martes, 25 de diciembre de 2007

Pequeñas Semillitas 0287

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0287 ~ Martes 25 de Diciembre de 2007
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)






Hola !!!
Nació en Belén. En un pesebre. Porque para sus padres no hubo lugar en la posada.
Los posaderos le cerraron la puerta a José y a María y se la cerraron al mismo Dios.
Como los que le cierran -y le cerramos- la puerta a quien pide nuestra ayuda y se la cierran -se la cerramos- a Dios que quiere meterse en nuestra vida.
En cambio los pastores -los más pobres del lugar- al conocer la noticia del nacimiento de Jesús, fueron de prisa al pesebre para compartir con el recién nacido y sus papás lo poco que tenían.
Eran los pobres y los sencillos de siempre. Los que acogen en medio de su pobreza a todo el que los necesita. Los que se hacen solidarios. Los que saben compartir. Y acogen, en la persona que los necesita, a Cristo.
Este es el misterio que conmemoramos en Navidad. Dios se ha hecho solidario de los hombres y lo que a ellos hacemos a Dios se lo estamos haciendo. Lo bueno y lo malo.




Evangelio de hoy



En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.
Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. Éste vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él. No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz.
La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios.
Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de Él y clama: «Éste era del que yo dije: El que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo». Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia. Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, Él lo ha contado.
(Juan 1, 1-18)

Comentario
Hoy, con la sencillez de niños, consideramos el gran misterio de nuestra fe. El nacimiento de Jesús señala la llegada de la “plenitud de los tiempos”. Desde el pecado de nuestros primeros padres, el linaje humano de había apartado del Creador. Pero Dios, compadecido de nuestra triste situación, envió a su Hijo eterno, nacido de la Virgen María, para rescatarnos de la esclavitud del pecado.
El apóstol Juan lo explica usando expresiones de gran profundidad teológica: «En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios» (Jn 1,1). Juan llama “Palabra” al Hijo de Dios, la segunda persona de la Santísima Trinidad. Y añade: «Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros» (Jn 1,14).
Esto es lo que celebramos hoy, por eso hacemos fiesta. Maravillados, contemplamos a Jesús acabado de nacer. Es un recién nacido… y, a la vez, Dios omnipotente; sin dejar de ser Dios, ahora es también uno de nosotros.
Ha venido a la tierra para devolvernos la condición de hijos de Dios. Pero es necesario que cada uno acoja en su interior la salvación que Él nos ofrece. Tal como explica san Juan, «a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios» (Jn 1,12). ¡Hijos de Dios! Quedamos admirados ante este misterio inefable: «El Hijo de Dios se ha hecho hijo del hombre para hacer a los hombres hijos de Dios» (San Juan Crisóstomo).
Acojamos a Jesús, busquémosle: solamente en Él encontraremos la salvación, la verdadera solución para nuestros problemas; sólo Él da el sentido último de la vida y de las contrariedades y del dolor. Por esto, hoy os propongo: leamos el Evangelio, meditémoslo; procuremos vivir verdaderamente de acuerdo con la enseñanza de Jesús, el Hijo de Dios que ha venido a nosotros. Y entonces veremos cómo será verdad que, entre todos, haremos un mundo mejor.
Mons. Jaume Pujol i Balcells, Arzobispo metropolitano de Tarragona y Primado




Santoral y Efemérides



En el Santoral Católico hoy se conmemora La Natividad de Nuestro Señor Jesús.

Algunos de los hechos más importantes ocurridos en un día como hoy en la Historia fueron:

0800 - Carlomagno es coronado como el primer emperador del renacido Imperio romano occidental.
1066 - Guillermo el Conquistador es coronado Rey de Inglaterra.
1223 - San Francisco de Asís construye el primer pesebre navideño.
1642 - Nace Isaac Newton, físico y matemático británico, considerado uno de los más grandes científicos de la historia.
1758 - Se confirma el regreso del Cometa Halley. Su llegada se predijo en base a las leyes de la mecánica de Newton.
1873 - Nace Rosario Vera Peñaloza, educadora argentina.
1918 - Nace Muhammad Anwar al-Sadat, jefe militar y presidente de Egipto entre 1970 y 1981.
1926 - Hiro-Hito asume como emperador del Japón.
1946 - Se proclama oficialmente la cuarta república francesa.
1971 - Célebre discurso del Papa Paulo VI: "Él (Jesucristo) no viene para quitar, sino para dar".
1977 - Muere el actor y director cinematográfico británico Sir Charles Spencer Chaplin.
1983 - Muere el pintor español Joan Miró.
1989 - Es ejecutado Nicolae Ceausescu -presidente rumano- y su esposa.
1991 - Renuncia Mijail Gorbachov, octavo y último lider soviético.
2003 - Muere el cantante italiano Nicola Paone.




Para pensar...



«Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros»
(Jn 1,14).





Navidad... soñar, perdonar...



Navidad es el milagro de amor de un Dios que es infinito y se hace niño indefenso.
Navidad es el encuentro entre lo inmenso y lo pequeño, entre el omnipotente y la debilidad.
Navidad es creer en la vida, porque Dios ha apostado por ella.
Navidad es acoger al Dios que nace y cuidarle en los más pobres.
Navidad es ver, oír y tocar al Dios eterno que se hace carne, que quiere llamarse Emmanuel (Dios con nosotros).
Navidad es alegrarse y asociarse a aquel cantar: "Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad, a los que ama el Señor.

La Navidad es tiempo para amar, soñar, compartir, realizar nuestros deseos e ilusiones. Con cuánta alegría esperamos ese día para estar juntos con la familia, los amigos y demás seres queridos con quienes discutimos lo bueno y lo malo, lo dulce y lo amargo, lo fácil y lo difícil que pasamos durante un año más que se va. Cada quien de alguna manera colaboró para mejorar parte de su ambiente y de su calidad de vida.

La Navidad es un espacio vital para el ser humano, ya que en estas fechas nuestro lado sensible cobra fuerza en nuestro interior y nos hace buscar la paz espiritual. Nos nacen momentos de ternura, momentos de querer abrazar, de besar, de dar, de querer recibir, de abrir un regalo y poder compartir ese momento de emoción con la persona amada.

La Navidad es reconciliación, es perdón, es decirle al hermano, al amigo, al compañero, al vecino, a la pareja, que como humano fallé, pedirle perdón, abrazarlo y decirle: Hoy quiero ser mejor, comenzar por vencer mi orgullo, valorarme y valorarte a ti. Dar un abrazo no cuesta nada, en cambio eleva nuestra autoestima y además nos une, aleja el rencor y nos permite disfrutar de la magia de un cálido momento navideño que cumplió su función de unirnos y de volver a empezar.

La Navidad es solidaridad, lleva consigo un acto humanitario, oportuno, el de poder llevarles a nuestros hermanos enfermos, los discapacitados, desahuciados, a aquellos quienes llevan una muerte en vida y con quienes la vida no ha sido amable un poco de aliento, afecto, esperanza, motivación para luchar por vivir y de esa manera conocer juntos el verdadero sentido de la Navidad.

La Navidad es estar en paz con Dios, es poder decirle gracias; gracias por otro año, por otra Navidad, por la unidad, la humildad, por su fortaleza durante este año de lucha que concluye.

Que esta Navidad no sea solamente:
Un bello pensamiento, sino también una profunda meditación.
Una buena acción, sino una puerta ya siempre abierta para los demás.
Una reunión familiar en paz y armonía, sino que apoyándonos en esta unión sepamos extender paz y armonía a toda la familia humana.
Un árbol bellamente adornado, sino un acercamiento a la naturaleza para comprenderla.
Un nacimiento y dulces villancicos, sino que en cada uno de nosotros nazca el Niño Dios, y hagamos de nuestros pensamientos un canto de esperanza y de nuestras acciones un camino de perfección, donde puedan manifestarse la Luz, la Paz y el Amor.

Gracias Señor por hacer de esta Navidad la mejor y la más especial.
Gracias por seguir amándome, y por el entusiasmo de permitirme continuar la carrera de la vida.




Consignas


Hay quienes se quejan de que la gente de Iglesia es imperfecta; olvidan que si la Iglesia fuera tan perfecta, como ellos exigen que sea, no tendría espacio para darles cabida a ellos con sus faltas e imperfecciones. No seas tú de los que critican a la Iglesia; sé más bien de los que purifican la Iglesia.





Historias : Una simple historia navideña



En ocasiones pensamos que nuestros problemas son los más grandes del mundo.
Algo parecido le sucedió a un muchacho llamado Francisco, hasta que le sucedió un encuentro inesperado con una señora.
Frank, así le llamaban, siempre había sido un buen estudiante y deportista. En sus estudios, era un alumno sobresaliente. Le gustaba el básquetbol y sabía jugarlo. En su casa le llamaban "el atleta de la temporada y él se sentía feliz.
Se había preparado especialmente para jugar la próxima temporada. Incluso había comprado unos tenis muy suaves y cómodos para jugar.
Tal vez por esa situación tan halagadora le produjo un gran dolor cuando al leer la lista de los seleccionados no se encontró en ella. Lleno de esperanzas buscaba frenéticamente su nombre, pero no estaba.
Ese día sintió como si hubiera dejado de existir, como si se hubiese vuelto invisible.
Muy triste salió de los vestidores, tratando de encontrar una explicación a su exclusión del equipo. Caminó durante un buen rato pero nada lo consolaba.
Duró varios días de mal humor, no queriendo hablar con nadie y respondiendo mal a sus padres cuando intentaban acercársele. Nada le agradaba.
Pero un día de mucho frío y lluvia, tomó el autobús de costumbre y se sentó cerca del chofer.
Una mujer muy adelantada en su embarazo con paso lento subió al camión y se sentó detrás del asiento del chofer.
Entonces el chofer le preguntó en voz alta:
"¿Dónde están sus zapatos, señora? Porque afuera habrá sólo diez grados".
Francisco no se había fijado, pero efectivamente la señora iba sólo con unas calcetas medio mojadas.
La señora le contestó al chofer:
"No puedo darme el lujo de tener zapatos. Subí al autobús sólo para calentarme los pies. Si no le importa viajaré con usted un rato".
El chofer se rascó su cabeza calva y exclamó:
"Sólo dígame cómo es que no puede permitirse unos zapatos."
La señora le dijo:
"Tengo ocho hijos. Todos tienen zapatos. No quedó dinero para mí. Pero está bien, el Señor cuidará de mí."
En ese momento Frank miró hacia abajo, observó sus nuevos tenis Nike de Básquetbol. Sus pies estaban cálidos y cómodos, igual que siempre. Y entonces miró a la mujer, sus calcetas estaban desgarradas.
Pensó que esa persona era "invisible" en otro sentido. Era una señora marginada y olvidada por la sociedad.
Él siempre podría darse el lujo de tener zapatos. Ella tal vez nunca.
En un momento se quitó los tenis. Pensó que tendría que caminar tres cuadras, pero el frío nunca le había molestado.
Cuando el autobús se detuvo en la parada final Frank esperó hasta que todos se hubieran bajado.
Entonces recogió sus tenis, se acercó a la mujer y se los entregó diciéndole: "Tenga señora, usted los necesita más que yo".
No esperó a que le diera las gracias, sino que bajó de prisa sin darse cuenta que caía en un charco.
No importaba, no sentía el frío. En eso escuchó a la señora que desde la ventana del autobús le decía:
"Mira, ¡me quedan perfectos!".
A la vez, el chofer le preguntaba
"¿Cómo te llamas muchacho?".
Él respondió, "Frank".
El chofer le dijo: "Muy bien, Frank. En mis veinte años de chofer nunca he visto algo semejante".
La mujer, llorando, le decía al chofer:
"Ya ve. Le dije que el Señor cuidaría de mí"
Y volviéndose, dijo: "Gracias Frank".
"No hay de qué. No es gran cosa; además es Navidad", respondió Frank, quien se dirigió a su casa con los pies
helados pero con el corazón contento y riéndose por haberse preocupado de no jugar con la selección ese año.

Autor: José Martínez Colín




Meditación breve



Señor Jesús:
Tú has venido a traer la salvación y reconciliación a todos los hombres, más allá de su raza o de su credo.
Tú Señor eres el Salvador, la luz que ilumina a todo hombre.
Tú Señor nos has dado vida.
Tú has venido para que todos tengamos vida y vida en abundancia.
Haz Señor que podamos profundizar tu Palabra, penetremos en ella, nos dejemos cuestionar e iluminar.
Que tu Palabra nos ayude a valorar lo que Tú eres para nosotros.
Que tu Palabra nos inspire para reconocerte como el Señor y el Cristo, como el Mesías y el Dios verdadero.
Que así sea.





El rincón de los lectores



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En estos días están llegando a este "Rincón de los lectores" numerosos mensajes de amigas y amigos de esta página que expresan sus saludos con motivo de Navidad y Año Nuevo. Debido a la cantidad de los mismos resulta materialmente imposible darles cabida en este lugar, por lo que simplemente les digo que agradezco mucho los buenos deseos y los retribuyo desde mi corazón al de todos ustedes con mis mejores augurios de una Natividad llena de paz y amor y un nuevo año cargado de expectativas positivas y felices...
Que así sea !!!





Los cinco minutos de Dios - por Alfonso Milagro


Cantando van los pastores
cantando van las muchachas,
cantando van monte abajo por la veredita blanca.
Un lucerito brillante los guía con su fulgor;
con alma, salud y gracia entonan esta canción:
"Podeis, pastorcillos, alegres cantar;
en Belén el Niño ha nacido ya.
Tocad las campanas, a gloria tocad;
en Belén el Niño ha nacido ya.
Al son de alegres campanas,
llegando van los pastores
y al Niño le hacen ofrenda
de sus regalos mejores;
pero hay un pastorcito
que trae el más grande don
y al Niño con alegría
le ofrece su corazón.
Podeis, pastorcillos, alegres cantar;
en Belén el Niño ha nacido ya..."


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-

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