lunes, 30 de noviembre de 2020

Pequeñas Semillitas 4516

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 15 - Número 4516 ~ Lunes 30 de Noviembre de 2020
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Nadie tiene la solución de todos los problemas pero todos podemos hacer pequeñas aportaciones.
Nadie tiene el secreto de toda la verdad, pero todos podemos ofrecer nuestra opinión sincera.
La disponibilidad y el servicio tienen que ir acompañados de la sencillez.
El trato que empequeñece y crea dependencia molesta y humilla a los demás.
Seamos mansos y humildes de corazón... como Jesús.
 
¡Buenos días!
Hazme fuerte y sano
El P. Víctor Manuel Fernández ha escrito el libro “Un estímulo todos los días”, en el que distribuye a lo largo del año propuestas para una vida mejor, más plena, alegre y dinámica. Hay en él oraciones que son una ayuda excelente para obtener sanación de miedos, ansiedades y obsesiones diversas. Aquí te ofrezco una para pedir salud y fuerza.
 
Señor Jesús, lleno de salud y fuente de salud, penetra en cada uno de mis órganos con tu poder y fortalece todo mi cuerpo. Pero te ruego también que me liberes de todo temor a la enfermedad, al cansancio, al dolor, al desgaste. No permitas que viva obsesionado por mi bienestar y hazme fuerte con tu poder. Muéstrame la hermosura de participar de tu Pasión con mis dolores, ofreciéndote con amor mis molestias de cada día. Enséñame a entregarme a mis trabajos sin temor a debilitarme o desgastarme. Libérame del temor a la muerte y de todas las angustias que me perturban. Porque tú eres poderoso. Amén.
 
Me agrada esta oración porque es concreta, usa un lenguaje claro y actual, revela conocimiento de las enfermedades sicológicas, y ofrece una perspectiva bíblica y teológica para sublimar dolores y molestias de la vida. Aprovéchala para beneficio de tu cuerpo y espíritu.
* Enviado por el P. Natalio
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Rom 10,9-18
 
Salmo: Sal 19:8-11
 
Santo Evangelio: Mt 4,18-22
En aquel tiempo, caminando por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, echando la red en el mar, pues eran pescadores, y les dice: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres». Y ellos al instante, dejando las redes, Le siguieron. Caminando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo arreglando sus redes; y los llamó. Y ellos al instante, dejando la barca y a su padre, Le siguieron.
 
Comentario:
Hoy es la fiesta de san Andrés apóstol, una fiesta celebrada de manera solemne entre los cristianos de Oriente. Fue uno de los dos primeros jóvenes que conocieron a Jesús a la orilla del mar de Galilea y que tuvieron una larga conversación con Él. Enseguida buscó a su hermano Pedro, diciéndole «Hemos encontrado al Mesías» y lo llevó a Jesús (Jn 2,41). Poco tiempo después, Jesús llamó a estos dos hermanos pescadores amigos suyos, tal como leemos en el Evangelio de hoy: «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres» (Mt 4,19). En el mismo pueblo había otra pareja de hermanos, Santiago y Juan, compañeros y amigos de los primeros, y pescadores como ellos. Jesús los llamó también a seguirlo. Es maravilloso leer que ellos lo dejaron todo y le siguieron “al instante”, palabras que se repiten en ambos casos. A Jesús no se le ha de decir: “después”, “más adelante”, “ahora tengo demasiado trabajo”...
También a cada uno de nosotros —a todos los cristianos— Jesús nos pide cada día que pongamos a su servicio todo lo que somos y tenemos —esto significa dejarlo todo, no tener nada como propio— para que, viviendo con Él las tareas de nuestro trabajo profesional y de nuestra familia, seamos “pescadores de hombres”. ¿Qué quiere decir “pescadores de hombres”? Una bonita respuesta puede ser un comentario de san Juan Crisóstomo. Este Padre y Doctor de la Iglesia dice que Andrés no sabía explicarle bien a su hermano Pedro quién era Jesús y, por esto, «lo llevó a la misma fuente de la luz», que es Jesucristo. “Pescar hombres” quiere decir ayudar a quienes nos rodean en la familia y en el trabajo a que encuentren a Cristo que es la única luz para nuestro camino.
* Prof. Dr. Mons. Lluís CLAVELL (Roma, Italia)
 
Santoral Católico:
San Andrés
Apóstol
Nació en Betsaida, junto al lago de Tiberíades, y fue primero discípulo de Juan Bautista. Encontrándose éste en compañía de dos de sus discípulos, Andrés y Juan Evangelista, pasó Jesús, de quien dijo el Bautista: «He aquí el Cordero de Dios». Los dos discípulos le oyeron y siguieron a Jesús; éste, volviéndose, les preguntó: «¿Qué buscáis?». Ellos le respondieron: «¿Dónde vives?», y Jesús les contestó: «Venid y lo veréis». Ellos fueron y se quedaron con Él aquel día. Andrés se encontró después con su hermano Simón Pedro, y le dijo: «Hemos encontrado al Mesías», y lo llevó donde Jesús. Más tarde, caminando Jesús por la ribera del mar de Galilea, vio a los hermanos Simón Pedro y Andrés echando las redes, y les dijo: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres». Ellos al instante, dejando las redes, le siguieron. Según la tradición, después de Pentecostés, Andrés predicó el Evangelio en Asia Menor y en Grecia, y sufrió el martirio en Patrás de Acaya, crucificado en una cruz en forma de aspa.
Oración: Protégenos, Señor, con la constante intercesión del apóstol san Andrés, a quien escogiste para ser predicador y pastor de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net
 
Pensamiento del día
“La mente y la cara están íntimamente relacionadas. Cuando la mente está confundida, así se verá la cara; cuando la mente está triste, triste será la cara; cuando la mente está alegre, una sonrisa me iluminará. Así que, mírate todos los días en dos espejos: el primero, el espejo físico, donde verás cómo te ves y, sinceramente, muestra tu mejor sonrisa. El segundo es el espejo de tu corazón, para ver cómo te sientes y, sinceramente, busca lo mejor de ti en este espejo".
 
Historias:
El fósforo y la vela
Cierto día, el fósforo le dijo a la vela: - Hoy te encenderé.
 
- ¡Oh no!, - dijo la vela -, tú no te das cuenta que, si me enciendes, mis días estarán contados; no me hagas una maldad de esas.
 
- ¿Entonces tú quieres permanecer así toda tu vida? ¿Dura, fría y sin haber brillado nunca? - preguntó el fósforo.
 
- ¿Pero tienes que quemarme? Eso duele y además consume todas mis fuerzas, - murmuró la vela.
 
Entonces respondió el fósforo:
- ¡Tienes toda la razón! Pero esa es nuestra misión. Tú y yo fuimos hechos para ser luz y lo que yo como fósforo puedo hacer es muy poco, mi llama es pequeña y mi tiempo es corto. Pero si te paso mi llama, habré cumplido con el propósito de mi vida; yo fui hecho justamente para eso, para comenzar el fuego. Ahora, tú eres una vela y tu misión es brillar. Todo tu dolor y energía se transformará en luz y calor por un buen tiempo.
 
Oyendo eso, la vela miró al fósforo que ya estaba en el final de su llama y le dijo: - ¡Por favor, enciéndeme!
 
Y así produjo una linda y brillante llama.
 
Así como la vela, a veces, es necesario pasar por experiencias duras, experimentar el dolor y sufrimiento para que lo mejor que tenemos surja, sea compartido y podamos ser LUZ.
 
Recuerda que "mar calmado no hace buenos marineros", los mejores son revelados en las aguas agitadas.
 
Entonces, si tuvieras que pasar por la experiencia de la vela, recuerda que servir y compartir el amor es el combustible que nos mantiene vivos.
 
¡Eres la luz del mundo y tu misión es irradiar esa luz!
 
Nunca olvides que siempre debemos ser luz. Una luz que guíe, no que opaque o ciegue.
 
¡Brilla para dar brillo! 
 
(Portavoz del amor)
 
Meditaciones de Adviento
Si Dios hubiese criado mil mundos mil veces más grandes y más bellos que el presente, es cierto que esta obra sería infinitamente menor que la Encarnación del Verbo. Para ejecutar la obra del a Encarnación se ha necesitado toda la omnipotencia y sabiduría infinita de un Dios, haciendo que la naturaleza humana se uniese a una persona divina, y que una persona divina se humillase a tomar la naturaleza humana; de manera, que Dios se hizo hombre y el hombre se hizo Dios; y habiéndose unido la divinidad del Verbo al alma y al cuerpo de Jesucristo, se hicieren divinas todas las acciones de este hombre-Dios: divinas sus oraciones, divinos los padecimientos, divinos los vagidos, divinas las lágrimas, divinos los pasos, divinos los miembros, divina aquella sangre, para hacer de ella un baño de salud destinado a lavar todos nuestros pecados, y un sacrificio de infinito valor, para aplacar la justicia del Padre justamente indignado con los hombres.
Y ¿quiénes son al fin estos hombres? Miserables criaturas, ingratas y rebeldes. 
Y ¡por ellas hacerse un Dios hombre! ¡Sujetarse a las mismas miserias humanas! ¡Padecer y morir por salvar a estos seres indignos! Se humilló a si mismo, dice san Pablo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz (Flp 2, 8).
¡Oh fe santa! Si tú no nos asegurases de esto, ¿quién podría creer jamás que un Dios de infinita majestad se haya abajado hasta hacerse pasible y mortal como nosotros, para salvarnos a costa de tantas penas e ignominias, y de una muerte cruel y vergonzosa? ¡Oh gracia! ¡Oh fuerza de amor! Exclama san Bernardo. ¡Oh gracia! que ni aun podrían imaginársela los hombres si Dios mismo no hubiera pensado hacérsela! ¡Oh amor divino, que no podrá jamás comprenderse! ¡Oh misericordia! ¡Oh caridad infinita, digna solamente de una bondad infinita!
(San Alfonso María de Ligorio)
 
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por los jóvenes, especialmente los que han caído en las drogas o cualquier tipo de adicción, por las víctimas de trata, por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, por lo no nacidos, por la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. En este tiempo pedimos especiales oraciones por todas las personas que en diversos países del mundo han sido afectadas por el coronavirus, rogando que el Sagrado Corazón de Jesús nos proteja ante esta terrible pandemia, y que con fe y esperanza, y siguiendo las indicaciones médicas de prevención, el riesgo de contagio vaya disminuyendo en todo el planeta y los que están enfermos se sanen.
 
Pedimos oración por el eterno descanso de Natividad Blanca G., de Argentina, que entregó su alma al Señor el pasado 22 de julio. Que Dios la tenga en su Reino.
 
Pedimos oración para Giorgio B., de 72 años de edad, que vive en Madrid, España, que se encuentra ingresado luego de una intervención de alto riesgo (trasplante de riñón). Que la Virgen de Adviento interceda por él ante Jesús para su pronta recuperación.
 
Pedimos oración para Ana María C., 65 años, de Córdoba, Argentina, que por un accidente ha sufrido fractura de radio y cúbito del antebrazo izquierdo, por lo que debió ser operada y ahora tendrá un largo tiempo de rehabilitación. Rogamos la mediación del Sano Cura Brochero para que el Señor le conceda una rápida curación.
 
Pedimos oración para un sacerdote de Perú, el Padre Emmanuel Cueto Ramos, que ha quedado totalmente ciego a causa de un tumor maligno, y aun así sigue celebrando la Eucaristía (con la lógica ayuda). Lo dejamos en las manos de la Santísima Virgen para que Ella sea mediadora ante Jesús pidiendo por él.
 
Pedimos oración para dos personas de Buenos Aires, Argentina: Ricardo Luis, 78 años, que mañana será operado para reemplazo de cadera por prótesis de titanio; y Héctor, que está muy grave con neumonía bilateral. Que la Virgen María, protagonista fundamental de este Adviento, los cubra a ambos con su manto de amor y protección.
 
Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia. Escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos y conceda a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
 
¡Hasta mañana! con Madre Teresa
Noviembre 30
Si aprendemos el silencio, aprendemos dos cosas: la oración y la humildad. No puedes amar si no eres humilde, y no puedes ser humilde si no amas. Dios habla desde el silencio del corazón. No hay silencio si no hay cosas dentro.
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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domingo, 29 de noviembre de 2020

Pequeñas Semillitas 4515

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 15 - Número 4515 ~ Domingo 29 de Noviembre de 2020
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Iniciamos hoy el Adviento, tiempo litúrgico en el que la Iglesia nos prepara para la llegada del Señor. Se inicia cuatro domingos antes del 25 de diciembre y constituye el inicio del año litúrgico.
Adviento significa venida. La venida de Cristo al mundo se realiza en un triple plan:
PASADO: venida histórica a Palestina.
PRESENTE: venida sacramental, hoy.
FUTURO: venida gloriosa al fin del mundo.
Cristo está viniendo hoy y aquí, a nosotros, dentro de nosotros. Nos está haciendo concorpóreos suyos, solidarios de su persona y de su misterio redentor. Mediante el don de su palabra y de la eucaristía, Cristo se graba en nosotros. Nos hace su cuerpo. Su venida gloriosa al final de los tiempos no será otra cosa que la revelación de las venidas que ahora realiza en nosotros. Hay continuidad real entre su venida actual y su venida gloriosa. Exactamente igual como la semilla se prolonga en el fruto. Esta es la verdad de fe más grandiosa. Quien quiera encontrarse con el Cristo viviente, debe penetrar en el misterio de su presencia, a través de la liturgia. Es necesario que el cristiano tenga mirada interior. El Adviento es radicalmente cercanía y presencia del Señor.
 
¡Buenos días!
Generosidad
Al nacer se nos regaló un capital de tiempo, capacidad de trabajo, un temperamento y carácter especial, y una vocación señalada por nuestras aptitudes e inclinaciones… ¿Cómo usas estos dones? ¿Pasas por la vida haciendo el bien, ayudando, ofreciendo tus capacidades? No las escondas con egoísmo, porque se atrofiarían.
 
Reúnen a todos los soldados en el patio del cuartel y forman una línea, y el sargento dice: —El que tenga una navaja, dé un paso al frente. Y un soldado dijo: —Yo tengo una, mi sargento. Y el sargento dice: —Okay, usted se va a Hawai por una semana, y todos los gastos pagados. Al siguiente día, el sargento vuelve a preguntar: —El que tenga una navaja, dé un paso al frente. Y todos dan un paso al frente y el sargento les dice: —¡Okay, hoy, todos a pelar papas!
 
El mal ha entrado en el mundo por la puerta del egoísmo humano, que es negación del amor y búsqueda desenfrenada del propio bienestar. Cada día puedes empezar a ser generoso en gestos pequeños. Con la práctica se te irá abriendo el corazón, descubrirás la alegría de dar y comprobarás, maravillado, que recibes mucho más de lo que das.
* Enviado por el P. Natalio
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Isaías 63:16-17, 19; 64:2-7
 
Salmo: Sal 80:2-3, 15-16, 18-19
 
Segunda Lectura: I Corintios 1:3-9
 
Santo Evangelio: Mc 13,33-37
En aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos: «Estad atentos y vigilad, porque ignoráis cuándo será el momento. Al igual que un hombre que se ausenta deja su casa, da atribuciones a sus siervos, a cada uno su trabajo, y ordena al portero que vele; velad, por tanto, ya que no sabéis cuándo viene el dueño de la casa, si al atardecer, o a media noche, o al cantar del gallo, o de madrugada. No sea que llegue de improviso y os encuentre dormidos. Lo que a vosotros digo, a todos lo digo: ¡Velad!».
 
Comentario:
Hoy iniciamos con toda la Iglesia un nuevo Año Litúrgico con el primer domingo de Adviento. Tiempo de esperanza, tiempo en el cual se renueva en nuestros corazones el recuerdo de la primera venida del Señor, en humildad y ocultación, y se renueva el anhelo del retorno de Cristo en gloria y majestad.
Este domingo de Adviento está profundamente marcado por una llamada a la vigilancia. San Marcos incluye hasta tres veces en las palabras de Jesús el mandamiento de “velar”. Y la tercera vez lo hace con una cierta solemnidad: «Lo que a vosotros digo, a todos lo digo: ¡Velad!» (Mc 13,37). No es sólo una recomendación ascética, sino una llamada a vivir como hijos de la luz y del día.
Esta llamada está dirigida no solamente a sus discípulos, sino a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, como una exhortación que nos recuerda que la vida no tiene sólo una dimensión terrenal, sino que está proyectada hacia un “más allá”. El ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios, dotado de libertad y responsabilidad, capaz de amar, tendrá que rendir cuentas de su vida, de cómo ha desarrollado las capacidades y talentos que de Dios ha recibido; si los ha guardado egoístamente, o si los ha hecho fructificar para la gloria de Dios y al servicio de los hermanos.
La disposición fundamental que hemos de vivir y la virtud que hemos de ejercitar es la esperanza. El Adviento es, por excelencia, el tiempo de esperanza, y la Iglesia entera está llamada a vivir en la esperanza y a llegar a ser un signo de esperanza para el mundo. Nos preparamos para conmemorar la Navidad, el inicio de su venida: la Encarnación, el Nacimiento, su paso por la tierra. Pero Jesús no nos ha dejado nunca; permanece con nosotros de diversas maneras hasta la consumación de los siglos. Por esto... «¡Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría!» (Papa Francisco).
* Mons. Josep Àngel SAIZ i Meneses Obispo de Terrassa (Barcelona, España)
 
Palabras de San Juan Pablo II
“Estamos ya habituados al término “adviento”, sabemos qué significa: pero precisamente por el hecho de estar tan familiarizados con él, quizá no llegamos a captar toda la riqueza que encierra dicho concepto. Adviento quiere decir “venida”. Por tanto, debemos preguntarnos: ¿Quién es el que viene?, y ¿para qué viene? Enseguida encontramos la respuesta a esta pregunta. Hasta los niños saben que es Jesús quien viene para ellos y para todos los hombres. Sin embargo, muchos son los interrogantes que se plantean. El hombre tiene el derecho e incluso el deber de preguntar para saber. Hay asimismo quienes dudan y parecen ajenos a la verdad que encierra la Navidad, aunque participen de su alegría. Precisamente para esto disponemos del tiempo de Adviento, para que podamos penetrar en esta verdad esencial del cristianismo cada año de nuevo”
 
Predicación del Evangelio:
Tiempo de vigilancia
¿No se puede decir que el mundo ya está en espera de su salvador? Hoy en día todos anhelan la salvación en forma de una vacuna para Covid. Están cansados de cubrir sus caras, de limitarse a la casa, y de sospechar a cada desconocido como portador del virus. Sin embargo, la vacuna será un mesías falso. Aunque nos salve del Covid, nos volverá al mismo egoísmo y codicia que han predominado en nuestro tiempo.
 
Primero, que reconozcamos cómo la pandemia ha revelado algunas faltas en nuestro estilo de vida. Con el confinamiento, las familias han pasado más tiempo juntos con el resultado que los adolescentes sienten menos ansiedad. Las muchas actividades de cada miembro de la familia habían producido el sentido de estar solos enfrentando los retos de la vida. También, por tomar clases con Zoom, los muchachos no han tenido que levantarse temprano en la mañana. Más sueño ha reducido el estrés. Esto no es a decir que la pandemia es cosa buena y la vacuna no será provechosa. Solamente tenemos que reconocer que la vacuna no nos entregará de nuestros problemas más graves.
 
La primera lectura hoy es de la tercera parte del libro del profeta Isaías. Fue escrita hace 2500 años, pero suena como pudiera haber escrita el año pasado. La gente se ha alejado de los mandamientos de Dios. Donde Dios ha dicho “no matarás”, el aborto es cada vez más aceptable. Donde ha dicho “mantendrás santo el día del Señor”, la asistencia en la misa sigue disminuyendo. No es necesario comentar sobre las violaciones contra el sexto y noveno mandamientos en nuestro tiempo. La lectura tiene su dedo en el pulso de nuestro tiempo cuando pregunta al Señor: “¿Por qué… dejas endurecer nuestro corazón hasta el punto de no temerte?” Por esta razón ello pide a Dios que se presente aunque significa que rasgue los cielos y estremezca a las montañas.
 
Creemos que Dios hizo caso al grito del profeta. En la segunda lectura San Pablo cuenta cómo Jesucristo murió y resucitó para dar a sus seguidores los “dones divinos”. Tenemos la gracia del Espíritu Santo para vivir por Dios y solo entonces por nosotros mismos.
 
Antes de su muerte Jesús dijo que iba a volver para llevar a sus discípulos a la vida eterna. En anticipación de este evento, Jesús nos dice en el evangelio hoy que velemos y nos preparemos. Esto no quiere decir que dejemos a trabajar para velar como un marinero en un nido de cuervo. Más bien Jesús quiere que velemos para él como alumnos esperando la visita del director de la escuela. Eso es, quiere que estemos ocupados avanzando en la verdad, el amor, y la bondad.
 
Adviento siempre tiene dos objetivos. En el principio de la temporada queremos recordar la promesa de Jesús para venir de nuevo. Vino una vez en carne y hueso para salvarnos del pecado. Al fin del tiempo vendrá en la gloria para llevar a sus discípulos a la vida eterna. El segundo objetivo es prepararnos para la Navidad. El misterio de la Encarnación abruma nuestra imaginación. Dios, el Creador y Soberano, ¡quería humillarse para mostrarnos el extendido de su amor! Vale un mes de confinamiento para prepararnos a celebrar este gran evento.
 
Padre Carmelo Mele O.P.
 
Poesía
Adviento 
El Adviento se viste de violetas.
Es, en el alma, tensión de espera.
No es aún la cosecha:
es primavera.
 
El Adviento es hambre de pan,
clamor de profetas;
es mugido en los establos
y cónclave en las estrellas.
 
El Adviento es llamada en los cielos,
luna que al sueño despierta,
suave temblor de alborada que alerta,
pasos de peregrinos que inquietan.
 
El Adviento es gravidez
que viene pidiendo urgencias.
Ya están convocados ángeles y reyes,
pastores, pesebre y bueyes…
 
El Adviento es Ella, es la Virgen bella,
serena, ante el cuenco de pajas que ya se quiebran.
Ya se escucha el «Gloria» en las lejanías.
El Adviento es Ella: ¡Santa María!
 
(Padre Jesús del Castillo)
 
Nuevo vídeo y artículo
 
Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de esta página:
 
Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
 
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
 
 Desde Buenos Aires, Argentina, Patricia D. escribe para agradecer por haber podido reconstruir sus lazos familiares, superando malos entendidos y renaciendo el mejor de los sentimientos. También agradece por la mejoría en la salud de algunos miembros de la familia que estaban con problemas, y por todas las bendiciones que recibe a diario a pesar de las piedras del camino. Nos sumamos al agradecimiento.
 
Desde Monterrey, México, recibimos un pedido de agradecer a Dios y a todos los que rezaron por la salud de Jaime C. Y., cuya cirugía de pulmón fue todo un éxito y lo más importante: el resultado de la biopsia ha sido negativo. ¡Gracias Señor!
 
Desde Buenos Aires, Argentina, oración de agradecimiento a Dios de María Rosa y Emilio, por 35 años de matrimonio. Un abrazo a la distancia a mis tíos del corazón.
 
Desde USA, agradecimiento porque Evangelina, de 83 años de edad, está mejorando del Covid, y seguimos rezando para que se logre la curación total.
 
Meditaciones de Adviento
Considera como habiendo criado Dios al primer hombre para que le sirviese y amase en esta vida, y después conducirle a la vida eterna, a reinar en el paraíso; a este fin le enriqueció de luces y de gracias. Pero el hombre ingrato se reveló contra Dios, negándole la obediencia que le debía de justicia y por gratitud, quedando de esta suerte el miserable privado con toda su descendencia de la divina gracia y excluido por siempre del paraíso. Mira después de esta ruina del pecado perdidos a todos los hombres. Todos vivían ciegos entre las tinieblas, en las sombras de la muerte. Mas Dios, viéndolos reducidos a este miserable estado, determina salvarlos. Y ¿cómo?  No manda ya a un ángel o a un Serafín; si que para manifestar al mundo el amor inmenso que tenía a estos gusanos ingratos, envío a su mismo Hijo a hacerse hombre y a vestirse de la misma carne de los pecadores, para que satisficiese con sus penas y con su muerte a la justicia divina por los delitos de ellos, y así los librase de la muerte eterna; y reconciliándolos con su divino Padre, les alcanzase la Divina Gracia, y los hiciese dignos de entrar en el reino eterno. Pondera aquí de una parte la ruina inmensa que trae el pecado, privándonos de la amistad de Dios y del paraíso, y condenándonos a una eternidad de penas. Pondera de la otra el amor infinito que Dios mostró en esta grande obra de la Encarnación del Verbo, haciendo que su Unigénito viniese a sacrificar su vida Divina por manos de verdugos sobre la cruz en un mar de dolores y vituperios, para alcanzarnos el perdón y la salvación eterna. ¡Ah! Que al contemplar este gran misterio y este exceso de amor cada cual no debería hacer otro que exclamar: ¡Oh Bondad Infinita! ¡Oh Misericordia Infinita! ¡Oh Amor Infinito! ¿Un Dios hacerse hombre, para venir a morir por mí...?
(San Alfonso María de Ligorio)
 
¡Hasta mañana! con Madre Teresa
Noviembre 29
Cuando una joven de las casas elevadas viene a ponerse al servicio de los parias, protagoniza una verdadera revolución. La mayor, la más difícil: la revolución del amor.
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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