jueves, 23 de febrero de 2023

Pequeñas Semillitas 5236

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 18 - Número 5236 ~ Jueves 23 de Febrero de 2023
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
El tiempo de Cuaresma, de una forma especial, nos urge a reflexionar sobre nuestra vida. Nos exige que cada uno de nosotros llegue al centro de sí mismo y se ponga a ver cuál es el recorrido de la propia vida. La acción de Dios en la Cuaresma, de una forma muy particular, baja sobre todos los hombres para darnos a todos ya a cada uno una muy especial ayuda de cara a la fecundidad personal.
Durante este tiempo cuaresmal, vamos a incluir cada día en “Pequeñas Semillitas” una breve meditación que nos ayude a reflexionar y vivir en plenitud esta preparación para la Semana Santa y la Pascua.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Dt 30,15-20
 
Salmo: Sal 1
 
Santo Evangelio: Lc 9,22-25
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día». Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará. Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina?».
 
Comentario:
Hoy es el primer jueves de Cuaresma. Todavía tenemos fresca la ceniza que la Iglesia nos ponía ayer sobre la frente, y que nos introducía en este tiempo santo, que es un trayecto de cuarenta días. Jesús, en el Evangelio, nos enseña dos rutas: el Vía Crucis que Él ha de recorrer, y nuestro camino en su seguimiento.
Su senda es el Camino de la Cruz y de la muerte, pero también el de su glorificación: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado (...), ser matado y resucitar al tercer día» (Lc 9,22). Nuestro sendero, esencialmente, no es diferente del de Jesús, y nos señala cuál es la manera de seguirlo: «Si alguno quiere venir en pos de mí...» (Lc 9,23).
Abrazado a su Cruz, Jesús seguía la Voluntad del Padre; nosotros, cargándonos la nuestra sobre los hombros, le acompañamos en su Vía Crucis.
El camino de Jesús se resume en tres palabras: sufrimiento, muerte, resurrección. Nuestro sendero también lo constituyen tres aspectos (dos actitudes y la esencia de la vocación cristiana): negarnos a nosotros mismos, tomar cada día la cruz y acompañar a Jesús.
Si alguien no se niega a sí mismo y no toma la cruz, quiere afirmarse y ser él mismo, quiere «salvar su vida», como dice Jesús. Pero, queriendo salvarla, la perderá. En cambio, quien no se esfuerza por evitar el sufrimiento y la cruz, por causa de Jesús, salvará su vida. Es la paradoja del seguimiento de Jesús: «¿De qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina?» (Lc 9,25).
Esta palabra del Señor, que cierra el Evangelio de hoy, zarandeó el corazón de san Ignacio y provocó su conversión: «¿Qué pasaría si yo hiciera eso que hizo san Francisco y eso que hizo santo Domingo?». ¡Ojalá que en esta Cuaresma la misma palabra nos ayude también a convertirnos!
* Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM (Barcelona, España)
 
Santoral Católico:
San Policarpo
Nació en Esmirna (Turquía) el año 69. Discípulo del apóstol san Juan y último testigo de la época apostólica, fue nombrado por los mismos Apóstoles obispo de Esmirna, dio hospedaje a su amigo Ignacio de Antioquía, quien luego le escribió una carta hoy famosa, tuvo como discípulo a san Ireneo. Escribió una carta a la Iglesia de Filipos, que había sido fundada por el apóstol Pablo. Hizo un viaje a Roma el año 154 para tratar con el papa Aniceto la cuestión de la fiesta de la Pascua. Selló con su sangre el testimonio de su fe en Cristo, condenado a morir en la hoguera en el anfiteatro de Esmirna el año 155, bajo los emperadores Marco Antonino y Lucio Aurelio. Al procónsul romano que lo invitaba a maldecir de Cristo, respondió Policarpo: «86 años hace que le sirvo y ningún daño he recibido de Él, ¿Cómo puedo maldecir a mi rey, el que me ha salvado?... Yo soy cristiano».
Oración: Dios de todas las criaturas, que te has dignado agregar a san Policarpo, tu obispo, al número de los mártires, concédenos, por su intercesión, participar con él en la pasión de Cristo, y resucitar a la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net
 
Cuaresma día a día
Día 2º. Jueves 23 de febrero de 2023
A media tarde, Jorge entra en la cocina como un huracán y le dice a su mujer: "Hola, cariño... Voy a cambiarme. Carlos y yo vamos a jugar un partido de tenis antes de que se haga de noche". "¡Pero, Jorge! -objeta su mujer- es muy tarde y tenía preparada una excelente cena: carne a la borgoñesa, y verduras, y una tarta de limón". "Lo siento, cariño -responde Jorge- tomaré un bocadillo en un bar. Tómatelo tú..."
A los cinco minutos, Jorge ya está en camino. Su mujer no puede reprimir el llanto.
"No me quiere", solloza contemplando la excelente cena que había preparado a su marido.
Cualquier mujer que lea esto simpatizará con la esposa de Jorge y hasta muchos hombres le darán la razón, sin pensar que casi todos somos culpables de una falta de consideración semejante, y en mucho mayor grado.
Falta de consideración con Jesús. Desprecio del amor que ha derrochado con nosotros. Indiferencia ante el Gran Banquete -la Eucaristía, la Comunión- a que nos invita.
¿Vas a Misa siempre que puedes? ¿Adelantas el estudio para poder ir a estar con tu Amigo acompañándole en la Pasión, que eso es la Misa? Qué buen propósito: durante la Cuaresma ir a Misa siempre que pueda, todos los días que me sea posible.
Lo que no está escrito es ahora cuando puedes decírselo, comentando el texto que has leído y las preguntas. Después termina con una oración final.
Web Católico de Javier
 
Pensamiento del día
“Cuaresma y Pascua hermanadas:
una Cuaresma lúcida anuncia una Pascua de gozo;
una Cuaresma espiritual anuncia a un Jesús más vivo;
una Cuaresma de honradez anuncia una Pascua de fraternidad;
una Cuaresma de solidaridad anuncia una Pascua de verdad;
una Cuaresma de compasión y ternura anuncia una Pascua de vida”.
(Fidel Aizpurua) 
 
Tema del día:
Lo bueno del ayuno
El ayuno es una disciplina de Cuaresma que la mayoría de nosotros no disfrutamos o abrazamos por completo. No nos gusta sentir dolores de hambre y preferimos llenar ese vacío con comida rica y deliciosa.
 
Sin embargo, el ayuno es una disciplina espiritual importante que puede ayudarnos a ser menos egoístas y más abiertos a otras personas.
 
El papa Benedicto XVI destacó este aspecto del ayuno en su mensaje de 2011 para la Cuaresma.
 
«El ayuno, que puede tener distintas motivaciones, adquiere para el cristiano un significado profundamente religioso: haciendo más pobre nuestra mesa aprendemos a superar el egoísmo para vivir en la lógica del don y del amor; soportando la privación de alguna cosa —y no sólo de lo superfluo— aprendemos a apartar la mirada de nuestro yo, para descubrir a Alguien a nuestro lado y reconocer a Dios en los rostros de tantos de nuestros hermanos. Para el cristiano el ayuno no tiene nada de intimista, sino que abre mayormente a Dios y a las necesidades de los hombres, y hace que el amor a Dios sea también amor al prójimo».
 
Es tentador pensar en el ayuno como algo opresivo y completamente innecesario, pero puede tener un efecto espiritual sorprendente si lo aceptamos por completo.
 
La clave es dejar que el ayuno nos abra los ojos a los pobres entre nosotros y reconocer cuánto nos ha dado Dios.
 
Esta comprensión debería inspirarnos a servir a los pobres en nuestra comunidad local y hacer lo que podamos para retribuir a los menos afortunados.
 
Siempre que ayunemos durante la Cuaresma (o en otras épocas del año), permitamos que la gracia de Dios penetre en nuestros corazones y nos ayude a ser menos egoístas en nuestras vidas.
(Philip Kosloski – Aleteia)
 
Recordando al Padre Natalio
Inesperado pedido…
San Jerónimo vivió durante 25 años en la gruta del nacimiento de Jesús, mientras se dedicaba a la traducción de la Biblia al latín, por encargo del Papa san Dámaso. Un día hizo esta oración al Divino Niño de Belén:
 
—Querido Niño, ¿Cómo podré compensarte, ya que para hacerme feliz, has bajado a esta pobre gruta y has padecido tanto por mí?
—Alaba a Dios, –oyó que decía –, y glorifícalo con las palabras: “Gloria a Dios en las alturas”.
—Pero yo, querido Niño, quiero darte alguna cosa; quiero darte todo mi dinero.
—Dalo a los pobres y será como si me lo hubieras dado a mí.
—Sí, lo haré; pero, yo quiero darte alguna cosa también a ti; si no moriré de dolor.
—Entonces dame tus pecados; los quiero para mí; para borrarlos.
—¡Oh querido Niño, dijo el Santo llorando; toma todo lo que es mío y dame todo lo que es tuyo!
 
“Dame tus pecados”: ¡Qué inesperado fue para Jerónimo el pedido del Divino Niño! Sin embargo, nada busca tanto nuestro Salvador como liberarnos de la pesada carga de nuestras fragilidades y culpas. Un día Jesús le dijo a santa Faustina Kowalska: “Que no tema acercarse a mí el alma más débil y pecadora, aunque tuviera más pecados que granos de arena hay en la tierra. Dile a las almas pecadoras que no tengan miedo de acercarse a mí; habla de mi gran misericordia”. Alentador mensaje que nos invita a abrir el corazón a la confianza en el Señor.
(P. Natalio)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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