viernes, 8 de agosto de 2014

Pequeñas Semillitas 2426

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 9 - Número 2426 ~ Viernes 8 de Agosto de 2014
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En la sociedad en la que vivimos es cada vez más común sentirse triste, desilusionado, cansado. Sentimos que hemos de cambiar algo para poder seguir adelante. Quizás, sea necesario ese cambio, y, quizás, el más importante sea empezar a creer en nosotros mismos. Si lo logramos, es posible que recuperemos la alegría de vivir, de soñar, de amar, de ser feliz.
Estaría bien que cada noche antes de dormir, con la cabeza sobre la almohada, cerremos los ojos y nos demos unos minutos para pensar: "Abrázate a ti mismo como eres. Tú debes ser lo que eres. Lo que deberías ser no es importante. Quien quiera que seas, tú eres único."
¿Cuántas veces te preocupaste el día de hoy? ¿Cuánta tensión acumulaste y cuántas emociones viviste?  ¿Miedos? Tu actitud estuvo incierta y hasta pensaste en que te hacía falta más... ¿más fuerzas? ¿más confianza? ¿más soluciones? ¿más cosas? Detente un momento y cálmate. Serena tu mente. Detén los pensamientos. Ellos no son tú. Pon atención a tu alrededor y observa algo que te llame la atención. Si tienes una flor ve y mírala. Si tienes una mascota ve y abrázala. Al distraer tus pensamientos y colocar tu atención en otro lugar habrás calmado tu mente. Al abrazar habrás relajado tensiones. ¿Hiciste la prueba de abrazarte? Hazlo. Cada momento que vives es precioso. Así que antes de comenzar a pre-ocuparte, reflexiona y ocúpate. Hay un momento dulce y bello esperándote un poco más allá del puente. Avanza... Tú puedes, y recuerda: "Solo hay tiempo para amar...."

¡Buenos días!

El papel arrugado
Respetar y comprender son actitudes que están en la base de la convivencia humana. La regla de oro de todas las grandes religiones es: “No hagas a otro lo que no te gusta que te hagan a ti” (Tob.  4, 15). Sin comprensión y respeto se viene abajo el amor a los hermanos.

Cuando era niño tenía rabietas a la menor provocación, y la mayoría de las veces después de estos arrebatos, me sentía avergonzado y me esforzaba por consolar a quien había dañado. Un día mi maestro, que me vio pidiendo excusas después de una explosión de ira, me llevó al aula y me entregó una hoja de papel lisa y me dijo: —¡Estrújala! Asombrado obedecí e hice con él una bolita. —Ahora —volvió a decirme— déjalo como estaba antes. Por más que traté de dejarlo bien liso, el papel quedó lleno de pliegues y arrugas. —El corazón de las personas —me dijo— es como ese papel... La impresión que en ellos dejas, será tan difícil de borrar como esas arrugas y esos pliegues. Así aprendí a ser más comprensivo y paciente.

La incomprensión entre las personas es una deficiencia común. Entre los mismos miembros de la familia, en las asociaciones religiosas y grupos humanos sucede lo que la Reina de la Paz señaló en un mensaje: “Hijitos, oren y no permitan que Satanás actúe en sus vidas con malentendidos, incomprensiones y faltas de aceptación entre unos y otros”.
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mí, la encontrará. Pues, ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? O, ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida? Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta. Yo os aseguro: entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean al Hijo del hombre venir en su Reino». (Mt 16,24-28)

Comentario
Hoy, el Evangelio nos sitúa claramente frente al mundo. Es radical en su planteamiento, no admite medias tintas: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame» (Mt 16,24). En numerosas ocasiones, frente al sufrimiento generado por nosotros mismos o por otros, oímos: «Debemos soportar la cruz que Dios nos manda... Dios lo quiere así...», y vamos acumulando sacrificios como cupones pegados en una cartilla, que presentaremos en la auditoria celestial el día que nos toque rendir cuentas.
El sufrimiento no tiene valor en sí mismo. Cristo no era un estoico: tenía sed, hambre, cansancio, no le gustaba que le abandonaran, se dejaba ayudar... Donde pudo alivió el dolor, físico y moral. ¿Qué pasa entonces?
Antes de cargar con nuestra “cruz”, lo primero, es seguir a Cristo. No se sufre y luego se sigue a Cristo... A Cristo se le sigue desde el Amor, y es desde ahí desde donde se comprende el sacrificio, la negación personal: «Quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mí, la encontrará» (Mt 16,25). Es el amor y la misericordia lo que conduce al sacrificio. Todo amor verdadero engendra sacrificio de una u otra forma, pero no todo sacrificio engendra amor. Dios no es sacrificio; Dios es Amor, y sólo desde esta perspectiva cobra sentido el dolor, el cansancio y las cruces de nuestra existencia tras el modelo de hombre que el Padre nos revela en Cristo. San Agustín sentenció: «En aquello que se ama, o no se sufre, o el mismo sufrimiento es amado».
En el devenir de nuestra vida, no busquemos un origen divino para los sacrificios y las penurias: «¿Por qué Dios me manda esto?», sino que tratemos de encontrar un “uso divino” para ello: «¿Cómo podré hacer de esto un acto de fe y de amor?». Es desde esta posición como seguimos a Cristo y como —a buen seguro— nos hacemos merecedores de la mirada misericordiosa del Padre. La misma mirada con la que contemplaba a su Hijo en la Cruz.
Rev. D. Pedro IGLESIAS Martínez (Rubí, Barcelona, España)

Santoral Católico:
Santo Domingo de Guzmán
Fundador de los Dominicos
Memoria de santo Domingo, presbítero, que siendo canónigo de Osma se hizo humilde ministro de la predicación en los países agitados por la herejía albigense y vivió en voluntaria pobreza, hablando siempre con Dios o acerca de Dios. Deseoso de una nueva forma de propagar la fe, fundó la Orden de Predicadores, para renovar en la Iglesia la manera apostólica de vida, mandando a sus hermanos que se entregaran al servicio del prójimo con la oración, el estudio y el ministerio de la Palabra. Su muerte tuvo lugar en Bolonia, el día seis de agosto (1221). Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net    

Pensamientos de Santo Domingo

“La Iglesia quiere realizar en estos tiempos una Nueva Evangelización que transmita, consolide y madure en nuestros pueblos la fe en Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo”

“El anuncio cristiano, por su propio vigor, tiende a sanar, afianzar y promover al hombre, a constituir una comunidad fraterna, renovando la misma humanidad y dándole su plena dignidad humana, con la novedad del bautismo y de la vida según el Evangelio”

“La Evangelización promueve el desarrollo integral, exigiendo de todos y cada uno el pleno respeto de sus derechos y la plena observancia de sus deberes, a fin de crear una sociedad justa y solidaria, en camino a su plenitud en el Reino definitivo”.

Tema del día:
Evangelizar en las redes sociales
Una vez que hemos hecho con rápido repaso sobre la manera en que podemos evangelizar en las redes, conviene hablar un poco sobre cómo dejar una huella cristiana en cada una de ellas.

Evangelizar en mucho más que compartir videos, frases, enlaces o imágenes. Es más que defender a la Iglesia y al cristianismo. Es más que estar siempre diseñando actividades que generen expectación cristiana en las redes. La verdadera evangelización empieza con el encuentro entre dos personas: evangelizados y evangelizado, por lo que la forma en que propiciamos ese encuentro es especialmente importante. Aquí van algunos consejos que espero que sean útiles:

1.- Cada vez que participemos en cualquier actividad de la red, tratemos de ofrecer contenidos u opiniones de calidad. No se trata de decir únicamente lo que se piensa, sino de sustentarlo y adecuarlo al entorno donde intervenimos.

2.- Escribir en positivo y de forma personal. Se trata de tener una actitud afectivamente positiva que propicie el encuentro.

3.- El evangelizador debe ser consciente que el evangelizado le va a enseñar muchas cosas y por lo tanto, debe respetar y valorar todo lo que nos comunique.

4.- Dejar comentarios en los lugares donde creamos que nuestras intervenciones serán enriquecedoras. No en todos lo lugares en conveniente dejar rastro de nuestro paso, pero donde lo hagamos, debemos de intentar enriquecerlo con conocimiento y afectividad.

5.- Manda sugerencias a los sitios y autores de páginas web, blogs, periódicos digitales, etc. No está mal dar ánimos y compartir impresiones con quienes trabajan solo por "amor al arte" en la red. Crear lazos de afecto y concordia es siempre positivo para todos.

6.- Haz llegar a los demás tus reflexiones de forma lo más clara y completa posible. Casi siempre conviene tardar un poco en contestar, pero hacerlo de forma que no se deje espacio a las interpretaciones personales

7.- Intenta presuponer la buena intención de tu interlocutor. Si en un diálogo lees algo que crees que es un ataque, piensa que la mayoría de las veces la sensación de ataque se debe a que nuestro interlocutor no ha sabido explicarse. Al contestar no busques el enfrentamiento directo. En todo caso, la mejor táctica es remarcar lo positivo que podamos encontrar, al mismo tiempo que matizamos lo que te parece incorrecto o inadecuado.

8.- Comparte lo que has aprendido evangelizando, con los demás evangelizadores en las redes. La unión hace la fuerza y cuando dos o más reunimos en nombre de Cristo, Él está entre nosotros.
Autor: Néstor Mora

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Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por estas personas de México D.F.; Rosario C. M. operada ayer de un tumor en el vientre; Edna S. de M., en recuperación (lenta aun) de pancreatritis; y María Elena Z. J., en recuperación de derrame cerebral y aun en estado vegetativo. Que por la intercesión de nuestra Madre de Guadalupe, la sanación de Cristo llegue a estas queridas personas. 

Pedimos oración para Carolina, de Colombia, que se encuentra enferma y a la espera del resultado de una biopsia.

Pedimos oración por María de Lourdes M. P., de México.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Un estímulo todos los días
Agosto 8
“Infinito Dios, puro poder y fuerza sin límites. Tú eres mi creador. Yo no soy la obra de un ser débil o cansado. Soy obra tuya, Dios todopoderoso. Por eso confío en ti, Señor, y te ruego que derrames todavía más tu poder en mi vida.
Dios, infinitamente potente y fuerte, que todo lo sostienes, mira mi debilidad y penetra todo mi ser con ese poder que no tiene límites. Fortalece cada fibra de mi cuerpo y de mi interior. Así, yo sé que nada podrá derribarme, porque ningún poder humano, ninguna enfermedad y ninguna dificultad pueden ser más fuertes que tú. Lléname de tu vida feliz, Señor amado. Amén.”
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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