PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 9 - Número 2516 ~ Domingo
16 de Noviembre de 2014
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Llegamos al penúltimo domingo del año litúrgico, y Jesús
sigue recomendándonos que estemos despiertos, vigilantes, activos en nuestra
responsabilidad y en nuestra espera. Hoy, concretamente, nos enseña que todos
tenemos una misión y unos talentos para realizarla. Debemos responder a ello.
Conocemos a Jesús y su Buena Noticia, ésos son los
talentos más valiosos. La misión es anunciar esa Buena Noticia en la vida
cotidiana. Anunciar cómo es el Dios de Jesús, cómo es la vida con Él, la
trascendencia del ser humano y de sus acciones.
A través de la parábola, Jesús nos hace una llamada al trabajo, a la creatividad,
al riesgo, a la valentía en la vida de cada día, con sus buenos y malos
momentos, alegrías y tristezas.
La parábola de los talentos nos enseña que una vida
cristiana basada, no en la formalidad, la auto-protección y el temor, sino en
la gratuidad, en el coraje y en el sentido del otro, constituye la alegría del
Señor. Y la nuestra.
¡Buenos días!
“Soy polvo y ceniza”
Ubicarse ante
Dios significa ser conscientes de nuestra pequeñez y dependencia, porque “El
Señor es un Dios grande, tiene en su mano los abismos de la tierra, son suyas
las cumbres de los montes, suyo es el mar, porque él lo hizo, suya la tierra
que modelaron sus manos”, (Sal 95). Antes de hablar a Dios, Abrahán le pedía
perdón porque se sentía “polvo y ceniza”.
Una vez el Cura de Ars manifestó a quien se
confesaba:
—Hija mía, no vaya Ud. a pedirle a Dios que
le dé el conocimiento total de su miseria. Yo lo pedí una vez, y lo alcancé. Si
Dios no me hubiera sostenido, hubiera caído al instante en la desesperación.
Semejante confidencia también la hizo al
Hermano Atanasio, religioso de las Escuelas Cristianas:
—Quedé tan espantado al conocer mi miseria,
que enseguida pedí la gracia de olvidarme de ella. Dios me escuchó, pero me
dejó la suficiente luz sobre mi nada, para que entienda que no soy capaz de
cosa alguna.
“Oh humildad,
flor hermosa, veo que son pocas las almas que te poseen. ¿Será porque eres tan
bella y a la vez tan difícil de conquistar? Oh sí, una y otra cosa. Dios mismo
se complace en ella. Sobre un alma humilde están entreabiertas las puertas
celestiales y un mar de gracias fluye sobre ella, (Santa Faustina). Busca, pide
y practica la humildad.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta
parábola: «Un hombre, al ausentarse, llamó a sus siervos y les encomendó su
hacienda: a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según
su capacidad; y se ausentó.
»Enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso
a negociar con ellos y ganó otros cinco. Igualmente el que había recibido dos
ganó otros dos. En cambio el que había recibido uno se fue, cavó un hoyo en
tierra y escondió el dinero de su señor.
»Al cabo de mucho tiempo, vuelve el señor de aquellos
siervos y ajusta cuentas con ellos. Llegándose el que había recibido cinco
talentos, presentó otros cinco, diciendo: ‘Señor, cinco talentos me entregaste;
aquí tienes otros cinco que he ganado’. Su señor le dijo: ‘¡Bien, siervo bueno
y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el
gozo de tu señor’.
»Llegándose también el de los dos talentos dijo: ‘Señor,
dos talentos me entregaste; aquí tienes otros dos que he ganado’. Su señor le
dijo: ‘¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo
mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor’.
»Llegándose también el que había recibido un talento
dijo: ‘Señor, sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y
recoges donde no esparciste. Por eso me dio miedo, y fui y escondí en tierra tu
talento. Mira, aquí tienes lo que es tuyo’. Mas su señor le respondió: ‘Siervo
malo y perezoso, sabías que yo cosecho donde no sembré y recojo donde no
esparcí; debías, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros, y así, al
volver yo, habría cobrado lo mío con los intereses. Quitadle, por tanto, su
talento y dádselo al que tiene los diez talentos. Porque a todo el que tiene,
se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.
Y a ese siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y
el rechinar de dientes’». (Mt 25,14-30)
Comentario
Hoy, Jesús nos narra otra parábola del juicio. Nos
acercamos a la fiesta del Adviento y, por tanto, el final del año litúrgico
está cerca.
Dios, dándonos la vida, nos ha entregado también unas
posibilidades -más pequeñas o más grandes- de desarrollo personal, ético y
religioso. No importa si uno tiene mucho o poco, lo importante es que se ha de
hacer rendir lo que hemos recibido. El hombre de nuestra parábola, que esconde
su talento por miedo al amo, no ha sabido arriesgarse: «El que había recibido
uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor» (Mt
25,18). Quizá el núcleo de la parábola pueda ser éste: hemos de tener la
concepción de un Dios que nos empuja a salir de nosotros mismos, que nos anima
a vivir la libertad por el Reino de Dios.
La palabra "talento" de esta parábola -que no
es nada más que un peso que denota la cantidad de 30 Kg de plata- ha hecho
tanta fortuna, que incluso ya se la emplea en el lenguaje popular para designar
las cualidades de una persona. Pero la parábola no excluye que los talentos que
Dios nos ha dado no sean sólo nuestras posibilidades, sino también nuestras
limitaciones. Lo que somos y lo que tenemos, eso es el material con el que Dios
quiere hacer de nosotros una nueva realidad.
La frase «a todo el que tiene, se le dará y le sobrará;
pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará» (Mt 25,29), no es,
naturalmente, una máxima para animar al consumo, sino que sólo se puede
entender a nivel de amor y de generosidad. Efectivamente, si correspondemos a
los dones de Dios confiando en su ayuda, entonces experimentaremos que es Él
quien da el incremento: «Las historias de tantas personas sencillas,
bondadosas, a las que la fe ha hecho buenas, demuestran que la fe produce
efectos muy positivos (…). Y, al revés: también hemos de constatar que la
sociedad, con la evaporación de la fe, se ha vuelto más dura…» (Benedicto XVI).
P. Antoni POU OSB Monje de Montserrat (Montserrat,
Barcelona, España)
Palabras de San Juan Pablo II
“La caridad procede de Dios,
y todo el que ama es nacido de Dios y a Dios conoce...
porque Dios es amor (1 Jn 4:7-9).
Solamente lo que es construido sobre Dios,
sobre el amor, es durable”
San Juan Pablo II
Biblioteca de archivos
Recuerda que en la página (blog) de "Pequeñas
Semillitas" y también en "Juan Pablo II inolvidable", en la
columna lateral derecha, se ha insertado un enlace con la misma imagen que ves
arriba de este escrito, desde donde se ingresa a la Biblioteca de archivos.
Allí iré agregando día a día algunos de los powerpoint que se comparten con los
suscriptores de "Pequeñas Semillitas" y también archivos de texto en
formato PDF; todo lo cual puede ser visto online o bien puede descargarse a la
computadora del usuario.
Biblioteca de archivos:
http://pequesemillitas.wix.com/bibliotecadearchivos
Tema del día:
Búsqueda creativa
A pesar de su aparente inocencia, la parábola de los
talentos encierra una carga explosiva. Sorprendentemente, el “tercer siervo” es
condenado sin haber cometido ninguna acción mala. Su único error consiste en
“no hacer nada”: no arriesga su talento, no lo hace fructificar, lo conserva
intacto en un lugar seguro.
El mensaje de Jesús es claro. No al conservadurismo, sí a
la creatividad. No a una vida estéril, sí a la respuesta activa a Dios. No a la
obsesión por la seguridad, sí al esfuerzo arriesgado por transformar el mundo.
No a la fe enterrada bajo el conformismo, sí al trabajo comprometido en abrir
caminos al reino de Dios.
El gran pecado de los seguidores de Jesús puede ser
siempre el no arriesgarnos a seguirlo de manera creativa. Es significativo
observar el lenguaje que se ha empleado entre los cristianos a lo largo de los
años para ver en qué hemos centrado con frecuencia la atención: conservar el depósito
de la fe; conservar la tradición; conservar las buenas costumbres; conservar la
gracia; conservar la vocación…
Esta tentación de conservadurismo es más fuerte en
tiempos de crisis religiosa. Es fácil entonces invocar la necesidad de
controlar la ortodoxia, reforzar la disciplina y la normativa; asegurar la
pertenencia a la Iglesia… Todo puede ser explicable, pero ¿no es con frecuencia
una manera de desvirtuar el Evangelio y congelar la creatividad del Espíritu?
Para los dirigentes religiosos y los responsables de las
comunidades cristianas puede ser más cómodo “repetir” de manera monótona los
caminos heredados del pasado, ignorando los interrogantes, las contradicciones
y los planteamientos del hombre moderno, pero ¿de qué sirve todo ello si no somos
capaces de transmitir luz y esperanza a los problemas y sufrimientos que
sacuden a los hombres y mujeres de nuestros días?
Las actitudes que hemos de cuidar hoy en el interior de
la Iglesia no se llaman “prudencia”, “fidelidad al pasado”, “resignación”…
Llevan más bien otro nombre: “búsqueda creativa”, “audacia”, “capacidad de
riesgo”, “escucha al Espíritu” que todo lo hace nuevo.
Lo más grave puede ser que, lo mismo que le sucedió al
tercer siervo de la parábola, también nosotros creamos que estamos respondiendo
fielmente a Dios con nuestra actitud conservadora, cuando estamos defraudando
sus expectativas. El principal quehacer de la Iglesia hoy no puede ser
conservar el pasado, sino aprender a comunicar la Buena Noticia de Jesús en una
sociedad sacudida por cambios socioculturales sin precedentes.
José Antonio Pagola
Nuevo video y artículo
Hay un nuevo video subido a este blog.
Para verlo tienes que ir al final de la página.
Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo
II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
Nunca olvidemos agradecer
Una vez leí que en el cielo hay dos oficinas diferentes
para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí
los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la
cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por
las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque
prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para
dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas"
pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la
segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como
respuesta a nuestros pedidos de oración.
Desde San Salvador, El Salvador, nuestra amiga Anabella del Carmen da gracias a Dios y
a la Santísima Virgen porque cumple un año más de vida, y por todas las
bendiciones que ha recibido y recibe desde que llegó al mundo.
Doy gracias a Dios y a todos los que rezaron por el regreso a la patria y a casa, de mi hija Stefi, con salud, con trabajo y con alegría. Que la Virgen de Lourdes la siga protegiendo.
Doy gracias a Dios y a todos los que rezaron por el regreso a la patria y a casa, de mi hija Stefi, con salud, con trabajo y con alegría. Que la Virgen de Lourdes la siga protegiendo.
Un estímulo todos los días
Noviembre 16
“Señor, a veces sufro por el paso del tiempo, porque
siento que voy perdiendo belleza. Quisiera liberarme de esa pena, Señor. Olvido
que sólo el paso de los años puede darme fortaleza interior y esa seguridad que
la niñez y la juventud no tienen.
A veces olvido que lo más importante es tener un corazón
siempre joven, como Jesús resucitado, eternamente joven. Dame esa belleza
interior, llena mi corazón de tu alegría divina, de esa juventud del alma que
nunca se acaba.
No permitas que me domine ese culto al cuerpo que aparece
en la televisión y en la publicidad, no dejes que me haga esclavo de ese deseo
de agradar con mi cuerpo. Quisiera amar mi cuerpo así como es, sin necesitar
cambiarlo.
Ayúdame a mirar mi cuerpo como tú lo miras y a buscar más
esa belleza interior que viene de tu gracia. Regálame la belleza de saber amar
y dejarme amar por ti. Amén.”
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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