miércoles, 28 de abril de 2010

Pequeñas Semillitas 1054

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 1054 ~ Miércoles 28 de Abril de 2010
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Hola !!!
Hoy quiero iniciar esta edición con una frase que me ha impactado mucho por su veracidad, por su profundidad y porque fue escrita en una carta por Inés, una mujer joven, enferma de sida, que es atendida por la Comunidad del Carmen, Chimbote, Perú. Ella desde muy jovencita ejerció la prostitución y obtuvo por ese medio mucho dinero para darse todo tipo de gustos materiales... y ahora con algo más de treinta años de edad quedó sumida en la pobreza y el abandono total por parte de la sociedad al enfermar de sida, siendo recogida por la Comunidad del Carmen donde ha encontrado contención física, ayuda médica, paz espiritual y la posibilidad del sacramento de la reconciliación al que ha accedido. En una carta donde narra su vida, Inés escribió:
"Los lujos de este mundo solo causan más necesidades, las cosas de Dios dan felicidad y paz"


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


En aquel tiempo, Jesús gritó y dijo: «El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado; y el que me ve a mí, ve a aquel que me ha enviado. Yo, la luz, he venido al mundo para que todo el que crea en mí no siga en las tinieblas. Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no le juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien le juzgue: la Palabra que yo he hablado, ésa le juzgará el último día; porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado me ha mandado lo que tengo que decir y hablar, y yo sé que su mandato es vida eterna. Por eso, lo que yo hablo lo hablo como el Padre me lo ha dicho a mí».
(Juan 12, 44-50)

Comentario
Hoy, Jesús grita; grita como quien dice palabras que deben ser escuchadas claramente por todos. Su grito sintetiza su misión salvadora, pues ha venido para «salvar al mundo» (Jn 12,47), pero no por sí mismo sino en nombre del «Padre que me ha enviado y me ha mandado lo que tengo que decir y hablar» (Jn 12,49).
Todavía no hace un mes que celebrábamos el Triduo Pascual: ¡cuán presente estuvo el Padre en la hora extrema, la hora de la Cruz! Como ha escrito Juan Pablo II, «Jesús, abrumado por la previsión de la prueba que le espera, solo ante Dios, lo invoca con su habitual y tierna expresión de confianza: ‘Abbá, Padre’». En las siguientes horas, se hace patente el estrecho diálogo del Hijo con el Padre: «Padre, perdónales porque no saben lo que hacen» (Lc 23,34); «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu» (Lc 23,46).
La importancia de esta obra del Padre y de su enviado, se merece la respuesta personal de quien escucha. Esta respuesta es el creer, es decir, la fe (cf. Jn 12,44); fe que nos da —por el mismo Jesús— la luz para no seguir en tinieblas. Por el contrario, el que rechaza todos estos dones y manifestaciones, y no guarda esas palabras «ya tiene quien le juzgue: la Palabra» (Jn 12,48).
Aceptar a Jesús, entonces, es creer, ver, escuchar al Padre, significa no estar en tinieblas, obedecer el mandato de vida eterna. Bien nos viene la amonestación de san Juan de la Cruz: «El Padre todo nos lo habló junto y de una vez por esta sola Palabra (...). Por lo cual, el que ahora quisiese preguntar a Dios, o querer alguna visión o revelación, no sólo sería una necedad, sino que haría agravio a Dios, no poniendo los ojos totalmente en Cristo, evitando querer otra alguna cosa o novedad».
P. Julio César RAMOS González SDB (Salta, Argentina)


Santoral Católico
San Luis María Grignon de Monfort,
Fundador


San Luis es el fundador de los padres Monfortianos y de las Hermanas de la Sabiduría. Nació en Monfort, Francia, en 1673. Era el mayor de una familia de ocho hijos. Desde muy joven fue un gran devoto de la Santísima Virgen, y a la edad de 12 años, ya la gente lo veía pasar largos ratos arrodillado ante la estatua de la Madre de Dios.

Con grandes sacrificios logró conseguir con qué ir a estudiar al más famoso seminario de Francia, el seminario de San Suplicio en París, sobresaliendo como un seminarista totalmente mariano. Ya ordenado sacerdote, su primera Misa deseó celebrarla en un altar de la Virgen, y durante muchos años la Catedral de Nuestra Señora de París fue su templo preferido y su refugio.

El santo dedicó todas sus grandes cualidades de predicador, de conductor de multitudes, de cantante y compositor a predicar misiones para convertir pecadores, viajando incansablemente por los distintos lugares de Francia anunciando el Evangelio y permitiendo la llegada de Dios Padre en el corazón de las personas.

A pie y de limosna se fue hasta Roma, pidiendo a Dios la eficacia de la palabra, y la obtuvo de tal manera que al oír sus sermones se convertían hasta los más endurecidos pecadores. El Papa Clemente XI lo recibió muy amablemente y le concedió el título de "Misionero Apostólico", con permiso de predicar por todas partes.

El santo fundó una de las comunidades religiosas que han hecho grandes obras por la conversión de las almas: los Padres Monfortianos, a cuya comunidad le puso por nombre "Compañía de María", y las Hermanas de la Sabiduría. San Luis además escribió uno de los libros que junto con "Las Glorias de María" de San Alfonso, ha llegado a ser uno de los libros más famosos que se han escrito acerca de la devoción a la Virgen María: el "Tratado de la verdadera devoción a la Virgen María", obra que se ha propagado por todo el mundo con enorme provecho para sus lectores. Incluso el Papa Juan Pablo II tomó como lema una frase que repetía mucho nuestro gran santo: "Soy todo tuyo oh María, y todo cuanto tengo, tuyo es".

San Luis falleció el 28 de abril de 1716, a la edad de 43 años de una repentina enfermedad.


Pensamiento


"Uno reconoce a las personas inteligentes por sus respuestas.
A las que son sabias se los reconoce por sus preguntas"
Naguib Mahfouz


Temas Médicos:
Prevención del virus H1N1


Los únicos accesos de entrada al virus de la influenza H1N1 son las fosas nasales, la boca y la garganta. Es casi imposible no contagiarse con H1N1, a pesar de todas las precauciones. El contacto con el virus no es tanto el problema, como su proliferación.

Mientras usted aún esté sano y no muestre ningún síntoma de H1N1, a fin de prevenir la proliferación, agravamiento de los síntomas y desarrollo de infecciones secundarias, siga estos simples pasos, que no destacan en las comunicaciones oficiales, y que se pueden poner en práctica, en lugar de enfocarse en cómo almacenar N95 o Tamiflú.

1. Lavarse las manos con frecuencia.

2. Resista la tentación de tocarse la cara, cualquier parte de la cara, a menos que vaya a comer o bañarse.

3. Haga gárgaras dos veces al día con agua de sal tibia (use Listerine si no confía en la sal). H1N1 permanece en la garganta y en la cavidad nasal dos o tres días después del contagio, y luego muestra sus síntomas característicos. Simples gargarismos previenen su proliferación. Las gárgaras con agua de sal tienen el mismo efecto en un individuo sano que el Tamiflú en una persona infectada. No subestime este simple, baratísimo y poderoso método preventivo.

4. Limpie sus fosas nasales al menos una vez al día con agua de sal tibia. Sonarse fuerte una vez al día y limpiar la nariz con cotonetes humedecidos en el agua de sal tibia. Es muy efectivo y disminuye la población viral.

5. Refuerce su sistema inmunológico con alimentos ricos en vitamina C. Si toma un suplemento de vitamina C, cerciórese de que también contiene Zinc, que estimula su absorción.

6. Beba muchos líquidos tibios, te, café, etc. tanto como pueda. Beber líquidos tibios tiene el mismo efecto de las gárgaras, pero en sentido inverso. Llevan los virus al estómago, en donde no pueden sobrevivir, proliferar o causar algún daño.

Dra. Vinay Goyal


Meditación breve


Los niños son indefensos, y nosotros, que queremos alcanzar la infancia espiritual, también debemos ser indefensos, dejando que nos defienda Dios. Porque el Señor ya lo ha explicado en la parábola del Buen Pastor: somos ovejas, y las ovejas son también indefensas. Si nos queremos defender por nuestra propia cuenta, entonces nos convertiremos en lobos y ya nos saldremos del rebaño. Por eso qué importante es que seamos dóciles y buenos, incapaces de devolver mal por mal, y prefiriendo sufrir nosotros antes que hacer sufrir. Dirán que somos tontos y nos pasamos de buenos, dirán que somos pavotes. ¡No importa! Lo que sí importa es lo que dice el Señor de nosotros. Lo que sí importa es la sentencia pronunciada por el Señor sobre nosotros en el Juicio particular y Final. Por eso debemos rezar mucho para que sea el Señor quien nos defienda de los lobos, es decir, del demonio y de los hombres malvados. Perdonar todo y a todos y no guardar rencor, que el premio es grande.


Nuevos videos


Hay un nuevo video subido a este blog
Título: "Dios está aquí"
Te recuerdo que para verlo tienes que ir al final de la página


Hay nuevo video publicado en el blog "Juan Pablo II inolvidable"
Título: "No tengan miedo"
Puedes acceder en la dirección:
http://juanpabloinolvidable.blogspot.com/


Pedidos de oración


Pedimos oración por Nicolás, un niño de Colombia de sólo diez años de edad, quien se encuentra muy grave por una operación en la cabeza y al que los médicos no le dan posibilidades de vida. Que el Señor Misericordioso obre lo mejor para este niño y esté junto a sus padres acompañándolos en su dolor.


Pedimos oración por Nahuel S. de 12 años de edad, de Olavarría, Argentina, al que han diagnosticado un tumor en el fémur. Que Jesús, el Buen Pastor, le ayude a superar con bien esta enfermedad.


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


Ven Espíritu Santo...!


Espíritu Santo que después de crear nuestro mundo, lo sigues gobernando eternamente según tus divinos designios, te ruego que guíes mis pasos para ser siempre dócil y agradecido a tu protección amorosa. Así sea.
P. Florentín Brusa cmf


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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