domingo, 29 de diciembre de 2024

Pequeñas Semillitas 5854

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 19 - Número 5854 ~ Domingo 29 de Diciembre de 2024
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Hoy celebramos la Fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret. Esta festividad se celebra el domingo que está entre la Navidad y María, Madre de Dios. Jesús, María y José eran la familia más sagrada, y por lo tanto un modelo para todas las familias cristianas. Eran santos porque colocaban a Dios en el centro de su vida familiar, se amaban y sacrificaban el uno por el otro, e irradiaban ese amor a los demás en la misión redentora de la Palabra Encarnada.
Al nacer Jesús en una familia, el Hijo de Dios ha santificado la familia humana. Por eso nosotros veneramos a la Sagrada Familia como Familia de Santos.
Recordemos que “la salvación del mundo vino a través del corazón de la Sagrada Familia”. La salvación del mundo, el porvenir de la humanidad de los pueblos y sociedades pasa siempre por el corazón de toda familia. Es la célula básica de la sociedad.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: 1 Sam 1, 20-22.24-28
 
Salmo: Sal 83, 2-3. 5-6. 9-10
 
Segunda Lectura: 1 Jn 3,1-2.21-24
 
Santo Evangelio: Lc 2,41-52
Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca.
Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando». Él les dijo: «Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?». Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio.
Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón. Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.
 
Comentario:
Hoy contemplamos, como continuación del Misterio de la Encarnación, la inserción del Hijo de Dios en la comunidad humana por excelencia, la familia, y la progresiva educación de Jesús por parte de José y María. Como dice el Evangelio, «Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres» (Lc 2,52).
El libro del Siracida, nos recordaba que «el Señor glorifica al padre en los hijos, y afirma el derecho de la madre sobre su prole» (Si 3,2). Jesús tiene doce años y manifiesta la buena educación recibida en el hogar de Nazaret. La sabiduría que muestra evidencia, sin duda, la acción del Espíritu Santo, pero también el innegable buen saber educador de José y María. La zozobra de María y José pone de manifiesto su solicitud educadora y su compañía amorosa hacia Jesús.
No es necesario hacer grandes razonamientos para ver que hoy, más que nunca, es necesario que la familia asuma con fuerza la misión educadora que Dios le ha confiado. Educar es introducir en la realidad, y sólo lo puede hacer aquél que la vive con sentido. Los padres y madres cristianos han de educar desde Cristo, fuente de sentido y de sabiduría.
Difícilmente se puede poner remedio a los déficits de educación del hogar. Todo aquello que no se aprende en casa tampoco se aprende fuera, si no es con gran dificultad. Jesús vivía y aprendía con naturalidad en el hogar de Nazaret las virtudes que José y María ejercían constantemente: espíritu de servicio a Dios y a los hombres, piedad, amor al trabajo bien hecho, solicitud de unos por los otros, delicadeza, respeto, horror al pecado... Los niños, para crecer como cristianos, necesitan testimonios y, si éstos son los padres, esos niños serán afortunados.
Es necesario que todos vayamos hoy a buscar la sabiduría de Cristo para llevarla a nuestras familias. Un antiguo escritor, Orígenes, comentando el Evangelio de hoy, decía que es necesario que aquel que busca a Cristo, lo busque no de manera negligente y con dejadez, como lo hacen algunos que no llegan a encontrarlo. Hay que buscarlo con “inquietud”, con un gran afán, como lo buscaban José y María.
* Rev. D. Joan Ant. MATEO i García (Tremp, Lleida, España) © Textos de Evangeli.net
 
Fiesta de la Sagrada Familia
Hoy se celebra la fiesta de la Sagrada Familia y la Iglesia nos invita a contemplar a José, María y al Niño Jesús como modelos para la vida cotidiana. Los tres, desde un principio, tuvieron que enfrentar peligros, carencias y dificultades. No obstante, la presencia de Dios en medio de ellos fortaleció el amor del uno al otro de tal manera que lograron salir siempre adelante.
Como familia santa -Jesús, María y José- son reflejo de la Trinidad, y cenáculo en el que se comparte el amor verdadero.
San Juan Pablo II -el gran promotor de las Jornadas Mundiales de la Familia- recomendaba mucho el rezo del Santo Rosario en familia, y repetía constantemente una frase que debe ser lema para todos y meta a la vez: “Familia que reza unida, permanece unida”.
Para más información hacer clic acá.
(Píldoras de Fe – Catholic.net)
 
Palabras de San Juan Pablo II
 
como lugar para su nacimiento y crecimiento,
santificando así esta institución fundamental de toda sociedad»
(Angelus, 30 de diciembre de 2001).
 
Predicación del Evangelio:
Dejar a Jesús entrar en nuestra casa
Necesitamos ante todo buscar, cuidar y desarrollar un proyecto sano, digno y dichoso de familia que pueda plasmarse en la vida concreta de cada hogar. Jesús, acogido con fe y convicción en nuestra familia, nos puede ayudar a corregir y mejorar nuestro modo de vivir y nos puede descubrir un camino nuevo más digno de seguidores de su Evangelio.
 
Dejar a Jesús entrar en nuestra casa significa arraigar la familia con más verdad, más pasión y más ilusión en su persona, su mensaje y su proyecto del reino de Dios. Muchas cosas habrá que hacer los próximos años para reavivar nuestras familias, pero nada más decisivo que poner a Jesús en el centro del hogar, confiando en su promesa: «Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo» (Mateo 18,20). No estáis solos. En el centro de vuestro hogar está Jesús. Él os reúne, os alienta y os sostiene. Con Jesús todo es posible.
 
Acoger a Jesús en el hogar es tarea de toda una vida. Lo primero es aprender a vivir en el hogar con un corazón nuevo y un espíritu renovador. Esto significa empezar a vivir una relación nueva con Jesús, una adhesión más viva. Una familia formada por cristianos que apenas conocen a Jesús, que solo lo confiesan de vez en cuando y de manera abstracta, que nunca leen el evangelio, que se relacionan con un Jesús mudo del que no escuchan nada especial, nada de interés para el hombre y la mujer de hoy, un Jesús apagado que no atrae ni seduce, que no toca los corazones..., es una familia que difícilmente podrá sentir su fuerza renovadora.
 
Si ignoramos a Jesús y desconocemos su mensaje, no podremos orientar nuestra vida de familia desde su Evangelio. Si no sabemos mirar el mundo, la vida, las personas, los hijos, los problemas... con los ojos con que Jesús miraba, diremos que contamos con la luz privilegiada de la revelación, pero seremos una familia ciega que no sabe mirar la vida como la miraba Jesús.
 
Y si no escuchamos el sufrimiento de la gente con la atención, la sensibilidad y la compasión con que Jesús escuchaba a los que encontraba sufriendo en su camino,
seremos familias sordas. Y si no sintonizamos con el estilo de vivir de Jesús, con su pasión por hacer un mundo más justo, con su ternura hacia los niños, con su perdón a los despreciados..., no sabremos transmitir lo mejor que Jesús transmitía, lo más valioso, lo más atractivo: su Buena Noticia.
 
Se trata de vivir en nuestras familias esta experiencia: caminar los próximos años hacia un nivel nuevo de convivencia familiar, más inspirada y motivada por Jesús, y hacia una dinámica y un estilo de vida mejor orientados a abrir caminos al reino de Dios, es decir, a ese mundo nuevo más humano y dichoso que quiere el Padre para todos, empezando por los últimos. Después de veinte siglos de cristianismo, las familias cristianas necesitan un «corazón nuevo» para vivir y
comunicar la Buena Noticia del Dios revelado en Jesús en medio de la sociedad actual. Lo decisivo es no resignarnos a vivir hoy en familia sin Jesús.
.
(P. José Antonio Pagola - Imagen de Caminando con Jesús)
 
Nuevo vídeo y artículo
 
Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet
referido al Evangelio de este Domingo.
Para verlo tienes que ir al final de esta página:
 
Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
sobre el tema: “Oración a la Familia”
Puedes acceder en la dirección:
 
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
 
💕 En el último domingo del año 2024, queremos dar gracias a Dios por todo lo vivido a lo largo de estos 365 días que Él nos concedió. Por las cosas buenas, por las lindas experiencias y situaciones... Y también por los dolores, los problemas y las dificultades porque a través de estas nos ha permitido crecer. Y renovamos para el año que se inicia nuestras oraciones por todas las necesidades tanto nuestras como de los hermanos que precisan que oremos por ellos, con la seguridad y la fe que siempre nuestras peticiones son atendidas en el cielo.
 
Oremos: Bendito seas, Dios mío, porque a pesar de ser yo indigno de toda ayuda, tu generosidad e infinita bondad nunca dejan de otorgar el bien aún a los ingratos y a los que se han apartado de ti. Conviértenos a ti, para que seamos agradecidos, humildes y piadosos, pues Tú eres nuestra salud, nuestra fortaleza y nuestra salvación.
 
Meditaciones de "Pequeñas Semillitas"
El relato de la pérdida de Jesús en el Templo nos sitúa ante un conflicto generacional en el seno de la Sagrada Familia, un problema siempre existente en cualquiera de nuestras familias. Pero, sobre todo, nos sitúa ante la solución. Tras la presentación del problema -el niño Jesús se separa de sus padres sin avisarles y éstos se llevan un susto enorme-, el Evangelio nos dice qué hay que hacer. Primero: el diálogo sereno; la Virgen no se nos muestra airada, sino tranquila y dialogante; antes de juzgar quiere oír una explicación del porqué de un comportamiento tan extraño en una criatura siempre dócil como era Jesús. Éste les da una respuesta que no les convence del todo. La conclusión es que se restablece la armonía y el niño vuelve a unirse a sus padres “siguiendo bajo su autoridad”.
Por lo tanto, ¿qué tenemos que hacer cuando hay problemas en casa? Lo primero: dialogar, escuchar, darle al otro la oportunidad de que se explique, oír sus razones, ponerse en su lugar, comprender sus circunstancias de edad o de cansancio. Lo segundo fijar los límites entre lo que es tolerable en base a la legítima libertad, sin lo cual la familia sería un infierno y no un hogar, y lo que rompe la unidad y convierte la familia en una pensión barata. Tercero: aplicar las consecuencias sin miedo y establecer la autoridad sin caer en el autoritarismo, sabiendo que ese es el servicio que hay que prestar. Tan malo es que en una casa no exista orden como que impere la tiranía. Hoy lo más frecuente es que la educación sea tan permisiva que, cuando los padres quieren poner remedio, se encuentran con que es demasiado tarde.
Propósito: Escuchar al otro y tratar de entenderle poniéndome en su lugar. Dar también las propias razones. Respetar siempre los legítimos derechos del otro. (Autor: Padre Santiago Martín)

Extractos de cartas del Padre Pío
(Recopilación: P. Gianluigi Pasquale en “365 días con el Padre Pío”)
29 de diciembre
¡Otro año que pasa a la eternidad bajo el peso de las culpas que he cometido durante el mismo! ¡Cuántas almas más afortunadas que la mía saludaron el inicio del año y no su término! ¡Cuántas almas dichosísimas, a las que envidio, han pasado a la eternidad con la muerte de los justos, con el beso de Jesús, confortadas por los sacramentos, asistidas por un ministro de Dios, con la sonrisa en los labios, a pesar de los dolorosos sufrimientos físicos a los que estaban sometidas!
Padre mío, la vida aquí abajo me aburre. La vida en este destierro es para mí un tormento tan amargo que casi ya no puedo más. El pensamiento de que en cualquier
instante puedo perder a Jesús me angustia tanto que no sé explicarlo; sólo las almas que aman sinceramente a Jesús lograrán saberlo.
En estos días tan solemnes para mí, porque son las fiestas del Niño celestial, con frecuencia he experimentado aquellos excesos de amor divino que tan fuertemente hacen languidecer a mi pobre corazón. Convencido plenamente de la benignidad de Jesús hacia mí, le he dirigido con más confianza esta súplica: «¡Oh Jesús, pudiera yo amarte, pudiera yo sufrir cuanto quisiera y contentarte y reparar de algún modo las ingratitudes de los hombres para contigo!».
(29 de diciembre de 1912, al P. Agostino da San Marco in Lamis, Ep. I, 327)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
PÁGINAS DE FELIPE DE URCA:
 
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