lunes, 31 de diciembre de 2007

Pequeñas Semillitas 0293

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0293 ~ Lunes 31 de Diciembre de 2007
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)





Hola !!!
Es el día final del año 2007…
Como todas las personas hago mi balance personal de estos 365 días y compruebo con asombro y con felicidad cómo han crecido mis “Pequeñas Semillitas” y cómo han germinado y dado hermosos frutos en el corazón de miles de lectores de todo el mundo, superando mucho mis pensamientos más optimistas de los días en que comencé con esta siembra de buena voluntad.
Agradezco a Dios que me haya señalado esta tarea y me da las fuerzas para llevarla adelante, juntamente con la maternal presencia de María de Lourdes y su santo esposo San José. También a mi admirado Juan Pablo II, que desde el cielo me guía y me dirige día a día.
En este momento de reflexión serena, no puedo menos que mostrarme agradecido por esta enorme y a la vez inmerecida distinción que recibo de todos ellos a pesar de mi pequeñez y mis miserias, para ser un simple mensajero que intenta ayudar a sus hermanos con reflexiones cristianas y llevando la Buena Nueva del Evangelio, utilizando estos modernos recursos tecnológicos que el siglo XXI nos ofrece y que debemos saber usar para el bien.
En la hora del brindis por el nuevo año, pido a Dios que bendiga a todos los lectores de “Pequeñas Semillitas”, y que renueve en mí las fuerzas para la siembra del 2008, que seguramente será muy intensa y ojalá que tan fructífera como la de este año que hoy termina.
Me despido de todos ustedes hasta el día 1º de Febrero próximo, si Dios así lo quiere.




Evangelio de hoy



En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.
Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. Éste vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por Él. No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz.
La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios. Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de Él y clama: «Éste era del que yo dije: El que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo». Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia. Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, Él lo ha contado.
(Juan 1, 1-18)

Comentario
Hoy es el último día del año. Frecuentemente, una mezcla de sentimientos —incluso contradictorios— susurran en nuestros corazones en esta fecha. Es como si una muestra de los diferentes momentos vividos, y de aquellos que hubiésemos querido vivir, se hiciesen presentes en nuestra memoria. El Evangelio de hoy nos puede ayudar a decantarlos para poder comenzar el nuevo año con empuje.
«La Palabra era Dios (...). Todo se hizo por ella» (Jn 1,1.3). A la hora de hacer el balance del año, hay que tener presente que cada día vivido es un don recibido. Por eso, sea cual sea el aprovechamiento realizado, hoy hemos de agradecer cada minuto del año.
Pero el don de la vida no es completo. Estamos necesitados. Por eso, el Evangelio de hoy nos aporta una palabra clave: “acoger”. «Y la Palabra se hizo carne» (Jn 1,14). ¡Acoger a Dios mismo! Dios, haciéndose hombre, se pone a nuestro alcance. “Acoger” significa abrirle nuestras puertas, dejar que entre en nuestras vidas, en nuestros proyectos, en aquellos actos que llenan nuestras jornadas. ¿Hasta qué punto hemos acogido a Dios y le hemos permitido entrar en nosotros?
«La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo» (Jn 1,9). Acoger a Jesús quiere decir dejarse cuestionar por Él. Dejar que sus criterios den luz tanto a nuestros pensamientos más íntimos como a nuestra actuación social y laboral. ¡Que nuestras actuaciones se avengan con las suyas!
«La vida era la luz» (Jn 1,4). Pero la fe es algo más que unos criterios. Es nuestra vida injertada en la Vida. No es sólo esfuerzo —que también—. Es, sobre todo, don y gracia. Vida recibida en el seno de la Iglesia, sobre todo mediante los sacramentos. ¿Qué lugar tienen en mi vida cristiana?
«A todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios» (Jn 1,12). ¡Todo un proyecto apasionante para el año que vamos a estrenar!
Rev. D. David Compte (Manlleu-Barcelona, España)


Importante:
Durante el mes de enero 2008 en que Pequeñas Semillitas no se publicará, puedes leer diariamente el Evangelio y su comentario entrando en la página: http://www.evangeli.net/ que es el sitio de donde me llega cada día a mí, por suscripción gratuita.




Santoral y Efemérides


En el Santoral Católico hoy se conmemora a San Silvestre, Papa.

Un cordial saludo para los amigos que llevan su nombre.

Algunos de los hechos más importantes ocurridos en un día como hoy en la Historia fueron:

1384 - Muere John Wycliffe, filósofo, teólogo y reformador religioso inglés, precursor de la Reforma protestante.
1553 - Pedro de Valdivia funda en Chile los fuertes de Arauco, Puren, Tucapel y la ciudad de Los Confines o Angol.
1600 - Se forma la Compañía británica de las indias orientales.
1857 - La Reina Victoria elige a Ottawa como capital del Canadá.
1879 - Thomas Edison hace una demostración pública de su lámpara incandescente en los EE.UU.
1929 - El Congreso Nacional Indio, inspirado por Gandhi, se declara a favor de la completa independencia de la India.
1936 - Muere el filósofo y escritor español Miguel de Unamuno.
1946 - El presidente de los EE.UU., Harry Truman anuncia oficialmente el cese de hostilidades en la segunda guerra mundial.
1958 - Ernesto "Che" Guevara encabeza la ocupación de Santa Clara. Horas más tarde Fulgencio Batista huye de Cuba.
1979 - La Reina Isabel II de Inglaterra nombra caballero de la Orden del Imperio Británico al director de cine Alfred Hitchcock.





Para pensar...



"¡Como los Reyes Magos, sed también vosotros peregrinos animados por el deseo de encontrar al Mesías y de adorarle! ¡Anunciad con valentía que Cristo, muerto y resucitado, es vencedor del mal y de la muerte!".
Juan Pablo II




Al comenzar un nuevo año
¿Otra vez hacer propósitos?




1) Para saber

Se cuenta que un anciano vivía cerca de un río acompañado de su joven nieto. Y cada mañana, el Abuelo se sentaba para leer su vieja y estropeada Biblia. Su nieto, que lo admiraba, intentaba imitarlo.
Un día el nieto preguntó, "Abuelo, yo intento leer la Biblia, me gusta pero yo no la entiendo, y lo que logro entender se me olvida en cuanto cierro el libro. ¿Qué hay de bueno en leer la Biblia?”.
El abuelo echaba a una estufa el carbón que sacaba de un canasto. Dejó de hacerlo y le dijo: “Si quieres saberlo, debes estar dispuesto a obedecer. Saca el carbón del canasto, ve al río, llénalo de agua y tráemelo”. El muchacho titubeó, pues el canasto no podría retener el agua, pero obedeció. En efecto, toda el agua se salió antes de que él pudiera volver a la casa. El abuelo se rió y dijo: “Tal vez si te mueves un poco más rápido, lo conseguirás”. Y lo envió nuevamente al río a llenarlo con agua. Esta vez, el muchacho corrió más rápidamente, pero de nuevo el canasto estaba vació antes de que llegara. Cansado, se quejó: “¡es imposible llevar agua en el canasto!”; y fue a conseguir un balde. Pero el anciano lo detuvo: “No quiero un balde con agua, quiero que vayas a llenar el canasto de agua. No te desanimes ¿No podrás hacerlo una vez más?”
El muchacho sabía que era imposible, pero quería mostrar a su abuelo su obediencia. Así que fue al río, corrió fuerte, pero cuando llegó con su abuelo, el canasto estaba vacío, y dijo: “Mira abuelo, ¡es inútil, no ha servido de nada mi esfuerzo!”. Pero el abuelo le contestó: “¿Por qué piensas eso? Mira con atención dentro del canasto”. El muchacho miró el canasto y comprendió que el canasto parecía diferente. En lugar de un sucio canasto carbonero, estaba todo limpio. “Hijo, –dijo el abuelo- esto es lo que pasa cuando tú lees la Biblia. Tal vez no puedes entender todo o recordar todo, pero cuando la lees, tu interior se transforma. Ésa es la obra de Dios en nuestras vidas. Lentamente nos cambia desde lo más profundo de nuestro ser, para transformarnos en la imagen de su Hijo”.

2) Para pensar

Nosotros somos esos canastos que necesitamos continuamente ser lavados. Por ello, al comenzar un año nuevo, es preciso recomenzar la lucha.
Es común que al terminar un año hagamos un recuento de cómo nos fue. Y en ocasiones podemos pensar que el esfuerzo que hicimos fue inútil o que no sirvió de nada luchar pues las cosas no están bien.
Sin embargo, podemos equivocarnos, pues todo esfuerzo por ser mejores, o la lucha por cumplir los propósitos ya conlleva en sí un valor. Ha sido como lavarnos. Nuestras buenas obras han ido limpiando nuestro interior, aunque exteriormente no haya cambios.
Pensemos qué propósitos querría el Señor que hiciéramos y luchemos día a día por saberle responder.

3) Para vivir

Por ello, no es inútil proponernos algunas metas, aunque fueran las mismas de hace un año, pues lo importante es la actitud de querer recomenzar. El optimismo viene de sabernos ayudados por Dios para mantener la lucha.
Por eso San Josemaría invitaba a no desanimarse ante los propios errores: “Otra caída... ¡y qué caída!... ¿Desesperarte?... No: humillarte y acudir, por María, tu Madre, al Amor Misericordioso de Jesús. –Un “miserere” ¡y arriba ese corazón! –A comenzar de nuevo.” (Camino 711)

Pbro. José Martínez Colín



Consignas


En cada momento de tu existir dependes de Dios. Dios no solamente te creó; te está creando en cada momento; el mismo poder se necesita para mantenerte en la existencia, que el que se necesitó para dártela por primera vez. Así, Dios que fue tu Creador sigue siendo tu Creador en cada instante de tu existir.




Historias : Un cuento de Año Nuevo



Dicen que cuando se acerca fin de año los ángeles curiosos se sientan al borde de las nubes a escuchar los pedidos que llegan desde la tierra.

- ¿Qué hay de nuevo? -pregunta un ángel pelirrojo, recién llegado.

- Lo de siempre: amor, paz, salud, felicidad...- contesta el ángel más viejo. Y bueno, todas esas son cosas muy importantes.

Lo que pasa es que hace siglos que estoy escuchando los mismos pedidos y aunque el tiempo pasa los hombres no parecen comprender que esas cosas nunca van a llegar desde el cielo, como un regalo.

- ¿Y qué podríamos hacer para ayudarlos? - Dice el más joven y entusiasta de los ángeles.

- ¿Te animarías a bajar con un mensaje y susurrarlo al oído de los que quieran escucharlo? - pregunta el anciano.

Tras una larga conversación se pusieron de acuerdo y el ángel pelirrojo se deslizó a la tierra convertido en susurro y trabajó duramente mañana, tarde y noche, hasta los últimos minutos del último día del año.

Ya casi se escuchaban las doce campanadas y el ángel viejo esperaba ansioso la llegada de una plegaria renovada. Entonces, luminosa y clara, pudo oír la palabra de un hombre que decía:

"Un nuevo año comienza. Entonces, en este mismo instante, empecemos a recrear un mundo distinto, un mundo mejor: sin violencia, sin armas, sin fronteras, con amor, con dignidad; con menos policías y más maestros, con menos cárceles y más escuelas, con menos ricos y menos pobres. Unamos nuestras manos y formemos una cadena humana de niños, jóvenes y viejos, hasta sentir que un calor va pasando de un cuerpo a otro, el calor del amor, el calor que tanta falta nos hace. Si queremos, podemos conseguirlo, y si no lo hacemos estamos perdidos, porque nadie más que nosotros podrá construir nuestra propia felicidad".

Desde el borde de una nube, allá en el cielo, dos ángeles cómplices sonreían satisfechos.

Autor: Pancho Aquino




Meditación breve



La única manera que tenemos los humanos para multiplicar la felicidad es compartirla.
Te deseo de verdad y con todo mi corazón.... Que tu vida esté colmada de:
Entusiasmo: Para ver hacia adelante
Felicidad: Para mantenerte dulce
Problemas: Para mantenerte fuerte
Penas: Para saberte humano
Esperanza: Para seguir luchando cada día
Fracasos: Para mantenerte humilde
Éxitos: Para mantenerte anhelante
Amigos: Para vivir la vida
Riqueza: Para satisfacer tus necesidades
Fe: Para desterrar la depresión
Decisión: Para hacer que cada día sea mejor y
Amor: porque sin amor nada somos.




Pedido de oración


Pedimos oración por la PAZ en el mundo





Oración de Fin de Año de un anciano



El anciano dijo al terminar el año, un día como hoy en la Iglesia:
Gracias, Padre, por haberme quitado todo lo que me sobraba para caminar hacia Ti.
Gracias por aquel enemigo que me hizo tanto mal, porque por él aprendí a perdonar.
Gracias por las enfermedades que me hicieron paciente, fuerte y humilde al reconocer mis límites, cualidades, defectos y virtudes.
Gracias por los errores que me hicieron enriquecer mi experiencia.
Gracias por las piedras del camino que me hicieron dar un paso más largo.
Gracias por las decepciones que me hicieron no descansar hasta encontrarte.
Gracias por mis planes frustrados que me llevaron al descubrimiento del proyecto de vida que tenías para mí.
Gracias por el dolor y el sufrimiento que me purificaron, me dieron temple y me enseñaron para siempre que la felicidad no consiste en no sufrir, sino en aprender a hacerlo por aquellos que amamos.
Gracias por las quiebras y los despojos, por las pérdidas y las carencias, pues éstas me hicieron libre para anhelar los bienes mayores que perduran...

Desconozco su autor.
Enviado por Hna. Virginia





Los cinco minutos de Dios - por Alfonso Milagro


Y llegamos al último día, al último momento del año. No todos los que comenzaron este año han podido terminarlo.
De los que lo terminan, no todos lo terminan con la felicidad y con la salud con las que nosotros tal vez lo terminamos.
Indudablemente, ésto nos debe mover a un acto de gratitud a Dios, que nos ha concedido otro año más.
En estos 365 días hemos vivido más de ocho mil horas y más de medio millón de minutos. ¿Podremos afirmar con verdad, delante de Dios
y de nuestra conciencia, que todas esas horas y todos esos minutos han sido vividos con honestidad, buscando el bien y la verdad?
¿No habremos perdido lamentablemente algunos de esos minutos en actos que nos han rebajado; en violencias, en odios, en torcidas intenciones, en actos de pereza, de soberbia, en egoísmos?
Al terminar este año, no está mal arrepentirnos con sinceridad de todo lo malo que hayamos hecho y de todo lo bueno que hayamos dejado de hacer.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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