jesús, en cuya casa el Señor se encontraba muy a gusto. San Juan nos dice que «Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro» (Jn 11,5). Dos escenas del evangelio nos lo evidencian. Marta acogió en su casa a Jesús; éste se entretenía con María; Marta se quejó de la falta de colaboración de su hermana, y entonces escuchó el dulce reproche de Señor que establece la jerarquía de valores: «Marta, Marta, una sola cosa es necesaria» (Lc 10,41-42); Marta hospedó al Señor y le sirvió con esmero. No menos emotivo es el episodio de la resurrección de Lázaro, y el diálogo que la precede entre Jesús y Marta cuando ésta sale a su encuentro y acaba confesando: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo, que has venido al mundo» (Jn 11,27).
Oración: Dios todopoderoso, tu Hijo aceptó la hospitalidad de santa Marta y se albergó en su casa; concédenos, por intercesión de esta santa mujer, servir fielmente a Cristo en nuestros hermanos y ser recibidos, como premio, en tu casa del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano    

La frase de hoy

"Mañana tal vez tengamos que sentarnos frente a nuestros hijos
y decirles que fuimos derrotados.
Pero no podremos mirarlos a los ojos y decirles
que viven así porque no nos animamos a pelear"
~ Mahatma Gandhi ~

Tema del día:
Oración del perdón
Mi amado Jesús, he venido hasta Ti en este momento porque sé que sólo Tú me puedes ayudar, quiero contarte ahora lo que hay en mi corazón. Sé que Tú me puedes llenar de bendición, por eso, te entrego todo lo que soy, toma mi vida, toma el desierto de mi vida y hazlo florecer. Tú me has dicho que no me vas a abandonar y yo confío en esa palabra, creo en ella, creo que es una promesa de amor.

Quiero pedirte perdón por mis pecados. Derrama tu sangre bendita sobre mí, perdóname, Señor mío, por todo aquello que no he hecho bien, por todo el mal que he hecho queriendo hacer el bien. No he actuado como corresponde.

Reconozco mis faltas, muchas veces, a diario, me olvido de Ti, me he olvidado de tu amor, de tu misericordia, por las veces que he transformado mi vida en algo sin norte, sin rumbo. Muchas veces he creído en muchas cosas fuera de Ti y no en tu amor sincero, por eso, Padre mío, a Ti que me amas incondicionalmente, te pido perdón por mis pecados, por conservar también rencor en mi corazón, por no perdonarme a mí mismo el daño que he causado, por las veces que he creído en maleficios, en embrujos, en esoterismos y cosas sin sentido que me han alejado de tu bondad.

Rompe Señor, con todas esas cadenas que me han atado a vivir una vida llena de dolor y sufrimiento. A veces pienso que es tan grave mi falta que no soy digno de tu perdón, por ello, te ruego, te imploro, te suplico, que siembres en mi alma, la humildad, el amor, la confianza para poder perdonarme esas heridas que me dejaron los vacíos de no tenerte y de apartarte de mí.

Te pido perdón, Jesús mío, por todas las faltas cometidas contra mis hermanos, he caído en las habladurías y he hablado mal de ellos, he actuado mal y no he sabido vivir el servicio de la generosidad, solidaridad y amabilidad con ellos, he actuado cegado por la rabia, por la ira, perdón Señor, perdón.

Perdóname por los momentos en que he querido lanzar la toalla, que no he valorado que soy hechura tuya. Perdóname cuando he gritado al mundo entero que no puedo más, que ya no puedo seguir.

Perdóname por los momentos en que no me he valorado, en que he pensado que de nada sirvo en este mundo. Quiero sentir que limpias mi corazón, que me liberas. Quiero saber que Tú estás conmigo y que toda frustración y todo deseo de miseria que habita en mí, quede destruido por el poder de tu Cruz.

Sólo Tú, Señor de la historia, me das vida en abundancia, por eso me retiro confiado de saberme perdonado, sano y liberado por tu amor.

Lléname de tu fuerza de ahora en adelante, necesito siempre de tu amor, de tu perdón, de tu alegría para vivir. Quiero sentir tu presencia, tu paz, tu gozo en cada circunstancia de mi vida. Lléname de tu poder, lléname de fortaleza y por sobre todo, envíame tu Espíritu Santo, el gran Consolador, para que guíe mis pasos y pueda caminar hacia Ti, sintiéndome perdonado y amado por Ti.

Me perdono, me perdono, me perdono por tu amor y por tu bondad, me perdono por tu Cruz y por tu Palabra que todo lo sana y todo lo renueva. Amén
Padre Pedro Guerra, S.E.

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Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los inmigrantes del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración para José Carlos y su esposa, que viven en Michigan, USA, y están pasando momentos muy difíciles por problemas matrimoniales, con dos niños en medio. Que el Señor, con su infinita misericordia, toque el corazón de estos esposos para que decidan lo que sea mejor para ellos y los hijos. 

Pedimos oración para María Luz, de Buenos Aires, Argentina, una joven amputada de ambas piernas, con problemas de esclerodermia activa, depresión y otros problemas médicos, que necesita toda la fuerza de Jesús y de María para poder seguir haciendo frente a todas estas situaciones.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Unidos a María
Esta debe ser nuestra máxima ambición: morir sobre el pecho de María, pues allí no nos alcanzará la justa mano de Dios ni la astucia de los demonios y de todo el Infierno que querrá perdernos a último momentos, sabiendo que ya nos estamos por escapar de sus manos maléficas. Hay promesas solemnes de María en que nos asegura que el que la honre diariamente con el rezo de siete avemarías recordando sus siete dolores, tendrá la dicha de ver el rostro de la Virgen en el momento de la muerte. También el rezo de tres avemarías en honor del poder, sabiduría y amor que le concedió la Santísima Trinidad, hace que la tengamos como Protectora en el momento crucial de nuestra muerte. Dicen que el árbol cae hacia el lado en que está inclinado. Por eso inclinémonos durante toda nuestra vida hacia María, tengámosle una tierna y constante devoción, y entonces en el momento de nuestra muerte la veremos y nos reclinaremos sobre su pecho virginal y moriremos en paz y nos salvaremos.

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

martes, 28 de julio de 2015

Pequeñas Semillitas 2746

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 10 - Número 2746 ~ Martes 28 de Julio de 2015
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
El sol y el viento discutían para ver quién era el más fuerte. El viento decía: ¿Ves aquel anciano envuelto en una capa? Te apuesto a que le haré quitar la capa más rápido que tú.
Se ocultó el sol tras una nube y comenzó a soplar el viento, cada vez con más fuerza, hasta ser casi un ciclón, pero cuanto más soplaba tanto más se envolvía el hombre en la capa. Por fin el viento se calmó y se declaró vencido.
Y entonces salió el sol y sonrió benignamente sobre el anciano. No pasó mucho tiempo hasta que el anciano, acalorado por la tibieza del sol, se quitó la capa.
El sol demostró entonces al viento que la suavidad y el amor de los abrazos son más poderosos que la furia y la fuerza. Esopo (600 AC)

¡Buenos días!

Cambio de domicilio
Cultiva una actitud mental positiva. No juzgues nunca el día por el clima. Protégete de los mensajes negativos. Enumera tus bendiciones y agradécelas a Dios. No pierdas nunca tu admiración por la belleza del universo. Te presento una persona que cada mañana toma una excelente decisión:

La pequeña y bien perfumada anciana de 78 años, con su cabello arreglado a la perfección, se muda hoy a un asilo. Recientemente ha fallecido su esposo a los 80. Después de esperar con paciencia en el recibidor del nuevo asilo, sonrió con dulzura, cuando se le dijo que su cuarto estaba listo. Mientras se desplazaba en andador hacia el ascensor, le describieron los detalles de su pequeño cuarto, incluyendo las cortinas que colgaban de la ventana. "Me encanta", afirmó con entusiasmo. "Sra. Páez, no ha visto el cuarto, espere". "Eso no importa", respondió. “La felicidad es una decisión que tomo cada mañana, cuando me levanto. Puedo elegir: pasar el día en la cama, repasando las partes de mi cuerpo que no funcionan, o salir de la cama y estar agradecida por las que sí funcionan". "Cada día es un regalo, y mientras se abran mis ojos pensaré en el nuevo día y en los recuerdos felices que alegran mi vida”.

Aquello que te dices a ti mismo afecta radicalmente la calidad de tu vida y tu habilidad para hacer cosas efectivamente. Eres lo que piensas. Si tu discurso interior es negativo, serás pesimista y trabado en todo. Por el contrario, si tu conversación interior es positiva, serás dinámico, entusiasta, decidido. Está alerta, vigílate,  y desecha todo lo perjudicial.
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús despidió a la multitud y se fue a casa. Y se le acercaron sus discípulos diciendo: «Explícanos la parábola de la cizaña del campo». Él respondió: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino; la cizaña son los hijos del Maligno; el enemigo que la sembró es el Diablo; la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.
»De la misma manera, pues, que se recoge la cizaña y se la quema en el fuego, así será al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los obradores de iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga». (Mt 13,36-43)

Comentario
Hoy, mediante la parábola de la cizaña y el trigo, la Iglesia nos invita a meditar acerca de la convivencia del bien y del mal. El bien y el mal dentro de nuestro corazón; el bien y el mal que vemos en los otros, el que vemos que hay en el mundo.
«Explícanos la parábola» (Mt 13,36), le piden a Jesús sus discípulos. Y nosotros, hoy, podemos hacer el propósito de tener más cuidado de nuestra oración personal, nuestro trato cotidiano con Dios. —Señor, le podemos decir, explícame por qué no avanzo suficientemente en mi vida interior. Explícame cómo puedo serte más fiel, cómo puedo buscarte en mi trabajo, o a través de esta circunstancia que no entiendo, o no quiero. Cómo puedo ser un apóstol cualificado. La oración es esto, pedirle “explicaciones” a Dios. ¿Cómo es mi oración? ¿Es sincera?, ¿es constante?, ¿es confiada?
Jesucristo nos invita a tener los ojos fijos en el Cielo, nuestra casa para siempre. Frecuentemente vivimos enloquecidos por la prisa, y casi nunca nos detenemos a pensar que un día —lejano o no, no lo sabemos— deberemos dar cuenta a Dios de nuestra vida, de cómo hemos hecho fructificar las cualidades que nos ha dado. Y nos dice el Señor que al final de los tiempos habrá una tría. El Cielo nos lo hemos de ganar en la tierra, en el día a día, sin esperar situaciones que quizá nunca llegarán. Hemos de vivir heroicamente lo que es ordinario, lo que aparentemente no tiene ninguna trascendencia. ¡Vivir pensando en la eternidad y ayudar a los otros a pensar en ello!: paradójicamente, «se esfuerza para no morir el hombre que ha de morir; y no se esfuerza para no pecar el hombre que ha de vivir eternamente» (San Julián de Toledo).
Recogeremos lo que hayamos sembrado. Hay que luchar por dar hoy el 100%. Y que cuando Dios nos llame a su presencia le podamos presentar las manos llenas: de actos de fe, de esperanza, de amor. Que se concretan en cosas muy pequeñas y en pequeños vencimientos que, vividos diariamente, nos hacen más cristianos, más santos, más humanos.
Rev. D. Iñaki BALLBÉ i Turu (Rubí, Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Pedro Poveda
Sacerdote y Mártir
Nació en Linares (Jaén, España) en 1874. Ordenado sacerdote en Guadix, desempeñó un intenso apostolado. En 1902 incorporó a sus actividades la promoción humana y cristiana de los habitantes de las Cuevas de Guadix, que sufrían paro, hambre, analfabetismo y soledad. En 1906 fue nombrado canónigo de la basílica de Santa María de Covadonga (Asturias), donde, atento al entorno en que vivía, descubrió la llamada al mundo de la educación, para el que se preparó en Jaén, donde se fue consolidando la Institución Teresiana iniciada en Covadonga. En 1921 fue nombrado capellán real, lo que le obligó a residir en Madrid. Fue maestro de oración, pedagogo de la vida cristiana y de las relaciones entre la fe y la ciencia. Promovió planes para la creación de escuelas en zonas rurales y elaboró un proyecto de Universidad católica en España. Desencadenada la guerra civil, fue detenido en Madrid el 27 de julio de 1936, y fusilado a la mañana siguiente. Juan Pablo II lo canonizó el año 2003.
Oración: Señor Dios nuestro, que has concedido a san Pedro Poveda, fundador de la Institución Teresiana, impulsar la acción evangelizadora de los cristianos mediante la educación y la cultura, y entregar la vida en martirio como «sacerdote de Jesucristo»; haz que sepamos, como él, participar fielmente en la misión de la Iglesia con el testimonio de nuestra vida cristiana y la entrega generosa al anuncio de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano    

Palabras del Papa Francisco

“El apego a las riquezas es el inicio de todo tipo de corrupción… ¿Por qué? Porque aquellos que viven apegados al propio poder, a las propias riquezas, creen que están en el paraíso. Están cerrados, no tienen horizonte, no tienen esperanza. Y al final, deberán dejar todo”

Tema del día:
Delimitación de responsabilidades

Señores Padres: No soy docente, pero convivo con una, lo cual por un lado me permite saber en qué consiste su trabajo, y por el otro me da la ventaja de no tener compromisos con los padres de los alumnos, por lo cual voy a decirles lo que pienso, como es mi costumbre.

Si usted es de esos padres en vías de extinción que se preocupan por la educación de sus hijos, entonces no lea el siguiente texto ya que no es para usted.

En cambio si es de esa nueva generación de padres "modernos y copados" que creen que la escuela es un depósito de chicos para que no molesten cuando usted chatea en Facebook, mira fútbol y novelas, o simplemente duerme la siesta, entonces hágame el favor de leer estas definiciones que seguramente le aclararán el panorama:

- Los docentes enseñan lengua, pero enseñarle a su hijo a no vagar por la calle a los gritos faltando el respeto a quienes lo oyen le corresponde a usted.

- Los docentes enseñan anatomía, pero enseñarle a no embarazarse a los 13 años le corresponde a usted.

- Los docentes enseñan biología, pero enseñarle a no matar por diversión le corresponde a usted.

- Los docentes enseñan informática, pero enseñarle a no pasarse 10 horas por día en las redes sociales le corresponde a usted.

- Los docentes enseñan dibujo y pintura, pero enseñarle a no escribir paredes y rayar autos le corresponde a usted.

- Los docentes enseñan contabilidad, pero enseñarle a no gastar la plata en alcohol, tabaco y drogas le corresponde a usted.

- Los docentes enseñan geografía, pero enseñarle a no estar el día entero fuera de su casa le corresponde a usted.

- Los docentes enseñan ética, pero enseñarle a respetar a los mayores y no burlarse de las personas con discapacidades le corresponde a usted.

- Los docentes enseñan gimnasia, pero enseñarle a no correr huyendo de sus actos irresponsables le corresponde a usted.

- Los docentes enseñan historia, pero enseñarle a forjarse una propia, limpia de manchas le corresponde a usted.

- Los docentes enseñan matemáticas, pero enseñarle a no SUMAR errores, a no RESTAR esfuerzos, a no MULTIPLICARSE antes de tiempo, y a no DIVIDIR familias, eso le corresponde a usted.

Las sociedades funcionan cuando todos hacen su aporte. Los docentes, aunque mal pagos, hacen su trabajo con vocación.

Usted señor padre....... ¿está haciendo el suyo?
Desconozco el autor

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los inmigrantes del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Hacemos un pedido de oraciones por varias personas de diversas nacionalidades, expresando acá la información tal como ha llegado a nosotros, y con la seguridad que aunque falten algunos datos, el Señor los conoce: José Luis D. P., de Madrid, España, que este miércoles tiene que realizar estudios neurológicos; por Lucas, de Quilmes, Argentina, atropellado por un automóvil y con diversas fracturas y traumatismo de cráneo grave; por Beatriz, de Santa Fe, Argentina; por el matrimonio de Ángel Erick y Rosario Adriana para que puedan superar los embates del maligno; por Juan José L., de provincia de Buenos aires, Argentina, muy delicado por un ataque cardíaco; por el seminarista Luis Maximiliano, que llegue a ser un buen sacerdote; por Graciela, de Argentina. Nos unimos en oración.

Pedimos oración para José Ignacio (Iñaki), de México, para que el Espíritu Santo guíe a los médicos que lo atienden por su cardiopatía.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Unidos a María
¡Ay de nosotros si María no fuera tan solícita con todo el género humano! Haría ya un buen tiempo que la tierra con todos sus habitantes habría dejado de existir. Porque María ha intervenido en la historia de la humanidad, en los momentos más graves, para salvarnos una y mil veces de la ira de Dios. ¡Cuántas veces los pecados de los hombres superaron la medida y la Virgen intercedió ante el trono de Dios para aplacar la Justicia divina! Ahora también la humanidad está en una encrucijada y María, con sus apariciones, mensajes, lacrimaciones incluso de sangre, nos está advirtiendo de que corremos peligro, de que por nuestros pecados nos estamos atrayendo el justo castigo. Acudamos, pues, a Ella, y supliquémosle nuevamente, otra vez más, por nuestra salvación. Que nos ayude de convertirnos nosotros y a ayudar a convertir a los hombres, a evangelizar. Que detenga todavía por un tiempo los castigos para poder tener la oportunidad de hacer volver a los hombres a Dios, con nuestra oración, penitencia y buenas obras. Estemos tranquilos que teniendo a María en el Cielo, junto a Dios, estamos protegidos y amparados.

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-