miércoles, 24 de noviembre de 2021

Pequeñas Semillitas 4860

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 16 - Número 4860 ~ Miércoles 24 de Noviembre de 2021.
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En un segundo, pasaremos de este mundo al mundo invisible. ¿Qué ocurrirá luego de morir?
Como dice la Palabra de Jesús en la carta a los Hebreos 9,27: "Se descorre el velo. Y después de la muerte viene el juicio"
¿Cuál será la pregunta que nos realizará Jesús en ese momento?
Por un lado dice Juan de la Cruz: "En el atardecer de mi vida seré juzgado en el amor"
Entonces nos tenemos que preguntar: ¿He amado? ¿Al Señor y a mi prójimo?
El santo Cardenal Newman también nos dice: "El día de nuestra muerte se nos preguntará: ¿Has ido a trabajar a mi viña?"
 
¡Buenos días María!
Mis padres, sin hijos después de 20 años de matrimonio, lamentaban su situación. Un día, un sacerdote les aconsejó que rezaran a la Virgen María en Lourdes, haciendo voto de consagrarle a su hijo si ella se lo concedía.
Entonces, mis padres fueron a rezar a María a Lourdes, ¡e inmediatamente hicieron el voto! Vine al mundo poco tiempo después y nací el 11 de febrero de 1945, ¡el mismo día de la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes! Luego, cuando tenía 7 años, mis padres me llevaron a Lourdes para que pudiera realizar mi comunión privada.
Tenía la intención, en mi juventud, de enseñar historia; pero la vida (o quizás la Santísima Virgen) decidió lo contrario y me encontré estudiando música. Incluso hoy, aunque oficialmente retirada, soy la organista titular de nuestra iglesia que honra a María con el nombre de Nuestra Señora de la Piedad, en Le Croisic, departamento de Loire-Atlantique, en la costa oeste de Francia.
(Testimonio de Irene, recibido el 3 de mayo 2021)
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Daniel 5,1-6.13-14.16-17.23-28
 
Salmo: Daniel 3,62.63.64.65.66.67
 
SANTO EVANGELIO: Lucas 21,12-19
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles y llevándoos ante reyes y gobernadores por mi nombre; esto os sucederá para que deis testimonio. Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa, porque yo os daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios. Seréis entregados por padres, hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros, y seréis odiados de todos por causa de mi nombre. Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».
 
Comentario:
Hoy ponemos atención en esta sentencia breve e incisiva de nuestro Señor, que se clava en el alma, y al herirla nos hace pensar: ¿por qué es tan importante la perseverancia? ¿Por qué Jesús hace depender la salvación del ejercicio de esta virtud?
Porque no es el discípulo más que el Maestro —«seréis odiados de todos por causa de mi nombre» (Lc 21,17)—, y si el Señor fue signo de contradicción, necesariamente lo seremos sus discípulos. El Reino de Dios lo arrebatarán los que se hacen violencia, los que luchan contra los enemigos del alma, los que pelean con bravura esa “bellísima guerra de paz y de amor”, como le gustaba decir a san Josemaría Escrivá, en que consiste la vida cristiana. No hay rosas sin espinas, y no es el camino hacia el Cielo un sendero sin dificultades. De ahí que sin la virtud cardinal de la fortaleza nuestras buenas intenciones terminarían siendo estériles. Y la perseverancia forma parte de la fortaleza. Nos empuja, en concreto, a tener las fuerzas suficientes para sobrellevar con alegría las contradicciones.
La perseverancia en grado sumo se da en la cruz. Por eso la perseverancia confiere libertad al otorgar la posesión de sí mismo mediante el amor. La promesa de Cristo es indefectible: «Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas» (Lc 21,19), y esto es así porque lo que nos salva es la Cruz. Es la fuerza del amor lo que nos da a cada uno la paciente y gozosa aceptación de la Voluntad de Dios, cuando ésta —como sucede en la Cruz— contraría en un primer momento a nuestra pobre voluntad humana.
Sólo en un primer momento, porque después se libera la desbordante energía de la perseverancia que nos lleva a comprender la difícil ciencia de la cruz. Por eso, la perseverancia engendra paciencia, que va mucho más allá de la simple resignación. Más aún, nada tiene que ver con actitudes estoicas. La paciencia contribuye decisivamente a entender que la Cruz, mucho antes que dolor, es esencialmente amor.
Quien entendió mejor que nadie esta verdad salvadora, nuestra Madre del Cielo, nos ayudará también a nosotros a comprenderla.
* Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)
 
Santoral Católico:
San Andrés Dung-Lac y compañeros
Mártires
Son los 117 mártires de Vietnam canonizados por san Juan Pablo II el 19 de junio de 1988. En el siglo XVII comenzaron las persecuciones contra los católicos, que habían ido creciendo en Vietnam desde el siglo anterior. Los cristianos martirizados en distintas fechas y regiones fueron cerca de 130.000, de los que se ha introducido la causa de beatificación de casi 1500. Entre los 117 canonizados hay 8 obispos, muchísimos sacerdotes seculares y religiosos, y un gran número de laicos de ambos sexos y de toda edad y condición. 96 son vietnamitas, 11 españoles y 10 franceses. San Andrés, hijo de padres paganos muy pobres, llegó a sacerdote con la ayuda de un catequista, ejerció el ministerio en diferentes localidades y murió decapitado en Hanoi el 21 de diciembre de 1839.
Oración: Oh Dios, fuente y origen de toda paternidad, tú hiciste que los santos mártires Andrés y sus compañeros fueran fieles a la cruz de Cristo, con una fidelidad que llegó hasta el derramamiento de su sangre; concédenos, por su intercesión, que difundamos tu amor entre nuestros hermanos y que nos llamemos y seamos de verdad hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net
 
Pensamiento del día
 
"Cuando conozco a alguien, no me importa saber
si es blanco, negro, judío o musulmán.
Me basta con saber que es un ser humano".
(Walt Whitman)
 
Historias:
La casa bonita
Aquel era un sábado como cualquier otro: el trajín de siempre: correr, comprar rápido y escapar del tumulto y el bullicio de la ciudad en un destartalado autobús... Me sentía cansada y ofuscada por el inmenso calor y toda la gente a mi alrededor transpiraba como si estuvieran sumergidos en un mar de sudor.
 
Abordé el autobús y me senté en el primer asiento para refrescarme un poco con la brisa del camino.
 
Todo transcurrió normalmente hasta que a mitad del camino una mujer abordó el autobús. Vestía harapos, estaba sucia y sostenía un bebé de meses en sus brazos y a su lado llevaba un niño de no más de cuatro años. Ella se sentó a mi lado con el bebé, el otro niño se sentó en el asiento contiguo, al otro lado del pasillo. Observé aquella mujer discretamente: era delgada y podría decirse que había aún restos de juventud en su expresión; pude ver sus facciones: un rostro en el cual aún se vislumbraba unos rasgos bonitos, ojos claros, se notaba que aún era joven, sin embargo el peso del dolor podía verse a través de sus arrugas prematuras. El niño mayor se veía saludable, vivaracho y muy simpático.
 
El viaje se convirtió en una "excursión de silencio" en cuanto la señora abordó el bus, todos los pasajeros la observaban con preocupación e incluso con cierto desprecio e incomodidad por la suciedad de sus ropas. De pronto en medio del silencio una chispa de luz brilló en los ojos del niño, miró sonriente por la puerta del autobús y gritó: "¡Mira, Mami, qué casa tan bonita!".
 
Inconscientemente, todos los pasajeros del autobús miramos hacia donde el niño señalaba y solo había un pequeño rancho, con unas pocas tablas, con hendijas por todas partes, sin suelo y con unas latas herrumbradas y rotas por techo".
 
¡Mira, Mami! ¡Qué bonita y hasta tiene luz! ¡Mira tiene un cable!"
 
La mujer con ojos tristes le dijo "Si, hijo, si" y se volvió avergonzada hacia mí y se disculpó por su pobreza diciendo "No ve que como vivimos tan pobres y nos alumbramos con candelas, él todo lo ve bonito" e inclinó su rostro avergonzada. En aquel momento deseé que el asiento del bus se abriera y me ocultara, ¡Cómo podría quejarme yo después de esto!
 
Deseé quitarme las pocas cosas valiosas que llevaba encima y dárselas para que cubriera sus necesidades básicas. ¡Qué vergüenza! ¡Qué derecho tengo yo a "colgarme" adornos y alhajas de oro cuando otros no tienen con qué cubrir sus cuerpos del frío!
 
En la siguiente parada la mujer bajó, pero todos en el autobús quedamos con el corazón estrujado y un inmenso nudo en la garganta. Y los que nos llamamos "cristianos" con una sensación de culpa por no haber cumplido el mandato: "lo que a uno de estos hiciéreis, a Mí me lo hacéis".
 
Descubrí que la pobreza te hace apreciar y valorar muchas más cosas de las que a diario vemos y que la belleza está donde la encuentres.
(Web Católico de Javier)
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Es sorprenderte el poder que cada uno ejerce en la vida que se descubre ante nosotros. La inclinación de nuestros pensamientos provoca aquello que se presenta, lo cual, a su vez, es lo que esperamos encontrar. Sólo nuestra imaginación limita lo que podemos experimentar o en lo que podemos convertirnos. Nuestros sueños brillan como faros en la oscuridad de nuestras mentes.
Así como nuestros pensamientos alimentan nuestras experiencias y nuestros resultados positivos, pueden también provocar episodios negativos. Podemos estar seguros de que ese poder individual lo utilizamos para crear el sabor de cada día.
Nuestra actitud es un subproducto de nuestros pensamientos. En ella descubrimos fortaleza o debilidad, esperanza o ansiedad, determinación o frustración. Nosotros determinamos individualmente si nuestra actitud consistirá en amar o sentir envidia. 
Hagamos pues que nuestros pensamientos sean siempre positivos, claros y puros... y de esa manera estaremos creando días santos y felices para nuestras vidas.
 
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por los jóvenes, especialmente los que han caído en las drogas o cualquier tipo de adicción, por las víctimas de trata, por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, por lo no nacidos, por la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. En este tiempo pedimos especiales oraciones por todas las personas que en diversos países del mundo han sido afectadas por el coronavirus, rogando que el Sagrado Corazón de Jesús nos proteja ante esta terrible pandemia, y que con fe y esperanza, y siguiendo las indicaciones médicas de prevención, el riesgo de contagio vaya disminuyendo en todo el planeta y los que están enfermos se sanen. Para lectores argentinos, pedimos especial oración por la salvación de Argentina en el marco de la justicia.
 
Pedimos oración por todos los países de Latinoamérica, para que no caigan en las garras nefastas del comunismo y/o gobiernos populistas que tienden hacia lo dictatorial, sin tener interés en las necesidades de los pueblos, sino en satisfacer las propias ambiciones desmedidas de los políticos enquistados en los diversos gobiernos.
 
Pedimos oración por el eterno descanso del alma de la señora Luz María Salgado Soria. Que el Padre Celestial la reciba en su Reino y brille para ella la luz que no tiene fin.
 
Pedimos oración para Gerardo R. G., de Ciudad de México, para que encuentre un buen trabajo digno en el que pueda desarrollar sus conocimientos aceptando la voluntad de Dios y bajo la protección de la Santa Virgen María.
 
Pedimos oración por la salud física, emocional y espiritual de Claudia T., de Buenos Aires, Argentina, rogando al Señor que le alivie los problemas que la afligen y que la Virgen María sea su compañía en los momentos difíciles que tiene que transitar.
 
 Seguimos en oración por la salud física y emocional de Sonia M. Q., de Costa Rica, actualmente por unas semanas en USA, rogando al Señor Jesús que no le suelte nunca la mano en estos días difíciles que le toca vivir.
 
Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia. Escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos y conceda a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
 
Año de San José
 
San José, hombre justo y modelo de virtudes,
es el Patrono Universal de la santa Iglesia,
y por lo tanto de todos nosotros.
Es el santo que tuvo en la tierra
la misión más grande y noble:
proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
 
Noviembre 24
San José, Dios nos trajo a la vida porque nos amaba, ayúdanos a entender más profundamente este don; y a tener un gran amor hacia Él hasta el día de nuestra muerte. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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AMDG

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