PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 8 - Número 2165 ~ Viernes
4 de Octubre de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Hoy celebramos la fiesta de San Francisco de Asís, el
santo en quien se ha inspirado el Papa para elegir su nombre pontificio.
En una carta a los fieles, San Francisco decía, entre
otras cosas:
¡Qué dichosos y
benditos son los que aman al Señor y cumplen lo que dice el mismo Señor en el
Evangelio: Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, y
al prójimo como a ti mismo!... Procuremos, además, dar frutos de verdadero
arrepentimiento. Y amemos al prójimo como a nosotros mismos. Tengamos caridad y
humildad y demos limosna, ésta lava las almas de la inmundicia del pecado. En
efecto, los hombres pierden todo lo que dejan en este mundo; tan sólo se llevan
consigo el premio de su caridad y las limosnas que practicaron, por las cuales
recibirán del Señor la recompensa y una digna remuneración… El Espíritu del
Señor reposará sobre los que así obren y perseveren hasta el fin, y los
convertirá en el lugar de su estancia y su morada, y serán hijos del Padre
celestial, cuyas obras imitan; ellos son los hermanos y las madres de nuestro
Señor Jesucristo.
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo: «¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de
ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que
se han hecho en vosotras, tiempo ha que, sentados con sayal y ceniza, se
habrían convertido. Por eso, en el Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón
que para vosotras. Y tú, Cafarnaúm, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta
el Hades te hundirás! Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a
vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que
me ha enviado».
(Lc 10,13-16)
Comentario
Hoy vemos a Jesús dirigir su mirada hacia aquellas
ciudades de Galilea que habían sido objeto de su preocupación y en las que Él
había predicado y realizado las obras del Padre. En ningún lugar como Corazín,
Bet-Saida y Cafarnaúm había predicado y hecho milagros. La siembra había sido
abundante, pero la cosecha no fue buena. ¡Ni Jesús pudo convencerles...! ¡Qué
misterio, el de la libertad humana! Podemos decir “no” a Dios... El mensaje
evangélico no se impone por la fuerza, tan sólo se ofrece y yo puedo cerrarme a
él; puedo aceptarlo o rechazarlo. El Señor respeta totalmente mi libertad. ¡Qué
responsabilidad para mí!
Las expresiones de Jesús: «¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti,
Betsaida!» (Lc 10,13) al acabar su misión apostólica expresan más sufrimiento
que condena. La proximidad del Reino de Dios no fue para aquellas ciudades una
llamada a la penitencia y al cambio. Jesús reconoce que en Sidón y en Tiro
habrían aprovechado mejor toda la gracia dispensada a los galileos.
La decepción de Jesús es mayor cuando se trata de
Cafarnaúm. «¿Hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás!»
(Lc 10,15). Aquí Pedro tenía su casa y Jesús había hecho de esta ciudad el
centro de su predicación. Una vez más vemos más un sentimiento de tristeza que
una amenaza en estas palabras. Lo mismo podríamos decir de muchas ciudades y
personas de nuestra época. Creen que prosperan, cuando en realidad se están
hundiendo.
«Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha» (Lc
10,16). Estas palabras con las que concluye el Evangelio son una llamada a la
conversión y traen esperanza. Si escuchamos la voz de Jesús aún estamos a
tiempo. La conversión consiste en que el amor supere progresivamente al egoísmo
en nuestra vida, lo cual es un trabajo siempre inacabado. San Máximo nos dirá:
«No hay nada tan agradable y amado por Dios como el hecho de que los hombres se
conviertan a Él con sincero arrepentimiento».
Rev. D. Jordi SOTORRA i Garriga (Sabadell, Barcelona,
España)
Santoral Católico:
San Francisco de Asís
Fundador de la Orden de los
Franciscanos
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net
¡Buenos días!
La sonrisa
Hoy te ofrezco un conjunto de buenas razones para
cultivar con perseverancia el hábito de la sonrisa en tu rostro, avalada por un
corazón sinceramente anclado en la alegría y gozo del espíritu. Es en verdad un
tema para que lo reflexiones con detenimiento. “La alegría es el perfume de
Dios percibido por el alma”, escribió un pensador con perfil de poeta.
La sonrisa es el
más saludable masaje de belleza para el rostro; el pasaporte al reino de los
Cielos; el ropaje más lindo del alma; el mejor antídoto contra las
preocupaciones; la canción de los Ángeles; la seriedad arrepentida; la oración
de los sabios; la contraseña
entre los amigos; la puerta de la cooperación entre conocidos y desconocidos;
alienta la buena voluntad en los negocios; acorta el tiempo de la angustia;
crea la felicidad en la pareja y en el hogar; una clara manifestación de salud
mental, emocional y espiritual; descanso para los fatigados; calor para los
tristes; luz para los decepcionados; es como el sol: ilumina, calienta y
se irradia.
Un autor espiritual dice: “Si sucede alguna vez que no te
dan la sonrisa esperada, sé generoso y da la tuya. Porque nadie tiene tanta
necesidad de una sonrisa, como aquel que no sabe sonreír a los demás”. Pide al
Espíritu Santo el don de la alegría cada día y, si no te sientes alegre,
empieza a sonreír y una fresca alegría surgirá de tu alma.
Padre Natalio
La frase de hoy
“Yo necesito pocas cosas,
y las pocas cosas que necesito
las necesito poco”
San Francisco de Asís
Tema del día:
Cántico de la Criaturas
Omnipotente, altísimo, bondadoso Señor, tuyas son las alabanzas,
la gloria y el honor; tan sólo tú eres digno de toda bendición, y nunca es
digno el hombre de hacer de ti mención.
Loado seas por toda criatura, mi Señor, y en especial
loado por el hermano sol, que alumbra, y abre el día, y es bello en su
esplendor, y lleva por los cielos noticia de su autor.
Y por la hermana luna, de blanca luz menor, y las
estrellas claras, que tu poder creé, tan limpias, tan hermosas, tan vivas como
son, y brillan en los cielos: ¡loado, mi Señor!
Y por la hermana agua, preciosa en su candor, que es
útil, casta, humilde: ¡loado, mi Señor! Por el hermano fuego, que alumbra al
irse el sol, y es fuerte, hermoso, alegre: ¡loado, mi Señor!
Y por la hermana tierra, que es toda bendición, la
hermana madre tierra, que da en toda ocasión las hierbas y los frutos y flores
de color, y nos sustenta y rige: ¡loado, mi Señor!
Y por los que perdonan y aguantan por tu amor los males
corporales y la tribulación: ¡felices los que sufren en paz con el dolor,
porque les llega el tiempo de la consolación!
Y por la hermana muerte: ¡loado, mi Señor! Ningún
viviente escapa de su persecución; ¡ay si en pecado grave sorprende al pecador!
¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!
¡No probarán la muerte de la condenación! Servidle con ternura
y humilde corazón. Agradeced sus dones, cantad su creación. Las criaturas
todas, load a mi Señor. Amén.
San Francisco de Asís
Mensaje de María Reina de la
Paz
Mensaje de María
Reina de la Paz del 2 de octubre de 2013
“Queridos hijos, os amo con amor materno, y con paciencia
maternal espero vuestro amor y vuestra unidad. Oro, para que seais la comunidad
de los hijos de Dios, de mis hijos. Oro, para que como comunidad os vivifiquéis
gozosamente en la fe y en el amor de Mi Hijo. Hijos míos, os reúno como mis
apóstoles y os enseño cómo dar a conocer a los demás el amor de mi Hijo, cómo
llevar a ellos la Buena Nueva, que es mi Hijo. Entregadme vuestros corazones
abiertos y purificados y yo los llenaré de amor hacia mi Hijo. Su amor dará
sentido a vuestra vida y yo caminaré con vosotros. Estaré con vosotros hasta el
encuentro con el Padre Celestial. Hijos míos, se salvarán solo aquellos que con
amor y fe caminan hacia el Padre Celestial. ¡No tengáis miedo, estoy con
vosotros! Tened confianza en vuestros pastores, como la tuvo mi Hijo cuando los
eligió, y orad para que ellos tengan fuerza y amor para guiaros. ¡Os doy las
gracias!”
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la
Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por el eterno descanso del alma de José Alvaro Gómez Solano, de Colombia,
rogando al Padre que lo reciba en sus habitaciones celestiales, especialmente
preparadas para él, y otorgue fortaleza, fe y esperanza a su familia.
Pedimos oración por las víctimas de la nueva tragedia ocurrida en Lampedusa (sur de Italia), donde una precaria barcaza con inmigrantes se hundió y han muerto una cantidad cercana a 200 personas. Que el Señor los reciba con los brazos abiertos en el cielo para enseñar a los hombres cómo hay que tratar a los hermanos más desfavorecidos.
Pedimos oración por las víctimas de la nueva tragedia ocurrida en Lampedusa (sur de Italia), donde una precaria barcaza con inmigrantes se hundió y han muerto una cantidad cercana a 200 personas. Que el Señor los reciba con los brazos abiertos en el cielo para enseñar a los hombres cómo hay que tratar a los hermanos más desfavorecidos.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
“Intimidad Divina”
Bienaventurados
los pobres
Jesús comenzó la predicación del Reino anunciando las
disposiciones espirituales necesarias para conseguirlo; la primera se refiere a
la pobreza: “Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el
Reino de los Cielos” (Mt 5, 3). El Señor, en la sinagoga de Cafarnaún había ya
leído, aplicándosela a sí la profecía de Isaías: “El Espíritu del Señor sobre
mí; me ha enviado a anunciar a los pobres la Buena Nueva” (Lc 4, 18). En el
Antiguo Testamento, no siempre eran los pobres rodeados de estima y simpatía,
antes se los tenía en poco, al paso que las riquezas eran consideradas como
signo de la bendición divina. Poco a poco esa mentalidad materialista se fue
transformando hasta considerar a los pobres como protegidos especialmente por
Dios y sus amigos… Los pobres sobre los que Dios se inclina con amor y que
Jesús llama dichosos, son los que no sólo aceptan su condición de desheredados,
sino que hacen de ella un medio para acercarse a Dios con humildad y confianza,
esperando de él solamente todo su bien. La Virgen María es de ellos, o, como dice
el Concilio, “sobresale entre los humildes y pobres del Señor, que
confiadamente esperan y reciben de él la salvación” (LG 55).
Los pobres que Jesús alaba no son los haraganes, los
ineptos o perezosos, sino los que trabajando por mejorar lícitamente su condición,
no están ávidos de ganancias y riquezas de manera que pongan en ellas su
tesoro, olvidando los bienes más altos que les esperan. Por otra parte, cuando
Jesús, como dando vuelta a las bienaventuranzas, dice “¡Ay de vosotros, ricos!,
porque habéis recibido vuestro consuelo” (Lc 6, 24), no condena los bienes
materiales, sino su posesión y uso desordenados e injustos que hacen naufragar
el corazón del hombre en el ansia exclusiva de los bienes terrenos, cerrándolo
al deseo de Dios y a la caridad para con los necesitados. Es la triste historia
del rico epulón que, entregado a los placeres de la mesa, no tenía un solo
pensamiento para el pobre Lázaro mendigo a su puerta (Lc 16, 19-31). Jesús pide
a todos sus discípulos que sean “pobres de espíritu”, de modo que la
preocupación por la escasez de medio o el apego a las riquezas no se conviertan
nunca en un obstáculo a la búsqueda de Dios, no estorben la amistad con él ni
agraven el corazón con el cuidado excesivo por el bienestar material.
Por eso la Iglesia amonesta a todos sus hijos que,
mientras desarrollan la acción temporal “respeten la justa jerarquía de
valores, con fidelidad a Cristo y su Evangelio, a fin de que toda su vida, así
la individual como la social, quede saturada con el espíritu de las bienaventuranzas
y particularmente con el espíritu de pobreza” (GS 72). Pero Jesús pide también
a todos una pobreza más elevada, que es el desasimiento de los bienes morales y
hasta de los espirituales. Quien tiene pretensiones de estima y consideración de
las criaturas, quien está apegado a la propia voluntad y a las propias ideas o
es demasiado amante de su independencia, el que busca en Dios gustos y
consuelos espirituales, no es pobre de espíritu sino rico poseedor de sí mismo.
“Si quieres ser perfecto –escribe San Juan de la Cruz–, vende tu voluntad… y
ven a Cristo por la mansedumbre y humildad y síguelo hasta el Calvario y el
sepulcro”. Es lo mismo que exigió el Señor: “Si alguno quiere venir en pos de
mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame” (Mt 16, 24).
Oh Jesús, tu
primera compañía en la tierra fue la pobreza voluntaria, continua, perfecta,
suma… Quisiste venir y ser pobre en todo lo temporal… De las cosas de este
mundo no quisiste recibir sino extrema indigencia, con penuria, hambre y sed,
frío y calor, mucha fatiga, dureza y austeridad… Quisiste vivir pobre de
parientes y amigos y de todo afecto temporal… En fin, te despojaste de ti
mismo; te hiciste pobre de tu poder y sabiduría, de tu gloria. Dios increado y
humanado, Dios encarnado y paciente, quisiste aparecer y vivir en este mundo
como un hombre pobre, sin poder, limitado e ínfimo, sin gloria, carente de toda
sabiduría humana. ¡Oh menospreciada pobreza! ¡Oh pobreza rechazada… en este
mundo por la gente de toda condición! ¿Dónde encontrar una criatura que pueda
gloriarse de estar unida a tan perfecta compañía? Dichosa la criatura que en su
penitencia puede exaltarse en esta compañía, desde el momento que tú, oh
Cristo, has querido recibirla en ti como medio de adoctrinamiento. (Santa Ángela
de Foligno)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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