jueves, 21 de mayo de 2009

Pequeñas Semillitas 0731

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0731 ~ Jueves 21 de Mayo de 2009
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)



Hola !!!
Quien se compromete con las necesidades y aspiraciones de los demás está cerca de Dios. Conoce a Dios. Da fruto.
Quien ama, sea o no católico, incluso si se confiesa agnóstico o ateo, “conoce a Dios”. Quien no ama, sea católico practicante o agnóstico o ateo, “no ha conocido a Dios”.
Eso afirma Jesús en la parábola del juicio final: no nos va a preguntar si somos hombre o mujer, casados, solteros, religiosos, monjas, monjes, ni por nuestra profesión, ni por nuestras ideas, ni sobre conceptos teológicos o dogmáticos.
Únicamente importará la calidad de nuestro amor: “lo que hicisteis a mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis”.


La Palabra de Dios : Evangelio del día


En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver». Entonces algunos de sus discípulos comentaron entre sí: «¿Qué es eso que nos dice: ‘Dentro de poco ya no me veréis y dentro de otro poco me volveréis a ver’ y ‘Me voy al Padre’?». Y decían: «¿Qué es ese ‘poco’? No sabemos lo que quiere decir». Se dio cuenta Jesús de que querían preguntarle y les dijo: «¿Andáis preguntándoos acerca de lo que he dicho: ‘Dentro de poco no me veréis y dentro de otro poco me volveréis a ver?’. En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo».
(Juan 16, 16-20)

Comentario
Hoy contemplamos de nuevo la Palabra de Dios con la ayuda del evangelista Juan. En estos últimos días de Pascua sentimos una inquietud especial por hacer nuestra esta Palabra y entenderla. La misma inquietud de los primeros discípulos, que se expresa profundamente en las palabras de Jesús —«Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver» (Jn 16,16)— concentra la tensión de nuestras inquietudes de fe, de búsqueda de Dios en nuestra vida cotidiana.
Los cristianos del siglo XXI sentimos la misma urgencia que los cristianos del primer siglo. Queremos ver a Jesús, necesitamos experimentar su presencia en medio de nosotros, para reforzar nuestra fe, esperanza y caridad. Por esto, nos provoca tristeza pensar que Él no esté entre nosotros, que no podamos sentir y tocar su presencia, sentir y escuchar su palabra. Pero esta tristeza se transforma en alegría profunda cuando experimentamos su presencia segura entre nosotros.
Esta presencia, así nos lo recordadaba Juan Pablo II en su última Carta encíclica Ecclesia de Eucharistia, se concreta —específicamente— en la Eucaristía: «La Iglesia vive de la Eucaristía. Esta verdad no expresa solamente una experiencia cotidiana de fe, sino que encierra en síntesis el núcleo del misterio de la Iglesia. Ésta experimenta con alegría cómo se realiza continuamente, en múltiples formas, la promesa del Señor: ‘He aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo’ (Mt 28,20). (...) La Eucaristía es misterio de fe y, al mismo tiempo, “misterio de luz”. Cada vez que la Iglesia la celebra, los fieles pueden revivir de algún modo la experiencia de los dos discípulos de Emaús: «Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron» (Lc 24,31)».
Pidamos a Dios una fe profunda, una inquietud constante que se sacie en la fuente eucarística, escuchando y entendiendo la Palabra de Dios; comiendo y saciando nuestra hambre en el Cuerpo de Cristo. Que el Espíritu Santo llene de luz nuestra búsqueda de Dios.
Rev. D. Joan Pere Pulido i Gutiérrez (Molins de Rei-Barcelona, España)


Santoral Católico

Santa María Magdalena de Pazzi

Nació en Florencia, Italia, en el año 1556. Perteneció a la familia de los Pazzi, familia que dio a la nación famosos políticos y militares y a la Iglesia Católica una de sus más grandes santas.

Mostró desde muy niña inclinación por la vida religiosa por lo que ingresó al convento de las Carmelitas. Hizo sus tres votos o juramentos de pobreza, castidad y obediencia antes que las demás novicias, porque le llegó una grave enfermedad que la llevó casi a la muerte.

Cuando la transportaban a la enfermería después de hacer sus tres votos, Magdalena tuvo su primer éxtasis que le duró más de una hora. Su rostro apareció ardiente, y deshecha en lágrimas sollozaba y repetía: "Oh amor de Dios que no eres conocido ni amado: ¡cuán ofendido estás!". En los siguientes cuarenta días tuvo inmensas consolaciones espirituales y recibió gracias extraordinarias.

Desde entonces fue creciendo sin cesar su deseo de sufrir por Cristo y por la conversión de los pecadores. A una religiosa que le preguntaba cómo podía soportar sus dolores sin proferir ni una sola palabra de impaciencia, le respondió: "Pensando y meditando en los sufrimientos que Jesucristo padeció en su santísima Pasión y muerte. Quien mira las heridas de Jesús crucificado y medita en sus dolores, adquiere un gran valor para sufrir sin impacientarse y todo por amor a Dios".

En medio de su éxtasis, abrazando su crucifijo, con rostro brillante exclamaba: "Oh Jesús mío, concédeme palabras eficaces para convencer al mundo de que tu amor es grande y verdadero y que nuestro egoísmo es engañoso y tramposo".

Le aparecieron en las manos y en los pies, los estigmas o heridas de Cristo Crucificado. Le producían dolores muy intensos, pero ella se entusiasmaba al poder sufrir más y más por hacer que Cristo fuera más amado y más obedecido y por obtener que más almas se salvaran.

Tres religiosas, encargadas por el director espiritual, escribían lo que la santa iba diciendo, especialmente durante sus éxtasis. Estas revelaciones se publicaron en un libro titulado "Contemplaciones", el cual llegó a ser un verdadero tratado de teología mística...

Además de los dolores físicos le llegó lo que los santos llaman "La noche oscura del alma". Una cantidad impresionante de tentaciones impuras, sentimientos de tristeza y desgano espiritual, falta de confianza y de alegría. Sufría de violentos dolores de cabeza y se paralizaba frecuentemente. La piel se le volvía tan sensible que el más leve contacto le producía una verdadera tortura.

El 25 de mayo del año 1607, al morir quedó bella y sonrosada. Tenía apenas 41 años. Su cuerpo se conserva todavía incorrupto en el convento carmelita de Florencia donde vivió.


Pensamiento


"Decide que puede hacerse y se hará, y entonces hallarás la manera. Casi todas las personas son tan felices como se deciden a serlo"
Abraham Lincoln


Tema del día :
Una caricia al alma


Cuando tengas que arrancarte alguna espina que el contacto con la tierra te haya impuesto en la piel del alma, refléjate en los colores incesantes de las flores de alegría que mi amistad te ha ofrecido...

Cuando tengas que arrastrar alguna piedra del camino a recorrer, detente a contar los kilómetros seguros en que hemos transitado juntos.

Cuando tengas que sanar algún momento de tristeza, medita en las horas de deleite y esperanza que te alimentan todos los días.

Cuando tengas que preguntar por qué Dios ha creado las sombras de la noche, piensa en los millones de estrellas que las sombras te descubren y que son sólo para ti.

Cuando tengas que atravesar alguna dificultad del mundo, suma las bendiciones que ya posees y sentirás el corazón bautizado en el océano de la bondad de Dios.

No pierdas tu fe entre las sombras del mundo. Aunque tus pies estén sangrando, ¡camina siempre para el frente! Cree y trabaja, porque a tu lado siempre va un ángel. Todo pasa y todo se renueva en la tierra.

Eleva hoy entonces, tu mirada y camina!!! Lucha y sigue adelante!!! Aprende a adelantarte!!!

Algunos días, es posible que la tempestad te amargue, o el corazón te atormente, o un ideal te aguijonee con la aflicción, pero no te olvides que: ¡Dios se disfraza muchas veces de problema, para probarte, para enseñarte y para cuidarte!

Ten fe, y avanza siempre, sigue adelante y ten siempre tu alma de pié. Vive plenamente el presente y disfruta de todo el camino, pues la meta no está al final del mismo, sino en cada paso que des.

Tu felicidad depende de ti mismo; fluye desde a dentro y puedes ser feliz en cualquier parte y a toda edad. Absorbe cada momento de tu vida, con la pasión con que se vive algo que se tiene sólo por una vez.

Envejecer es natural, la vida es maravillosa en todas sus etapas y nunca es demasiado tarde para empezar de nuevo. Rompe con lo convencional y toma las riendas de tu vida.

Habrá quienes no te entiendan, no necesitas que todo el mundo te apoye. Es más, precisas gente que te critique y te dé la espalda; de esa manera podrás moldear tu flexibilidad, tu humor y tu fortaleza.

¡Recuerda que... tú eres fuerte! Recuerda que tu felicidad nace de adentro, que no puedes ni debes depender de las circunstancias, porque éstas son cambiantes.

Comprende tu naturaleza, acéptala y... pon de pie a tu alma!!

Acepta el desafío de vivir plenamente en tiempos turbulentos. Y si no hay una puerta de salida en la situación en que te encuentres, entonces... ¡Rompe la pared y sigue adelante!

Tú eres la persona que más amas, y en ese contexto de amor y respeto toma la firme decisión de jamás darte por vencido...

Sonríe... ¡La vida es bella!

Graciela de Alegrett


Familia :
Acerca del matrimonio


¿Qué nos diréis sobre el matrimonio, Maestro? Y él respondió, diciendo:

Nacisteis juntos y juntos para siempre. Estaréis juntos cuando las alas blancas de la muerte esparzan vuestros días. Sí; estaréis juntos en la memoria silenciosa de Dios.

Pero dejad que haya espacios en vuestra cercanía. Y dejad que los vientos del cielo dancen entre vosotros. Amaos el uno al otro, pero no hagáis del amor una atadura.

Que sea, más bien, un mar movible entre las costas de vuestras almas. Llenaos uno al otro vuestras copas, pero no bebáis de una sola copa. Daos el uno al otro de vuestro pan, pero no comáis del mismo trozo. Cantad y bailad juntos y estad alegres, pero que cada uno de vosotros sea independiente. Dad vuestro corazón, pero no para que vuestro compañero lo tenga, porque sólo la mano de la vida puede contener corazones. Y estad juntos, pero no demasiado juntos, porque los pilares del templo están aparte. Y, ni el roble crece bajo la sombra del ciprés ni el ciprés bajo la del roble.

Gibran Khalil Gibran


Meditación breve


Durante la oración construyo una conciencia cada vez mayor de la presencia de Dios en mí. Esta conciencia de Dios dentro de mí aumenta mi percepción de Dios en el prójimo.
Percibo una esperanza en situaciones donde había creído que no había ninguna. Observo un carácter sagrado en otras personas, cualquiera sea su personalidad o su estado de ánimo.
Consciente de la belleza en mi mundo, avivo en mí la alegría de vivir. El estímulo que recibe mi imaginación me motiva para fijarme nuevas metas.
Como soy sensible a los sentimientos ajenos, escucho con amor y percibo el gozo, la preocupación o la soledad que está más allá de las palabras que otros
pronuncian. Me regocijo con su gozo y oro con ellos para que todas sus necesidades queden satisfechas.
Tengo conciencia de que Dios está presente en mí y en mi alrededor.


Pedidos de oración


Pedimos oración por Oscar R. que vive en Salta, Argentina, tiene 40 años y una familia, y está enfermo desde hace un tiempo y sumido además en un estado depresivo que determina que no cumpla los tratamientos. Sumamos al pedido de oración a todo su grupo familiar encabezado por Néstor, su padre, quienes están sufriendo la angustia que determina esta situación. Oramos por todos ellos.



Pedimos oración por Alberto P. que vive en San Fernando, Buenos Aires, Argentina, y que tiene un problema pulmonar por lo cual se le ha realizado una biopsia de la cual se aguarda el resultado. Invocamos a María Santísima para que interceda por él para que todo sea benigno y su salud se resuelva favorablemente.



Pedimos oración por Inés, de La Banda, Santiago del Estero, Argentina, simplemente para que el Señor bondadoso la ayude a recuperar su sonrisa, su voz y su alegría...


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


Mayo mes de María


Día 21

En 1808 el ejército napoleónico entró en la pequeña localidad de Guadix. Alarcón relata algunos sucesos ocurridos en su pueblo. Éste entre otros:

"El general recibe noticias de boca del jefe de la expedición.

- ¿Cuántos prisioneros traéis? -Le pregunta-. ¡Necesitamos ahorcarlos para que escarmienten los demás pueblos del partido!

- Sólo traigo dos: un viejo y un muchacho. ¡En toda la villa no encontré más enemigos!-responde el jefe bajando los ojos.

Entonces el general no puede menos de admirar la actitud verdaderamente antigua, clásica, espartana de aquellos montañeses. Pero con todo, insiste en que sean ahorcados los dos débiles prisioneros... Nuestros padres nos han referido muchas veces de aquella ejecución... Pero nosotros la contaremos rápidamente... Son de índole demasiado feroz para que la pluma se detenga en su relato. Ataron una soga al cuello del niño, y lo arrojaron desde un mirador de la casa del ayuntamiento a la plaza mayor del pueblo. Rompióse la soga, que sin duda era vieja, y el niño cayó contra el empedrado. Anudaron la parte rota, tornaron a subir a la pobre criatura, colgáronlo de nuevo, y la soga se volvió a romper.

El niño quedo en el suelo sin poder moverse. No había muerto pero todas sus costillas se habían roto. Entonces un oficial de dragones, conmovido al mirar que se pensaba en colgarlo por tercera vez, llegóse al infeliz... y le deshizo la cabeza de un pistoletazo. Saciada de este modo, al menos por aquel día, la ferocidad de los vencedores, dignáronse perdonar al anciano enfermo, el cual había presenciado toda la anterior escena acurrucado al pie de una columna, esperando a que le llegase su vez de ser ahorcado.

Diéronle, pues libertad, y el pobre viejo salió de la plaza corriendo y tambaleándose, y tomó el camino de su pueblo, donde murió de tristeza aquella misma noche. ¡El niño asesinado... era su hijo!"

¡Pobre niño y pobre viejo! Quizá nos podamos haber acostumbrado al drama de la cruz ¡Pobre Jesucristo y pobre María!

Madre mía, que no me acostumbre a ver crucifijos; que no me acostumbre a vivir la Misa como si allí no ocurriese nada, como si nadie sufriese en ella. Ayúdame a ser generoso e ir a Misa con toda la frecuencia que me sea posible: ¡qué necesite la Misa!

Continúa hablándole con tus palabras un rato.

Texto escrito por José Pedro Manglano Castellary (Sacerdote)
Tomado del Web Católico de Javier
http://webcatolicodejavier.org/


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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