PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 9 - Número 2519 ~
Miércoles 19 de Noviembre de 2014
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Al comenzar un nuevo día es bueno tener presentes las
palabras del Papa Francisco, que nos manda a servir a los hermanos. Y podemos hacer
esto de muchas maneras, y en las más diversas circunstancias.
Ayer -desde mi condición de médico- conversaba con una
querida anciana enferma al lado de su cama de hospital y le explicaba que si
ella ponía todos sus dolores y sufrimientos a los pies de Jesús Crucificado,
podía ofrecérselos a Él para que sirvan de ayuda y alivio a otros hermanos
sufrientes.
Porque hay que entender que el servicio no solamente es
hacer obras exteriores de caridad y amor hacia los pobres y necesitados
materiales, pues hay otras necesidades y otras pobrezas peores que las
materiales, y son las necesidades espirituales de tantas y tantas almas.
Recordemos las palabras del Evangelio cuando en la
Presentación de Jesús al Templo hablan de la Profetiza Ana. Dice que Ana no se
alejaba del Templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Entonces vemos que
el rezar mucho y el hacer sacrificios es también servir a Dios y al prójimo.
Así que no nos engañemos creyendo que para servir a Dios
y a los hermanos sólo lo podemos hacer con obras exteriores, sino que también
rezando mucho, ofreciendo nuestros dolores y sufrimientos, y haciendo pequeños
o grandes sacrificios y renuncias, servimos a Dios y a nuestros hermanos.
Todas son manifestaciones de nuestro amor a Dios y en
Jesús a nuestros hermanos. Todo suma. Todo sirve. Todo llega al cielo.
¡Buenos días!
¿Qué camino tomar?
Jesús es la “gran
noticia” que necesita el hombre de hoy. Es la única respuesta a tus más íntimas
aspiraciones. Él es el Camino, la Verdad y la Vida. La ciencia y la tecnología
mejoran el diario vivir, pero no alivian el corazón que sufre ni liberan de la
angustia de la muerte: nada reemplaza la presencia de Dios en ti y el amor de
Jesús iluminando tu camino.
Supongamos que estamos en una ciudad extraña
y pedimos indicaciones para llegar a determinado lugar. La persona abordada nos
responde: “Tome la primera calle a la derecha y la segunda a la izquierda.
Cruce la plaza, pase por delante de la iglesia y doble en la tercera cuadra a
la derecha. El camino que Ud. busca es el cuarto a la izquierda”. Con esas
indicaciones, lo más probable es que nos perdamos a la segunda cuadra.
Supongamos en cambio, que otra persona con mucha amabilidad nos dice: “Venga.
Yo lo llevaré hasta allí”. En ese caso la persona que nos lleva es el camino y
no nos podemos perder (W. Barclay).
Esto es
precisamente lo que hace Jesús por nosotros. No se limita a darnos consejos e
indicaciones. Nos toma de la mano y nos guía, camina con nosotros, nos
fortalece, nos conduce y dirige todos los días de nuestra vida. No habla sobre
el camino. Es el camino. Aprovecha y agradece esta delicada condescendencia del
Señor.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús estaba cerca de Jerusalén y añadió
una parábola, pues los que le acompañaban creían que el Reino de Dios
aparecería de un momento a otro. Dijo pues: «Un hombre noble marchó a un país
lejano, para recibir la investidura real y volverse. Habiendo llamado a diez
siervos suyos, les dio diez minas y les dijo: ‘Negociad hasta que vuelva’. Pero
sus ciudadanos le odiaban y enviaron detrás de él una embajada que dijese: ‘No
queremos que ése reine sobre nosotros’.
»Y sucedió que, cuando regresó, después de recibir la
investidura real, mandó llamar a aquellos siervos suyos, a los que había dado
el dinero, para saber lo que había ganado cada uno. Se presentó el primero y
dijo: ‘Señor, tu mina ha producido diez minas’. Le respondió: ‘¡Muy bien,
siervo bueno!; ya que has sido fiel en lo mínimo, toma el gobierno de diez
ciudades’. Vino el segundo y dijo: ‘Tu mina, Señor, ha producido cinco minas’.
Dijo a éste: ‘Ponte tú también al mando de cinco ciudades’. Vino el otro y dijo:
‘Señor, aquí tienes tu mina, que he tenido guardada en un lienzo; pues tenía
miedo de ti, que eres un hombre severo; que tomas lo que no pusiste, y cosechas
lo que no sembraste’. Dícele: ‘Por tu propia boca te juzgo, siervo malo; sabías
que yo soy un hombre severo, que tomo lo que no puse y cosecho lo que no
sembré; pues, ¿por qué no colocaste mi dinero en el banco? Y así, al volver yo,
lo habría cobrado con los intereses’.
»Y dijo a los presentes: ‘Quitadle la mina y dádsela al
que tiene las diez minas’. Dijéronle: ‘Señor, tiene ya diez minas’. ‘Os digo
que a todo el que tiene, se le dará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se
le quitará. Y aquellos enemigos míos, los que no quisieron que yo reinara sobre
ellos, traedlos aquí y matadlos delante de mí’». Y habiendo dicho esto,
marchaba por delante subiendo a Jerusalén. (Lc 19,11-28)
Comentario
Hoy, el Evangelio nos propone la parábola de las minas:
una cantidad de dinero que aquel noble repartió entre sus siervos, antes de
marchar de viaje. Primero, fijémonos en la ocasión que provoca la parábola de
Jesús. Él iba “subiendo” a Jerusalén, donde le esperaba la pasión y la
consiguiente resurrección. Los discípulos «creían que el Reino de Dios
aparecería de un momento a otro» (Lc 19,11). Es en estas circunstancias cuando
Jesús propone esta parábola. Con ella, Jesús nos enseña que hemos de hacer
rendir los dones y cualidades que Él nos ha dado, mejor dicho, que nos ha
dejado a cada uno. No son “nuestros” de manera que podamos hacer con ellos lo
que queramos. Él nos los ha dejado para que los hagamos rendir. Quienes han
hecho rendir las minas —más o menos— son alabados y premiados por su Señor. Es
el siervo perezoso, que guardó el dinero en un pañuelo sin hacerlo rendir, el
que es reprendido y condenado.
El cristiano, pues, ha de esperar —¡claro está!— el
regreso de su Señor, Jesús. Pero con dos condiciones, si se quiere que el
encuentro sea amistoso. La primera es que aleje la curiosidad malsana de querer
saber la hora de la solemne y victoriosa vuelta del Señor. Vendrá, dice en otro
lugar, cuando menos lo pensemos. ¡Fuera, por tanto, especulaciones sobre esto!
Esperamos con esperanza, pero en una espera confiada sin malsana curiosidad. La
segunda es que no perdamos el tiempo. La espera del encuentro y del final
gozoso no puede ser excusa para no tomarnos en serio el momento presente.
Precisamente, porque la alegría y el gozo del encuentro final será tanto mejor
cuanto mayor sea la aportación que cada uno haya hecho por la causa del reino
en la vida presente.
No falta, tampoco aquí, la grave advertencia de Jesús a
los que se rebelan contra Él: «Aquellos enemigos míos, los que no quisieron que
yo reinara sobre ellos, traedlos aquí y matadlos delante de mí» (Lc 19,27).
P. Pere SUÑER i Puig SJ (Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Odón
Monje
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: EWTN
La frase de hoy
"Cuando adviertas que para producir necesitas
obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebes que el
dinero fluye hacia quienes no trafican con bienes sino con favores; cuando
percibas que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por
su trabajo, y que las leyes no te protegen contra ellos sino, por el contrario,
son ellos los que están protegidos contra tí; cuando descubras que la
corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un auto-sacrificio,
entonces podrás afirmar, sin temor a equivocarte, que tu sociedad está
condenada." ~Ayn Rand (1950)~
Biblioteca de archivos
Recuerda que en la página (blog) de "Pequeñas
Semillitas" y también en "Juan Pablo II inolvidable", en la
columna lateral derecha, se ha insertado un enlace con la misma imagen que ves
arriba de este escrito, desde donde se ingresa a la Biblioteca de archivos.
Allí iré agregando día a día algunos de los powerpoint que se comparten con los
suscriptores de "Pequeñas Semillitas" y también archivos de texto en
formato PDF; todo lo cual puede ser visto online o bien puede descargarse a la
computadora del usuario.
Biblioteca de archivos:
http://pequesemillitas.wix.com/bibliotecadearchivos
Tema del día:
Divorciados, separados y
Comunión
Luego de la realización (durante el mes pasado) del
Sínodo Extraordinario para la Familia, ciertos temas álgidos han quedado en un estado
de duda para algunos católicos y vale la pena entonces formular aclaraciones.
En primer lugar, esta reunión ha tenido un carácter
preparatorio, para poner sobre la mesa los temas de interés que han quedado
plasmados en documentos preliminares que serán ahora estudiados y servirán de
base programática para la reunión definitiva de los padres sinodales en Octubre
de 2015, que será el momento decisivo en el que se reunirá el Sínodo Ordinario
para la Familia.
Han quedado expuestos temas de gran actualidad y alto
nivel de polémica. Este año, que transcurrirá hasta Octubre 2015, servirá para
el estudio, la maduración y el discernimiento por parte de los participantes de
la reunión final (Sínodo Ordinario).
En el blog español “Verdad y Libertad”, Miguel Rivilla
San Martín formula una serie de puntualizaciones que me parecen sumamente
claras e interesantes para compartir con los lectores de “Pequeñas Semillitas”.
Para orientación de muchos conviene recordar aquí lo siguiente:
1- Para la Iglesia católica no existe el Divorcio, sino
la separación temporal o definitiva de los casados canónicamente.
2- Si el matrimonio ha sido válido, ninguno de los dos
puede casarse de nuevo, a no ser se haya declarado nulo mediante un proceso.
3- Si la separación ha sido a causa de adulterio, el
cónyuge inocente podría perdonar al otro y reanudar la cohabitación.
4- Estando separados, el conyugue inocente podría
comulgar. El culpable, si se arrepiente y confiesa, también.
5- Mucha gente corriente confunde separación y divorcio.
6- Los bautizados y casados sólo por lo civil =
"juntados", no pueden comulgar ninguno de los dos.
7– Para la Iglesia el único matrimonio reconocido es el
canónico = sacramento.
8- Ninguna autoridad ni civil ni eclesiástica (incluso el
Papa) puede romper el vínculo. "Lo que Dios une que no lo separe el
hombre" (Jesús)
9- Para casos de padres divorciados por lo civil, la enseñanza
de la Iglesia es clara: no pueden comulgar.
10- Los casados por la Iglesia que contraen nuevo
matrimonio por lo civil, siguen siendo miembros de la Iglesia y objeto de su
atención pastoral.
Hoy por hoy nada ha cambiado de la doctrina y práctica
tradicional en la Iglesia católica.
Nota original: Clic acá
Nuevo video
Hay un nuevo video subido a este blog.
Para verlo tienes que ir al final de la página.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón
de María; por la conversión de todos los
pueblos; por la Paz en el mundo; por nuestros hermanos sufrientes por diversos
motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto,
la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la
fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este
sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por
las Benditas Almas del Purgatorio.
Seguimos rezando por nuestros hermanos cristianos
perseguidos y asesinados por grupos islámicos radicalizados en varios países de
medio oriente. Que el Señor Jesús los fortalezca en tan difíciles pruebas y les
conceda que las persecuciones -tan crueles como injustas- terminen de una vez,
a la vez que recibe en el cielo con corona de santidad a todos los mártires que
se están produciendo.
Pedimos oración para Luis P. C., de Los Ángeles, California, USA, con problemas de corazón; para Virgilio C. y para Patricia M., de México, por sus necesidades.
Pedimos oración para Luis P. C., de Los Ángeles, California, USA, con problemas de corazón; para Virgilio C. y para Patricia M., de México, por sus necesidades.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Un estímulo todos los días
Noviembre 19
“Señor, hoy quiero abrirte completamente mi corazón y dejarte
que sanes toda mi historia. Mira los momentos de mi infancia en que sentí un
rechazo de los demás, porque percibí que no era como los demás deseaban que
fuera. Yo no era culpable de eso, pero igualmente me sentí despreciable.
Toca los primeros años de mi vida, los momentos en que
recibí agresiones físicas o psíquicas, cuando me hicieron sentir que yo valía
poco, que no servía para nada. Entra con tu luz de amor en esos momentos,
cuando no valoraban mis esfuerzos, o me interpretaban mal, cuando me hacían
sentir que era una carga.
Toca los recuerdos de mi vida familiar, cuando presencié
discusiones y peleas entre mis seres queridos. Sana también los recuerdos de la
enfermedad o la muerte de algunos seres queridos. Pasa por los años de mi
adolescencia. Espíritu, pasa por esos recuerdos de malas experiencias
afectivas, o por las veces que fui despreciado o me sentí abandonado. Pasa
también por los momentos en que pequé, porque los recuerdos de esos pecados a
veces me lastiman.
Pasa por mi interior como agua fresca y libérame de la
influencia de esos malos recuerdos, para que sólo me atraiga lo que a ti te
agrade.
Ayúdame a aceptarme a mí mismo con esos errores, a mirar
con ternura mis viejas equivocaciones, porque tú me amas y me permitiste
comenzar de nuevo. Pasa con el don de tu paz por los recuerdos de mi cuerpo y
de mi corazón a causa de accidentes, fracasos, angustias, desilusiones,
engaños.
Quiero entregar a Jesús todo lo que me lastimó, quiero
regalárselo a él, que tanto sufrió por mí. Acepto haber vivido esos dolores por
amor a Jesús y se los entrego para siempre para descansar en esos brazos que me
animan a mirar hacia adelante. Amén.”
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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