PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
13 - Número 3838 ~ Viernes 30 de Noviembre de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Aunque
una y otra vez hayas errado, también erraron cuantos han vencido. Cuanto más
duro el golpe recibido, más honda la lección que habrá dejado.
Tú
puedes rescatar, tu sueño hundido como el bello tesoro más preciado, así como
del barro y sepultado vuelve el loto a elevarse florecido.
Si
el rumbo que una vez has elegido palpita como un fuego esperanzado, no dejes
que se apague en el olvido.
Luchar,
ya es medio triunfo conquistado, que no importa las veces que hayas caído, si
después de caer te has levantado.
(E. J. Malinoswski)
¡Buenos días!
Fortaleza en la lucha
Sufrir tentaciones o pruebas es una situación normal
del hombre. Surgen de nuestra naturaleza inclinada al mal, o también del
enemigo de Dios o de ese mundo que vive al margen de la ley divina. La
tentación es una incitación a pecar. También los santos pasaron por
tentaciones. Pero lucharon y triunfaron.
Abba Poimén contaba que
el famoso ermitaño Juan Colobos había rogado a Dios que le quitara sus pasiones
y lo convirtiera en un ser libre de toda inquietud. Y le fue concedido. Pero,
después de un tiempo fue a ver a un Anciano para decirle: —Yo me veo
descansando, sin tener ningún combate. Y el Anciano le aconsejó: —Ve y suplica
a Dios para combatir nuevamente con la misma aflicción y la misma humildad que
tenías antes, ya que es a través de los combates como progresa el alma.
Entonces suplicó a Dios y, cuando se produjo el combate, ya no rogó para que lo
eximiera de la lucha, sino que le rogó: —Señor, dame fortaleza en los combates.
Las tentaciones te ofrecen una ocasión favorable para
vivir la fe en el Señor, acrecentar la humildad y expresarle tu gratitud. Son
oportunidad de crecimiento. Aprovéchalas, pero no las busques. “Quien busca el
peligro, en él perecerá”. Sé valiente y ten ánimo, con el Señor triunfarás.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios
Lecturas de hoy
♥ Primera Lectura: Rom 10, 9-18
♥ Salmo: Sal 18, 2-5
♥ SANTO EVANGELIO: Mt 4,18-22
En aquel tiempo, caminando por la ribera del mar
de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés,
echando la red en el mar, pues eran pescadores, y les dice: «Venid conmigo, y
os haré pescadores de hombres». Y ellos al instante, dejando las redes, le
siguieron. Caminando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo
y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo arreglando sus
redes; y los llamó. Y ellos al instante, dejando la barca y a su padre, le siguieron.
♥ Comentario:
Hoy es la fiesta de san Andrés apóstol, una fiesta
celebrada de manera solemne entre los cristianos de Oriente. Fue uno de los dos
primeros jóvenes que conocieron a Jesús a la orilla del río Jordán y que
tuvieron una larga conversación con Él. Enseguida buscó a su hermano Pedro,
diciéndole «Hemos encontrado al Mesías» y lo llevó a Jesús (Jn 2,41). Poco
tiempo después, Jesús llamó a estos dos hermanos pescadores amigos suyos, tal
como leemos en el Evangelio de hoy: «Venid conmigo y os haré pescadores de
hombres» (Mt 4,19). En el mismo pueblo había otra pareja de hermanos, Santiago
y Juan, compañeros y amigos de los primeros, y pescadores como ellos. Jesús los
llamó también a seguirlo. Es maravilloso leer que ellos lo dejaron todo y le
siguieron “al instante”, palabras que se repiten en ambos casos. A Jesús no se
le ha de decir: “después”, “más adelante”, “ahora tengo demasiado trabajo”...
También a cada uno de nosotros —a todos los
cristianos— Jesús nos pide cada día que pongamos a su servicio todo lo que
somos y tenemos —esto significa dejarlo todo, no tener nada como propio— para
que, viviendo con Él las tareas de nuestro trabajo profesional y de nuestra
familia, seamos “pescadores de hombres”. ¿Qué quiere decir “pescadores de
hombres”? Una bonita respuesta puede ser un comentario de san Juan Crisóstomo.
Este Padre y Doctor de la Iglesia dice que Andrés no sabía explicarle bien a su
hermano Pedro quién era Jesús y, por esto, «lo llevó a la misma fuente de la
luz», que es Jesucristo. “Pescar hombres” quiere decir ayudar a quienes nos
rodean en la familia y en el trabajo a que encuentren a Cristo que es la única
luz para nuestro camino.
Prof. Dr. Mons. Lluís CLAVELL (Roma,
Italia)
Santoral Católico:
San Andrés
Apóstol
Nació en Betsaida, junto al lago de Tiberíades, y fue
primero discípulo de Juan Bautista. Encontrándose éste en compañía de dos de
sus discípulos, Andrés y Juan Evangelista, pasó Jesús, de quien dijo el
Bautista: «He aquí el Cordero de Dios». Los dos discípulos le oyeron y
siguieron a Jesús; éste, volviéndose, les preguntó: «¿Qué buscáis?». Ellos le
respondieron: «¿Dónde vives?», y Jesús les contestó: «Venid y lo veréis». Ellos
fueron y se quedaron con Él aquel día. Andrés se encontró después con su hermano
Simón Pedro, y le dijo: «Hemos encontrado al Mesías», y lo llevó donde Jesús.
Más tarde, caminando Jesús por la ribera del mar de Galilea, vio a los hermanos
Simón Pedro y Andrés echando las redes, y les dijo: «Venid conmigo, y os haré
pescadores de hombres». Ellos al instante, dejando las redes, le siguieron.
Según la tradición, después de Pentecostés, Andrés predicó el Evangelio en Asia
Menor y en Grecia, y sufrió el martirio en Patrás de Acaya, crucificado en una
cruz en forma de aspa.
Oración: Protégenos,
Señor, con la constante intercesión del apóstol san Andrés, a quien escogiste
para ser predicador y pastor de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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© Directorio Franciscano – Aciprensa –
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Pensamiento del día
“Si su vida diaria le parece
pobre, no se queje de ella; quéjese de usted mismo, dígase que aún no es lo
bastante poeta como para convocar su riqueza, pues para el creador no existe
pobreza ni lugar pobre o indiferente”.
(Rainer M. Rilke)
Tema del día:
¿Cuándo comienza el
Adviento?
La fecha de inicio del Adviento, tiempo de
preparación para la Navidad, va cambiando
Podría pensarse que el Adviento, siempre empieza el 1
de diciembre -los calendarios de Adviento suelen ir del 1 al 24-, o que tiene
una fecha fija de inicio, pero no es así.
El Adviento empieza el primer domingo después de la
solemnidad de Cristo Rey (que también tiene lugar un domingo). Si se quiere ver
lo mismo desde otro lado, el Adviento empieza el cuarto domingo anterior a la
Navidad.
En cambio, el fin del Adviento sí que tiene fecha
fija, pues acaba con la Navidad, y ésta empieza invariablemente el día 25 de
diciembre. Por lo tanto, el Adviento empieza en una fecha variable y acaba en
fecha fija.
Esto hace que el Adviento no dure lo mismo cada año.
Para ser exactos, dura entre 21 y 28 días, según los años.
Este año (2018) dura desde el 2 de diciembre hasta el
24 de diciembre inclusive: o sea, 23 días. El año que viene (2019) durará un
día más: del 1 de diciembre hasta el 24 del mismo mes.
En Adviento se inicia el ciclo litúrgico de Navidad,
con el cual comienza un nuevo año litúrgico, y el pueblo de Dios que peregrina en este
tiempo redescubre la atención entre la primera venida histórica de Jesucristo y
la segunda que acontecerá, de modo glorioso, al fin de los tiempos.
La espiritualidad del Adviento encamina a los
cristianos a profundizar la perspectiva escatológica de la vida, a la vez que
prepara a la Iglesia para conmemorar la venida histórica del Redentor,
celebrada en cada Navidad.
El primer aspecto señalado, con su carácter de fuerte
llamada a vivir vigilantes y a prepararse siempre, se destaca más claramente en
los primeros días del tiempo de Adviento, mientras que la consideración de los
acontecimientos históricos que rodearon el nacimiento de Jesús quedan
reservados para los últimos días, las llamadas
“ferias fuertes” de Adviento.
El trasfondo de este tiempo es el de la esperanza y
la alegría cristianas. Éstas se apoyan en la certeza de que “el que ha de
venir” ya llega, y con él, el advenimiento del cielo nuevo y de la tierra
nueva. Las dos expresiones más habituales de la esperanza escatológica
cristiana son la petición ‘venga a nosotros tu Reino’ del Padre Nuestro, y la aclamación ‘ven,
Señor Jesús’ inmediata a la consagración
en la Plegaria eucarística.
Meditaciones de
“Pequeñas Semillitas”
Un pequeño buque de carga navegaba cerca de las
costas de América del Sur cuando la provisión de agua potable se le agotó. El
capitán no conocía exactamente cuál era su posición; entonces, al percibir otro
barco a lo lejos, la tripulación envió por radio un pedido de socorro en estos
términos: "El agua dulce falta a bordo». Cuál no fue su sorpresa cuando el
navío interpelado respondió: "¡Sólo tienen que sacar agua!" Así lo
hicieron; sacaron agua, la filtraron y bebieron tanta agua dulce como
quisieron.
Su barco se encontraba cerca de la desembocadura del
Amazonas, el gran río cuyas aguas se pierden en el Atlántico a más de cien
kilómetros mar adentro. A pesar de las apariencias contrarias, se salvaron al
creer el mensaje que se les dirigió.
Quizás, amigo lector, tengas sed de paz, de perdón,
de reposo, de redención. Tal vez has buscado saciar esa sed, pero no lo has
logrado; ni el trabajo, ni las distracciones, ni el bienestar material han
podido apagarla. Mas a tu alcance está el río de la gracia y el amor de Dios
que corre ancho, profundo e inagotable en medio de las amargas aguas de este
mundo.
Sólo tienes que aprovechar lo que está a su
disposición. pero muchas veces no somos lo suficientemente decididos a dar el
paso de recoger esa agua dulce para disfrutar de las maravillosas sorpresas que
tiene para nosotros... no permitas hoy que ese amor celestial quede allí sin
uso, no dejes que sea muy tarde y ya no puedas disfrutar de tantas bendiciones guardadas
esperando solo para ti.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los
que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para
que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto
con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de
Jesús y del Inmaculado Corazón de María;
por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y
martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros
hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el
abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por
los pacientes internados en la Casa de la Bondad en Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer
y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por
los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las
víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad
de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento;
por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración por el eterno descanso del alma de Marina
Ruiz Gálvez, una muy querida amiga de Málaga, España, que luego de una
larga enfermedad soportada con fuerza, fe y esperanza, ya descansa en los
brazos del Señor en el cielo. Brille para ella la Luz que no tiene fin.
Cinco minutos del
Espíritu Santo
Noviembre 30
El Espíritu Santo es vida y derrama vida. A veces
creemos que él sólo nos lleva a entrar en nuestro interior y a apartarnos del
mundo. Pero es al revés, porque el Espíritu Santo llena todo el universo, y él
espera que sepamos unirnos a todas las creaturas y a disfrutar del mundo.
En el universo hay mucha alegría, porque la alegría
existe cuando uno es lo que debe ser, lo que Dios quiere que sea. Las
estrellas, que ocupan su lugar en el cielo y brillan bellamente, cumplen la
voluntad divina, y por eso en ellas hay alegría; una planta que crece cumple la
voluntad de Dios, y en ella hay alegría; un pájaro que fabrica su nido sigue su
instinto, y en él hay mucha alegría. Todo el universo es como una canción de
gozo. Pidamos al Espíritu Santo, que está en todas las cosas, que nos ayude a
descubrirlo así, y encontremos nuestra propia alegría.
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito
de todos)