PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año 11 - Número 2938
~ Sábado 13 de Febrero de 2016
Desde la ciudad de
Córdoba (Argentina)
Alabado
sea Jesucristo…
Mi
Señor, en este día que comienza te pido que me permitas tener limpia y amplia
mi mente para producir los mejores pensamientos, que mi corazón esté lleno de
buenos sentimientos y pueda tener las mejores emociones, las que construyen y
nos ayudan. Que pueda compartir con tranquilidad con los que trabajo, con los
que forman parte de mi cotidianidad y así pueda disfrutar de sus bendiciones.
Permite que sepa llevar las adversidades y no pierda mi control emocional sino
que sepa cómo actuar ante cada persona. Te suplico, mi Señor, que desde ya
actúes en las personas con las que me voy a encontrar para que también estén en
la misma disposición y así podamos realizar nuestros trabajos de la mejor
manera. Amén.
* Píldoras de Fe
¡Buenos días!
Jesús, mi salvador
“Tú
ves, oh Jesús, nuestra necesidad. Necesitamos de ti, y de nadie más. Sólo tú
puedes advertir cuán grande, cuán inconmensurablemente grande es la necesidad
que tenemos de ti en esta hora del mundo. El hambriento se imagina que busca
pan, y en realidad tiene hambre de ti. El sediento cree desear tan sólo tomar
agua y en realidad tiene necesidad y sed de ti. El enfermo se ilusiona con el
ansia de la salud y su mal está en la ausencia de ti” (sigue abajo).
Jesús, mi salvador, si me abrasa la fiebre,
tú eres la fuente que refresca; si me oprimen las culpas, tú rompes mis
cadenas; si necesito ayuda, tú eres mi fuerza y mi poder; si tengo miedo a la
muerte, tú eres la vida; si deseo el cielo, tú me señalas el camino; si huyo de
las tinieblas, tú eres mi luz; y si me falta alimento, tú eres el Pan vivo.
“Y
nosotros ahora, en estos días grises y malos, en estos años que son
condensación y acrecentamiento insoportable de dolor y muerte, tenemos
necesidad de ser salvados sin demora por ti. Te esperarnos, día a día, a pesar
de nuestra indignidad; y todo el amor que podemos rastrear en nuestros
corazones devastados será para ti, oh Crucificado, que fuiste atormentado por
amor nuestro y que ahora nos atormentas con todo el poder de tu implacable
amor” (Giovanni Papini). Que esta reflexión te acerque a Jesús, fuente de
salvación.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de
Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús salió y vio a un
publicano llamado Leví, sentado en el despacho de impuestos, y le dijo:
«Sígueme». El, dejándolo todo, se levantó y le siguió. Leví le ofreció en su
casa un gran banquete. Había un gran número de publicanos, y de otros que
estaban a la mesa con ellos. Los fariseos y sus escribas murmuraban diciendo a
los discípulos: «¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores?». Les
respondió Jesús: «No necesitan médico los que están sanos, sino los que están
mal. No he venido a llamar a conversión a justos, sino a pecadores». (Lc
5,27-32)
Comentario
Hoy vemos cómo avanza la Cuaresma y la
intensidad de la conversión a la que el Señor nos llama. La figura del apóstol
y evangelista Mateo es muy representativa de quienes podemos llegar a pensar
que, por causa de nuestro historial, o por los pecados personales o situaciones
complicadas, es difícil que el Señor se fije en nosotros para colaborar con Él.
Pues bien, Jesucristo, para sacarnos
toda duda nos pone como primer evangelista el cobrador de impuestos Leví, a
quien le dice sin más: «Sígueme» (Lc 5,27). Con él hace exactamente lo
contrario de lo que una mentalidad “prudente” pudiera considerar si quisiéramos
aparentar ser “políticamente correctos”. Leví —en cambio— venía de un mundo
donde padecía el rechazo de todos sus compatriotas, ya que se le consideraba,
sólo por el hecho de ser publicano, colaboracionista de los romanos y,
posiblemente, defraudador por las “comisiones”, el que ahogaba a los pobres para
cobrarles los impuestos, en fin, un pecador público.
A los que se consideraban perfectos no
se les podía pasar por la cabeza que Jesús no solamente le llamara a seguirlo,
sino ni tan sólo a sentarse en la misma mesa.
Pero con esta actitud de escogerlo, Nuestro
Señor Jesucristo nos dice que más bien es este tipo de gente de quien le gusta
servirse para extender su Reino; ha escogido a los malvados, a los pecadores, a
los que no se creen justos: «Para confundir a los fuertes, ha escogido a los
que son débiles a los ojos del mundo» (1Cor 1,27). Son éstos los que necesitan
al médico, y sobre todo, ellos son los que entenderán que los otros lo
necesiten.
Hemos de huir, pues, de pensar que Dios
quiere expedientes limpios e inmaculados para servirle. Este expediente sólo lo
preparó para Nuestra Madre. Pero para nosotros, sujetos de la salvación de Dios
y protagonistas de la Cuaresma, Dios quiere un corazón contrito y humillado.
Precisamente, «Dios te ha escogido débil para darte su propio poder» (San
Agustín). Éste es el tipo de gente que, como dice el salmista, Dios no
menosprecia.
Rev. D. Joan Carles MONTSERRAT i Pulido (Cerdanyola del
Vallès, Barcelona, España)
Santoral Católico:
Beato Jordán de
Sajonia
Sucesor de Sto.
Domingo de Guzmán
Nació en Burgherg (Westfalia) en torno
al año 1175 o 1185, hijo de los condes de Ebernstein. Estudió en la Universidad
de París, y era ya maestro en artes y bachiller en teología cuando, en 1220, se
encontró allí con Santo Domingo. La palabra y el ejemplo del Santo lo convenció,
y no tardó en vestir el hábito de los dominicos. El fundador de la Orden de
Predicadores murió en agosto de 1221, y el capítulo general celebrado en París
el año 1222 lo eligió como sucesor suyo al frente de la Orden. Es una de las
grandes figuras de su Orden, contribuyó grandemente a su difusión y supo
transmitir a la posteridad las líneas esenciales de la espiritualidad de
Domingo y los rasgos que caracterizan a su familia religiosa. Fue hombre de
palabra elocuente, tierno corazón y celo apasionado por llevar a todos el amor
de Cristo. Peregrinó a Tierra Santa; a su regreso, la nave naufragó frente a
las costas de Siria y él murió ahogado; era el 13 de febrero de 1237.
© Directorio Franciscano
Palabras del Papa
Francisco
«La misericordia de Dios transforma el
corazón del hombre haciéndole experimentar un amor fiel, y lo hace a su vez
capaz de misericordia. Es siempre un milagro el que la misericordia divina se
irradie en la vida de cada uno de nosotros, impulsándonos a amar al prójimo»
Cuaresma día a día
Día 4º: Sábado 13 de Febrero
Su
Cruz y mi Cruz. La cruz de Cristo no era sólo el leño que llevó a cuestas y en
el que murió. La cruz de Jesús fue, junto a ésa, el dolor de la soledad, las
injusticias que sufrió, los insultos que recibió... Los de aquel momento y los
de toda la historia. El dolor que siente por lo que yo he hecho mal hoy contra
otra persona, o contra mí mismo o contra Él. Esa es su cruz. Por eso yo soy
RESPONSABLE DE LA CRUZ DE JESÚS.
Y mi
cruz de cada día, la que tengo que coger para seguirle, no es un leño de
madera. Mi cruz es el dolor de la enfermedad, las injusticias que sufro, el
cansancio en el trabajo, el dolor que me supone luchar contra la pereza, el
esfuerzo por ser generoso -porque me cuesta dar mis cosas-. Mi Cruz es trabajar
bien cuando no me apetece. Y saber pisotearme y obedecer cuando no quiero, y...
Mi
cruz es el DOLOR QUE SUPONE A VECES ACTUAR DE ACUERDO CON EL AMAR A DIOS, CON
EL AMAR A LOS DEMÁS -más que a mí mismo- y CON EL AMARME BIEN A Mí MISMO ¿para
perfeccionarme y no destruirme?.
Durante
esta Cuaresma, Señor, quiero coger mi cruz de cada día porque quiero seguirte.
¡Que sea generoso, Dios mío!
Continúa hablándole a Dios con tus palabras
© Web Católico de Javier
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Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia
Católica; por el Papa Francisco, por
el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por
la Paz en el mundo; por los cristianos
perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por
nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las
enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el
hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo;
por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por
la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación
de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones
sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración para que la Virgen de
Guadalupe acompañe en todo momento el viaje apostólico del Papa Francisco por
México.
Pedimos oración por Rosa R., 29 años, afectada
de asma bronquial con crisis graves de broncoespasmo; y por Juan Pablo J. C.,
con problemas de ligamentos de rodillas que será intervenido la próxima semana.
Que el Señor permita que los problemas de salud de estas personas encuentren
pronta solución.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos
de Dios
Febrero 13
Puede ser
provechoso para los padres conocer el decálogo del buen padre, expresado en
estos mandamientos:
1. Amarás
a tu hijo con todo tu corazón, alma y fuerzas, pero sabiamente con tu cerebro.
2. Verás
en tu hijo una persona, y no un objeto de tu pertenencia.
3. No le
exigirás amor y respeto, sino que tratarás de ganártelo.
4. Cada
vez que sus actos te hagan perder la paciencia, traerás a la memoria los tuyos,
cuando tenías su edad.
5.
Recuerda que tu ejemplo sea más elocuente que el mejor de tus sermones.
6. Piensa
que tu hijo ve en ti un ser superior; no lo desilusiones.
7. Serás
en el camino de su vida una señal que le impedirá tomar rumbos equivocados, de
los cuales difícilmente se vuelve.
8. Le enseñarás
a admirar la belleza, a practicar el bien y a amar la verdad.
9.
Brindarás atención a sus problemas cuando él considere que puedes ayudar a
solucionarlos
10. Le
enseñarás con tu palabra y con tu ejemplo a amar a Dios sobre todas las cosas.
“Padres, no irriten a sus hijos, sino edúquenlos
corrigiéndolos y aconsejándolos según el espíritu del Señor” (Ef 6.4)
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el más
pequeñito de todos-
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