PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año 11 - Número 2929
~ Jueves 4 de Febrero de 2016
Desde la ciudad de
Córdoba (Argentina)
Alabado
sea Jesucristo…
Padre
amado, te alabo en todo momento porque sé que cada día abres tu inagotable
lluvia de bendiciones a todos los que a Ti acuden confiados. Sales siempre en
mi auxilio y me haces vivir tranquilo. Te doy gracias por toda la belleza que
colocaste en la creación. En cada rincón de este mundo está reflejada tu
magnificencia, la colocas por doquier para que de ella me inunde y te recuerde.
Quiero recibir de Ti esa fuerza y ánimo para estar alegre, siempre dispuesto a
luchar contra todas las adversidades. Quiero vivir en la serenidad de tus
palabras aún en medio de la angustia. Quiero ser testigo de tu poder, que mi fe
se vea fortalecida y que me abra puertas hacia unas maravillas jamás vistas.
Dame vida en abundancia. Quiero vivir según tu amor y tu justicia. Gracias
porque con tus Palabras, sanas mi mente y espíritu y me levantas en victoria
ante aquellas circunstancias y problemas en las que yo me veo derrotado. Me
conoces y me amas. En Ti creo, por eso te alabo y te adoro. Amén.
¡Buenos días!
La vida un laberinto
Tener
fe es haber descubierto el inmenso amor que Dios tiene por ti; y, ante tan
enorme y fascinante hallazgo, organizar tu vida como una respuesta fiel y
coherente. El Espíritu de Dios, Espíritu de amor, te ayude a interiorizar este
pensamiento en la meditación, porque está en el centro de la auténtica relación
con el Señor.
La vida no es un pasillo recto y fácil... por
el que viajamos libres y sin obstáculos, sino un laberinto de pasajes en el que
debemos hallar nuestro camino, perdidos y confundidos, una y otra vez,
atrapados en un callejón sin salida. Pero, si tenemos fe, Dios siempre nos
abrirá una puerta que aunque tal vez no sea la que queríamos, al final será
buena para nosotros. A. Cronin
No
basta escuchar y conocer las verdades de la fe: hay que vivirlas. “Dichoso el
hombre que escucha la Palabra de Dios y la practica”. Sólo así tu vida
adquirirá consistencia y nada la derribará, pasarás victorioso las pruebas de
este mundo perecedero y tendrás junto a Dios una morada de eterna felicidad. El
Señor te asista en el combate de la fe.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de
Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús llamó a los Doce
y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus
inmundos. Les ordenó que nada tomasen para el camino, fuera de un bastón: ni
pan, ni alforja, ni calderilla en la faja; sino: «Calzados con sandalias y no
vistáis dos túnicas». Y les dijo: «Cuando entréis en una casa, quedaos en ella
hasta marchar de allí. Si algún lugar no os recibe y no os escuchan, marchaos
de allí sacudiendo el polvo de la planta de vuestros pies, en testimonio contra
ellos». Y, yéndose de allí, predicaron que se convirtieran; expulsaban a muchos
demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban. (Mc
6,7-13)
Comentario
Hoy, el Evangelio relata la primera de
las misiones apostólicas. Cristo envía a los Doce a predicar, a curar todo tipo
de enfermos y a preparar los caminos de la salvación definitiva. Ésta es la
misión de la Iglesia, y también la de cada cristiano. El Concilio Vaticano II
afirmó que «la vocación cristiana implica como tal la vocación al apostolado.
Ningún miembro tiene una función pasiva. Por tanto, quien no se esforzara por
el crecimiento del cuerpo sería, por ello mismo, inútil para toda la Iglesia
como también para sí mismo»
El mundo actual necesita —como decía
Gustave Thibon— un “suplemento de alma” para poderlo regenerar. Sólo Cristo con
su doctrina es medicina para las enfermedades de todo el mundo. Éste tiene sus
crisis. No se trata solamente de una parcial crisis moral, o de valores
humanos: es una crisis de todo el conjunto. Y el término más preciso para
definirla es el de una “crisis de alma”.
Los cristianos con la gracia y la
doctrina de Jesús, nos encontramos en medio de las estructuras temporales para
vivificarlas y ordenarlas hacia el Creador: «Que el mundo, por la predicación
de la Iglesia, escuchando pueda creer, creyendo pueda esperar, y esperando
pueda amar» (san Agustín). El cristiano no puede huir de este mundo. Tal como
escribía Bernanos: «Nos has lanzado en medio de la masa, en medio de la
multitud como levadura; reconquistaremos, palmo a palmo, el universo que el
pecado nos ha arrebatado; Señor, te lo devolveremos tal como lo recibimos
aquella primera mañana de los días, en todo su orden y en toda su santidad».
Uno de los secretos está en amar al
mundo con toda el alma y vivir con amor la misión encomendada por Cristo a los
Apóstoles y a todos nosotros. Con palabras de san Josemaría, «el apostolado es
amor de Dios, que se desborda, con entrega de uno mismo a los otros (...). Y el
afán de apostolado es la manifestación exacta, adecuada, necesaria, de la vida
interior». Éste ha de ser nuestro testimonio cotidiano en medio de los hombres
y a lo largo de todas las épocas.
* Rev. D. Josep VALL i Mundó (Barcelona, España)
Santoral Católico:
Santa Juana de
Valois
Reina y Fundadora
Hija de Luis XI, rey de Francia, nació
con malformaciones el año 1464 en Nogent-le-Roy. Aún en la cuna, fue prometida
en matrimonio al futuro Luis XII, con el que se casó en 1476. Tras veintidós
años de calvario y sin haber tenido descendencia, su matrimonio fue anulado y
ella se retiró al ducado de Berry, que gobernó con sabiduría y caridad. De
siempre había llevado una profunda vida religiosa, a la que ahora podía
dedicarse sin trabas. Gozó de carismas y fenómenos místicos extraordinarios.
Bajo la guía de su director espiritual, el franciscano Gabriel María (Gilberto)
Nicolás, fundó la Orden de la Santísima Anunciación de la Santa Virgen
María, en honor de la Virgen, que desde el principio estuvo bajo el régimen de
los franciscanos y participó de los privilegios de las clarisas. Murió en
Bourges (Aquitania) el 4 de febrero de 1505.
© Directorio Franciscano
Palabras del Papa
Francisco
“Quien ha sufrido el mal debe estar
preparado para perdonar y desear la salvación y el bien de quien lo ha
ofendido. Solamente respondiendo a ello con el bien, el mal puede ser realmente
vencido… Misericordia y justica; podría parecer que sean dos realidades que se
contradigan, pero en realidad no es así porque es realmente la misericordia de
Dios la que lleva a cumplimiento la verdadera justicia”
Tema del día:
Salvar el alma
Pocos son los que saben que lo único
realmente importante en esta vida es salvar la propia alma. Pues efectivamente
si perdemos el alma, si nos perdemos para siempre en el abismo infernal, lo
habremos perdido todo para siempre. En cambio, si nos salvamos, seremos felices
para toda la eternidad.
Por eso tantos santos se retiraron del
mundo a hacer penitencia, pues se pusieron a considerar la palabra “eternidad”,
y lo que ella significa; y entendieron que según fuera su vida en este mundo,
les esperaría una eternidad de dicha sin fin, o de horror sin límites.
Entonces es muy bueno que tengamos
presente que lo que realmente importa en este mundo es salvar el alma. Todo lo
demás es cosa secundaria, aunque parezcan problemas graves, pues todo quedará
de este lado del sepulcro, en cambio nuestra alma es sempiterna y existirá ya
para siempre, en uno u otro lugar: Cielo o Infierno.
Si miramos todas las cosas a la luz del
más allá, sí que entenderemos mejor las cosas que pasan en este mundo, porque
¿de qué sirve una vida de placer aquí, si luego se pierde el cuerpo y el alma
en el Infierno eterno? Y ¿qué terrible puede ser una vida de dolor y
sufrimiento en este mundo, si pronto tendrá un final, y luego se volará al
Cielo a gozar para siempre de una Felicidad inenarrable?
Las cosas del mundo y de la vida
cotidiana, adquieren una nueva dimensión vistas a la luz del más allá, porque
esta vida en la tierra es muy fugaz. ¡Qué locura perder la eternidad de dicha,
por gozar de un miserable y carnal placer en este mundo!
Estamos a tiempo todavía de dar el valor
justo a cada cosa: a nuestra alma, la mayor atención, evitando el pecado y
esforzándonos para adelantar en la virtud, lo cual será una buena inversión
para el futuro, para cuando nos llegue la muerte y nos presentemos ante
Jesucristo Juez en el juicio particular, donde recibiremos nuestra retribución
eterna.
¿Qué importa si en este mundo somos unos
fracasados, o sufrimos mucho, o vivimos en las desgracias, si después de esta
corta vida nos espera la alegría del Cielo? ¿Y de qué sirve que lo pasemos bien
en este mundo si luego nos tragará el abismo infernal?
Por ello tenemos que mirar todas las
cosas a la luz del más allá, a la luz de la fe, con los ojos de Dios, y
entonces tendremos la sabiduría de los santos.
© Sitio Santísima Virgen
Mensaje de María
Reina de la Paz
Mensaje de María Reina de la Paz del 2
de febrero de 2016
“Queridos hijos, los he llamado y los
estoy nuevamente llamando para que lleguen a conocer a mi Hijo, a conocer la
verdad. Estoy con ustedes y orando para que lo logren. Hijos míos, deben orar
mucho para tener mucho más amor y paciencia; para saber sobrellevar el
sacrificio y para ser pobres en el espíritu. Mi Hijo está siempre con ustedes
por medio del Espíritu Santo. Su Iglesia nace en cada corazón que llega a
conocerlo. Oren para que puedan llegar a conocer a mi Hijo; oren para que
vuestra alma sea una con Él. Esa es la oración, ese es el amor que atrae a
otros y los hace mis apóstoles. Los miro con amor, con amor maternal. Los
conozco; conozco vuestras penas y sufrimientos, porque yo sufrí en silencio. Mi
fe me daba amor y esperanza. Repito: la Resurrección de mi Hijo y mi Asunción
al Cielo son la esperanza y el amor para ustedes. Por ello, mis hijos, oren
para llegar a conocer la verdad; para tener una fe firme que guiará vuestro
corazón y transformará vuestras penas y sufrimientos en amor y esperanza.
Gracias”
Los cinco minutos
de Dios
Febrero 4
No es
posible que todos te acepten; mientras unos aplaudirán nuestras obras, otros
las rechazarán. Si eres bueno, los que no lo son te rechazarán; y si eres como
ellos, te rechazará Dios; si eres justo, serás perseguido por los injustos;
pero si eres injusto, los justos sufrirán por ti. Si te muestras soberbio y
altivo; los humildes no podrán aplaudirte; aunque, si eres humilde, te verás
despreciado por los soberbios. Si te preocupas por los demás, los egoístas se
reirán de ti y te tildarán de loco y, si dejas que el egoísmo invada tu vida,
los que sufren esperarán tu ayuda inútilmente.
Debes
elegir lo que prefieres para tu vida: ser aceptado por los malos, por los
soberbios y egoístas, o ser como los buenos, como los humildes, como los que se
sacrifican por los demás.
Y en
último término, así estás eligiendo si quieres ser rechazado por Dios, o ser
aceptado por Él.
Ni a Cristo mismo lo aceptaron todos; y como los
discípulos no puedan ser de distinta condición que el Maestro, los cristianos
debemos estar dispuestos a ser rechazados por el mundo y los mundanos. “Serán
odiados por todos a causa de mi Nombre; pero ni siquiera un cabello se les
caerá de la cabeza. Gracias a la constancia salvarán sus vidas” (Lc 21, 17-19)
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el más
pequeñito de todos-
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