sábado, 22 de noviembre de 2014

Pequeñas Semillitas 2522

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 9 - Número 2522 ~ Sábado 22 de Noviembre de 2014
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Ya lo dice San Alfonso María de Ligorio: "El que reza se salva, y el que no reza se condena". Esta es una gran verdad y el motivo principal de rezar es para salvarnos, para ir al Cielo y evitar el Infierno, porque si nos condenamos lo perdemos todo y para siempre.
Dios tiene muchas gracias preparadas para nosotros, pero no nos las dará si no se las pedimos a través de la oración. La vida del hombre sobre la tierra es una prueba. Y para salir victoriosos de esta prueba, es necesaria la ayuda de Dios, ya que sin ella somos fáciles presas del Maligno. Pues bien, la ayuda de Dios hay que pedirla a Dios por medio de la oración.
Dios nos ha creado para el Cielo, pero "quien te creó sin ti, no te salvará sin ti", dicen los santos. Y así como Dios, para crearnos, no nos pidió permiso ni nuestra opinión; sí en cambio quiere nuestro consentimiento libre para llevarnos al Paraíso.
El que no desea el Cielo no lo alcanzará, porque no pondrá los medios necesarios para alcanzarlo, y entre estos medios el principal es la oración.

¡Buenos días!

La sonrisa
Hoy te ofrezco un conjunto de buenas razones para cultivar con perseverancia el hábito de la sonrisa en tu rostro, avalada por un corazón sinceramente anclado en la alegría y gozo del espíritu. Es en verdad un tema para que lo reflexiones con detenimiento. “La alegría es el perfume de Dios percibido por el alma”, escribió un pensador con perfil de poeta.

La sonrisa es el más saludable masaje de belleza para el rostro; el pasaporte al reino de los Cielos; el ropaje más lindo del alma; el mejor antídoto contra las preocupaciones; la canción de los Ángeles; la seriedad  arrepentida; la  oración  de  los sabios; la contraseña entre los amigos; la puerta de la cooperación entre conocidos y desconocidos; alienta la buena voluntad en los negocios; acorta el tiempo de la angustia; crea la felicidad en la pareja y en el hogar; una clara manifestación de salud mental, emocional y espiritual; descanso para los fatigados; calor para los tristes; luz para los decepcionados; es como el sol: ilumina, calienta y se irradia.                            

Un autor espiritual dice: “Si sucede alguna vez que no te dan la sonrisa esperada, sé generoso y da la tuya. Porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa, como aquel que no sabe sonreír a los demás”. Pide al Espíritu Santo el don de la alegría cada día y, si no te sientes alegre, empieza a sonreír y una fresca alegría surgirá de tu alma.
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, acercándose a Jesús algunos de los saduceos, esos que sostienen que no hay resurrección, le preguntaron: «Maestro, Moisés nos dejó escrito que si muere el hermano de alguno, que estaba casado y no tenía hijos, que su hermano tome a la mujer para dar descendencia a su hermano. Eran siete hermanos; habiendo tomado mujer el primero, murió sin hijos; y la tomó el segundo, luego el tercero; del mismo modo los siete murieron también sin dejar hijos. Finalmente, también murió la mujer. Ésta, pues, ¿de cuál de ellos será mujer en la resurrección? Porque los siete la tuvieron por mujer».
Jesús les dijo: «Los hijos de este mundo toman mujer o marido; pero los que alcancen a ser dignos de tener parte en aquel mundo y en la resurrección de entre los muertos, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido, ni pueden ya morir, porque son como ángeles, y son hijos de Dios, siendo hijos de la resurrección. Y que los muertos resucitan lo ha indicado también Moisés en lo de la zarza, cuando llama al Señor el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. No es un Dios de muertos, sino de vivos, porque para Él todos viven».
Algunos de los escribas le dijeron: «Maestro, has hablado bien». Pues ya no se atrevían a preguntarle nada. (Lc 20,27-40)

Comentario
Hoy, la Palabra de Dios nos habla del tema capital de la resurrección de los muertos. Curiosamente, como los saduceos, también nosotros no nos cansamos de formular preguntas inútiles y fuera de lugar. Queremos solucionar las cosas del más allá con los criterios de aquí abajo, cuando en el mundo que está por venir todo será diferente: «Los que alcancen a ser dignos de tener parte en aquel mundo y en la resurrección de entre los muertos, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido» (Lc 20,35). Partiendo de criterios equivocados llegamos a conclusiones erróneas.
Si nos amáramos más y mejor, no se nos antojaría extraño que en el cielo no haya el exclusivismo del amor que vivimos en la tierra, totalmente comprensible a causa de nuestra limitación, que nos dificulta el poder salir de nuestros círculos más próximos. Pero en el cielo nos amaremos todos y con un corazón puro, sin envidias ni recelos, y no solamente al esposo o a la esposa, a los hijos o a los de nuestra sangre, sino a todo el mundo, sin excepciones ni discriminaciones de lengua, nación, raza o cultura, ya que el «amor verdadero alcanza una gran fuerza» (San Paulino de Nola).
Nos hace un gran bien escuchar estas palabras de la Escritura que salen de los labios de Jesús. Nos hace bien, porque nos podría ocurrir que, agitados por tantas cosas que no nos dejan ni tiempo para pensar e influidos por una cultura ambiental que parece negar la vida eterna, llegáramos a estar tocados por la duda respecto a la resurrección de los muertos. Sí, nos hace un gran bien que el Señor mismo sea el que nos diga que hay un futuro más allá de la destrucción de nuestro cuerpo y de este mundo que pasa: «Y que los muertos resucitan lo ha indicado también Moisés en lo de la zarza, cuando llama al Señor el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. No es un Dios de muertos, sino de vivos, porque para Él todos viven» (Lc 20,37-38).
Rev. D. Ramon CORTS i Blay (Barcelona, España)

Santoral Católico:
Santa Cecilia
Virgen y Mártir
Memoria de santa Cecilia, virgen y mártir, que, según la tradición, consiguió la doble palma por amor a Jesucristo, en el cementerio de Calixto, en la vía Apia de Roma. El título de una iglesia en el Transtíber lleva desde antiguo su nombre (s. inc.).
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net    

Palabras del Papa Francisco

“Con gran preocupación sigo los dramáticos sufrimientos de los cristianos que en varias partes del mundo son perseguidos y asesinados por su credo religioso. Siento la necesidad de expresar mi profunda cercanía espiritual a las comunidades cristianas duramente golpeadas por una violencia absurda, que no parece detenerse, mientras aliento a los Pastores y a todos  los fieles a permanecer arraigados y firmes en la esperanza”
~Papa Francisco~

Tema del día:
La existencia del alma
Cuenta Victor Frankl cómo un estudiante universitario le preguntó en una ocasión qué podía haber de realidad en el alma, siendo esta totalmente invisible. Como jamás había visto su alma, ni la de nadie, lo más sensato –concluía– es no creer en fantasías que no se pueden ver.

"Yo le confirmé –escribe Frankl– que era imposible ver un alma mediante una disección o mediante exploración microscópica. Después le pregunté que por qué razón buscaba el alma en esa disección o exploración microscópica. El joven me contestó que por amor a la verdad.

"Entonces le pregunté si no sería el amor a la verdad algo anímico, si él creía que cosas como el amor a la verdad podían hacerse visibles por la vía microscópica.

"El joven comprendió que lo invisible, lo anímico, no puede encontrarse mediante el microscopio, pero que son cosas necesarias para poder trabajar con el microscopio."

La ciencia experimental no agota las posibilidades de conocimiento. Si echamos en el mar una red de pesca cuyos agujeros son cuadrados de un metro de lado, será difícil, por muchas veces que lancemos esa red, que saquemos peces de menos de un metro de longitud. Si alguien concluyera, después de semejante experiencia, que en el mar no hay peces de menos de un metro de longitud, parece bastante evidente que se equivoca. Una cosa es que no existan, y otra, bien distinta, que con esa red no pueda capturarlos. Lo que se logra "recoger" con las redes de la ciencia experimental no es "toda" la realidad.
Alfonso Aguiló

"Pequeñas Semillitas" por e-mail
Si lo deseas puedes recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por correo, más el agregado de un powerpoint. Las suscripciones son gratis y solo tienes que solicitarlas escribiendo a Rocío (moderadora de los grupos) a: peque.semillitas.3@gmail.com  con el título: “Suscripción a Pequeñas Semillitas”.

Humor

Cuando Gandhi estudiaba Derecho en la College University de Londres, un profesor racista, de apellido Peters, buscaba siempre la menor oportunidad para expresarle su gran animadversión. Pero Gandhi nunca bajó la cabeza y eran muy comunes sus mutuos desencuentros:
Un día, el profesor Peters estaba almorzando en el comedor de la universidad,
Gandhi vino con su bandeja y se sentó en el único lugar vacío,  al lado del catedrático.
El profesor, en tono altanero y burlón, le dijo:
- Señor Gandhi, ¿no sabía usted que un puerco y un pájaro no pueden sentarse nunca a comer juntos?
A lo que Gandhi contestó:
- Esté usted tranquilo profesor, que ya me voy volando. Y se cambió de mesa.
El señor Peters, verde de rabia, decidió vengarse en el próximo examen, pero Gandhi respondió con brillantez a todas las preguntas.
Entonces, el profesor le hizo la siguiente pregunta:
- Señor Gandhi, Ud. va caminando por la calle y se encuentra con una bolsa, dentro de ella está la sabiduría y mucho dinero, ¿cuál de los dos escogería?
Gandhi respondió sin titubear:
- ¡Naturalmente que el dinero profesor!
El profesor Peters, sonriendo, le dijo:
- Pues yo, en su lugar, hubiera preferido la sabiduría, ¿no le parece?
Gandhi respondió:
- Profesor, cada uno toma lo que no tiene.
El profesor Peters, histérico ya y fuera de sí, escribió en la hoja del examen: ¡IDIOTA! y se la devolvió al joven Gandhi.
Gandhi tomó la hoja y se sentó. Al cabo de unos minutos se dirigió nuevamente al profesor y le dijo:
- Profesor Peters, usted me firmó la hoja pero no me puso la nota...

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración para las siguientes personas de la ciudad de Córdoba, Argentina: Manuel, de 37 años quien está recibiendo quimioterapia por un cáncer con metástasis; Luciano, de 6 años quien comienza con su tratamiento de quimioterapia por un tumor cerebral; Natalia, de 57 años quien se encuentra en estado vegetativo por un accidente cerebro vascular; y Alfredo; de 41 años quien sufrió un accidente en su trabajo y se encuentra en el instituto de quemado en un estado muy complicado por quemaduras con plástico. Oramos por todas estas personas.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Un estímulo todos los días
Noviembre 22
“Dios mío, mira mi corazón. Tú sabes que a veces me falta generosidad, sensibilidad, frente al mal ajeno, y a veces estoy demasiado pendiente de mí mismo. Otras veces me desanimo porque no recibo elogios o no veo los frutos de mis esfuerzos.
Dame un corazón más generoso, para que realmente me interese la felicidad de la gente, para que de verdad me duelan los problemas ajenos, y no solamente los míos. Tómame, Señor, una vez más. Convénceme de que es mejor entregarse generosamente que desgastarse en los lamentos.
Utilízame, Dios mío, para derramar tu poder y tu luz en el mundo. Así seré feliz en tu servicio. Amén.”
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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