PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 9 - Número 2529 ~ Sábado
29 de Noviembre de 2014
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Sonríe… Cuando te lo propones se desata en ti lo especial
que eres.
Sonríe… Porque te acaricias el alma cada vez que te
muestras contento.
Sonríe… Es el peldaño que te sube por los tramos del
deseo de vivir, de gozar, de soñar.
Sonríe… Es tu derecho ante la vida… tu obligación al
mundo y ante ti mismo.
¡Buenos días!
Caminos…
El lenguaje
humano es muy rico en símbolos. Por ejemplo la palabra “camino” está cargada de
significado. El Libro de los Salmos comienza hablando de “Los dos caminos del
hombre”. Camino, en este contexto, significa “norma de conducta”, “estilo de
vida”. Hoy te ofrezco una buena reflexión sobre el modo de conducirse de los
hombres.
Los caminos cuesta abajo son los más fáciles
de andar, pero no llevan a la cumbre. Para los hombres que buscan un camino, sé
un hombre que abre caminos. El camino que te corresponde recorrer no está
trazado, porque nadie lo recorrió jamás. Los caminos más difíciles suelen ser
los que llevan a los lugares más hermosos. Hay hombres que caminan para llegar.
Hay hombres que caminan para huir. ¿Para qué caminas tú? No fuerces a nadie a
seguir tu camino y colabora de manera que cada uno abra el suyo. Cuando no se
tiene una meta, todo camino es inútil y tedioso. Cuando quieres seriamente
alcanzar una meta terminas abriéndote camino hasta alcanzarla.
El salmo 1º,
después de describir el camino del malvado y del justo, concluye así: “El Señor
protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal”.
Cuando Jesús dijo: “Yo soy el camino”, quiso decir que venía a enseñarnos cómo
organizar la propia vida para llegar a la felicidad eterna que nos ofrece Dios.
Que la reflexión de esta mañana te sea provechosa.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Guardaos
de que no se hagan pesados vuestros corazones por el libertinaje, por la
embriaguez y por las preocupaciones de la vida, y venga aquel Día de improviso
sobre vosotros, como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan toda la
faz de la tierra. Estad en vela, pues, orando en todo tiempo para que tengáis
fuerza y escapéis a todo lo que está para venir, y podáis estar en pie delante
del Hijo del hombre». (Lc 21,34-36)
Comentario
Hoy, último día del tiempo ordinario, Jesús nos advierte
con meridiana claridad sobre la suerte de nuestro paso por esta vida. Si nos
empeñamos, obstinadamente, en vivir absortos por la inmediatez de los afanes de
la vida, llegará el último día de nuestra existencia terrena tan de repente que
la misma ceguera de nuestra glotonería nos impedirá reconocer al mismísimo
Dios, que vendrá (porque aquí estamos de paso, ¿lo sabías?) para llevarnos a la
intimidad de su Amor infinito. Será algo así como lo que le ocurre a un niño
malcriado: tan entretenido está con “sus” juguetes, que al final olvida el
cariño de sus padres y la compañía de sus amigos. Cuando se da cuenta, llora
desconsolado por su inesperada soledad.
El antídoto que nos ofrece Jesús es igualmente claro:
«Estad en vela, pues, orando en todo tiempo» (Lc 21,36). Vigilar y orar... El
mismo aviso que les dio a sus Apóstoles la noche en que fue traicionado. La
oración tiene un componente admirable de profecía, muchas veces olvidado en la
predicación, es decir, de pasar del mero “ver” al “mirar” la cotidianeidad en
su más profunda realidad. Como escribió Evagrio Póntico, «la vista es el mejor
de todos los sentidos; la oración es la más divina de todas las virtudes». Los
clásicos de la espiritualidad lo llaman “visión sobrenatural”, mirar con los
ojos de Dios. O lo que es lo mismo, conocer la Verdad: de Dios, del mundo, de
mí mismo. Los profetas fueron, no sólo los que “predecían lo que iba a venir”,
sino también los que sabían interpretar el presente en su justa medida, alcance
y densidad. Resultado: supieron reconducir la historia, con la ayuda de Dios.
Tantas veces nos lamentamos de la situación del mundo.
—¿Adónde iremos a parar?, decimos. Hoy, que es el último día del tiempo
ordinario, es día también de resoluciones definitivas. Quizás ya va siendo hora
de que alguien más esté dispuesto a levantarse de su embriaguez de presente y
se ponga manos a la obra de un futuro mejor. ¿Quieres ser tú? Pues, ¡ánimo!, y
que Dios te bendiga.
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès,
Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Saturnino de Tolosa
Obispo y Mátir
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net
Palabras del Papa Francisco
“Necesitamos un diálogo que profundice el conocimiento
y valore con discernimiento tantas cosas que nos
acomunan,
permitiéndonos al mismo tiempo considerar con ánimo
lúcido y sereno
las diferencias, con el fin de aprender también de ellas…
es fundamental que los ciudadanos musulmanes, judíos y
cristianos,
gocen – tanto en las disposiciones de la ley como en su
aplicación efectiva –
de los mismos derechos y respeten las mismas obligaciones”
~Papa Francisco~
Tema del día:
Consignas para Adviento
*La esperanza del Adviento es saber a quién estamos
esperando: A Jesús.
*El Señor no nos dice cuándo será su venida definitiva
pero, en cambio, nos da pistas de cómo hemos de estar a su llegada: vigilantes.
*Esperar al Señor implica hacerlo con aquello que Él nos
dijo: salir con amor al encuentro del
amor.
*Estar alerta es descubrir que, de mil maneras, Dios pasa
a nuestro lado: Dios invisible pero
sensible.
*El Adviento es un compás con tres movimientos: vigilancia, oración, conversión y alegría.
*Ir al encuentro de Aquel que viene es poner luz en
nuestro corazón para disipar las tinieblas que nos impiden verle.
*El problema del mundo es que desespera por todo. La
grandeza del cristiano es que espera en medio de toda desesperanza.
*La oración, en Adviento, es un papel en el que el
cristiano escribe su carta personal al Dios que viene en Belén.
*La Palabra de Jesús, además de fortalecernos, nos da
seguridad en nuestra esperanza: habla.
*El mundo se empeña en cambiar las cosas pero, el Señor,
va al fondo de las personas: al corazón.
*La rutina es enemiga del vigilante. ¿Quieres y deseas un
futuro con Dios? Permanece en pie.
*La sociedad ¿espera en algo? Posiblemente no. Nosotros
en cambio esperamos otro nuevo mundo.
*Las mejores autopistas necesitan constantemente
arreglos. La llegada del Señor ¿cómo encuentra los caminos de nuestros
corazones?
*¡Qué alegría sentimos cuando alguien nos devuelve algo
que es nuestro! ¿Sentimos la misma alegría con el nacimiento de Jesús que nos
trae y nos devuelve a Dios?
*Amar a María es llenarnos de lo que, en María, fue
constitutivo: la Palabra de Dios. ¿La escuchamos y la veneramos? ¿La
reflexionamos y la llevamos a nuestra vida?
*Preparar los caminos al Señor es salir a su encuentro;
no detenernos en los escaparates que seducen nuestros instintos pero adormecen
nuestras ansias de ir a los brazos de Dios.
*Celebremos la primera Navidad pero, además de eso,
levantemos un poco más nuestras cabezas: la segunda venida del Señor está al
caer. ¿Cuándo? Eso es lo de menos. Lo importante es….la esperanza.
*Sobran palabras y faltan testimonios. En Belén, con
pocas palabras y con una presencia, Dios lo dijo todo. ¿Por qué será que a
nosotros nos cuesta tanto el hacer y tan poco el hablar?
Javier Leoz
Oración a San Miguel Arcángel
San Miguel Arcángel
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo contra la perversidad
y acechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú, Príncipe de la Milicia Celestial
arroja en el infierno con tu divino poder
a satanás y demás espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para perdición de las almas.
Amén
La Festividad de San Miguel Arcángel se celebra el 29
de Setiembre.
Pero igualmente es una práctica muy recomendada el
rezar esta oración
todos los días a la finalización de la Santa Misa.
Y también en estos tiempos para pedir por el Santo
Padre
y por la santidad de todos los sacerdotes del mundo.
En "Pequeñas Semillitas" la publicaremos los
días 29 de cada mes.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón
de María; por la conversión de todos los
pueblos; por la Paz en el mundo; por nuestros hermanos sufrientes por diversos
motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto,
la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la
fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este
sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por
las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración para Carlos
Alberto V., de Córdoba, Argentina, que padece de tumores a repetición y
actualmente está sufriendo uno en la mandíbula por lo que lo están estudiando
para definir el tratamiento a aplicar. Que el Altísimo, en su Divina
Misericordia, le permita a este hermano nuestro encontrar solución a su
problema y entre tanto tenga las fuerzas necesarias para aceptar la Voluntad de
Dios.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Un estímulo todos los días
Noviembre 29
Jesús amaba su tierra, y mientras andaba por los caminos
no sólo se detenía a contemplar y admirar la belleza de la naturaleza. También
invitaba a sus discípulos a reconocer el mensaje escondido en las cosas: “Miren
los pájaros… Miren los lirios del campo” (Lc 12,24-27). “Levanten los ojos y
miren los campos” (Jn 4,35). El mundo es la obra creadora del Padre de la vida,
confiado al ser humano para que lo cuide y lo perfeccione. Las criaturas del
Padre le dan gloria con su sola existencia y, por eso, no deben ser eliminadas
o deterioradas sin necesidad.
El Señor espera de nosotros que tengamos una relación
respetuosa y delicada con las cosas, que no tomemos este mundo como un puro
objeto de consumo, que no maltratemos su creación. El ejemplo de San Francisco
de Asís nos ayuda a recordar que cada creatura de esta tierra es una hermana,
una compañera de camino, un objeto de cariño y de cuidado.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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