sábado, 10 de abril de 2010

Pequeñas Semillitas 1036

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 1036 ~ Sábado 10 de Abril de 2010
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)



Hola !!!
Existen momentos en la vida que nos marcan para siempre o dejan una huella imborrable en nuestros corazones...
Permite que esos momentos solo sean los más bellos y puros… Permite que las huellas en tu corazón sean aquellas que al momento de tu vejez te llenen de ternura, dulzura y sobre todo de paz...


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


Jesús resucitó en la madrugada, el primer día de la semana, y se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a comunicar la noticia a los que habían vivido con Él, que estaban tristes y llorosos. Ellos, al oír que vivía y que había sido visto por ella, no creyeron. Después de esto, se apareció, bajo otra figura, a dos de ellos cuando iban de camino a una aldea. Ellos volvieron a comunicárselo a los demás; pero tampoco creyeron a éstos. Por último, estando a la mesa los once discípulos, se les apareció y les echó en cara su incredulidad y su dureza de corazón, por no haber creído a quienes le habían visto resucitado. Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación».
(Marcos 16, 9-15)

Comentario
Hoy, el Evangelio nos ofrece la oportunidad de meditar algunos aspectos de los que cada uno de nosotros tiene experiencia: estamos seguros de amar a Jesús, lo consideramos el mejor de nuestros amigos; no obstante, ¿quién de nosotros podría afirmar no haberlo traicionado nunca? Pensemos si no lo hemos mal vendido, por lo menos, alguna vez por un bien ilusorio, del peor oropel. En segundo lugar, aunque frecuentemente estamos tentados a sobrevalorarnos en cuanto cristianos, sin embargo el testimonio de nuestra propia conciencia nos impone callar y humillarnos, a imitación del publicano que no osaba ni tan sólo levantar la cabeza, golpeándose el pecho, mientras repetía: «Oh Dios, ven junto a mí a ayudarme, que soy un pecador» (Lc 18,13).
Afirmado todo esto, no puede sorprendernos la conducta de los discípulos. Han conocido personalmente a Jesús, le han apreciado los dotes de mente, de corazón, las cualidades incomparables de su predicación. Con todo, cuando Jesucristo ya había resucitado, una de las mujeres del grupo —María Magdalena— «fue a comunicar la noticia a los que habían vivido con Él, que estaban tristes y llorosos» (Mc 16,10) y, en lugar de interrumpir las lágrimas y comenzar a bailar de alegría, no le creen. Es la señal de que nuestro centro de gravedad es la tierra.
Los discípulos tenían ante sí el anuncio inédito de la Resurrección y, en cambio, prefieren continuar compadeciéndose de ellos mismos. Hemos pecado, ¡sí! Le hemos traicionado, ¡sí! Le hemos celebrado una especie de exequias paganas, ¡sí! De ahora en adelante, que no sea más así: después de habernos golpeado el pecho, lancémonos a los pies, con la cabeza bien alta mirando arriba, y... ¡adelante!, ¡en marcha tras Él!, siguiendo su ritmo. Ha dicho sabiamente el escritor francés Gustave Flaubert: «Creo que si mirásemos sin parar al cielo, acabaríamos teniendo alas». El hombre, que estaba inmerso en el pecado, en la ignorancia y en la tibieza, desde hoy y para siempre ha de saber que, gracias a la Resurrección de Cristo, «se encuentra como inmerso en la luz del mediodía».
P. Raimondo M. SORGIA Mannai OP (San Domenico di Fiesole, Florencia, Italia)


Santoral Católico
Los Mártires colombianos
de la Comunidad de San Juan de Dios


En 1934 estalló en España una cruel persecución contra los católicos por parte de los comunistas, masones y de la extrema izquierda. En pocos meses fueron destruidos en España más de mil templos católicos y gravemente averiados más de dos mil. Desde 1936 hasta 1939, los comunistas españoles asesinaron a 4100 sacerdotes seculares; 2300 religiosos; 283 religiosas y miles de laicos.

Unas de las víctimas de esta persecución fueron siete jóvenes colombianos, hermanos de la Comunidad de San Juan de Dios, que estaban estudiando y trabajando en España a favor de los que padecían enfermedades mentales y se encontraban en condición de abandono. Sus nombres eran: Juan Bautista Velásquez, Esteban Maya, Melquíades Ramírez de Sonsón, Eugenio Ramírez, Rubén de Jesús López, Arturo Ayala y Gaspar Páez Perdomo de Tello. La Comunidad colombiana los había enviado a España a perfeccionar sus estudios de enfermería, y a asistir a los enfermos que vivían en un centro médico ubicado en Ciempozuelos cerca de Madrid.

Hasta dicho lugar, llegó personal del gobierno comunista español quienes les ordenaron abandonar el plantel y dejarlo en manos de empleados marxistas desconocedores de la medicina y de la dirección de centros médicos. Los siete jóvenes fueron hechos prisioneros y llevados a una cárcel de Madrid.

Gracias a la intersección de la cancillería colombiana en el país, los jóvenes consiguieron su libertad, y ya su comunidad religiosa había gestionado los pasajes y viáticos para su retorno al país natal. Sin embargo, antes de abordar el tren que los transportaría a Barcelona, de donde partirían a Colombia, oficiales del gobierno comunista español los asesinaron cruelmente. El Cónsul de Colombia en España los identificó en el Hospital Clínico del país, y dio aviso a la congregación religiosa.

Pese a las protestas por parte del gobierno colombiano y de la cancillería en España, el gobierno comunista realizó ninguna investigación pertinente, dejando sin castigo alguno a los responsables del asesinato de los religiosos.

El Papa Juan Pablo II beatificó a los siete religiosos en 1992, convirtiéndose en los primeros beatos del país latinoamericano.


Pensamiento


"No cambiaría la risa de mi corazón por la fortuna de las multitudes,
tampoco me conformaría con cambiar mis lágrimas por quietud.
Tengo la ferviente esperanza de que toda mi vida en esta tierra
sea siempre lágrimas y risas"
Khalil Gibran


Tema del día:
Paz interna


Con el trabajo, la familia o cualquier otro número de responsabilidades que comprometen tu tiempo y atención, es fácil sentirse aturdido o distraído. Las buenas noticias es que la paz interna puede apartarte de la “agitación” de la vida a tu alrededor y llevarte a la serenidad de la presencia de Dios en ti. Puedes comenzar a encontrar tu lugar de paz al dirigirte a Dios en oración.

Dondequiera que estés, puedes dirigirte a tu interior para un rato de oración. O si buscas un lugar más permanente de comodidad, quizás desees crear un santuario espiritual —un lugar donde puedas retirarte por un rato de meditación y contemplación callada.

Como la paz es la llave que abre la puerta a la fortaleza, la confianza y la seguridad en sí mismo, es bueno que te rodees de objetos significativos en los cuales puedas enfocar tu atención durante tu tiempo de oración. Quizás las flores hermosas u objetos naturales atraigan tu sentido de sencillez y unidad con la creación. Fotos de seres queridos pueden servir como recordatorios de las muchas bendiciones de Dios en tu vida. También puedes incluir música en tu santuario para el alma. La música también puede aliviar tu alma y llevarte inmediatamente a un lugar de fortaleza relajante.

Este santuario personal es un lugar de refugio callado. Es tu camino hacia el descanso a medida que descubres de nuevo tu paz interna.

Toma unos momentos para aquietar tu cuerpo y mente. Al cerrar los ojos, recuerda que Dios está contigo en este momento. Siente la seguridad sagrada de la paz que llena tu mente y corazón, haciendo a un lado cualquier pensamiento o experiencia negativa. En el silencio de la oración, Dios está para apoyarte.


Meditación breve


Una anciana, estaba en la acera, confusa y nerviosa, pues intentaba cruzar la calle, pero el intenso tráfico se lo impedía. Temerosa, no lograba salir de aquel lugar. En un momento determinado, apareció un caballero y le preguntó:
"¿Puedo cruzar la calle con usted?"
Ella se relajó y tranquilizó, con alegría agarró el brazo del caballero y juntos comenzaron a cruzar la calle. De repente ella comenzó a ponerse muy nerviosa, ya que se dio cuenta que el hombre caminaba haciendo eses, por el medio de la calle, y los conductores les pitaban y vociferaban. Cuando llegaron a la otra acera, ella muy furiosa le dijo:
"Usted casi nos mata, usted camina como si fuese ciego"
Y el respondió:
"Es que soy ciego, le pregunté si podría cruzar con usted, la calle"

Esta pequeña anécdota, nos hace ver la importancia de la comunicación, de saber escuchar (y observar) y de pensar en los otros y no sólo en nuestra necesidad. Debemos escuchar, lo que dice el otro, no tan sólo oír lo que queremos.
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Manuel Ángel Costa


Pedidos de oración


Pedimos oración por el señor Emir M. que vive en la localidad de La Francia, Provincia de Córdoba, Argentina, y que el lunes será operado de próstata, siendo que además tiene problemas cardíacos. Que Jesús de la Misericordia esté a su lado y permita que supere este trance que toda normalidad.


Pedimos oración por el eterno descanso del alma de la señora Raquel R. A. que el día 14 de marzo partió desde Lima, Perú, hacia la casa del Padre celestial. Paz para ella y consuelo para sus familiares.


Pedimos oración por Mía B., de Olavarría, Argentina, que tiene tres años de edad y padece de una infección generalizada, siendo grave su estado. Que la Virgen de Lourdes la proteja e interceda por ella para lograr su curación.


Pedimos oración por el matrimonio conformado por María del Carmen S. y Juan Carlos N. G., que viven en Buenos Aires, Argentina, que llevan ya cuatro años de casados sin haber podido concretar el sueño de tener un hijo. Que la Santísima Virgen, Madre de Dios y Madre de todos, les conceda esa hermosa gracia de ver prolongado su amor en un nuevo ser.


Seguimos pidiendo oración por los sacerdotes Matías Pardo y Pablo Osow, párroco y vicario de la ciudad de Carhué, Argentina, que han tenido un accidente de tránsito muy grave hace pocos días siendo muy grave el estado de uno de ellos. Que el Señor Resucitado los acompañe en este trance y les permita recuperarse para poder seguir a pleno con sus funciones en bien de Su rebaño.


Pedimos oración por María Fernanda, de Piura, Perú, que está enferma y tiene síntomas de Dengue, para que Dios Todopoderoso haga que su cuadro clínico se resuelva pronto de manera satisfactoria. También rezamos por todos los enfermos afectados de dengue en esa ciudad del norte de Perú.


Pedimos oración por Santino, un nene argentino de 4 añitos de edad, a quien el año pasado operaron de un tumor en la cabeza y en fecha próxima debe ser operado nuevamente. Pidamos al querido y dulce Niño Jesús que le dé fortaleza para soportar esta dolencia y a la vez acompañe a su familia.


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


Ven Espíritu Santo...!


Espíritu Santo, fuente de toda alegría espiritual, te pido por medio de tu divina esposa que es nuestra alegría, me hagas comprender que un cristiano triste es un triste cristiano; inúndame siempre de esa alegría espiritual que es la única capaz de satisfacer el alma y el corazón. Así sea.
P. Florentín Brusa cmf


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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