jueves, 18 de noviembre de 2021

Pequeñas Semillitas 4854

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 16 - Número 4854 ~ Jueves 18 de Noviembre de 2021.
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Mi Señor, en este día que comienza te pido que me permitas tener limpia y amplia mi mente para producir los mejores pensamientos, que mi corazón esté lleno de buenos sentimientos y pueda tener las mejores emociones, las que construyen y nos ayudan. Que pueda compartir con tranquilidad con los que trabajo, con los que forman parte de mi cotidianidad y así pueda disfrutar de sus bendiciones. Permite que sepa llevar las adversidades y no pierda mi control emocional sino que sepa cómo actuar ante cada persona. Te suplico, mi Señor, que desde ya actúes en las personas con las que me voy a encontrar para que también estén en la misma disposición y así podamos realizar nuestros trabajos y actividades de la mejor manera. Amén.
 
¡Buenos días María!
El 1 de septiembre de 2018, la Virgen María se dirigió a Edsol: “Hijos míos, les traigo a todos un mensaje en el nombre de mi divino Hijo. Dios esperó y advirtió, generación tras generación, a ver si sus hijos cambiaban después de mis apariciones en La Salette, en Francia, y en Fátima. Pero, desafortunadamente, los llamados del Cielo a la conversión y al arrepentimiento no han sido escuchados”.
30 de diciembre de 2018: “Oren, hijos míos, oren con todo su corazón, porque muchas cosas cambiarán en la Tierra muy pronto. Tsunamis, terremotos, maremotos azotarán la Tierra. Habrá una erupción volcánica que dejará a la gente sin hogar. Hijos míos, oren con su corazón porque la advertencia pronto caerá sobre todos ustedes. Abran los ojos y manténganse alerta”.
“Vayan a confesarse, vayan a Misa todos los días, reciban a Jesús en la Sagrada Comunión, recen el Santo Rosario y el Rosario de la Divina Misericordia con todo su corazón. Estas dos oraciones son muy importantes en estos tiempos”.
“Soy su Madre que los ama a todos. Miren mi imagen, les traerá consuelo. Enviaré muchos ángeles para protegerlos a todos del poder del maligno. Hijos míos, están ocurriendo grandes cambios en el mundo. Si no están todos protegidos por los ángeles seráficos, el maligno puede tocarlos a todos. Oren a los ángeles seráficos porque tienen un gran poder sobre los hombres”.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: 1 Macabeos 2,15-29
 
Salmo: Sal 50 (49) 1-2.5-6.14-15
 
SANTO EVANGELIO: Lucas 19,41-44
En aquel tiempo, Jesús, al acercarse a Jerusalén y ver la ciudad, lloró por ella, diciendo: «¡Si también tú conocieras en este día el mensaje de paz! Pero ahora ha quedado oculto a tus ojos. Porque vendrán días sobre ti, en que tus enemigos te rodearán de empalizadas, te cercarán y te apretarán por todas partes, y te estrellarán contra el suelo a ti y a tus hijos que estén dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has conocido el tiempo de tu visita».
 
Comentario:
Hoy, la imagen que nos presenta el Evangelio es la de un Jesús que «lloró» (Lc 19,41) por la suerte de la ciudad escogida, que no ha reconocido la presencia de su Salvador. Conociendo las noticias que se han dado en los últimos tiempos, nos resultaría fácil aplicar esta lamentación a la ciudad que es —a la vez— santa y fuente de divisiones.
Pero mirando más allá, podemos identificar esta Jerusalén con el pueblo escogido, que es la Iglesia, y —por extensión— con el mundo en el que ésta ha de llevar a término su misión. Si así lo hacemos, nos encontraremos con una comunidad que, aunque ha alcanzado cimas altísimas en el campo de la tecnología y de la ciencia, gime y llora, porque vive rodeada por el egoísmo de sus miembros, porque ha levantado a su alrededor los muros de la violencia y del desorden moral, porque lanza por los suelos a sus hijos, arrastrándolos con las cadenas de un individualismo deshumanizante. En definitiva, lo que nos encontraremos es un pueblo que no ha sabido reconocer el Dios que la visitaba (cf. Lc 19,44).
Sin embargo, nosotros los cristianos, no podemos quedarnos en la pura lamentación, no hemos de ser profetas de desventuras, sino hombres de esperanza. Conocemos el final de la historia, sabemos que Cristo ha hecho caer los muros y ha roto las cadenas: las lágrimas que derrama en este Evangelio prefiguran la sangre con la cual nos ha salvado.
De hecho, Jesús está presente en su Iglesia, especialmente a través de aquellos más necesitados. Hemos de advertir esta presencia para entender la ternura que Cristo tiene por nosotros: es tan excelso su amor, nos dice san Ambrosio, que Él se ha hecho pequeño y humilde para que lleguemos a ser grandes; Él se ha dejado atar entre pañales como un niño para que nosotros seamos liberados de los lazos del pecado; Él se ha dejado clavar en la cruz para que nosotros seamos contados entre las estrellas del cielo... Por eso, hemos de dar gracias a Dios, y descubrir presente en medio de nosotros a aquel que nos visita y nos redime.
* Rev. D. Blas RUIZ i López (Ascó, Tarragona, España)
 
Santoral Católico:
Dedicación de las Basílicas
de San Pedro y San Pablo
Es el aniversario de las basílicas de los santos apóstoles, protectores de la ciudad de Roma, meta de peregrinaciones a lo largo de los siglos. La basílica de San Pedro fue construida por el emperador Constantino hacia el año 350, en la colina Vaticana, sobre el sepulcro que guarda las cenizas venerables del Apóstol, y la consagró el papa san Silvestre; la basílica actual fue consagrada por el papa Urbano VIII el año 1626. El mismo Constantino mandó edificar la basílica de San Pablo, junto a la vía Ostiense, extramuros de la ciudad de Roma, en el lugar donde se cree que fue decapitado el apóstol; fue consagrada por el papa Siricio y está regida desde el siglo VIII por monjes benedictinos; la basílica actual, construida tras el incendio de la anterior, fue consagrada por Pío IX en 1854. La conmemoración conjunta expresa simbólicamente la fraternidad de los Apóstoles y la unidad de la Iglesia. El recuerdo de los dos apóstoles debe fortalecer la fe que nos transmitieron con su palabra y su martirio.
Oración: Defiende a tu Iglesia, Señor, con la protección de los apóstoles y, pues ha recibido por ellos el primer anuncio del Evangelio, reciba también, por su intercesión, aumento de gracia hasta el fin de los tiempos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net
 
Pensamiento del día
“Desde mi niñez aprendí que nada se consigue sin trabajo y esfuerzo; que el ser honesto es importante; que el ser solidario es una obligación; que los prejuicios religiosos no deben existir; que vivir en libertad es imprescindible y que la tolerancia es superior al autoritarismo...”
(Dr. René Favaloro)
 
Historias:
Orar con fe
Una noche yo había trabajado mucho ayudando a una madre en su parto; pero a pesar de todo lo que hicimos, murió dejándonos un bebé prematuro y una hija de dos años. Nos iba a resultar difícil mantener el bebé con vida porque no teníamos incubadora (¡No había electricidad para hacerla funcionar!), ni facilidades especiales para alimentarlo.
 
Aunque vivíamos en el ecuador africano, las noches frecuentemente eran frías y con vientos traicioneros. Una estudiante de partera fue a buscar una cuna que teníamos para tales bebés, y la manta de lana con la que lo arroparíamos.
 
Otra fue a llenar la bolsa de agua caliente. Volvió enseguida diciéndome irritada que al llenar la bolsa, había reventado. La goma se deteriora fácilmente en el clima tropical. "¡Y era la última bolsa que nos quedaba!", exclamó, y no hay farmacias en los senderos del bosque".
 
"Muy bien", dije, "pongan al bebé lo más cerca posible del fuego y duerman entre él y el viento para protegerlo de éste. Su trabajo es mantener al bebé abrigado".
 
Al mediodía siguiente, como hago muchas veces, fui a orar con los niños del orfanato que se querían reunir conmigo. Les hice a los niños varias sugerencias de motivos para orar y les conté del bebé prematuro. Les dije el problema que teníamos para mantenerlo abrigado y les mencioné que se había roto la bolsa de agua caliente y el bebé se podía morir fácilmente si tomaba frío. También les dije que su hermanita de dos años estaba llorando porque su mamá había muerto.
 
Durante el tiempo de oración, Ruth, una niña de 10 años oró con la acostumbrada seguridad consciente de los niños africanos: "Por favor Dios", oró, "mándanos una bolsa de agua caliente. Mañana no servirá porque el bebé ya estará muerto. Por eso, Dios, mándala esta tarde".
 
Mientras yo contenía el aliento por la audacia de su oración la niña agregó: "Y mientras te encargas de ello, ¿podrías mandar una muñeca para la pequeña, y así pueda ver que tú le amas realmente?"
 
Frecuentemente las oraciones de los chicos me ponen en evidencia. ¿Podría decir honestamente "Amén" a esa oración? No creía que Dios pudiese hacerlo.
 
Sí, claro, sé que Él puede hacer cualquier cosa. Pero hay límites, ¿no?  Y yo tenía algunos grandes "peros". La única forma en la que Dios podía contestar esta oración en particular, era enviándome un paquete de mi tierra natal. Había ya estado en África casi cuatro años y nunca jamás recibí un paquete de mi casa. De todas maneras, si alguien llegara a mandar alguno, ¿quién iba a poner una bolsa de agua caliente?
 
A media tarde cuando estaba enseñando en la escuela de enfermeras, me avisaron que había llegado un auto en la puerta de mi casa. Cuando llegué el auto ya se había ido, pero en la puerta había un enorme paquete de once kilos. Se me llenaron los ojos de lágrimas. Por supuesto no iba abrir el paquete yo solo, así que invité a los chicos del orfanato a que juntos lo abriéramos.
 
La emoción iba en aumento. Treinta o cuarenta pares de ojos estaban enfocados en la gran caja. Había vendas para los pacientes del leprosario. Luego saqué una caja con pasas de uvas variadas, lo que serviría para hacer una buena tanda de panecitos el fin de semana.
 
Volví a meter la mano y sentí... ¿sería posible?  La agarré y la saqué... ¡Sí, era una bolsa de agua caliente nueva! Lloré... Yo no le había pedido a Dios que mandase una bolsa de agua caliente, ni siquiera creía que Él podía hacerlo. Ruth estaba sentada en la primera fila, y se abalanzó gritando: "¡Si Dios mandó la bolsa, también tuvo que mandar la muñeca!"
 
Escarbé el fondo de la caja y saqué una hermosa muñequita.  A Ruth le brillaban los ojos. Ella nunca había dudado. Me miró y dijo: "¿Puedo ir contigo a entregarle la muñeca a la niñita para que sepa que Dios la ama en verdad?
 
Ese paquete había estado en camino por cinco meses. La había preparado mi antigua profesora de religión, quien había escuchado y obedecido la voz de Dios que la impulsó a mandarme la bolsa de agua caliente, a pesar de estar en el ecuador africano.
 
Y una de las niñas había puesto una muñequita para alguna niñita africana cinco meses antes en respuesta a la oración de fe de una niña de diez años que la había pedido para esa misma tarde.
Esto nos habla de la fuerza que tiene la oración que se hace con fe y confianza.
 
Y tú, ¿tienes esa confianza?... ¿Tienes esa actitud cuando oras?
(Autor desconocido)
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
El Espíritu Santo es el “Gran Desconocido”, pues si realmente lo conociéramos viviríamos con permanente paz en el alma.
Dios, Nuestro Señor, es tan amoroso con todos nosotros que nos ha dado la conciencia. Esa voz de Dios que nos habla internamente. Ahí donde nada más estás tú y Dios, ahí es donde el Espíritu Santo te hablará. Sus llamadas amorosas no son con gritos, sino con suavidad. Se necesita que haya silencio para que podamos oírlo. Pero, nuestro mundo de hoy hace tanto ruido, que no nos permitimos escuchar esa voz de Dios. Dejemos que Dios nos hable. Escuchemos sus gemidos de amor por nosotros. Esforcémonos por escucharle.
No tengamos miedo de ser testigos de Dios en la sociedad, pues si contamos con el Espíritu Santo, toda dificultad será vencida, todo cansancio refrescado y cada tristeza consolada.
 
"Pequeñas Semillitas" por e-mail
Si lo deseas puedes recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por correo electrónico.
Las suscripciones son totalmente gratuitas y solo tienes que solicitarlas dirigiéndote por e-mail a  feluzul@gmail.com   
A todos los que las reciben, los invito a que las compartan reenviándolas a sus contactos, y de ese modo ayudan a sembrar en el mundo la alegría del Evangelio.
 
Año de San José
 
San José, hombre justo y modelo de virtudes,
es el Patrono Universal de la santa Iglesia,
y por lo tanto de todos nosotros.
Es el santo que tuvo en la tierra
la misión más grande y noble:
proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
 
Noviembre 18
Amado san José, no siempre descubrimos las cosas lindas que nos regaló Dios con la creación; envíanos al Espíritu Santo para que podamos ver cada día las maravillas que Dios creó y puso a disposición nuestra. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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AMDG

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