martes, 24 de abril de 2007

Pequeñas Semillitas 0055

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0055 ~ Martes 24 de Abril de 2007
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)



Hola !!!
Para iniciar el día, vean que hermosa reflexión del maestro Yogananda:
"No deberíamos atemorizarnos ante las pesadillas del dolor, ni exaltarnos indebidamente ante los sueños de experiencias hermosas.
Al concentrarnos en estas inevitables dualidades o pares opuestos de la vida, perdemos de vista al Señor, la inmutable Morada de la Bienaventuranza.
Cuando despertemos en Dios, nos percataremos de que la vida mortal no es más que una película compuesta de luces y de sombras, proyectada sobre una cósmica pantalla cinematográfica".



Evangelio de hoy

En aquel tiempo, la gente dijo a Jesús: «¿Qué señal haces para que viéndola creamos en ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, según está escrito: Pan del cielo les dio a comer». Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: No fue Moisés quien os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo». Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan». Les dijo Jesús: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed».
(Juan 6, 30-35)

Comentario
Hoy, en las palabras de Jesús podemos constatar la contraposición y la complementariedad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento: el Antiguo es figura del Nuevo y en el Nuevo las promesas hechas por Dios a los padres en el Antiguo llegan a su plenitud. Así, el maná que comieron los israelitas en el desierto no era el auténtico pan del cielo, sino la figura del verdadero pan que Dios, nuestro Padre, nos ha dado en la persona de Jesucristo, a quien ha enviado como Salvador del mundo. Moisés solicitó a Dios, a favor de los israelitas, un alimento material; Jesucristo, en cambio, se da a sí mismo como alimento divino que otorga la vida.
«¿Qué señal haces para que viéndola creamos en ti? ¿Qué obra realizas?» (Jn 6,30), exigen incrédulos e impertinentes los judíos. ¿Les ha parecido poco el signo de la multiplicación de los panes y los peces obrada por Jesús el día anterior? ¿Por qué ayer querían proclamar rey a Jesús y hoy ya no le creen? ¡Qué inconstante es a menudo el corazón humano! Dice san Bernardo de Claraval: «Los impíos andan alrededor, porque naturalmente, quieren dar satisfacción al apetito, y neciamente despreciar el modo de conseguir el fin». Así sucedía con los judíos: sumergidos en una visión materialista, pretendían que alguien les alimentara y solucionara sus problemas, pero no querían creer; eso era todo lo que les interesaba de Jesús. ¿No es ésta la perspectiva de quien desea una religión cómoda, hecha a medida y sin compromiso?
«Señor, danos siempre de este pan» (Jn 6,34): que estas palabras, pronunciadas por los judíos desde su modo materialista de ver la realidad, sean dichas por mí con la sinceridad que me proporciona la fe; que expresen de verdad un deseo de alimentarme con Jesucristo y de vivir unido a Él para siempre.
Rev. D. Joaquim Meseguer i García (Sant Quirze del Vallès-Barcelona, España)



Santoral y Efemérides

En el Santoral Católico hoy se conmemora a San Fidel de Sigmaringa, Mártir.
Un cordial saludo para los amigos que llevan ese nombre.

Algunos de los hechos más importantes ocurridos en un día como hoy en la Historia fueron:
0387 - Bautismo de San Agustín, obispo de Hipona.
1479 - Muere Jorge Manrique, poeta y escritor español.
1581 - Nace el sacerdote francés San Vicente de Paul.
1792 - En la noche de Marsella, Claude Joseph Rouget de Lisle compone "La Marsellesa" que será luego el himno francés.
1800 - Se funda la Biblioteca del Congreso de los EE.UU., la más grande del mundo.
1817 - El barón Carlos Federico von Drais presenta en Alemania el primer prototipo de lo que hoy es la bicicleta, que todavía no tenía pedales.
1870 - El Concilio Vaticano I publica la Constitución dogmatica "Dei filius".
1877 - Nace en Palermo (Italia) José Ingenieros, médico, periodista, político socialista y escritor. Morirá en Buenos Aires el 31 de octubre de 1925.
1915 - Genocidio Armenio. Los turcos asesinan a un millón y medio de armenios.
1942 - Nace Barbra Streisand, actriz y cantante estadounidense.
1980 - Fracasa una misión norteamericana para rescatar a los rehenes que mantenía Irán en Teherán.
1990 - El Discovery es lanzado desde Cabo Cañaveral transportando el telescopio espacial Hubble que se ubicará en una órbita de 500 km de altura.
2002 - El Universo tiene 14.000 millones de años, según los datos proporcionados por el telescopio espacial Hubble, con un margen de error de 500 millones.



Para pensar...

"La vejez se inicia cuando nos levantamos sin metas y nos acostamos sin esperanzas".
Augusto Belmont Bar



Estudiar... ¿para qué?

“Estudia, mi niño, para que mañana seas un hombre de provecho”, nos decían nuestros padres a la gente de nuestra generación. Y podría ser un principio elemental de fácil aplicación también en nuestros tiempos.
Sin embargo, antes y ahora, hay mucha gente que trabaja en cosas que nada tienen que ver con lo que han estudiado.
Pasaba antes. Pero, sobre todo, pasa ahora y cada día con más intensidad.
Eso motiva que muchos jóvenes no quieran cursar estudios universitarios. ¿Para qué? – te dicen. “Conozco muchos que han estudiado Magisterio, y hoy están trabajando en la construcción”.
Algo está fallando en nuestro sistema. Igual habría que planificar los estudios en función de los mercados o, al menos, el número de estudiantes de determinadas carreras.
Igual habría que introducir nuevas y más fuertes motivaciones para la preparación laboral de nuestros jóvenes.
Lo que sí parece ser cierto es que aquellos que realizan determinados cursos de formación profesional de tipo acelerada, tienen más opciones en el mercado laboral para el cual han sido preparados. Son los famosos cursos para el empleo, o algo así.
Es normal que cuando llegas de adulto a una sociedad diferente por primera vez tengas que trabajar en aquello para lo que no te han preparado. Así, médicos cubanos que comienzan trabajando en la zafra tomatera cuando llegan a Canarias, y tardan unos cuantos años en lograr su objetivo, es el ejemplo normal de muchos colectivos inmigrantes.
Pero no parece tan normal que, después de estudiar cinco o seis años en la Universidad, termines trabajando en cosas para las cuales o no hacía falta estudiar o bastaba con un curso de seis meses. Eso desmotiva para el estudio. Al menos, es lo que se palpa en el ambiente juvenil.
Estando de acuerdo con todo lo anterior, ello no significa, al menos para mí, que haya que pasar del estudio o que estudiar no tenga sentido.
No cabe duda que estudiando, teniendo algún tipo de formación especializada para algo en concreto, se abren siempre más opciones laborales, paradójicamente incluso en aquellos temas que no son de tu propia especialización.
El contar con conocimientos que nos enriquezcan siempre ayuda a encontrar salidas creativas y más dignas, aunque no respondan a las expectativas que se tienen. Quizá estemos asistiendo a una época en que lo que necesitamos sea generar nuevos espacios y no mantener ni potenciar lo obsoleto, construyendo nuevas posibilidades, aunque ello suponga revisar planes de estudio y de preparación.
De hecho un pueblo, que se ha beneficiado del derecho de la educación y de la enseñanza, está más preparado para dar respuesta a los problemas que pueda tener en cualquier momento y ante cualquier circunstancia, también en la búsqueda y alternativas al empleo.
Asimismo un pueblo analfabeto y sin cultura es más proclive a que sea utilizado políticamente por dictaduras de turno o por economías ultraliberales que solamente benefician a unos pocos. Un pueblo con cultura y con conocimientos es siempre más luchador y con mayor capacidad de protesta social. Por eso, históricamente, hay muchos casos de pueblos a los que a nadie les ha interesado que crezcan cultural y educativamente.
Nada de ello está en contradicción con la necesidad de una mayor racionalización política de los sistemas educativos de tal manera que entren en sintonía con el mercado laboral y den respuesta al mismo
Armando Quintana
www.archipielagonoticias.com




Consignas

Muchos no son buenos todavía porque no han sido suficientemente amados. ¿Quién tiene la culpa: ellos por no ser buenos o nosotros por no darles la posibilidad de serlo? Por otra parte, ¿quién nos autoriza para catalogarnos a nosotros entre los buenos y en cambio catalogarlos a ellos entre los malos?




Historias : El anillo del Rey

Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de la corte:
-Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que
pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo.
Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total... Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.
El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre. La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó. Y éste le dijo:
-No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje. Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un Sacerdote. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje, el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey. Pero no lo leas le dijo, mantenlo escondido en el anillo. Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, únicamente cuando ya no encuentres salida a la situación.
Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió el reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar de los caballos. No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino...
De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso:
Simplemente decía "ESTO TAMBIÉN PASARÁ".
Mientras leía "esto también pasará" sintió que se cernía sobre él un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos. El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido. Aquellas palabras habían resultado milagrosas.
Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes... y él se sentía muy orgulloso de sí mismo.
El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo:
-Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.
-¿Qué quieres decir? preguntó el rey. Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una situación sin salida.
-Escucha, dijo el anciano: este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas; también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso. No es sólo para cuando eres el último; también es para cuando eres el primero.
El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: "Esto también pasará", y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Se había iluminado. Entonces el anciano le dijo:
- Recuerda que todo pasa. Ninguna cosa, ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.



Meditación breve

Sea fuerte. No se doble ante las adversidades.
La tempestad, los dolores, las decepciones, las amarguras... pasan.
A veces usted piensa que está en un callejón sin salida, que las cosas caminarán para lo peor y que sólo le resta esperar abatimiento, tristeza y enfermedad. Pero las situaciones y los acontecimientos cambian de un momento para otro. La tristeza se transforma en alegría, el abatimiento se vuelve ánimo, la enfermedad desaparece, la turbulencia se convierte en paz y la derrota en victoria. Levante la bandera de la esperanza. Examine lo que hace, eleve el pensamiento a Dios y crea que las transformaciones son posibles, que las cosas cambian. No dé oídos al derrotismo, a la incredulidad, al pesimismo.
Llene el pecho de confianza en sus calidades y en el poder divino.
Toda tempestad pasa. La tempestad pasa deprisa cuando usted ve en ella una enseñanza.
Del libro "Gotas de Esperanza" Lourival Lopes



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Los cinco minutos de Dios - por Alfonso Milagro

No es lícito confundir "comunión" con "comunismo".
El comunismo hace camaradas; la política podrá llegar a agrupar compañeros; pero sólo la comunión humana es la que hace verdaderos hermanos; y solamente la comunión con Cristo y en Cristo es la que vuelve a esos hermanos hermanos en Cristo, auténticos cristianos.
La comunión supone una unión de ideales, de sentimientos, de mentalidad, de meta final; la comunión es obra del entendimiento; pero es sobre todo el corazón el que se encarga de unir mentes, ideales, metas y sentimientos.
Comunión, común-unión, unión de todos en un solo fin, como estamos unidos en un mismo bautismo, en una misma fe, en un mismo Señor y Padre celestial; Dios es el único capaz de unir de esa forma tan íntima a los hombres.
Por éso, cuando los hombres pretenden unirse entre sí, prescindiendo de Dios, llegarán a cierto comunismo, al compañerismo, a lo sumo a la unión humana, pero nunca a la verdadera fraternidad evangélica.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-

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