miércoles, 25 de diciembre de 2024

Pequeñas Semillitas 5850

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 19 - Número 5850 ~ Miércoles 25 de Diciembre de 2024
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Hoy resuena el más grande anuncio de la historia: ¡El Sol de Dios baja como Luz al mundo y viene a dar vida en abundancia a todos los hombres! Hoy es el día del ¡Gloria a Dios y paz a los hombres! ¡Dios mismo es la Gloria infinita que ilumina a hombres y familias, pueblos y naciones!
La Navidad, misterio de alegría. Los ángeles han cantado: «Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que Dios ama» (Lc 2, 14). Han anunciado el acontecimiento a los pastores como «una gran alegría, que lo será para todo el pueblo» (Lc 2, 10). Alegría, incluso estando lejos de casa, la pobreza del pesebre, la indiferencia del pueblo, la hostilidad del poder. Misterio de alegría a pesar de todo, porque «hoy os ha nacido, en la ciudad de David, un salvador» (Lc 2, 11). De este mismo gozo participa la Iglesia, inundada por la luz del Hijo de Dios: las tinieblas jamás podrán apagarla. Es la gloria del Verbo eterno, que, por amor, se ha hecho uno de los nuestros.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Is 52, 7-10
 
Salmo: Sal 97, 1. 2-3ab. 3cd-4. 5-6.
 
Segunda Lectura: Hb 1, 1-6
 
Santo Evangelio: Jn 1, 1-5. 9-14
Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron. La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre. Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios. Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
 
Comentario:
Hoy, nos ha nacido el Salvador. Ésta es la buena noticia de la Navidad. Como en cada Navidad, Jesús vuelve a nacer en el mundo, en cada casa, en nuestro corazón.
Pero, a diferencia de lo que celebra nuestra sociedad consumista, Jesús no nace en un ambiente de derroche, de compras, de comodidades, de caprichos y de grandes comidas. Jesús nace con la humildad de un portal y de un pesebre.
Y lo hace de esta manera porque es rechazado por los hombres: nadie había querido darles hospedaje, ni en las casas ni en las posadas. María y José, y el mismo Jesús recién nacido, sintieron lo que significa el rechazo, la falta de generosidad y de solidaridad.
Después, las cosas cambiarán y, con el anuncio del Ángel —«No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo» (Lc 2,10)— todos correrán hacia el portal para adorar al Hijo de Dios. Un poco como nuestra sociedad que margina y rechaza a muchas personas porque son pobres, extranjeros o sencillamente distintos a nosotros, y después celebra la Navidad hablando de paz, solidaridad y amor.
Hoy los cristianos estamos llenos de alegría, y con razón. Como afirma san León Magno: «Hoy no sienta bien que haya lugar para la tristeza en el momento en que ha nacido la vida». Pero no podemos olvidar que este nacimiento nos pide un compromiso: vivir la Navidad del modo más parecido posible a como lo vivió la Sagrada Familia. Es decir, sin ostentaciones, sin gastos innecesarios, sin lanzar la casa por la ventana. Celebrar y hacer fiesta es compatible con austeridad e, incluso, con la pobreza.
Por otro lado, si nosotros durante estos días no tenemos verdaderos sentimientos de solidaridad hacia los rechazados, forasteros, sin techo, es que en el fondo somos como los habitantes de Belén: no acogemos a nuestro Niño Jesús.
* Rev. D. Ramon Octavi SÁNCHEZ i Valero (Viladecans, Barcelona, España) © Textos de Evangeli.net
 
Santoral Católico:
La Natividad del Señor
Con la solemnidad de la Navidad, la Iglesia celebra la manifestación del Verbo de Dios a los hombres. En efecto, éste es el sentido espiritual más importante y sugerido por la misma liturgia, que en las tres misas celebradas por todo sacerdote ofrece a nuestra meditación el nacimiento eterno del Verbo en el seno de los esplendores del Padre (primera misa); la aparición temporal en la humildad de la carne (segunda misa); el regreso final en el último juicio (tercera misa).
Al celebrar en este día el nacimiento de quien es el verdadero Sol, la luz del mundo, que surge de la noche del paganismo, se quiso dar un significado totalmente nuevo a una tradición pagana muy sentida por el pueblo, porque coincidía con las ferias de Saturno, durante las cuales los esclavos recibían dones de sus patrones y se los invitaba a sentarse a su mesa, como libres ciudadanos. Sin embargo, con la tradición cristiana, los regalos de Navidad hacen referencia a los dones de los pastores y de los reyes magos al Niño Jesús.
En oriente se celebraba la fiesta del nacimiento de Cristo el 6 de enero, con el nombre de Epifanía, que quiere decir "manifestación", después la Iglesia oriental acogió la fecha del 25 de diciembre, práctica ya en uso en Antioquía hacia el 376, en tiempo de San Juan Crisóstomo, y en el 380 en Constantinopla. En occidente se introdujo la fiesta de la Epifanía, última del ciclo navideño, para conmemorar la revelación de la divinidad de Cristo al mundo pagano.
Los textos de la liturgia navideña subrayan con profundidad espiritual y al mismo tiempo con rigor teológico la divinidad y realeza del Niño nacido en el pesebre de Belén, para invitarnos a la adoración del insondable misterio de Dios revestido de carne humana, hijo de la purísima Virgen María.
Oración: A los que celebramos con alegría cristiana el nacimiento de tu Hijo, concédenos, Señor, penetrar con fe profunda en este misterio y amarlo cada vez con amor más entrañable. Te lo pedimos, Padre, por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
(ACI Prensa – Catholic.net)
 
Palabras del Papa Francisco
«Para celebrar bien la Navidad, estamos llamados a detenernos en los 'lugares' del asombro. Este es el asombro de la Navidad. En Navidad Dios se nos dona todo donando a su Hijo, el Único, que es toda su alegría. Y solo con el corazón de María, la humilde y pobre hija de Sion, convertida en Madre del hijo del Altísimo, es posible exultar y alegrarse por el gran don de Dios y por su imprevisible sorpresa»
 
Tema del día:
Llegó la Navidad
Normalmente esta palabra nos trae brisas de alegría y nos da contento el saber que estamos en el día de los regalos, del arbolito o el “nacimiento”, de los adornos, de la buena comida. Es porque estamos celebrando un cumpleaños especial. Pero ¿De quién? Desgraciadamente muchos que abundan en la comida y sobre todo en la bebida no nos podrían dar una respuesta exacta. Tampoco tendrán preparado un regalo para el cumpleañero. Pero nosotros sí lo sabemos y queremos preparar, si no lo tenemos, un buen regalo para Él.
 
En la primera misa de Navidad, por la noche, se nos dice con entusiasmo: “¡Un Niño nos ha nacido, un Hijo se nos ha dado!” Claro que no es un niño cualquiera: es Dios que nos trae la salvación. Y para mostrar mejor esa salvación se hace niño pobre, sencillo y humilde en el portal de Belén. Tampoco tenemos por qué acentuar demasiado las tintas diciendo cosas que no están en el evangelio. No tenían por qué llegar a Belén en el último día buscando desesperados un lugar para el nacimiento, pues sería indigno de san José el exponer así a María. Tampoco debemos acentuar el que nadie les recibiera (lo de san Juan es en sentido místico y espiritual), pues sería indigno de la hospitalidad de todo un pueblo. Sencillamente no había sitio en la posada pública, o más bien, como ahora suelen decir muchos comentaristas, no tenían sitio en la sala principal de la casa (y quizá la única) donde estaban alojados, pues estaba mal visto que el nacimiento fuese en medio de la gente con niños. Por lo cual, para ese momento, tuvieron que ir a la parte trasera de la casa donde solían tener algunos animales. El hecho es que Dios se revela a unos pastores y éstos van a ver a un niño que ha nacido en Belén (no necesariamente en las afueras), a un lugar donde hay un pesebre, a un lugar donde suelen comer animales. Todo muy normal, pero sencillo.
 
Dios se hace hombre para que el hombre pueda llegar a ser hijo de Dios. La realidad y nuestra fe nos dice que ahí está Dios hecho hombre, rodeado por su madre María y por san José. Y ahí queremos estar nosotros como los pastores para adorarle. Y también para darle un beso ¿Y qué le vamos a decir? Debemos agradecerle todo ese inmenso amor y decirle que le queremos corresponder con un gran amor. Y como muestra de amor debemos darle algún regalo. Él no necesita ningún regalo material, porque todo lo hubiera podido tener y no ha querido nada material para que se vea mejor su amor por nosotros. Sin embargo no rechazaría muchas cosas materiales para tantos niños, y no tan niños, que viven necesitados, porque en las casas pobres también Jesús quiere nacer y quiere que allí se sientan contentos. Pero quiere sobre todo nuestro corazón. El ofrecer nuestro corazón suena bonito, pero no es fácil. Es poner nuestro corazón junto al suyo para tener “los mismos sentimientos”. No sería regalo el seguir igual que como éramos, sino el hacer algo más o bastante más.
 
Al acercarnos a Jesús Niño debemos también aprender algunas lecciones. Una que es evidente es que para ser grandes en el Reino de Dios, no es necesario tener mucho dinero y poder. Más bien esto suele ser impedimento, porque los que tienen mucho material se creen que todo lo pueden y que no necesitan de nadie ni de Dios. Estos no suelen postrarse ante el Niño de Belén. Los que se sienten más cómodos en el Reino de Dios (y ante el portal de Belén) son los que, viviendo con su trabajo normal, tienen un corazón de niño, porque ponen su confianza en Dios, como los pastores.
 
El nacimiento de Jesús no es sólo algo que pasó. Hoy sigue naciendo en la Eucaristía y en nuestro corazón. Jesús nos ilumina y nos alienta para seguir su ejemplo de vida. Para ello nos dice, como el ángel a los pastores: “No tengáis miedo”. Que los deseos de mayor bondad sigan profundos en nuestro corazón, a ejemplo de María que iba conservando todos los sucesos en su corazón. Y que la paz que proclamaron los ángeles a los pastores inunde nuestros corazones en este día.
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(P. Silverio Velasco)
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Jesucristo vino al mundo a través de la Santísima Virgen María, y también a través de Ella debe reinar en el mundo.
María llevaba una vida oculta, por eso fue llamada por el Espíritu Santo y la Iglesia: "Alma Mater": Madre Oculta y Secreta. Su humildad ha sido tan profunda que no ha habido un atractivo más poderoso y continuo en la tierra que el de esconderse de sí misma y de todas las criaturas, para ser conocida solo por Dios.
Dios, para concederle la petición que ella le hizo de ocultarla, empobrecerla y humillarla, se complace en ocultarla desde su concepción, en su nacimiento, en su vida, en sus misterios, en su resurrección y asunción, frente a casi cada criatura humana. Sus padres no la conocían y los ángeles a menudo se preguntaron entre sí: "¿Quae est ista? (¿Quién es?), porque el Altísimo se las ocultó; y si les descubría algo, les escondía infinitamente mucho más.
Dios Padre entregó su Unigénito al mundo solo por medio de María. Por más suspiros que hayan exhalado los patriarcas, por más ruegos que hayan elevado los profetas y santos de la antigua ley durante cuatro mil años a fin de obtener dicho tesoro, solamente María lo ha merecido y ha hallado gracia ante de Dios por la fuerza de su plegaria y la elevación de sus virtudes. (San Louis-Marie Grignion de Monfort)
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Había ya decretado Dios que su Hijo naciese no en la casa de José, sí en una gruta y establo de bestias, del modo más pobre y más penoso que puede nacer un niño; y para esto dispuso que César Augusto publicase un edicto, mandando que cada uno fuese a empadronarse en la propia ciudad, de la que traía su origen. 
José cuando tuvo noticia de esta orden se puso en agitación, pensando si debía dejar, o llevar consigo la Virgen Madre, que estaba próxima al parto.
Sabía bien ésta Señora, por inspiración divina, y también porque estaba bien penetrada de la profecía de Miqueas, que en Belén había de nacer el Divino Infante. Por lo que, toma las fajas y los otros pobres paños preparados ya, y marcha con José. 
Vamos aquí considerando los devotos y santos discursos que en este viaje deberían tener los dos santos Esposos acerca de la misericordia, de la bondad y del amor del Verbo Divino, que dentro de poco había de nacer y aparecer sobre la tierra, para la salvación de los hombres.
Consideremos aquí también las alabanzas, las bendiciones y acciones de gracias, los actos de humildad y de amor en que se ejercitarían por el camino estos dos grandes viajeros. Mucho ciertamente padecía aquella santa doncellita vecina al parto, caminando largas distancias por sendas extraviadas, y en la estación del invierno; pero padecía con paz, y con amor; ofrecía todas aquellas penas a Dios, uniéndolas con las de Jesús, que llevaba en su seno.
¡Unámonos también nosotros, y acompañemos al Rey del cielo con María y José: a este Rey, que va a nacer en una cueva, y hacer su primera entrada en el mundo, de niño, pero niño el más pobre y abandonado que jamás ha nacido entre los hombres, y pidamos a Jesús, María y José, que por el mérito de las penas padecidas en este viaje nos acompañen en el que estamos haciendo a la eternidad.
¡Dichosos nosotros, si nos acompañásemos y fuésemos siempre acompañados de estos tres grandes personajes!
🌸
Señor... yo te pido esta Navidad, que nos des a cada uno de nosotros, valentía, coraje y decisión.
Porque hay muchas cosas por hacer casas dignas para tanos que son tus hijos, hay que hacer y buscar fuentes de trabajo porque no hay pan.
Hay que buscar, no sé cuántas soluciones, para curar las enfermedades, y hay que solucionar los problemas de la educación y el descanso.
¡Cuántas cosas te tendría que pedir esta noche!
Señor, yo te pido por mí mismo, una cosa fundamental: que me hagas fiel, que no me canse nunca de pronunciar tu nombre.
Y caminar con mi pueblo, ayudándole a que todos empujemos juntos. Amén. Mons. Enrique Angelelli (1971)
 
Pedidos de oración
🙏 Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la PAZ en el mundo; por el fin de los ataques a la Iglesia Católica en Nicaragua, por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África (Nigeria), y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por los jóvenes, especialmente los que han caído en las drogas o cualquier tipo de adicción, por las víctimas de trata, por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por todos nuestros hermanos de diversos países, como Cuba y Venezuela, sometidos a crueles dictaduras que se ven forzados a emigrar en busca de mejores horizontes en otras tierras;  por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, por lo no nacidos, por la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. Para lectores argentinos, pedimos especial oración por la recuperación de la República Argentina en el marco de la democracia, la justicia y la honestidad de los gobernantes.
 
Extractos de cartas del Padre Pío
(Recopilación: P. Gianluigi Pasquale en “365 días con el Padre Pío”)
25 de diciembre
Jesús niño te inspire cada día más amor al sufrimiento y más desprecio al mundo; su estrella ilumine cada vez más tu mente; y su amor transforme tu corazón y lo haga más digno de sus divinas complacencias.
Con estos deseos muy sinceros, que, en estos días, repetidamente, voy presentando ante Jesús niño en tu favor, comienzo mi respuesta a tu última carta, que me llegó en su momento. Quiera Jesús escucharlos todos.
Me alegro del modo de actuar de la gracia en ti; y, al mismo tiempo que me congratulo contigo, me uno también a ti al bendecir a la piedad divina por tanta predilección como te manifiesta. Por tanto, ensancha tu corazón y deja que el Señor obre libremente. Abre tu alma al sol divino y busca que sus rayos benéficos disipen de ella las tinieblas con las que el enemigo con frecuencia la va obscureciendo.
Te recomiendo la obediencia sin razonamientos a quien ocupa el lugar de Dios. El alma obediente –dice el Espíritu Santo– cantará victoria ante Dios. Tente siempre por una absoluta nada ante el Señor. Y ten siempre gran estima de todos, y de modo especial de aquellos que aman a Dios más que tú; y alégrate de esto, pues, el amor que tú no has sido capaz de ofrecer a Dios, le viene dado por otras almas más queridas y más fieles a Él.
(Sin fecha, a Maria Gargani, Ep. III, 388)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
PÁGINAS DE FELIPE DE URCA:
 
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