sábado, 2 de agosto de 2014

Pequeñas Semillitas 2420

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 9 - Número 2420 ~ Sábado 2 de Agosto de 2014
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Ayer anunciábamos un nuevo esfuerzo para brindar más y mejor material en “Pequeñas Semillitas” a través de la Biblioteca de archivos. Y la respuesta de los lectores ha sido magnífica, tanto en mensajes como en visitas al sitio, por lo que expresamos nuestro sincero agradecimiento.
Recuerden que se puede ingresar desde los blogs de internet de “Pequeñas Semillitas” y “Juan Pablo II inolvidable”, en la columna lateral derecha, donde se ha insertado un enlace por el cual se ingresa a la Biblioteca de archivos. Allí poco a poco se irán agregando los powerpoint que se comparten con los suscriptores de "Pequeñas Semillitas" y también archivos de texto (de los que habitualmente se publican y otros más extensos que por su tamaño no han sido publicados) en formato PDF; todo lo cual puede ser visto online o bien puede descargarse a la computadora del usuario.

¡Buenos días!

Hoy es el tiempo
El tiempo es un bien muy valioso. Pero, la verdad es que tendemos a desperdiciarlo, en vez de aprovecharlo con sabiduría y prudencia. Es evidente que no debes emplear demasiado tiempo en tareas secundarias y, por el contrario, poco tiempo en los asuntos importantes. Es urgente y vital aprender a distinguir lo importante de lo accesorio.

Imagina que existe un banco, que cada mañana acredita en tu cuenta la suma de U$S 86.400. Cada noche borra cualquier cantidad de tu saldo que no usaste durante el día. ¿Qué harías? Retirar hasta el último centavo, ¿verdad? Cada uno de nosotros tiene ese banco. Su nombre es “tiempo”. Cada mañana, este banco te acredita 86.400 segundos. Cada noche, este banco borra todo el tiempo que no hayas invertido en un buen propósito. Si no usas tus depósitos del día, la pérdida es tuya. Invierte pues de tal modo que consigas lo mejor para esta vida y la otra: invierte en amor a Dios y a tus semejantes.

El paso fugaz del tiempo es percibido por todos. El salmista (S. 90) dice que, aun cuando lleguemos a los 70 y 80 años, al fin tenemos la impresión de que han pasado a prisa, como volando. Por eso pide a Dios le enseñe a calcular el número de años de vida, para obrar con sabiduría. Buena lección, ¿verdad? Aprovecha intensamente este día.
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, se enteró el tetrarca Herodes de la fama de Jesús, y dijo a sus criados: «Ese es Juan el Bautista; él ha resucitado de entre los muertos, y por eso actúan en él fuerzas milagrosas».
Es que Herodes había prendido a Juan, le había encadenado y puesto en la cárcel, por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo. Porque Juan le decía: «No te es lícito tenerla». Y aunque quería matarle, temió a la gente, porque le tenían por profeta.
Mas llegado el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó en medio de todos gustando tanto a Herodes, que éste le prometió bajo juramento darle lo que pidiese. Ella, instigada por su madre, «dame aquí, dijo, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista». Entristecióse el rey, pero, a causa del juramento y de los comensales, ordenó que se le diese, y envió a decapitar a Juan en la cárcel. Su cabeza fue traída en una bandeja y entregada a la muchacha, la cual se la llevó a su madre. Llegando después sus discípulos, recogieron el cadáver y lo sepultaron; y fueron a informar a Jesús. (Mt 14,1-12)

Comentario
Hoy, la liturgia nos invita a contemplar una injusticia: la muerte de Juan Bautista; y, a la vez, descubrir en la Palabra de Dios la necesidad de un testimonio claro y concreto de nuestra fe para llenar de esperanza el mundo.
Os invito a centrar nuestra reflexión en el personaje del tetrarca Herodes. Realmente, para nosotros, es un contratestigo pero nos ayudará a destacar algunos aspectos importantes para nuestro testimonio de fe en medio del mundo. «Se enteró el tetrarca Herodes de la fama de Jesús» (Mt 14,1). Esta afirmación remarca una actitud aparentemente correcta, pero poco sincera. Es la realidad que hoy podemos encontrar en muchas personas y, quizás también en nosotros. Mucha gente ha oído hablar de Jesús, pero, ¿quién es Él realmente?, ¿qué implicación personal nos une a Él?
En primer lugar, es necesario dar una respuesta correcta; la del tetrarca Herodes no pasa de ser una vaga información: «Ese es Juan el Bautista; él ha resucitado de entre los muertos» (Mt 14,2). De cierto que echamos en falta la afirmación de Pedro ante la pregunta de Jesús: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Simón Pedro le respondió: ‘Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo’» (Mt 16,15-16). Y esta afirmación no deja lugar para el miedo o la indiferencia, sino que abre la puerta a un testimonio fundamentado en el Evangelio de la esperanza. Así lo definía Juan Pablo II en su Exhortación apostólica La Iglesia en Europa: «Con toda la Iglesia, invito a mis hermanos y hermanas en la fe a abrirse constante y confiadamente a Cristo y a dejarse renovar por Él, anunciando con el vigor de la paz y el amor a todas las personas de buena voluntad que, quién encuentra al Señor conoce la Verdad, descubre la Vida y reconoce el Camino que conduce a ella».
Que, hoy sábado, la Virgen María, la Madre de la esperanza, nos ayude a descubrir realmente a Jesús y a dar un buen testimonio de Él a nuestros hermanos.
Rev. D. Joan Pere PULIDO i Gutiérrez Secretario del obispo de Sant Feliu (Sant Feliu de Llobregat, España)

Santoral Católico:
San Eusebio de Vercelli
Obispo 
Información amplia 

San Pedro Julián Eynard
Presbítero y Fundador 
Información amplia 

Nuestra Señora de los Ángeles
Patrona de Costa Rica
Información amplia 
Fuente: Catholic.net    

Palabras del Papa Francisco

“En particular, hoy mi pensamiento
se dirige hacia tres áreas de crisis:
la de Oriente Medio, la iraquí y la ucraniana”
Papa Francisco

Tema del día:
¿Qué decía Jesús de sí mismo?

¿Qué decía Jesús de sí mismo? ¿Qué conciencia tenía de su personalidad? ¿Cómo se definió con sus palabras y con su modo de vivir y de obrar? En rigor sólo Él podía dar la explicación clara y definitiva a la gran pregunta de quién era Jesús.

Jesús no parece tener gran interés en explicarnos quién es. Su predicación no se centra en la revelación acerca de su propia persona, sino en el anuncio de la buena nueva de la proximidad del reino de Dios. En ningún momento tuvo -como otros taumaturgos- la angustia de explicarse a sí mismo y de demostrar quién era. Si algo dice y si algo demuestra, será sobre la marcha, con la más soberana naturalidad, como si en realidad no necesitase demostrar nada.

¿Por qué no se preocupó Jesús de darnos por anticipado respuesta a las preguntas que nosotros juzgamos hoy importantes? ¿Por qué no nos dejó unos profundos razonamientos sobre la Trinidad, la encarnación, la infalibilidad pontificia, la colegialidad de los obispos o muchas otras importantes cuestiones teológicas? Las cosas nos hubieran resultado así mucho más fáciles, o al menos así lo creemos nosotros.

Pero a Jesús no parece preocuparle el facilitar las cosas, casi se diría que, por el contrario, ama el dejarlas claras a medias. Quizá porque la adhesión que Él pide no es la misma que damos al matemático que demuestra que dos y dos son cuatro; quizá porque pide un amor y una fe que cuentan con unas bases racionales, pero en ningún modo son la simple consecuencia de un simple silogismo. Jesús enfrenta a los hombres con su persona y se siente tan seguro de sí mismo que parece molestarle el hecho de tener que ofrecer, además, signos probatorios. Y esto desde el primer momento en que llama a los primeros apóstoles. Este no centrar su predicación en su persona y el no esforzarse especialmente en mostrar su poder son ya dos datos absolutamente nuevos en el mundo de los grandes líderes de la humanidad.

Sin embargo, al exponer su mensaje, Jesús hablará inevitablemente de sí mismo, especialmente cuando tanta relación pone entre la entrada en el Reino y la adhesión a él. Pero, aun cuando hable de sí mismo, lo hará no como una autodefinición personalista, sino como algo que forma parte -y la sustancial- de su mensaje del reino de Dios que llega, que ya ha llegado.

Jesús quiere ser conocido por su mensaje, como mensajero del Reino. Así estará para siempre dentro de nuestro corazón.
Autor: José Luis Martín Descalzo
Fuente: Catholic.net

Humor de niños

Mi hijo de cuatro años llevaba un buen rato intentando inútilmente abrir un frasco de jarabe para el resfriado.
-Mami,¿por qué no lo puedo abrir?- me preguntó.
-Porque tiene seguro contra niños.
Él, mirando con recelo la tapa del frasco, volvió a preguntarme:
-¿Y cómo sabe que soy un niño?
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Mientras una amiga mía se maquillaba los ojos, su hijo de dos años, no le quitaba la vista de encima al estuche de sombras que tenía sobre el tocador.
Ella decidió mostrarle el estuche, pero antes bajó la tapa de plástico transparente para que el niño no se ensuciara las manos.  El pequeño extendió un dedo, trató de tocar una de las sombras y, al ver que no le coloreaba la yema exclamó:
-¡Uh, se acabaron las pilas!
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La ciudad acababa de ser anfitriona de un concurso de belleza.  Por esa razón, los chicos del colegio donde estudia mi hijo Pablo, de siete años, estaban muy enterados de este tipo de eventos.
Un día, regresó Pablo de la escuela y me contó que los chicos de su salón habían elegido por unanimidad a María Laura como su reina de la belleza.
Le pregunté si era la más bonita del salón a lo que me contestó:
-No, pero es la única que tiene los dientes completos.

"Pequeñas Semillitas" por e-mail
Si lo deseas puedes recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por correo, más el agregado de un powerpoint. Las suscripciones son gratis y solo tienes que solicitarlas escribiendo a Rocío (moderadora de los grupos) a: peque.semillitas.3@gmail.com  con el título: “Suscripción a Pequeñas Semillitas”.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por el eterno descanso del alma de Saverio, fallecido en Buenos Aires, Argentina, luego de padecer una enfermedad cruel y prolongada.

Pedimos oración para Carolina M., de Guatemala, que tiene glaucoma y daño en el nervio óptico. Y también por su mamá, Olga Marina, de 84 años de edad y afectada de parkinson. Que el Señor, con su amor y su misericordia, bendiga y proteja a toda la familia.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Un estímulo todos los días
Agosto 2
La actividad humana no sólo se orienta al bienestar económico o a producir cosas útiles, sino también al cultivo gratuito de la belleza. El sentido de la belleza es indispensable para construir un lugar donde valga la pena vivir. Estamos llamados a reconocer y fomentar la hermosura que hay por todas partes. Pero para eso hace falta un intenso amor a la propia tierra y al propio pueblo, a su identidad, a sus valores y a sus posibilidades. Ese amor recreado podrá inspirarnos tantas maneras de cultivar la belleza en sus diversas manifestaciones.
Para construir algo bello hace falta adquirir un sentido de la belleza. Pero no se trata sólo de apreciar el valor de una obra artística, sino de mirar mejor toda la realidad y reconocer en ella muchos destellos que los ojos cerrados nunca llegan a descubrir. El mundo es bello, pero también hacen falta miradas sensibles que pueden percibir toda su hermosura y sus posibilidades.
Los verdaderos contemplativos son capaces de desentrañar algo nuevo en lo que descubren y admiran. Son creativos y ponen las manos en la masa no por obligación, sino por necesidad interior. Son servidores de la hermosura.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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