PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año 11 - Número 2946
~ Miércoles 24 de Febrero de 2016
Desde la ciudad de
Córdoba (Argentina)
Alabado
sea Jesucristo…
Maestro,
¿qué debo hacer para no quedarme molesto? Algunas personas hablan demasiado,
otras son ignorantes. Algunas son indiferentes. Siento odio por aquellas que
son mentirosas y sufro con aquellas que calumnian.
–
¡Pues, vive como las flores! Advirtió el maestro.
– Y
¿cómo es vivir como las flores? Preguntó el discípulo.
– Pon
atención a esas flores -continuó el maestro, señalando unos lirios que crecían
en el jardín-. Ellas nacen en el estiércol, sin embargo son puras y perfumadas.
Extraen del abono maloliente todo aquello que les es útil y saludable, pero no
permiten que lo agrio de la tierra manche la frescura de sus pétalos. Es justo
angustiarse con las propias culpas, pero no es sabio permitir que los vicios de
los demás te incomoden. Los defectos de ellos son de ellos y no tuyos. Y si no
son suyos, no hay motivo para molestarse. Ejercita pues, la virtud de rechazar
todo el mal que viene desde afuera… Esto, es vivir como las flores.
¡Buenos días!
Es maravilloso, Señor
“Empezar
a dar gracias a Dios invita a descubrir sus dones, y cuanto más se busca, más
se encuentra. Es como recoger flores en un prado: no se ha concluido de cortar
una flor, cuando otra se presenta más hermosa” (A. Gasparino).
Es maravilloso, Señor, tener mis brazos
perfectos, cuando hay tantos mutilados. Mis ojos miran, cuando tantos no tienen
luz. Mi voz canta, cuando otros enmudecen. Mis manos trabajan, cuando tantos
mendigan. Es maravilloso, Señor, volver a casa, cuando otros no tienen dónde
ir.
Es bueno sonreír, amar, soñar, vivir, cuando
tantos odian y mueren. Es maravilloso, Señor, tener un Dios para creer, cuando
tantos no creen. Es maravilloso, Señor, tener tan poco que pedir y tanto que
agradecer.
“Vivir
dando gracias a Dios” (san Pablo), te ayudará a relacionarte con él de una
forma muy concreta, descubriendo los dones que te regala a cada paso. Por otra
parte es una oración que te ensanchará el corazón y descansará tu mente. Si
tienes alguna dificultad, ¿por qué no ensayas escribir brevemente los motivos
de tu gratitud? El Señor te bendiga.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de
Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, cuando Jesús iba
subiendo a Jerusalén, tomó aparte a los Doce, y les dijo por el camino: «Mirad
que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos
sacerdotes y escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles,
para burlarse de Él, azotarle y crucificarle, y al tercer día resucitará».
Entonces se le acercó la madre de los
hijos de Zebedeo con sus hijos, y se postró como para pedirle algo. Él le dijo:
«¿Qué quieres?». Dícele ella: «Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a
tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino». Replicó Jesús: «No sabéis lo
que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?». Dícenle: «Sí, podemos».
Díceles: «Mi copa, sí la beberéis; pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no
es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi
Padre».
Al oír esto los otros diez, se
indignaron contra los dos hermanos. Mas Jesús los llamó y dijo: «Sabéis que los
jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las
oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera
llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser
el primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo
del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como
rescate por muchos». (Mt 20,17-28)
Comentario
Hoy, la Iglesia —inspirada por el
Espíritu Santo— nos propone en este tiempo de Cuaresma un texto en el que Jesús
plantea a sus discípulos —y, por lo tanto, también a nosotros— un cambio de
mentalidad. Jesús hoy voltea las visiones humanas y terrenales de sus
discípulos y les abre un nuevo horizonte de comprensión sobre cuál ha de ser el
estilo de vida de sus seguidores.
Nuestras inclinaciones naturales nos
mueven al deseo de dominar las cosas y a las personas, mandar y dar órdenes,
que se haga lo que a nosotros nos gusta, que la gente nos reconozca un status,
una posición. Pues bien, el camino que Jesús nos propone es el opuesto: «El que
quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que
quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo» (Mt 20,26-27).
“Servidor”, “esclavo”: ¡no podemos quedarnos en el enunciado de las palabras!;
las hemos escuchado cientos de veces, hemos de ser capaces de entrar en
contacto con la realidad que significan, y confrontar dicha realidad con
nuestras actitudes y comportamientos.
El Concilio Vaticano II ha afirmado que
«el hombre adquiere su plenitud a través del servicio y la entrega a los
demás». En este caso, nos parece que damos la vida, cuando realmente la estamos
encontrando. El hombre que no vive para servir no sirve para vivir. Y en esta
actitud, nuestro modelo es el mismo Cristo —el hombre plenamente hombre— pues
«el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida
como rescate por muchos» (Mt 20,28).
Ser servidor, ser esclavo, tal y como
nos lo pide Jesús es imposible para nosotros. Queda fuera del alcance de
nuestra pobre voluntad: hemos de implorar, esperar y desear intensamente que se
nos concedan esos dones. La Cuaresma y sus prácticas cuaresmales —ayuno,
limosna y oración— nos recuerdan que para recibir esos dones nos debemos
disponer adecuadamente.
* Rev. D. Francesc JORDANA i Soler (Mirasol, Barcelona,
España)
Santoral Católico:
San Etelberto
Rey de Kent
Etelberto, rey de Kent, se casó con una
princesa cristiana llamada Berta, que era hija única de Chariberto, rey de
París. Etelberto concedió a su esposa plena libertad para participar de su
religión, y Berta llevó a Inglaterra a Liudardo, un obispo francés. La tradición
habla de la piedad y las amables virtudes de Berta, que indudablemente
impresionaron mucho a su marido; sin embargo, el rey no se convirtió hasta la
llegada de San Agustín y sus compañeros.
Los misioneros enviados por San Gregorio
el Grande, desembarcaron en Thanet, desde donde se comunicaron con el rey,
anunciándole su llegada y las razones de su viaje. El rey les rogó que
permanecieran en la isla y pocos días más tarde, fue personalmente a
escucharlos. Luego de este encuentro, San Etelberto les concedió permiso para
predicar en todo el pueblo, convertir a cuantos pudieran y les entregó la
iglesia de San Martín para que pudiesen celebrar la Misa y otras liturgias.
Las conversiones empezaron a
multiplicarse, y pronto el rey y su corte fueron bautizados en Pentecostés del
año 597. El rey además les dio permiso para reconstruir las antiguas iglesias y
construir otras nuevas. Su gobierno se distinguió por el empeño que puso en
mejorar las condiciones de vida de sus súbitos; sus leyes le ganaron el aprecio
de Inglaterra, en épocas posteriores, y su apoyo a la fe católica permitió que
se construyesen muchos templos, monasterios y algunas diócesis, como la de
Rochester.
El santo pronto se convirtió en un
modelo por la nobleza de su conversión. La acogida que dio a los misioneros y
su gesto de escucharles sin prejuicios son un caso extraordinario en la
historia. Con su actitud de no imponer la fe en sus súbditos, a pesar de su
celo por propagarla, favoreció enormemente la obra de los misioneros.
Después de cincuenta y seis años de
reinado, falleció en el año 616, y fue sepultado en la Iglesia de San Pedro y
San Pablo, donde descansaban los restos de la reina Santa Berta y San Liudardo.
© AciPrensa
La frase de hoy
“La Cuaresma es un llamado que Dios me
hace y le hace a cada uno, para que, escuchando esa voz del Padre Dios, me
decida a dejar las ataduras de mi propio egoísmo, de mis propias esclavitudes,
y me anime a gozar de la libertad de sentirme amado gratuitamente y
corresponderle con un amor sincero, humilde y agradecido”
~ Mons. Carlos J. Tissera ~
Cuaresma día a día
Día 15º: Miércoles 24 de Febrero
Se curó el monstruo. Lo escribía J. Urteaga:
"Ocurrió en un pueblo español. Intervienen como protagonistas: un muchacho
enfermo, su familia, una ermita dedicada a Santa María y muchas súplicas.
El
chico tiene 14 años, era alegre, dinámico, dicharachero, incapaz de estarse
quieto un instante, deportista... En muy poco tiempo el muchacho ha sufrido un
cambio espectacular. Una parálisis progresiva le tiene inmovilizado en un
sillón de ruedas. Toda aquella alegría contagiosa se ha transformado en un
infierno, especialmente para la familia; en lo humano es inútil, en lo
espiritual un pequeño monstruo egoísta. Todos deben servirle, cuidarle,
atenderle, desvivirse por él. Todo es poco.
Una
luz se ha encendido en el alma de su madre. Le llevaran a la ermita. Rezarán a
la Virgen. Le pedirán su curación. Se hará el milagro.
Llegó
el día. Ante la reja hay una madre que habla en voz alta con la Virgen, sin que
le importe ni poco ni mucho que haya gente en su entorno.
¡María,
tienes que cuidar a mi hija! ¡Es mi pequeña! Cúrala María. Que fallen los
diagnósticos. ¡Qué no sea cáncer! Esta niña es todo lo que tengo en mi vida.
¡Cómo te la vas a llevar! ¡María, que no sea cáncer! Ella también te lo pide.
Me ha dicho que venga a rezarte a la ermita. ¡Anda, María, que no sea cáncer!
Poco
después, aquella madre angustiada, santiguándose, abandonó la reja de la ermita.
Es
ahora cuando la otra madre, la de nuestro muchacho, se acerca para decirle, al
tiempo, con miedo y con dulzura:
- ¡Hijo!,
¿ya has Pedido a la Virgen... ?
Y se
realiza el portento.
- Sí,
mamá. He pedido la curación... He pedido a la Virgen que no sea cáncer.
Señor,
a veces yo también soy un auténtico monstruo por el egoísmo. Si ser cristiano
es parecerse a Ti, me tienes que cambiar. ¡Qué piense en los demás! ¡Que haga
más por los demás que por mí! ¡Que ayude, que haga favores, que me dé cuenta de
lo que necesitan o de lo que podría alegrarles! ¡Cúrame, Madre mía, y dame mi
corazón generoso! Gracias.
Continúa hablándole a Dios con tus palabras
© Web Católico de Javier
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia
Católica; por el Papa Francisco, por
el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por
la Paz en el mundo; por los cristianos
perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por
nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las
enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el
hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo;
por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por
la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación
de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones
sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración para Anita A., de Chaco, Argentina, lectora de
Pequeñas Semillitas, que mañana será operada de cataratas. Que por la mediación
de Santa Lucía (patrona de la vista) el Señor le conceda una pronta y feliz
recuperación.
Pedimos oración por las siguientes
personas: Enrique Domingo T., de
Argentina, que está con problemas nerviosos, de inestabilidad y caídas, y en
una mano; por su hija para que tenga las fuerzas necesarias para sostener a sus
padres enfermos y de edad avanzada; por las intenciones y necesidades de Mabel, de Argentina; por los resultados
que se aguardan de biopsias de Espe
y pruebas hematológicas de Violeta
(de Miami); por el ultrasonido de Katia para
que salga limpio; por sanación o alivio de la artritis de Boris (padre e hijo) de Ontario, Canadá; y también por intenciones
y salud de Elena, también de
Ontario, Canadá, que padece diabetes.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos
de Dios
Febrero 24
Con
frecuencia la vida se convierte en un juego de naipes en el que triunfa el as.
La diferencia está en que para unos el as mayor es el as de oro, para otros el
de espada, para no pocos el de bastos y no faltan quienes eligen el de copas.
As de oro
para los que ponen sus esfuerzos en almacenar riquezas a toda costa y sin
reparar en miramientos o en delicadezas de conciencia que se juzgan puritanas;
as de oro con el que se piensa se pueden ganar todas las partidas, incluso la
partida de la felicidad.
As de
espadas para quienes todo lo quieren conseguir con la fuerza, sea de las armas,
sea de las leyes políticas o sindicales.
As de
bastos para quienes pretenden arreglar el mundo a garrotazos, con violencia,
con secuestros, con odios, guerras y crímenes.
As de
copas para los despreocupados que tratan de ahogar en vino y licores, en
fiestas y comilonas los sinsabores diarios, los problemas acuciantes para la
sociedad o el vacío que ellos experimentan en su interior, por falta de un
sentido para su vida.
¿Será eso
la vida? ¿Un juego de naipes?
“Cantaré al Señor toda mi vida, mientras yo
exista, celebraré a mi Dios” (Sal 104,33). “Porque tu amor vale más que la
vida, mis labios te alabarán; así te bendeciré mientras viva” (Sal 63,4-5)
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el más
pequeñito de todos-
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