domingo, 11 de abril de 2010

Pequeñas Semillitas 1037

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 1037 ~ Domingo 11 de Abril de 2010
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Hola !!!
Hoy, en la octava de la Resurrección del Señor, la Iglesia celebra a la Divina Misericordia, una devoción que comenzó a expandirse en el mundo entero a partir del diario de una joven monja polaca en 1930, la Hna. Faustina Kowalska, a quien Jesucristo le pidió en diversas ocasiones que se dedicara una fiesta a la Divina Misericordia y que esta fiesta fuera celebrada el domingo después de la Pascua.


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros». Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío». Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré».
Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: «La paz con vosotros». Luego dice a Tomás: «Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente». Tomás le contestó: «Señor mío y Dios mío». Dícele Jesús: «Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído».
Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro. Éstas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre.
(Juan 20, 19-31)

Comentario
Hoy, Domingo II de Pascua, completamos la octava de este tiempo litúrgico, una de las dos octavas —juntamente con la de Navidad— que en la liturgia renovada por el Concilio Vaticano II han quedado. Durante ocho días contemplamos el mismo misterio y tratamos de profundizar en él bajo la luz del Espíritu Santo.
Por designio del Papa Juan Pablo II, este domingo se llama Domingo de la Divina Misericordia. Se trata de algo que va mucho más allá que una devoción particular. Como ha explicado el Santo Padre en su encíclica Dives in misericordia, la Divina Misericordia es la manifestación amorosa de Dios en una historia herida por el pecado. “Misericordia” proviene de dos palabras: “Miseria” y “Cor”. Dios pone nuestra mísera situación debida al pecado en su corazón de Padre, que es fiel a sus designios. Jesucristo, muerto y resucitado, es la suprema manifestación y actuación de la Divina Misericordia. «Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito» (Jn 3,16) y lo ha enviado a la muerte para que fuésemos salvados. «Para redimir al esclavo ha sacrificado al Hijo», hemos proclamado en el Pregón pascual de la Vigilia. Y, una vez resucitado, lo ha constituido en fuente de salvación para todos los que creen en Él. Por la fe y la conversión acogemos el tesoro de la Divina Misericordia.
La Santa Madre Iglesia, que quiere que sus hijos vivan de la vida del resucitado, manda que —al menos por Pascua— se comulgue y que se haga en gracia de Dios. La cincuentena pascual es el tiempo oportuno para el cumplimiento pascual. Es un buen momento para confesarse y acoger el poder de perdonar los pecados que el Señor resucitado ha conferido a su Iglesia, ya que Él dijo sólo a los Apóstoles: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados» (Jn 20,22-23). Así acudiremos a las fuentes de la Divina Misericordia. Y no dudemos en llevar a nuestros amigos a estas fuentes de vida: a la Eucaristía y a la Penitencia. Jesús resucitado cuenta con nosotros.
Rev. D. Joan Ant. MATEO i García (La Fuliola, Lleida, España)


Santoral Católico
San Estanislao,
Obispo de Cracovia y Mártir


Nació el 26 de julio del año 1036 en Polonia. Sus padres eran nobles; habían vivido mucho tiempo sin hijos, hasta que Dios les concedió a Estanislao, en respuesta a sus oraciones, por lo que consagraron a Dios a su hijo desde el día de su nacimiento. Fue ordenado sacerdote por Mons. Lamberto Zula, Obispo de Cracovia, quien lo hizo canónigo de la catedral y más tarde lo nombró predicador y archidiácono suyo.

La elocuencia y el ejemplo del joven sacerdote produjeron grandes frutos de reforma de costumbres entre sus penitentes, clérigos y laicos. A la muerte de Mons. Zula, el santo fue consagrado Obispo de Cracovia en 1072, siendo un celoso apóstol, infatigable en la predicación, estricto en el mantenimiento de la disciplina y muy cumplido con las visitas pastorales.

En aquella época, gobernaba Polonia el rey Boleslao II, monarca de grandes cualidades pero extremadamente disoluto y cruel. Tuvo muchos enfrentamientos con el santo quien fue el único que le hizo frente ante sus injusticias y tiranías. Enfurecido por sus palabras, el monarca hostigó y amenazó al santo lo que motivó que San Estanislao lo excomulgara. Esta decisión encolerizó aún más al rey, enviando a sus soldados a que matasen al Obispo pero al fracasar por intervención divina, el rey lo mató.


Palabras de Juan Pablo II


"En todo el mundo, el segundo Domingo de Pascua recibirá el nombre de Domingo de la Divina Misericordia. Una invitación perenne para el mundo cristiano a afrontar, con confianza en la benevolencia divina, las dificultades y las pruebas que esperan al genero humano en los años venideros"


Tema del día:
Fiesta de la Divina Misericordia


La fiesta que celebramos el II Domingo de Pascua es, de entre todas las formas de la devoción a la Divina Misericordia, la que tiene mayor rango. Jesús habló por primera vez a Santa Faustina de instituir esta fiesta el 22 de febrero de 1931 en Plock el mismo día en que le pidió que pintara su imagen y le dijo: “Yo deseo que haya una Fiesta de la Divina Misericordia. Quiero que esta imagen que pintarás con el pincel, sea bendecida con solemnidad el primer Domingo después de la Pascua de Resurrección; ese Domingo debe ser la Fiesta de la Misericordia”. Durante los años posteriores, Jesús le repitió a Santa Faustina este deseo en catorce ocasiones, definiendo precisamente la ubicación de esta fiesta en el calendario litúrgico de la Iglesia, el motivo y el objetivo de instituirla, el modo de prepararla y celebrarla, así como las gracias a ella vinculada.

Por fin, el 30 de abril del año 2000, coincidiendo con la canonización de Santa Faustina, “Apóstol de la Divina Misericordia”, el Venerable Siervo de Dios Juan Pablo II instituyó oficialmente la Fiesta de la Divina Misericordia a celebrarse todos los años en esa misma fecha: Domingo siguiente a la Pascua de Resurrección.

Con la institución de esta Fiesta, el Juan Pablo II concluyó la tarea asignada por Nuestro Señor Jesús a Santa Faustina en Polonia, 69 años atrás, cuando en febrero de 1931 le dijo: “Yo deseo que haya una Fiesta de la Divina Misericordia. Quiero que esta imagen que pintarás con el pincel, sea bendecida con solemnidad el primer Domingo después de la Pascua de Resurrección; ese Domingo debe ser la Fiesta de la Misericordia”.


Creer sin ver


Si crees que la sonrisa es más fuerte que las armas,
si crees en el poder de una mano siempre abierta,
si crees que lo que une siempre es más que lo que separa,
si crees que ser diferente es una riqueza y no un peligro,
TÚ ERES DE LOS QUE CREEN SIN HABER VISTO!

Si sabes mirar al otro con un poquito de amor,
si prefieres la esperanza a la sospecha,
si piensas que eres tú quien debe dar el primer paso,
si la mirada de un niño es todavía capaz de desarmarte,
TÚ ERES DE LOS QUE CREEN SIN HABER VISTO!

Si el extranjero es para ti un hermano inesperado,
si eres capaz de dar tu tiempo por amor,
si sabes aceptar que los demás te ayuden,
si sabes cantar y bailar con la felicidad del otro,
TÚ ERES DE LOS QUE CREEN SIN HABER VISTO!

Si sabes escuchar a quien te hace perder tu tiempo,
si sabes convertir el fracaso en aprendizaje,
si sabes aceptar y hacer tuyas las opiniones diferentes,
si te resistes a echar la culpa de todo a los demás,
TÚ ERES DE LOS QUE CREEN SIN HABER VISTO!

Si para el otro es, sobretodo, un hermano,
si piensas que el enojo es signo de debilidad más que de fuerza,
si prefieres que te hagan daño antes que hacerlo tú,
si rechazas la idea de que eres indispensable,
TÚ ERES DE LOS QUE CREEN SIN HABER VISTO!

Si crees que la fe sigue siendo posible,
si la esperanza tiene sitio en tu corazón,
si el amor es la última razón de tus razones,
TÚ ERES DE LOS QUE CREEN SIN HABER VISTO!

Porque... ésta es nuestra fe:
¡JESUCRISTO RESUCITADO!


Desconozco el autor


Nuevos videos y artículos


Hay un nuevo video subido a este blog
Te recuerdo que para verlo tienes que ir al final de la página


Hay nuevo material publicado en el blog "Juan Pablo II inolvidable"
(un video y una oración)
Puedes acceder en la dirección:
http://juanpabloinolvidable.blogspot.com/



Nunca nos olvidemos de agradecer


Alguna vez leí que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana los mensajes para la segunda oficina:agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.


Nuestra lectora María Elena E., de La Paz, Bolivia, desea agradecer en primer lugar a Dios y luego a los lectores que rezaron por su hermano Roberto que estaba pasando dificultades económicas por falta de trabajo y que ha sido bendecido por el Señor con la gracia que se estaba pidiendo. Demos gracias a Dios.


También agradecen oraciones hechas por el señor David A. C. que se encontraba agonizando y ahora ya ha partido al cielo.


Desde Guatemala nos escribe Samara S. para agradecer a quienes rezaron por el matrimonio de su hermana que se encontraba pasando por una situación de crisis, y que por la gracia de Dios ahora está fuerte y sólido nuevamente. Seguiremos rezando por ellos.


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Felipe de Urca
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Ven Espíritu Santo...!


Espíritu divino, dulce huésped de mi alma, que jamás contradiga sus divinas inspiraciones, porque siguiendo las mismas con fidelidad, ciertamente como María llegaré a la santidad. Así sea.
P. Florentín Brusa cmf


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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