sábado, 30 de septiembre de 2017

Pequeñas Semillitas 3463

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 12 - Número 3463 ~ Sábado 30 de Setiembre de 2017
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
 
Alabado sea Jesucristo…
La prueba más grande de que Dios nos ama, es que ha entregado a su Hijo Único a la muerte, con tal de salvarnos a nosotros, los hombres, de la perdición eterna.
Pensemos en un padre de la tierra que tiene un hijo al que ama muchísimo, y por amor a las hormigas, permite que su hijo se haga también una hormiga y muera a manos de las hormigas para salvarlas del exterminio. Este padre estaría poco menos que loco, y ¡cuánto amor demostraría por las hormigas!, ¿no?
Pues bien, en definitiva lo que ha hecho Dios por los hombres es infinitamente más, porque Dios, que es infinito y perfectísimo, se ha hecho un hombre, es decir una criatura, y la distancia que hay entre ambas naturalezas es infinita. Y ha querido morir en manos de los hombres, sus criaturas, para salvarlas del abismo infernal.
Es un Dios que se ha vuelto loco de amor por la humanidad, y esto nos debe dar una gran confianza en Dios, sabiendo que quien hizo tanto por cada uno de nosotros, ahora no nos abandonará a las fauces del Maligno.
¡Confiemos en Dios, que es Bueno y nos ama, y que ha enviado a su propio Hijo a rescatarnos de las manos de Satanás!

¡Buenos días!

“El jefe te llama”
Si el solo aviso de que el jefe quería hablar con ellos, llenó de angustiosa inquietud a numerosos obreros ingleses, ¿qué será cuando los ángeles toquen las trompetas del juicio para llamar a los pecadores a comparecer ante un Dios airado por los pecados y maldades de quienes hacen lo que Dios rechaza y su justicia condena? He aquí la información detallada:

El Consejo Inglés de Higiene Industrial llevó a cabo -hace algún tiempo- el siguiente experimento: Un psicólogo contratado visitó algunas empresas comerciales, industriales y bancarias, diciendo a los empleados, uno por uno: “El jefe quiere hablar con usted.” Estas sencillas palabras: “El jefe quiere hablar con usted”, llenaron de inquietante preocupación a cuantos las oyeron. Algunos palidecían y se preguntaban: “¿Qué habrá pasado? ¿Qué me querrá decir? ¿Habrá alguna acusación contra mí? ¿Será para decirme que me van a dejar cesante?”

“El juicio final consistirá en la sentencia de vida bienaventurada o de condena eterna que el Señor Jesús, retornando como juez de vivos y muertos, emitirá respecto de los justos y pecadores, reunidos todos juntos delante de él”. Esta es nuestra fe. Esta es la fe de la Iglesia, cuya meditación y vivencia es saludable para orientar correctamente nuestra vida.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, estando todos maravillados por todas las cosas que Jesús hacía, dijo a sus discípulos: «Poned en vuestros oídos estas palabras: el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres». Pero ellos no entendían lo que les decía; les estaba velado de modo que no lo comprendían y temían preguntarle acerca de este asunto. (Lc 9,43b-45)

Comentario:
Hoy, más de dos mil años después, el anuncio de la pasión de Jesús continúa provocándonos. Que el Autor de la Vida anuncie su entrega a manos de aquéllos por quienes ha venido a darlo todo es una clara provocación. Se podría decir que no era necesario, que fue una exageración. Olvidamos, una y otra vez, el peso que abruma el corazón de Cristo, nuestro pecado, el más radical de los males, la causa y el efecto de ponernos en el lugar de Dios. Más aún, de no dejarnos amar por Dios, y de empeñarnos en permanecer dentro de nuestras cortas categorías y de la inmediatez de la vida presente. Se nos hace tan necesario reconocer que somos pecadores como necesario es admitir que Dios nos ama en su Hijo Jesucristo. Al fin y al cabo, somos como los discípulos, «ellos no entendían lo que les decía; les estaba velado de modo que no lo comprendían y temían preguntarle acerca de este asunto» (Lc 9,45).
Por decirlo con una imagen: podremos encontrar en el Cielo todos los vicios y pecados, menos la soberbia, puesto que el soberbio no reconoce nunca su pecado y no se deja perdonar por un Dios que ama hasta el punto de morir por nosotros. Y en el infierno podremos encontrar todas las virtudes, menos la humildad, pues el humilde se conoce tal como es y sabe muy bien que sin la gracia de Dios no puede dejar de ofenderlo, así como tampoco puede corresponder a su Bondad.
Una de las claves de la sabiduría cristiana es el reconocimiento de la grandeza y de la inmensidad del Amor de Dios, al mismo tiempo que admitimos nuestra pequeñez y la vileza de nuestro pecado. ¡Somos tan tardos en entenderlo! El día que descubramos que tenemos el Amor de Dios tan al alcance, aquel día diremos como san Agustín, con lágrimas de Amor: «¡Tarde te amé, Dios mío!». Aquel día puede ser hoy. Puede ser hoy. Puede ser.
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Jerónimo
Doctor de la Iglesia
Nació en Estridón (Dalmacia) hacia el año 347. Estudió en Roma, cultivando con esmero todos los saberes, y llevó una vida desordenada hasta que se hizo catecúmeno y fue bautizado por el papa Liberio a los veinte años. Cautivado por la vida contemplativa, marchó a Oriente, se entregó a la vida ascética cerca de Antioquía y se ordenó de sacerdote. Estuvo un tiempo en Constantinopla y luego regresó a Roma, donde fue secretario del papa san Dámaso, que le encargó la traducción de la Biblia al latín, y dirigió espiritualmente a unas damas de la nobleza que llevaban vida de piedad en común en la colina Aventina. A la muerte del Papa marchó de nuevo a Oriente y, tras visitar monasterios de diversas regiones, se estableció en Belén de Judá. Allí asumió la dirección espiritual de los monasterios fundados por santa Paula, al tiempo que completó la versión de la Biblia y escribió muchas obras, especialmente comentarios a la Sagrada Escritura. Participó de modo admirable en muchas necesidades de la Iglesia. Murió en Belén el 30 de septiembre del año 420.
Oración: Oh Dios, tú que concediste a san Jerónimo una estima tierna y viva por la Sagrada Escritura, haz que tu pueblo se alimente de tu palabra con mayor abundancia y encuentre en ella la fuente de la verdadera vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano

Palabras del Santo Padre Pío 
"Mantente siempre con alegría
en paz con tu conciencia,
dándote cuenta de que estás
al servicio de un Padre infinitamente bueno,
que, impulsado sólo por su ternura,
desciende hasta su criatura para elevarla
y transformarla en él, su Creador"

Tema del día:
¿Qué hacer con quien sufre?
1)  Para saber
El Papa Francisco mostró su cercanía y solidaridad con las víctimas del terremoto que asoló México y que dejó más de 300 muertos como consecuencia del derrumbe de numerosas edificaciones.
“En este momento de dolor quiero manifestar mi cercanía y oración a toda la querida población mexicana”, señaló el Santo Padre en la Plaza de San Pedro en el Vaticano. El Pontífice, también invitó a rezar por los fallecidos, los heridos, los que han perdido sus hogares y por todos los que ayudan en las tareas de rescate: “Elevemos todos juntos nuestra plegaria a Dios para que acoja en su seno a los que han perdido la vida, conforte a los heridos, sus familiares y a todos los damnificados".

2) Para pensar
Se cuenta que había una pareja que tenían una niña llamada Mariana. Como eran ateos, jamás le hablaron de Dios a la niña. Una noche, cuando Mariana tenía 5 años, sus padres pelearon y el papá lleno de enojo le disparó a la mamá y después se suicidó. Todo esto delante de la niña.
La enviaron a un hogar adoptivo. Su nueva mamá, Cristina, la llevó a la iglesia. Ese día la mamá la llevó a la clase de catecismo y le explicó a la maestra que la niña jamás había escuchado hablar de Jesús y que por favor le tuviera paciencia.
La maestra tomó una figura de Jesús y le preguntó a todos los niños del salón: "¿Alguno de ustedes sabe quién es esta persona?". La pequeña Mariana al ver la figura se alegró y respondió: "Yo sé, maestra, yo lo conozco”. La maestra sorprendida le preguntó: ¿Y cómo es que le conoces?” Mariana respondió: “Ese es el señor que estuvo tomando mi mano y me consoló la noche que en mis padres murieron".
Independientemente de lo real del relato, lo que sí podemos afirmar es que Jesús está al lado de quien sufre y no deja de prestarle ayuda. El reciente sismo de la Ciudad de México no fue la excepción. Podemos afirmar que en ese, y todos los desastres, nuestro Señor no abandona a nadie y está al lado de quienes sufren algún daño y de sus seres queridos.

3) Para vivir
El Papa se cuestionó qué hacer cuando se viven momentos difíciles: “Quizás alguno piensa tomar una pastilla para dormir y huir de los acontecimientos, o tomar tres o cuatro copas de alcohol, pero esto no ayuda”, aseguró el Papa.
Francisco reveló que se pueden hacer dos cosas.
- La primera está en el salmo 87: “Llegue hasta Ti mi oración, Señor”. Se necesita orar: “Es una oración de llamar a la puerta. El mismo Señor nos enseña cómo orar en esos momentos tan feos. Orar con autenticidad, es también desahogarse.
- Y lo segundo que se puede hacer ante una persona que sufre es estar con él, lo importante es mostrar cariño, más que hacer discursos. Cuando una persona sufre, se debe ayudar con el silencio, la cercanía, las caricias, con la oración ante el Padre”. Silencio; pero silencio con mucho amor, con caricias.
Francisco concluyó orando a Dios “para que nos de la gracia de orar cuando seamos sometidos a este estado, y también la gracia de saber acompañar a las personas que sufren momentos feos de tristeza”.
© Pbro. José Martínez Colín

Humor de sábados
Un padre misionero que llegó al pueblito, se dedicaba no sólo a cuidar la salud espiritual de los fieles sino también la salud física. Una tarde un paisano llegó del campo para hacer bautizar a su hijito.
—Mire, padrecito, ando con ganas de cristianar a mi niñito.
—Cómo no, mi amigo, para eso estamos.
Al empezar la celebración el sacerdote vio una infección en el bracito del nene y pensando que era necesaria una curación inmediata, dijo al paisano:
—Mire, señor, a este chico hay que ponerle penicilina.
A lo que el paisano un poco enojado le respondió:
—No, no, no, usted a mi hijo le pone “Ruperto” o ya mismo lo llevo a otro cura.

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Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración para Elizabeth S.,  de Bogotá, Colombia, quien fue intervenida de una delicada cirugía; esperando que no esté asociada con el cáncer de seno, el cual ha sido controlado. Con plena confianza en el Señor, con la esperanza que la intercesión de nuestra Señora de Lourdes sea efectiva, como siempre ha sido, para que Elizabeth reciba el don de la salud. 

Pedimos oración para Maximiliano, un bebé de Chile de tres días de vida y con un grave pronóstico cerebral. Que el Niño Jesús esté junto a él y le conceda todas sus gracias en este difícil momento.

Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo, al rezar por la paz; rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados.  Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Los cinco minutos de María
Setiembre 30
Madre de los pobres, los humildes y sencillos, de los tristes y los niños que confían siempre en Dios; tú la más pobre, porque nada ambicionaste, tú, perseguida, vas huyendo de Belén, tú, que en un pesebre ofreciste al Rey del cielo, toda tu riqueza fue tenerlo sólo a Él.
Tú que en sus manos sin temor te abandonaste, tú que aceptaste ser la esclava del Señor, vas entonando un poema de alegría: “Canta, alma mía, porque Dios me engrandeció”.
Nuestra Señora de la justicia, no permitas que en nombre de la justicia se oprima a los desamparados.
* P. Alfonso Milagro 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

viernes, 29 de septiembre de 2017

Pequeñas Semillitas 3462

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 12 - Número 3462 ~ Viernes 29 de Setiembre de 2017
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
El padre Mateo Crawley, el apóstol mundial de la devoción al Corazón de Jesús, relata que en una oportunidad, se encontró con un indígena chileno, que era carbonero y amaba mucho a Dios, aunque apenas conocía algo de religión y era muy ignorante. No sabía ni el padrenuestro ni el avemaría. Pero rezaba con toda confianza a Dios. El padre Mateo le preguntó: ¿Cómo rezas?
— Por la mañana le digo: "Señor Jesús, tu bolsa de carbón sale para trabajar, ayúdame". Y en la tarde le digo: " Señor, tu bolsa de carbón va a descansar, ayúdame”.
Y el padre Mateo, ante la fe de aquel carbonero, estuvo a punto de arrodillarse y agradecerle por su fe y su amor a Dios. Porque no hace falta dirigirse a Dios con grandes discursos ni con libros hermosos, donde hay bellas oraciones. Lo que quiere el Señor es amor sencillo y confianza plena, nada más.

¡Buenos días!

Se levantó lleno de alegría y paz
Un joven, entre 18 y 20 años, se confesaba. Era un obrero alto y fornido. Era la primera vez que se acercaba a Don Bosco. Con voz bastante fuerte, de modo que todos podían oírle, empezó a contar sus debilidades que no eran pocas ni chicas. En vano le indicaba Don Bosco que hablara más bajo e intentaba amortiguar su voz con un pañuelo blanco. Al terminar se levantó para retirarse del confesionario y, al volverse, su semblante tenía una expresión de paz, de humildad y alegría sorprendentes. Buscaba abrirse paso entre la compacta multitud que, de una y otra parte, no hacía más que repetirle:

— ¿Por qué hablabas tan alto? Todos se han enterado de tus pecados.
El mozo se paró, extendió los brazos y, con un candor singular, exclamó:
— ¿Y qué me importa a mí que los hayáis oído? Los he cometido, es verdad, pero el Señor me los ha perdonado. De aquí en adelante seré bueno.

Y apartándose, se arrodilló y se quedó inmóvil por una buena media hora dando gracias.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño». Le dice Natanael: «¿De qué me conoces?». Le respondió Jesús: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi». Le respondió Natanael: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel». Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores». Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre». (Jn 1,47-51)

Comentario:
Hoy, en la fiesta de los Santos Arcángeles, Jesús manifiesta a sus Apóstoles y a todos la presencia de sus ángeles y la relación que con Él tienen. Los ángeles están en la gloria celestial, donde alaban perennemente al Hijo del hombre, que es el Hijo de Dios. Lo rodean y están a su servicio.
«Subir y bajar» nos recuerda el episodio del sueño del Patriarca Jacob, quien dormido sobre una piedra durante su viaje a la tierra de origen de su familia (Mesopotamia), ve a los ángeles que “bajan y suben” por una misteriosa escalera que une el cielo y la tierra, mientras Dios mismo está de pié junto a él y le comunica su mensaje. Notemos la relación entre la comunicación divina y la presencia activa de los ángeles.
Así, Gabriel, Miguel y Rafael aparecen en la Biblia como presentes en las vicisitudes terrenas y llevando a los hombres —como nos dice san Gregorio el Grande— las comunicaciones, mediante su presencia y sus mismas acciones, que cambian decisivamente nuestras vidas. Se llaman, precisamente, “arcángeles”, es decir, príncipes de los ángeles, porque son enviados para las más grandes misiones.
Gabriel fue enviado para anunciar a María Santísima la concepción virginal del Hijo de Dios, que es el principio de nuestra redención (cf. Lc 1). Miguel lucha contra los ángeles rebeldes y los expulsa del cielo (cf. Ap 12). Nos anuncia, así, el misterio de la justicia divina, que también se ejerció en sus ángeles cuando se rebelaron, y nos da la seguridad de su victoria y la nuestra sobre el mal. Rafael acompaña a Tobías “junior”, lo defiende y lo aconseja y cura finalmente al padre Tobit (cf. Tob). Por esta vía, nos anuncia la presencia de los ángeles junto a cada uno de nosotros: el ángel que llamamos de la Guarda.
Aprendamos de esta celebración de los arcángeles que “suben y bajan” sobre el Hijo del hombre, que sirven a Dios, pero le sirven en beneficio nuestro. Dan gloria a la Trinidad Santísima, y lo hacen también sirviéndonos a nosotros. Y, en consecuencia, veamos qué devoción les debemos y cuánta gratitud al Padre que los envía para nuestro bien.
Cardenal Jorge MEJÍA Archivista y Bibliotecario de la S.R.I. (Città del Vaticano, Vaticano)

Santoral Católico:
Santos Arcángeles
Miguel, Gabriel y Rafael
En la Biblia, desde el AT, aparecen los ángeles y sus jefes, los arcángeles, criaturas espirituales, como ministros o servidores de Dios, bien sea para llevar a los hombres los mensajes y la protección divina, bien sea para alabar al Señor y presentarle las preces de los hombres. La Iglesia celebra a tres arcángeles. Miguel, que significa «¿Quién como Dios?», es el defensor de los derechos divinos y el protector del pueblo de Dios y de la Iglesia contra las asechanzas del mal; a él se refieren Dan 10-12, Ap 12 y la carta de Judas. Gabriel, «Fuerza de Dios», es sobre todo el ángel que interviene, enviado por Dios, en los acontecimientos de la Anunciación y del nacimiento de Juan Bautista y de Jesús (Lc 1). Rafael, «Medicina de Dios», aparece en el libro de Tobías, como compañero y protector del hijo en su largo y peligroso viaje y como médico de la ceguera del padre. Con el Salmo 102 podemos rezar: «Bendecid al Señor, ángeles suyos, poderosos ejecutores de sus órdenes, prontos a la voz de su palabra».
Oración: Oh Dios, que con admirable sabiduría distribuyes los ministerios de los ángeles y los hombres, te pedimos que nuestra vida esté siempre protegida en la tierra por aquellos que te asisten continuamente en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano      

Pensamiento del día

“La fuerza de las mujeres
la psicología no puede explicarla.
Los hombres pueden ser analizados;
las mujeres sólo pueden ser amadas”
Oscar Wilde

Tema del día:
Ser santos
En el Antiguo Testamento Dios nos dice: “Sed santos porque yo soy Santo”. Y en el Evangelio Jesús nos dice que seamos perfectos como el Padre Celestial es perfecto. Esta es la medida de la santidad que debemos alcanzar, la santidad de Dios, es decir, infinita.

Por supuesto que esto no se logra con las solas fuerzas humanas, sino con la ayuda de la gracia de Dios que, obrando en nosotros y con nosotros, nos lleva a las más altas cumbres de la santidad.

¿Y cómo llegaremos a ser semejantes en santidad al mismo Dios? Porque Dios estará en nosotros, y se cumplirá aquello de San Pablo: “Ya no soy yo quien vivo, sino que es Cristo quien vive en mí”. También Jesús ha dicho que si lo amamos, el Padre también nos amará y vendrán y harán morada en nosotros.

Entonces ¿es posible ser santo? No solo que es posible, sino que tenemos la obligación de ser santos. Porque en la vida espiritual no hay estancamientos, o se avanza o se retrocede, pero nunca uno queda en el mismo lugar. Así que para no retroceder es necesario avanzar siempre, de virtud en virtud, con humildad pero también con valentía, hasta llegar a amar con toda el alma a Dios, que eso es la santidad.

Para construir una casa comenzamos por los cimientos, luego las paredes, el techo, las puertas y ventanas, y todo lo demás. También para ser santos tenemos que comenzar por reconocer nuestra nada, y así cavar hondo para echar los cimientos, y esto se logra con la humildad. Debemos convertirnos, hacer una buena confesión, tal vez general, y empezar a luchar contra el pecado mortal. Luego seguiremos el combate con los pecados leves y las imperfecciones, y también iremos tratando de adquirir las virtudes y vencer los vicios.

Ya lo dice Job: “Es milicia la vida del hombre sobre la tierra”, y si queremos ser santos, tenemos que prepararnos para la lucha, porque el demonio no querrá eso. Él quisiera que ni pensemos en ser santos, para que viviendo cada vez peor, al final nos precipitemos al Infierno donde él espera torturarnos por toda la eternidad.

Abramos los ojos y quitemos el polvo de las armas espirituales que hasta ahora casi no hemos utilizado, que son la oración, la vigilancia, la penitencia, los sacramentos, los sacramentales y la Palabra de Dios. Lancémonos a la conquista del Monte de la Santidad, que el Cielo que nos espera merece que nos esforcemos en un duro combate.
© Sitio Santísima Virgen

Oración a San Miguel Arcángel 
San Miguel Arcángel
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo contra la perversidad
y acechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú, Príncipe de la Milicia Celestial
arroja en el infierno con tu divino poder
a satanás y demás espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para perdición de las almas.
Amén

Meditaciones
Es imposible que en el curso de todo un día no nos sobrevenga algún que otro contratiempo: pequeños accidentes o dificultades que nos apenan y mortifican. ¿No es esto un obstáculo permanente para la felicidad? De ninguna manera, si sabemos conservar la paz y la alegría cuando sobrevienen estas contrariedades.
Primero: debes estar siempre prevenido. Las adversidades, cuando se las ve venir, son menos de temer que cuando nos hieren de improviso. Pon en el presupuesto de tus previsiones para el día cinco o seis contrariedades a las cuales estés normalmente expuesto y, cuando te sucedan algunas de ellas, apenas te sorprenderá.
Segundo: acéptalas de buen grado. Debemos estar dispuestos a soportar las penas y así parecerán menos duras.
Tercero: mira al Cielo; esta mirada, en efecto, cambia por completo la naturaleza de las cosas para un alma que tiene fe. Desde este punto de vista la cruz no es cruz, es joya preciosa que es preciso estimar en gran valor. Es una moneda con la que se adquieren bienes inmensos.
“Los sufrimientos de la vida presente son nada en comparación con la futura gloria que se revelará en nosotros” (Romanos 8, 18).

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Los cinco minutos de María
Setiembre 29
Jesús es la imagen del Padre, y según esta imagen del Padre todos hemos sido creados. María es signo o imagen sacramental de lo que Dios quiere que nosotros lleguemos a ser en Cristo.
María es “el anticipo de Dios”, como si dijéramos la señal de lo que los cristianos podemos llegar a ser por la gracia de Dios. Dios redime a María preservándola del pecado para ser Madre de Jesús, y para que coopere a la edificación del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, es decir: nosotros.
Nuestra Señora del pueblo de Dios, cuida a tus hijos para que edifiquen la Iglesia en la caridad y el servicio a todos los hijos de Dios.
* P. Alfonso Milagro
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

jueves, 28 de septiembre de 2017

Pequeñas Semillitas 3461

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 12 - Número 3461 ~ Jueves 28 de Setiembre de 2017
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, cuenta que estando en Pamplona haciendo un retiro, el año 1938, todas las mañanas oía en la  iglesia rectoral de santa Isabel un abrirse la puerta con estrépito y volver a cerrarse. Se propuso saber qué era aquello. Esperó cerca de la puerta y, cuando llegó el autor de aquellos ruidos, lo abordó preguntándole qué es lo que hacía: “Yo, padre, paso todas las mañanas por delante de la iglesia, repartiendo leche por las casas. Abro la puerta, no con mucha delicadeza, y le digo a Jesús que está en el sagrario: Aquí está Juan el lechero.”
A Josemaría le impresionó vivamente el encuentro con aquel hombre y aprendió una buena lección de cómo tratar a Jesús con sencillez. Alguna vez, recordando aquello, dirá en su oración: “Jesús, aquí está este sacerdote, que no sabe tratarte como Juan el lechero”.

¡Buenos días!

Sorprendente conversión
El P. Mateo Crawley, infatigable misionero, narró la siguiente anécdota. Una niña se presentó un día en mi parroquia. Terminada la confesión de sus pecados, me dijo: Padre yo veo todos los días a Jesús. ¿Y cuándo lo ves? Apenas recibo la Comunión y regreso a mi puesto, Jesús se pone a mi lado y hablamos. ¿Y los otros no lo ven también? No lo sé, Padre. ¿Y qué es lo que te dice? Me dice siempre que me quiere mucho y que quiere ser muy amado. ¿En qué forma ves a Jesús? Corno un niño. ¿Y qué cosas le preguntas? Nada, Padre. ¿Qué cosas le puedo preguntar?

Quise entonces cerciorarme de que Jesús realmente se le aparecía a esta niña y, para hacerlo, se me ocurrió una prueba. Le dije: Escúchame, pequeña. La próxima vez que veas a Jesús después de hacer tu comunión, le dirás que yo deseo convertir a un pecador, que me lo mande. Y después vendrás a decirme lo que Jesús te responda.

Al día siguiente, finalizada la Misa, se presentó de nuevo la niña en el confesonario. Padre, ha venido Jesús y me ha dicho que el pecador llegaría enseguida. Entretanto advertí que a la iglesia acababa de entrar una persona. Me dirigí entonces hacia el fondo de la iglesia. Se encontraba allí un hombre de rostro turbado. Daba la impresión de que quería hablarme. Padre, hace muchos años que no entro en una iglesia, pero hace media hora he sentido una voz interior que me urgía a hacerlo. Ha sido tan insistente que me he decidido entrar, pues tengo una sensación de que si no me confieso no podré vivir nunca más en paz. La conversión de este pecador era la prueba más maravillosa de la aparición de Jesús a esa niñita.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, se enteró el tetrarca Herodes de todo lo que pasaba, y estaba perplejo; porque unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos; otros, que Elías se había aparecido; y otros, que uno de los antiguos profetas había resucitado. Herodes dijo: «A Juan, le decapité yo. ¿Quién es, pues, éste de quien oigo tales cosas?». Y buscaba verle. (Lc 9,7-9)

Comentario:
Hoy el texto del Evangelio nos dice que Herodes quería ver a Jesús (cf. Lc 9,9). Ese deseo de ver a Jesús le nace de la curiosidad. Se hablaba mucho de Jesús por los milagros que iba realizando a su paso. Muchas personas hablaban de Él. La actuación de Jesús trajo a la memoria del pueblo diversas figuras de profetas: Elías, Juan el Bautista, etc. Pero, al ser simple curiosidad, este deseo no trasciende. Tal es el hecho que cuando Herodes le ve no le causa mayor impresión (cf. Lc 23,8-11). Su deseo se desvanece al verlo cara a cara, porque Jesús se niega a responder a sus preguntas. Este silencio de Jesús delata a Herodes como corrupto y depravado.
Nosotros, al igual que Herodes, seguramente hemos sentido, alguna vez, el deseo de ver a Jesús. Pero ya no contamos con el Jesús de carne y hueso como en tiempos de Herodes, sin embargo contamos con otras presencias de Jesús. Te quiero resaltar dos de ellas.
En primer lugar, la tradición de la Iglesia ha hecho de los jueves un día por excelencia para ver a Jesús en la Eucaristía. Son muchos los lugares donde hoy está expuesto Jesús-Eucaristía. «La adoración eucarística es una forma esencial de estar con el Señor. En la sagrada custodia está presente el verdadero tesoro, siempre esperando por nosotros: no está allí por Él, sino por nosotros» (Benedicto XVI). —Acércate para que te deslumbre con su presencia.
Para el segundo caso podemos hacer referencia a una canción popular, que dice: «Con nosotros está y no lo conocemos». Jesús está presente en tantos y tantos hermanos nuestros que han sido marginados, que sufren y no tienen a nadie que “quiera verlos”. En su encíclica Dios es Amor, dice el Papa Benedicto XVI: «El amor al prójimo enraizado en el amor a Dios es ante todo una tarea para cada fiel, pero lo es también para toda la comunidad eclesial». Así pues, Jesús te está esperando, con los brazos abiertos te recibe en ambas situaciones. ¡Acércate!
Rev. P. Jorge R. BURGOS Rivera SBD (Cataño, Puerto Rico)

Santoral Católico:
San Wenceslao de Bohemia
Mártir
Nació en Bohemia de padre cristiano y madre pagana hacia el año 907. Fue educado en la sabiduría humana y divina por su abuela paterna, santa Ludmila. Fue severo consigo mismo, pacífico en la administración del reino y misericordioso para con los pobres, redimiendo para ser bautizados a esclavos paganos que estaban en Praga para ser vendidos. Alrededor del año 925 tomó, como Duque, el gobierno de su país. Enseguida se encontró con la hostilidad de los grandes señores amigos del paganismo todavía reinante en sus tierras, que le impedían el recto y justo gobierno de su ducado y la formación cristiana de sus súbditos. Fue un jefe pacífico y conciliador, promotor de la justicia hacia los desamparados y de las obras de misericordia hacia los pobres, a la vez que profundamente piadoso. Su hermano Boleslao, que capitaneaba la oposición de los violentos, con la colaboración de unos sicarios lo asesinó cerca de Praga el 28 de septiembre del año 929. Enseguida fue tenido por mártir y es venerado como patrono principal de Bohemia.
Oración: Señor, Dios nuestro, que inspiraste a tu mártir san Wenceslao preferir el reino de los cielos al reino de este mundo, concédenos, por sus ruegos, llegar a negarnos a nosotros mismos para seguirte a ti de todo corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano     

Palabras del Papa Francisco
“La esperanza es lo más importante para la humanidad. Es la esperanza la que protege la vida, la custodia y la hace crecer… es lo más divino que existe en el corazón del hombre. Si los hombres no cultivan la esperanza, no encontraremos la salida de la caverna en la que se encontraba la humanidad. Dios no se preocupa tanto por la fe o la caridad de los fieles, lo que de verdad le maravilla, lo que le conmociona, es la esperanza de la gente. No tengamos miedo de compartir el viaje, compartir la esperanza. La esperanza no es una virtud para gente con el estómago lleno, porque siempre los pobres son los primeros portadores de la esperanza… Los pobres, los mendigos, son los protagonistas de la historia”

Historias:   
De alcohólico a los altares
Matt Talbot era alcohólico. Su papá era alcohólico. Casi todos sus hermanos eran alcohólicos. No había recibido educación ni formación, y murió en el olvido. Y pronto, si Dios quiere, el venerable Matt Talbot será santo.

Talbot (1856-1925) fue el segundo de 12 hijos de una familia obrera de Dublín en una época en que la comida y el trabajo escaseaban, y la esperanza aún más. La vida familiar de Matt fue inestable y su educación inconsistente. Tras algunos años de ir a la escuela esporádicamente, Matt la abandonó definitivamente para ir a trabajar.

Su primer trabajo fue con un vendedor de vinos, y las degustaciones ocasionales del producto lo transformaron rápidamente en alcohólico. A los 13 años la vida de Matt estaba guiada por su necesidad de beber. Gastaba todo su sueldo en alcohol, y llegó a empeñar sus botas cuando no tenía suficiente dinero. El papá de Matt lo golpeó y lo obligó a cambiar de trabajo, pero ya era muy tarde. El alcohol lo había atrapado, y como su papá sabía bien, no lo abandonaría sin luchar.

Pero Matt no quería luchar. Quería beber, sólo eso. Sus amigos dijeron que “quería sólo una cosa: beber. No sale con nosotros a la fiestas o a la escuela, pero hace lo que sea por beber”. Durante 15 años Matt mendigó, pidió prestado y robó cualquier cosa que necesitara para satisfacer su dependencia, llegando incluso a robarle el violín a un mendigo para venderlo y comprar licor.

Matt era una causa perdida – decían todos.

Un día, cuando tenía 28 años, se dio cuenta de repente de cuán falsa era su felicidad y sus amigos. Si faltaba algunos días al trabajo perdía todo lo que había ganado en el alcohol, y entonces se quedaba afuera de los bares, esperando a que alguno de sus amigos de bebida le ofreciera una copa. Cuando un amigo tras otro pasaban delante de él sin hacerle caso, Matt se empezó a dar cuenta de cuán vacía era su vida.

Enojado con sus amigos y consigo mismo volvió a casa, a una mamá sorprendida de ver a su hijo en casa sobrio a esa hora. Después de la cena anunció su intención de hacer un voto de abstenerse de cualquier tipo de bebida alcohólica. Su mamá, cuyo pesimismo no era sin fundamento, lo exhortó a no hacer un voto de ese tipo a menos que tuviera realmente la intención de mantenerlo.

Pero el corazón de Matt había ya sido tocado, primero por la miseria, luego por el remordimiento y finalmente por el amor. Se confesó por primera vez desde hacía años y volvió a acercarse a los sacramentos. Prometió permanecer sobrio durante tres meses, luego seis, luego durante toda la vida. Trabajó todavía más duro y donó a los pobres el dinero que habría gastado en beber. Iba a misa cada día, vivía sencillamente y realizaba grandes actos de penitencia y ascetismo. Se volvió franciscano de la Tercera Orden. Aprendió a leer para poder estudiar la Biblia y la vida de los santos. Y lo más importante, no volvió a tocar una gota de alcohol.

Pero no dejó nunca de ser alcohólico, porque la tentación de beber permaneció. Al principio de su abstinencia decidió no llevar dinero consigo, porque no quería ser tentado a entrar en un bar y pedir una cerveza. Después del trabajo, cuando sus compañeros iban al bar, Matt iba a la iglesia. Sabía que si no llenaba su tiempo con algo habría recaído. “Nunca seas demasiado duro con el hombre que no logra dejar de beber”, dijo una vez. “Dejar de beber es difícil como resucitar a los muertos. Pero ambas cosas son posibles e incluso fáciles para Nuestro Señor. Debemos sólo depender de Él”.

El domingo de la Trinidad, cuando tenía 69 años, Matt Talbot estaba paseando lentamente por las calles de Dublín para ir a misa. Con el cuerpo debilitado por décadas de trabajo duro, murió de un infarto y fue descubierto sólo después como un anciano no identificado encontrado muerto por la calle. Murió como había vivido, en la oscuridad. Pero ese día nació a la gloria.

El venerable Matt Talbot es la prueba del hecho que ser un seguidor de Cristo no vuelve fácil la virtud, pero sí posible. Jesús cayó tres veces bajo el peso de la cruz para mostrarnos qué significa perseverar en la debilidad, y Matt Talbot hizo precisamente eso, dando ejemplo de qué quiere decir vivir con una adicción. Pedimos su intercesión por todos aquellos que sufren adicciones, para que Dios les dé el valor de perseverar en la difícil vía de recuperación. Venerable Matt Talbot, ruega por nosotros.
© Meg Hunter-Kilmer (Aleteia)

Meditaciones
Cierto individuo de apellido Pérez se hallaba sobre el tejado de su casa durante una inundación, observando el agua que subía y subía, hasta llegarle a los pies. Poco después pasó un hombre, remando en una canoa, y le gritó:
—Señor, ¿quiere que lo lleve a un lugar alto?
—No gracias. Tengo fe en el Señor, y él me salvará. Pasó el tiempo, y el agua le llegó a Pérez hasta la cintura. En eso se detuvo allí una lancha a motor, y desde dentro gritó una voz:
—¿Quiere que lo lleve a un terreno más alto?
—No, gracias. Tengo fe en el Señor, y él me salvará. Poco después se acercó a Pérez un helicóptero, cuando el nivel del agua le llegaba ya al cuello.
—Préndase de la cuerda, y yo lo subiré, le gritó el piloto.
—No, gracias. Tengo fe en el Señor, y él me salvará.
Desconcertado, el piloto dejó a Pérez en el tejado, casi cubierto por las aguas. Al cabo de dos horas de permanecer en ese sitio, el pobre hombre, exhausto, no pudo resistir más. Se ahogó y fue a recibir su recompensa. Mientras aguardaba ante las puertas del paraíso, se halló frente a su Creador, y se quejó de lo que le había ocurrido.
—Señor, yo tenía total fe en que tú me salvarías, pero me abandonaste. ¿Por qué?
Y el Señor le respondió:
—¡Te mandé una canoa, una lancha y un helicóptero! ¿Qué más querías?  
Este cuento expresa una realidad muy repetida. Mucha gente supone que todo lo tiene que hacer Dios, olvidando el viejo dicho español: “A Dios rogando y con el mazo dando”.
Tenemos que rezar como si todo dependiera de Dios, pero actuar como si todo dependiera de nosotros.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. 

Pedimos oración por el eterno descanso del alma de Amira B. vda. de V,, quien falleció el día de ayer en Colombia. Que el Señor dé consuelo y fortaleza a la familia.

Pedimos a Dios que apoye y sostenga la obra "Centro Pastoral de Evangelización Santa Rita de Cascia". Una familia del distrito de Pacasmayo-Trujillo-Perú, donó un terreno y las religiosas agustinas, viendo la necesidad del pueblo, decidieron construir un hogar para ancianos, un hogar para niños, una casa de retiro y una Capilla. Le pedimos al Todopoderoso que ilumine estos planes y señale los mejores caminos para poder lograr la realización de este proyecto.

Pedimos oración para Marisa, de Buenos Aires, Argentina, que hace un tiempo fue operada de cáncer de mama de lo que se recuperó. Luego se cayó y se fracturó  un tobillo, también se recuperó, pero la osteoporosis y la debilidad producida por la quimioterapia, hicieron que una nueva caída, la semana pasada, le haya producido la fractura de cadera. Está internada, esperando la llegada de la prótesis para poder operarla, que demorará, según le explicaron, aproximadamente diez días, con mucho dolor físico y espiritual. Elevamos nuestra plegaria al Señor Jesús por su pronta recuperación.

Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo, al rezar por la paz; rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados.  Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Los cinco minutos de María
Setiembre 28
La relación de María con el Espíritu Santo era de una siempre creciente docilidad y entrega al poder deificador del Espíritu.
La obra del Espíritu conduce a María a la contemplación de Dios en todas las cosas, y a nuevos niveles de conocimiento de su unidad en la Trinidad con todo el universo creado.
El Espíritu de Dios obra igualmente en nosotros aunque no siempre nos damos cuenta de lo que es capaz de hacer en el corazón del cristiano.
María, Madre de la Iglesia, abre nuestro corazón a la acción transformadora del Espíritu.
* P. Alfonso Milagro
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)