PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año 11 - Número 2940 ~ Lunes 15 de Febrero de 2016
Desde la ciudad de
Córdoba (Argentina)
Alabado
sea Jesucristo…
Odres nuevos
para una Cuaresma nueva. (El odre es un
recipiente hecho de cuero, generalmente de cabra, que, cosido y empegado por
todas partes menos por la correspondiente al cuello del animal, sirve para
contener líquidos, como vino o aceite, y otras sustancias, como mantequilla y
queso)
"Pesan los viejos odres, están ahí desde siempre, aunque estén casi vacíos.
Los
odres de nuestros ritos rutinarios, los odres de tradiciones superficiales, los
odres de nuestras palabras de siempre.
Cambiemos
a odres nuevos, el odre nuevo del amor social, el odre nuevo de la compasión
ciudadana, el odre nuevo de la respuesta al sufrimiento ajeno.
Odres
nuevos para una Cuaresma nueva, para una Cuaresma con carne social, la carne de
quien anda en necesidad".
* Fidel Aizpurua
¡Buenos días!
Avivar la llama interior
Hoy te
ofrezco una parábola moderna que te descubrirá una verdad que fue expresada así
por Jesús: “No pueden ustedes servir a Dios y al dinero”. La prueba que todos
debemos afrontar en esta vida pasajera es la de elegir con sabiduría dónde
poner el corazón. Debemos hacer una opción entre los bienes transitorios de
esta vida y Dios, amado con toda nuestra alma.
Cuentan que un rey muy rico de la India,
tenía fama de ser indiferente a las riquezas y cultivar una profunda
religiosidad. Movido por la curiosidad, un súbdito quiso averiguar el secreto
del soberano. ”Majestad, —le preguntó en la audiencia—, ¿cómo hace para
cultivar la vida espiritual en medio de tanta riqueza?” El rey le dijo:
"Te lo revelaré si recorres mi palacio para apreciar mis riquezas. Pero,
llevarás una vela encendida. Si se apaga, te decapitaré". Concluido el paseo,
el rey le preguntó: “¿Qué piensas de mis riquezas?" La persona respondió:
"No vi nada. Sólo me preocupé de que la llama no se apagara". El rey le dijo: "Ése es mi secreto.
Estoy tan ocupado tratando de avivar mi llama interior, que no me interesan las
riquezas”.
“Avivar
la llama interior”, de eso se trata, de tener un amor tan firme a Dios que
siempre lo tengamos en el primer lugar de nuestro afecto, preocupaciones,
tiempo… Hay un motivo fundamental para eso: Dios nos ama tanto, se ha jugado
tanto por nosotros, que no nos queda sino organizar toda nuestra vida como
respuesta coherente a su inmensa bondad.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de
Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus
discípulos: «Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos
sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas
delante de Él todas las naciones, y Él separará a los unos de los otros, como
el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y
los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el Rey a los de su derecha: ‘Venid,
benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros
desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve
sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y
me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme’.
Entonces los justos le responderán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te
dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y
te acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel,
y fuimos a verte?’. Y el Rey les dirá: ‘En verdad os digo que cuanto hicisteis
a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis’.
»Entonces dirá también a los de su
izquierda: ‘Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo
y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me
disteis de beber; era forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me
vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis’. Entonces dirán
también éstos: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o
desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?’. Y él entonces les responderá:
‘En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños,
también conmigo dejasteis de hacerlo’. E irán éstos a un castigo eterno, y los
justos a una vida eterna». (Mt 25,31-46)
Comentario
Hoy se nos recuerda el juicio final, «cuando
el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles» (Mt
25,31), y nos remarca que dar de comer, beber, vestir... resultan obras de amor
para un cristiano, cuando al hacerlas se sabe ver en ellas al mismo Cristo.
Dice san Juan de la Cruz: «A la tarde te
examinarán en el amor. Aprende a amar a Dios como Dios quiere ser amado y deja
tu propia condición». No hacer una cosa que hay que hacer, en servicio de los
otros hijos de Dios y hermanos nuestros, supone dejar a Cristo sin estos detalles
de amor debido: pecados de omisión.
El Concilio Vaticano II, en la Gaudium et spes, al explicar las
exigencias de la caridad cristiana, que da sentido a la llamada asistencia
social, dice: «En nuestra época, especialmente urge la obligación de hacernos
prójimo de cualquier hombre que sea y de servirlos con afecto, ya se trate de
un anciano abandonado por todos, o de un niño nacido de ilegítima unión que se
ve expuesto a pagar sin razón el pecado que él no ha cometido, o del hambriento
que apela a nuestra conciencia trayéndonos a la memoria las palabras del Señor:
‘Cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo
hicisteis’ (Mt 25,40)».
Recordemos que Cristo vive en los
cristianos... y nos dice: «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin
del mundo» (Mt 28,20).
El Concilio Lateranense IV define el
juicio final como verdad de fe: «Jesucristo ha de venir al fin del mundo, para
juzgar a vivos y muertos, y para dar a cada uno según sus obras, tanto a los
reprobados como a los elegidos (...) para recibir según sus obras, buenas o
malas: aquellos con el diablo castigo eterno, y éstos con Cristo gloria
eterna».
Pidamos a María que nos ayude en las
acciones de servicio a su Hijo en los hermanos.
Rev. D. Joaquim MONRÓS i Guitart (Tarragona, España)
Santoral Católico:
San Claudio de la
Colombiere
Presbítero Jesuita
Nació en 1641 en St-Symphorien d'Ozon
(Francia). Ingresó en la Compañía de Jesús y pronto, en París, lo eligieron
preceptor de los hijos de Colbert, ministro de Finanzas de Luis XIV. Ordenado
de sacerdote, regresó a Lyon, donde se dedicó a la predicación y dirección de
la Congregación Mariana. En 1675, fue nombrado rector del colegio de
Paray-le-Monial; allí, en el monasterio de la Visitación, Margarita María de
Alacoque vivía momentos difíciles en su misión de difundir la devoción al
Corazón de Jesús. El P. La Colombière supo discernir los planes de Dios, y la
apoyó y guió con acierto. Poco después, marchó a Londres como predicador de
María Beatriz, esposa del duque de York, futuro rey, que era una católica en un
entorno protestante. El encargo era delicadísimo, pero Claudio cumplió su
cometido e instruyó en la fe a no pocas personas que habían abandonado la
Iglesia romana. En 1678 fue acusado de conspiración papista, encarcelado y
expulsado de Inglaterra. Enviado nuevamente a Paray, falleció el 15 de febrero
de 1682.
© Directorio Franciscano
La frase de hoy
"Nuestra recompensa se encuentra en
el esfuerzo y no en el resultado.
Un esfuerzo total es una victoria
completa"
~ Gandhi ~
Cuaresma día a día
Día 6º: Lunes primero (15 de Febrero)
A Dios
le afecta todo, porque lo ve todo. Felipe, uno de los apóstoles, era amigo de
Natanael, y le dice a éste que quiere presentarle a Jesús, porque era el Hijo
de Dios. Natanael duda mucho que un carpintero de un pueblucho como Nazareth,
pudiese ser el Mesías. Pero Felipe se lo presenta, y con una frase de Jesús,
Natanael se convirtió. Y ésta fue la frase: CUANDO ESTABAS DEBAJO DE LA
HIGUERA, TE VÍ.
Algo
habría hecho Natanael debajo de la higuera. No sabemos qué. Lo había hecho a
solas, algo que nadie sabía. Pero resulta que, a pesar de haberse asegurado
para estar solo, resulta que Jesús le vio. Y alguien que ve lo que sólo yo sé y
hago, ése tiene que ser Dios. Por eso le contesta Natanael a Jesús: Tú eres el
Hijo de Dios.
Esta
mañana cuando te has despertado, Dios te estaba viendo. Y lo que has pensado
cuando ese amigo te ha dicho tal cosa, Dios lo ha visto. Y eso que has guardado
para que no te lo pidiesen, Dios te lo ha visto. Y ese esfuerzo por sonreír a
ése que te cae mal, Dios lo ha visto... Y COMO DIOS VE TODO LO TUYO, TODO LO
TUYO LE AFECTA.
Dios
mío, que me dé cuenta de que todo el día y toda la noche estoy en Tu presencia.
¡Cuántas alegrías puedo darte en un día! ¡Y cuánto dolor puedo causarte también
en un día! ¡Creo que me ves y que me oyes! Gracias, y auméntame la fe.
Continúa
hablándole a Dios con tus palabras.
© Web Católico de Javier
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia
Católica; por el Papa Francisco, por
el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por
la Paz en el mundo; por los cristianos
perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por
nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las
enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el
hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo;
por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por
la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación
de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones
sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración para Roberto M. C., de México, quien padece
una depresión mayor crónica, para que nuestro Señor Jesucristo derrame su
Espíritu en él, sane sus heridas emocionales, pueda conseguir trabajo y
terminen sus problemas maritales.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos
de Dios
Febrero 15
Siempre
son más alegres los días de sol que los de tormenta; siempre resultará más
agradable la vida cuando se la enfoca en proyección de optimismo que cuando se
la mira con desconfianza.
Por
eso:
Yo
canto a la mañana, que vio mi juventud, y al sol, que día a día nos trae nueva
inquietud.
Le
canto a mi madre, que dio vida a mi ser, le canto a la tierra, que me ha visto
nacer.
Y
canto al día en que sentí el amor.
Andando
por la vida, aprendí esta canción.
Y unas
voces amigas nos brindan también estas estrofas:
Canto
a la flor del campo, canto al viento, canto al mar.
Canto
a la luz que muere en el trigal.
Canto
al amor sincero, canto al fuego del hogar.
Canto
a la verdadera libertad.
Canto
a los verdes prados, canto al aire, canto al sol.
Canto
al azul del cielo y al amor.
Canto
a la gente humilde, que me mira sin rencor, canto a la paz del mundo, canto a
Dios.
“Yo soy la Vida, nadie va al Padre, sino por
mí” (Jn 14,6)
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el más
pequeñito de todos-
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