viernes, 14 de diciembre de 2007

Pequeñas Semillitas 0276

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0276 ~ Viernes 14 de Diciembre de 2007
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)







Hola !!!
A medida que transitamos el tiempo del Adviento y nos acercamos a la Navidad, sigue resultando bueno reflexionar sobre la manera adecuada de preparar el corazón para este tan magno acontecimiento.
Por eso hoy quiero regalarte esta breve meditación que me ha enviado hace un año una muy querida amiga que es María Roda, de Vic-Barcelona-España y que se titula Ruta para esta Navidad:
1. Libera tu corazón de odio.
2. Libera tu mente de preocupaciones.
3. Vive humildemente.
4. Da más.
5. Espera menos.




Evangelio de hoy



En aquel tiempo dijo Jesús a la gente: «¿Pero, con quién compararé a esta generación? Se parece a los chiquillos que, sentados en las plazas, se gritan unos a otros diciendo: ‘Os hemos tocado la flauta, y no habéis bailado, os hemos entonado endechas, y no os habéis lamentado’. Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: ‘Demonio tiene’. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: ‘Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores’. Y la Sabiduría se ha acreditado por sus obras».
(Mateo 11, 16-19)

Comentario
Hoy reparamos en que muy frecuentemente hemos de ir a entierros. Pero... pocas veces pensamos en nuestro propio funeral. Viene a ser como una jugada del subconsciente que pospone sine die la propia muerte.
La misma contemplación del ritmo de la naturaleza que nos rodea nos recuerda también este hecho. Deducimos que —en cierto modo— no estamos tan distantes de una planta, de un ser vivo... Estamos sometidos, tanto si nos gusta como si no, a la misma ley natural de las criaturas que nos rodean. Con la diferencia, ¡importante!, del origen de nuestra vida, de la vida a imagen y semejanza de Dios, con proyección de eternidad.
Todo el Adviento está informado por esta idea. El Señor llega con gran esplendor a visitar a su pueblo, con la paz, comunicándole la vida eterna. Es un toque de alerta: «La Sabiduría se ha acreditado por sus obras» (Mt 11,19). ¡Tengamos una actitud receptiva ante el Señor!
«Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas» (Mc 1,3), se anunciaba en la dominica II de Adviento (ciclo B). ¡Vigilad con las conductas sociales!, nos viene a decir hoy. Es como si dijera: «No pongáis trabas a la comunicación amorosa de Dios».
Hemos de pulir nuestro carácter. Hemos de reconstruir nuestra manera de hacer. Todo aquello que, en definitiva, falsea nuestra responsabilidad: el orgullo, la ambición, la venganza, la dureza de corazón, etc. Aquellas actitudes que nos hacen como dioses del poder en el mundo, sin querer reconocer que no somos los amos del mundo. Somos una pequeñez dentro de la extensa historia de la Humanidad.
Los discípulos de Juan experimentaban la purificación de sus errores. Nosotros, los discípulos de Jesús, nuestro Amigo, podemos vivir la insuperable experiencia de la purificación de todo aquello que es pecado, con esperanza de vida eterna: ¡otra Navidad!
Renovemos nuestro diálogo con Él. Hagamos nuestra oración de esperanza y amor, sin hacer caso del ruido mundanal que nos envuelve.
Rev. D. Pere Grau i Andreu (Les Planes-Barcelona, España)




Santoral y Efemérides


En el Santoral Católico hoy se conmemora a San Juan de la Cruz.

Otros santos del día: San Venancio Fortunato y San Nimatullah Al-Hardini.

Un cordial saludo para los amigos que llevan su nombre.

Algunos de los hechos más importantes ocurridos en un día como hoy en la Historia fueron:

1503 - Nace el astrólogo francés Michel de Nostradamus.
1546 - Nace Tycho Brahe, astrónomo danés.
1788 - Muere Carlos III de España, representante del despotismo ilustrado español.
1799 - Muere George Washington, primer presidente de los EE.UU.
1824 - Inglaterra reconoce la indepedencia de las provincias Unidas del Río de la Plata.
1911 - El explorador noruego Roald Amundsen llega -por primera vez en la historia- al Polo Sur.
1920 - La Cámara de los Lores británica aprueba la división de Irlanda en dos territorios autónomos, el norte protestante y el sur católico.
1943 - Muere el psicólogo estadounidense John Harvey Kellogg, impulsor de los alimentos saludables, especialmente del desayuno con cereales.
1962 - La sonda estadounidense "Mariner II" se acerca a 33.000 kilometros de Venus tras recorrer otros 300 millones de kilómetros.
1995 - Los presidentes de Serbia, Slobodan Milosevic; Croacia, Franjo Tudjman, y Bosnia, Alia Izetbegovic, firman en el el acuerdo de paz para Bosnia.
2004 - El presidente francés, Jacques Chirac, inaugura el viaducto de Millau, en el poblado del mismo nombre en el sur de Francia, que pasa a ser el puente más alto del mundo con una altura de 343 metros sobre el río Tarn.





Para pensar...



"Hay momentos en que algunas lágrimas inesperadas, que no son de alegría ni de tristeza, pueden caer. No te sorprendas. Esto es un don. Estas lágrimas están lavando tu alma".
Paulo Coelho




Hacer silencio



La fiesta de Navidad es muy hermosa y muy misteriosa, porque es la Palabra que se hace carne. Es el Verbo que quiso redimirnos "acampando entre nosotros". Y si lo que viene es la Palabra, la primera exigencia, la actitud básica para recibirla es el silencio.

En este tiempo buscamos un silencio del corazón. Un silencio más profundo, reverente, cariñoso, acogedor, que permita que la Palabra venga a nosotros y sea fecunda.

¿Qué tenemos que hacer para que haya silencio? Hay que quitar los ruidos. No los ruidos de la casa. No pretendemos un silencio neurótico de que nadie hable ni nos moleste. Lo que tenemos que quitar son los ruidos del corazón: los ruidos de la vanidad, del creernos más, el ruido de nuestras neuras de pretender que todo el resto del mundo gire en torno a nosotros, el ruido de nuestra competencia, de nuestra envidia, de nuestro inconformismo. El ruido de nuestras mezquindades y egoísmos.

Todo esto hace ruido dentro del corazón, y justamente ese silencio al que aspiramos es el que nos permite darnos cuenta de esta "comparsa" desafinada que llevamos adentro y que aturde nuestro corazón.

La gracia del silencio, no hay que confundirla con la mudez del no hablar, del no dialogar, del no brindarle a los demás mi palabra, o mi oído, que todo esto es un modo cobarde de "gritar", de agredir a los que Dios puso al lado nuestro. Ciertamente, ese no es el silencio que el Señor nos pide en este tiempo de Navidad.

Porque en nuestras familias y en este mundo muchas veces la gran carencia no es de palabras, sino al contrario: andamos empachados de palabras no significativas, y escúalidos de oídos atentos. No habría tantos problemas de parejas si los esposos se concedieran mutuamente la palabra y el silencio, sin urgencias, sin andar "relojeando" y pidiendo que sintetice lo que el otro quiere decir, porque tienen "otras cosas" que hacer. Y es cierto, tienen otras cosas, pero ¿serán realmente más importantes que este diálogo?

Como se puede ver, el silencio que pedimos en este tiempo de Navidad también tiene que bajar a las cosas concretas de la vida. Si vivimos gritando, no dejando lugar a las palabras de los demás. Si no dejamos espacios para escuchar la queja o el elogio de nuestros gestos, las palabras lindas o la crítica fuerte, después cuando se nos van las cosas de las manos, no podemos pretender andar reclamando.

Aspiramos a un silencio fecundo, que acoja la Palabra y en el que se gesten nuestras palabras. Guardini decía que "solo un hombre de silencio significativo podrá tener una palabra significativa" Cuando falta este silencio, nuestras palabras se vacían de contenido y se multiplican inútilmente convirtiéndose así en "palabrería", "charlatanería barata", y entonces, además de hartar a los otros, después de hablar, cuando volvemos a la soledad, nos invade una sensación de hastío, de vacío interior.

En Navidad nos visita la Palabra. Hagamos silencio, permitámosle que penetre y sea fecunda, como lo fue para Clemente Rébora, poeta milanés, que definía su conversión diciendo justa y bellamente: "la Palabra acalló mis palabreríos", y Martín Descalzo, sacerdote y periodista, ya maduro, quizás sabiendo o sospechando que no le quedaba mucha vida, le pide a Dios la gracia del silencio.

Extraído del Libro: Tres desafíos para esta Navidad, del Padre Angel Rossi s.j.




Consignas


De una santa llegó a decirse: "Es el Evangelio escrito sobre terciopelo". ¡Qué lejos estamos nosotros de ese terciopelo!






Historias : Manos hermosas



Hace mucho tiempo en un palacio vivían tres hermosas damas. Una mañana paseaban por el maravilloso jardín con sus fuentes y rosales, empezaron a preguntarse cuál de las tres tenía las manos más hermosas.

Elena, que se había teñido los dedos mientras sacaba las deliciosas fresas, pensaba que las suyas eran las más hermosas.

Antonieta había estado entre las rosas fragantes y sus manos habían quedado impregnadas de perfume. Para ella las suyas eran las más hermosas.

Juana había metido los dedos en el claro aroyo y las gotas de agua daban resplandores como si fueran diamantes. Ella pensaba que las suyas eran las más hermosas.

En esos momentos, llegó una muchacha menesterosa que pidió que le dieran una limosna, pero las damas reales apartaron de ella sus vestiduras reales y se alejaron. La mendiga, pasó a una cabaña que se hallaba cerca de allí y una mujer tostada por el sol con las manos manchadas por el trabajo le dio pan.

La mendiga, continúa diciendo la leyenda, se transformó en un ángel que apareció en la puerta del jardín y dijo:

"Las manos más hermosas son aquellas que están dispuestas a bendecir y ayudar a sus semejantes".

Ojala todos tuviéramos manos tan hermosas como estas.

La verdadera belleza está en el corazón de las actitudes de las personas.





Meditación breve



El pesebre es el más hermoso signo navideño, si su centro es la Sagrada Familia en el establo de Belén.
San Francisco de Asís, al hacer el primer pesebre en 1223, buscaba fomentar el espíritu del Evangelio.
El nacimiento del Niño Jesús inicia la plenitud de la Historia de la Salvación.
El complemento auténtico del pesebre no son las réplicas de automotores y los parques modernos, sino la representación de pastores custodiando sus ovejas, símbolo de la Iglesia fundada por Cristo.
Es hermoso un pesebre sencillo que refleje la primera Navidad que nos recuerda que "el Verbo de Dios se hizo hombre y puso su tienda entre nosotros" (Jn 1,14)





Pedido de oración



Nuestra lectora y amiga Mariana Recio, de la provincia de Buenos Aires, Argentina, nos pide una oración por Victoria, mamá de su amigo Gustavo, que está viviendo las difíciles alternativas de una enfermedad terminal.



Por su parte Alexandra Calderón nos pide oraciones por intenciones particulares de su hijo.




Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.





Los cinco minutos de Dios - por Alfonso Milagro



Después de la muerte del califa Abderramán III se encontró un escrito de su puño y letra que decía: "He gobernado durante largos años; he probado cuantos placeres pueda apetecer un mortal; he sido alabado y admirado hasta el tope máximo que pueda serlo un hombre. Durante todo este largo tiempo, sólo catorce días he gozado de verdadera felicidad".
Los que lean esta página podrán pensar que hay exageración; sin embargo, podemos creer a su autor.
La felicidad no se halla en la gloria, en los placeres, en el dinero, en la fama; no se halla fuera de nosotros mismos; está dentro, muy dentro de nosotros; y, por lo tanto, nosotros y solamente nosotros somos los que podremos darnos la felicidad.
No la busquemos fuera de nosotros, pues no la encontraremos; no se la pidamos a nadie, pues nadie nos la puede dar. Pero si no la gozamos, no le echemos la culpa a nada ni a nadie.

Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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