jueves, 22 de enero de 2009

Pequeñas Semillitas 0623

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0623 ~ Jueves 22 de Enero de 2009
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)



Hola !!!
La indiscreción es dañina y puede aportarte datos confidenciales a que no tienes derecho.
El que ansía conocer intimidades ajenas, nunca se satisface de ver, escuchar y averiguar; pero, los datos que obtiene, sólo le sirven para estimular su enfermiza manía de penetrar el secreto del otro, con el fin regularmente, de desacreditarlo ante la opinión pública.
El indiscreto es imprudente y el resultado de sus actitudes es casi siempre su propia desgracia.



La Palabra de Dios : Evangelio del día



En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos hacia el mar, y le siguió una gran muchedumbre de Galilea. También de Judea, de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán, de los alrededores de Tiro y Sidón, una gran muchedumbre, al oír lo que hacía, acudió a Él. Entonces, a causa de la multitud, dijo a sus discípulos que le prepararan una pequeña barca, para que no le aplastaran. Pues curó a muchos, de suerte que cuantos padecían dolencias se le echaban encima para tocarle. Y los espíritus inmundos, al verle, se arrojaban a sus pies y gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios». Pero Él les mandaba enérgicamente que no le descubrieran.
(Marcos 3, 7-12)

Comentario
Hoy, todavía reciente el bautismo de Juan en las aguas del río Jordán, deberíamos recordar el talante de conversión de nuestro propio bautismo. Todos fuimos bautizados en un solo Señor, una sola fe, «en un solo Espíritu para formar un solo cuerpo» (1Cor 12,13). He aquí el ideal de unidad: formar un solo cuerpo, ser en Cristo una sola cosa, para que el mundo crea.
En el Evangelio de hoy vemos cómo «una gran muchedumbre de Galilea» y también otra mucha gente procedente de otros lugares (cf. Mc 3,7-8) se acercan al Señor. Y Él acoge y procura el bien para todos, sin excepción. Esto lo hemos de tener muy presente durante el octavario de oración para la unidad de los cristianos.
Démonos cuenta de cómo, a lo largo de los siglos, los cristianos nos hemos dividido en católicos, ortodoxos, anglicanos, luteranos, y un largo etcétera de confesiones cristianas. Pecado histórico contra una de las notas esenciales de la Iglesia: la unidad.
Pero aterricemos en nuestra realidad eclesial de hoy. La de nuestro obispado, la de nuestra parroquia. La de nuestro grupo cristiano. ¿Somos realmente una sola cosa? ¿Realmente nuestra relación de unidad es motivo de conversión para los alejados de la Iglesia? «Que todos sean uno, para que el mundo crea» (Jn 17,21), ruega Jesús al Padre. Éste es el reto. Que los paganos vean cómo se relaciona un grupo de creyentes, que congregados por el Espíritu santo en la Iglesia de Cristo tienen un solo corazón y una sola alma (cf. Hch 4,32-34).
Recordemos que, como fruto de la Eucaristía —a la vez que la unión de cada uno con Jesús— se ha de manifestar la unidad de la Asamblea, ya que nos alimentamos del mismo Pan para ser un solo cuerpo. Por tanto, lo que los sacramentos significan, y la gracia que contienen, exigen de nosotros gestos de comunión hacia los otros. Nuestra conversión es a la unidad trinitaria (lo cual es un don que viene de lo alto) y nuestra tarea santificadora no puede obviar los gestos de comunión, de comprensión, de acogida y de perdón hacia los demás.
Rev. D. Melcior Querol i Solà (Ribes de Freser-Girona, España)



Santoral Católico



San Vicente, mártir



Vicente significa: "Vencedor, victorioso".

San Vicente era un diácono español, y su martirio se hizo tan famoso que San Agustín le dedicó cuatro sermones y dice de él que no hay provincia donde no le celebren su fiesta. Roma levantó tres iglesias en honor de San Vicente y el Papa San León lo estimaba muchísimo. El poeta Prudencio compuso en honor de este mártir un himno muy famoso.

Era diácono o ayudante del obispo de Zaragoza, San Valerio. (Diácono es el grado inmediatamente inferior al sacerdocio). Como el obispo tenía dificultades para hablar bien, encargaba a Vicente la predicación de la doctrina cristiana, lo cual hacía con gran entusiasmo y consiguiendo grandes éxitos por su elocuencia y su santidad.

El emperador Diocleciano decretó la persecución contra los cristianos, y el gobernador Daciano hizo poner presos al obispo Valerio y a su secretario Vicente y fueron llevados prisioneros a Valencia. No se atrevieron a juzgarlos en Zaragoza porque allí la gente los quería mucho. En la cárcel les hicieron sufrir mucha hambre y espantosas torturas para ver si renegaban de la religión. Pero cuando fueron llevados ante el tribunal, Vicente habló con tan grande entusiasmo en favor de Jesucristo, que el gobernador regañó a los carceleros por no haberlo debilitado más con más atroces sufrimientos. Les ofrecieron muchos regalos y premios si dejaban la religión de Cristo y se pasaban a la religión pagana. El obispo encargó a Vicente para que hablara en nombre de los dos, y éste dijo: "Estamos dispuestos a padecer todos los sufrimientos posibles con tal de permanecer fieles a la religión de Nuestro Señor Jesucristo". Entonces el perseguidor Daciano desterró al obispo y se dedicó a hacer sufrir a Vicente las más espantosas torturas para tratar de hacerlo abandonar su santa religión.

El primer martirio fue un tormento llamado "el potro", que consistía en amarrarles cables a los pies y a las manos y tirar en cuatro direcciones distintas al mismo tiempo. Este tormento hacía que se desanimaran todos los que no fueran muy valientes. Pero Vicente, fiel a su nombre, que también significa "valeroso", aguantó este terrible suplicio rezando y sin dejar de proclamar su amor a Jesucristo.

El segundo tormento fue apalearlo. El cuerpo de Vicente quedó masacrado y envuelto en sangre. Pero siguió declarando que no admitía más dioses que el Dios verdadero, ni más religión sino la de Cristo. El mismo jefe de los verdugos se quedó admirado ante el valor increíble de este mártir.

Entonces el gobernador le pidió que ahora sí le dijera dónde estaban las Sagradas Escrituras de los cristianos para quemarlas. Vicente dijo que prefería morir antes que decirle este secreto.

Y vino el tercer tormento: la parrilla al rojo vivo. Lo extendieron sobre una parrilla calientísima erizada de picos al rojo vivo. Los verdugos echaban sal a sus heridas y esto le hacía sufrir mucho más. Y en todo este feroz tormento, Vicente no hacía sino alabar y bendecir a Dios.

San Agustín dice: "El que sufría era Vicente, pero el que le daba tan grande valor era Dios. Su carne al quemarse le hacía llorar y su espíritu al sentir que sufría por Dios, le hacía cantar". Si no hubiera sido porque Nuestro Señor le concedió un valor extraordinario, Vicente no habría sido capaz de aguantar tantos tormentos. Pero Dios cuando manda una pena, concede también el valor para sobrellevarla.

El tirano mandó que lo llevaran a un oscuro calabozo cuyo piso estaba lleno de vidrios cortantes y que lo dejaran amarrado y de pie hasta el día siguiente para seguirlo atormentando para ver si abandonaba la religión de Cristo. El poeta Prudencio dice: "El calabozo era un lugar más negro que las mismas tinieblas; un covacho que formaban las estrechas piedras de una bóveda inmunda; era una noche eterna donde nunca penetraba la luz".

Interviene Dios. Pero a medianoche el calabozo se llenó de luz. A Vicente se le soltaron las cadenas. El piso se cubrió de flores. Se oyeron músicas celestiales. Y una voz le dijo: "Ven valeroso mártir a unirte en el cielo con el grupo de los que aman a Nuestro Señor". Al oír este hermoso mensaje, San Vicente se murió de emoción. El carcelero se convirtió al cristianismo, y el perseguidor lloró de rabia al día siguiente al sentirse vencido por este valeroso diácono.




Pensamiento



"El Rosario, aunque se distingue por su carácter mariano, es una oración centrada en la cristología. En la sobriedad de sus partes, concentra en sí la profundidad de todo el mensaje evangélico, del cual es como un compendio"
Juan Pablo II




Tema del día : El Rosario



Allá por el siglo XIII, en tiempos de las cruzadas, un fraile llamado Santo Domingo de Guzmán tuvo una idea genial: en lugar de salmos, Avemarías. Y ahí se "inventó" el Rosario como hoy lo conocemos.

¿Qué es el Rosario? ¿En qué consiste esa oración que tanto agrada a la bella Señora vestida de luz? Es la combinación de las oraciones más bellas, las oraciones predilectas, las más hermosas: el Padrenuestro, el Avemaría, el Gloria.

Cuando los Apóstoles le rogaron al Maestro: "Enséñanos a orar", Jesús les enseñó el Padrenuestro. ¡Qué decir del Avemaría! Es un piropo. Oración simple, breve, pero grande como el universo. En un Avemaría se fusionan palabras del arcángel Gabriel, de Santa Isabel y de la Iglesia. Es la primera oración que aprende el niño y la última que suspira el moribundo; el grito del pecador, la súplica del enfermo...

Y en el Rosario se dice diez, veinte..., cincuenta veces el Avemaría. ¿Por qué repetir tantas veces la misma oración? El Rosario es... como un ramo de flores. Cuando se quiere a la persona amada, no bastan tres o cuatros rosas. ¡Cuántas más, mejor! Cuando uno está enamorado, no se cansa de decirle a su amor: "te quiero", "me encanta estar contigo". Ciertamente se lo repetirá cien y mil veces. Eso es el Rosario. Una lluvia de alabanzas y versos de amor a la Madre de Dios. Es también una meditación cordial de la vida de Jesús y una súplica por nosotros, para que nos asista en el presente y en el momento del encuentro final y definitivo. Es el Evangelio resumido, concentrado, en miniatura.

El Rosario ha conservado la fe por siglos. Fue el arma que venció en Lepanto y que viajó con Cristóbal Colón hasta anclar en el continente americano. ¿Fue quizás casualidad que la carabela de los descubridores se llamara "Santa María"?

Son muchas las familias que lo rezan hacia el final de su jornada. El Papa Juan Pablo II nos enseña en su mensaje, que el Rosario "reúne a la familia contemplando a Jesucristo y recupera la capacidad de volverse a mirar a los ojos, para comunicarse, solidarizarse, perdonarse, comenzar de nuevo, con amor renovado".

Fuente: Catholic.net
Autor: P. Juan Pablo Ledesma




Meditación breve



Son hermosos los días llenos de luz. Pero, un corazón luminoso alegra el día más sombrío.
Si eres luz y ofreces el calor de tu acogida cordial a tus relacionados, crearás un ambiente de fiesta para ellos.
Di una palabra orientadora a quien no sabe a donde ir ni por donde seguir. Orienta a quien está extraviado. Conforta a quien está desanimado. Recibe, con una sonrisa bondadosa que caliente su corazón, al que está triste.
Y sobre todo, escucha con interés y atención, con amor y profundo respeto, a quien quiere desahogar sus problemas en tu corazón.




Pedidos de oración




Pedimos oración por la salud de Juan Alfredo L. quevive en Córdoba, Argentina, es el suegro de Felipe de Urca, y que, con sus 83 años de edad y sus enfermedades ya severas, ha sido nuevamente hospitalizado. Que el Señor lleno de misericordia le acompañe en estos difíciles momentos, le conceda lo que sea mejor para él y lleve paz y serenidad a su familia.



Pedimos oración por la señora Estela O., de Guatemala, Centro América, que salió ayer en la mañana de su casa y todavía no ha regresado ni se tienen noticias de ella. Sus familiares temen por ella pues no conoce bien el sector donde vive. Pedimos a Jesús, que es Luz y Camino, que la ayude a encontrar la senda de regreso a su hogar.



Nuestra apreciada lectora María Yicel R. M. que vive en la ciudad de Pitalito Huila, Colombia, nos dice que Dios le concedió el don de ser madre, que era lo que ella más anhelaba. Su hijita nació con problemas de hidrocefalia congénita y citomegalovirus, infección muy complicada que retardó su crecimiento psicomotor y neuronal. Actualmente tiene dos añitos y su cuadro general es el de un recién nacido. Sólo con la ayuda de Dios se podrá recuperar y a Él y a la Santísima Virgen invocamos para que así sea.



Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.



Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro



María es la Reina de los apóstoles. La formadora y Maestra de los apóstoles de ayer y de hoy.
Ella, desde su amoroso corazón, impulsa y anima a todos cuantos se consagran al apostolado en las formas más diversas, ayudándolos a crecer en la fidelidad al Evangelio, para poder comunicarlo a los demás. ¡Qué importante es que los apóstoles de hoy trabajen primero su fe y su fidelidad para que sus obras sean realmente evangelizadoras!
De María dice el Evangelio que fue feliz porque no solamente escuchó la palabra de Dios, sino que además la cumplió.

María, "corazón" de la comunidad apostólica y orante, enséñanos a abrirnos al Espíritu Santo de Dios para que su luz siempre nos guíe.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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