PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año 10 - Número 2824
~ Martes 20 de Octubre de 2015
Desde la ciudad de
Córdoba (Argentina)
Alabado
sea Jesucristo…
El mensaje de Jesús es de plena
actualidad. Dice bien claro que entre sus seguidores y seguidoras no debe
valorarse la prepotencia, las influencias,
el prestigio social, la cuenta corriente... La profunda inversión de
valores es punto central en el mensaje de Jesús.
La vanidad, el ansia de poder, el
egoísmo, la envidia, la ambición, divide y crea tensión y enfrentamiento en la
convivencia. Se comprueba fácilmente en las relaciones personales y sociales,
en los ambientes civiles y religiosos. Es la lucha, siempre actual, entre la generosidad y la vanidad, la
sabiduría y la ignorancia, el valor y la cobardía, el servicio y el poder.
Jesús nos dice, con palabras y con su
ejemplo, que en su comunidad nadie debe acaparar el poder, nadie debe creer que puede decir a
los demás cómo hay que pensar y cómo se debe actuar. El camino que Jesús
propone se resume en una palabra: servicio.
Es la revolución de Jesús. No se limita
a proponer un programa utópico o una
hermosa teoría. Confirma sus palabras con su vida. El servicio altruista y
generoso es la fuente de la verdadera alegría y un lenguaje que todo el mundo
entiende.
Toda la vida de Jesús fue entrega y
servicio. Entregó, día a día, su fuerza, su confianza, su alegría, su tiempo,
su coherencia, su solidaridad, su valentía, su esperanza, su amor. Su muerte
fue la consecuencia de su vida. Vivir como vivió él salva, libera, es fuente de
auténtica alegría.
Somos invitados y llamados a salvar,
liberar y alegrar al mundo. Según el evangelio, dar la vida, día a día, es lo
que enriquece, ayuda a vivir plenamente
a uno mismo y a los demás, libera y salva. Como hace Jesús.
A. Gutiérrez
¡Buenos días!
Si piensas que…
Tu
vida es el resultado de tus pensamientos habituales. Sí, si tienes pensamientos
felices, serás feliz. Si tienes pensamientos desdichados, serás desdichado. Si
tienes pensamientos temerosos, tendrás miedo. Si piensas en el fracaso,
seguramente fracasarás. Según pienses en tu corazón, así serás.
Si piensas que estás cansado, lo estás. Si
piensas que no te atreves, no lo harás. Si piensas que te gustaría ganar pero
no puedes, no lo lograrás. Si piensas que perderás, ya has perdido. Porque en
la vida encontrarás que el éxito comienza por la voluntad del hombre. Todo está
en la actitud mental. Porque muchas carreras se han perdido antes de haberse
corrido. Y muchos cobardes han fracasado antes de haber empezado su trabajo.
Piensa en grande y tus hechos crecerán. Piensa en pequeño y te quedarás atrás.
Piensa que puedes y podrás. Todo está en
la disposición interior. Tienes que pensar bien para elevarte. Tienes
que estar seguro de ti mismo antes de intentar ganar un premio. La batalla de
la vida no siempre la gana el hombre más fuerte o el más ligero. Porque tarde o
temprano, el hombre que gana es aquel que cree poder hacerlo.
Según
pienses y sientas en tu corazón, así serás y así te irá en la vida. Sabiduría
tuya será elegir los pensamientos habituales que estarán en la base de tus
decisiones y conductas. También debes ser prudente para que no se instalen en
tu mente ideas negativas que erosionen tus aspiraciones profundas.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de
Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus
discípulos: «Estén ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas, y sed como
hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto
llegue y llame, al instante le abran. Dichosos los siervos, que el señor al
venir encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la
mesa y, yendo de uno a otro, les servirá. Que venga en la segunda vigilia o en
la tercera, si los encuentra así, ¡dichosos de ellos!». (Lc
12,35-38)
Comentario
Hoy es preciso fijarse en estas palabras
de Jesús: «Sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para
que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran» (Lc 12,36). ¡Qué alegría
descubrir que, aunque sea pecador y pequeño, yo mismo abriré la puerta al Señor
cuando venga! Sí, en el momento de la muerte seré yo quien abra la puerta o la
cierre, nadie podrá hacerlo por mí. «Persuadámonos de que Dios nos pedirá
cuentas no sólo de nuestras acciones y palabras, sino también de cómo hayamos
usado el tiempo» (San Gregorio Nacianceno).
Estar en la puerta y con los ojos
abiertos es un planteamiento clave y a mi alcance. No puedo distraerme. Estar
distraído es olvidar el objetivo, querer ir al cielo, pero sin una voluntad
operativa; es hacer pompas de jabón, sin un deseo comprometido y evaluable.
Tener puesto el delantal significa estar en la cocina, preparado hasta el
último detalle. Mi padre, que era agricultor, decía que no se puede sembrar si
la tierra está "enfadada"; para hacer una buena siembra hay que
pasearse por el campo y tocar las semillas con atención.
El cristiano no es un náufrago sin
brújula, sino que sabe de dónde viene, a dónde va y cómo llegar; conoce el
objetivo, los medios para ir y las dificultades. Tenerlo en cuenta nos ayudará
a vigilar y a abrir la puerta cuando el Señor nos avise. La exhortación a la
vigilancia y a la responsabilidad se repite con frecuencia en la predicación de
Jesús por dos razones obvias: porque Jesús nos ama y nos “vela”; el que ama no
se duerme. Y, porque el enemigo, el diablo, no para de tentarnos. El
pensamiento del cielo y del infierno no podrá distraernos nunca de las
obligaciones de la vida presente, pero es un pensamiento saludable y encarnado,
y merece la felicitación del Señor: «Que venga en la segunda vigilia o en la
tercera, si los encuentra así, ¡dichosos de ellos!» (Lc 12,38). Jesús, ayúdame
a vivir atento y vigilante cada día, amándote siempre.
Rev. D. Miquel VENQUE i To (Barcelona, España)
Santoral Católico:
Santa Irene de
Tancor
Virgen y Mártir
Irene era una joven noble de Nebancia,
Portugal. Era tan bella como piadosa y un joven se prendó de ella al verla en
la iglesia. La pidió en matrimonio y fue rechazado, explicándole Irene que
había hecho voto de virginidad y que se si seguía siendo buen cristiano, se
verían en el paraíso. El joven lo aceptó, pero poco tiempo después, un maestro
de Irene que intentó seducirla y fue arrojado de su casa, para vengarse, corrió
a contar al joven que Irene pronto sería madre. Este, loco de rabia, la mató al
salir de la iglesia y arrojó su cuerpo al río. La encontraron en la orilla del
río Tajo, frente a la villa de Scalabis que desde entonces se llama Santarem
(Santa Iria o Irene). Esta santa es muy querida en Portugal y en España.
Palabras del Papa
Francisco
"Oremos, pues, para que el
Sínodo...sepa reorientar la experiencia conyugal y familiar hacia una imagen
plena del hombre; que sepa reconocer, valorizar y proponer todo lo bello, bueno
y santo que hay en ella; abrazar las situaciones de vulnerabilidad que la ponen
a prueba: la pobreza, la guerra, la enfermedad, el luto, las relaciones
laceradas y deshilachadas de las que brotan dificultades, resentimientos y
rupturas; que recuerde a estas familias, y a todas las familias, que el
Evangelio sigue siendo la «buena noticia» desde la que se puede comenzar de
nuevo..."
Tema del día:
Las historias de
las misiones
—Hay bastantes movimientos críticos
contra el modo en que se desarrollaron las misiones. Parece que la Iglesia
lleva con esto un lastre importante.
Pienso que ha habido con esto muchos
juicios sumarios y apresurados que no responden a la verdad de la historia. No pretendo
disculpar los fallos, grandes o pequeños, que seguro que habrá habido a lo
largo de todos estos siglos de trabajo en las misiones de tantísimas personas
en tantísimos lugares del mundo. Pero hay cada vez más estudios históricos
serios sobre este tema, y las nuevas investigaciones dejan al descubierto que
la fe, y la propia Iglesia, realizaron una gran tarea de servicio y de
protección de las personas y de la cultura frente al impulso de aplastamiento
que muchas veces tuvieron los conquistadores o las potencias coloniales.
En el caso concreto de América Latina,
el papa Pablo III y sus sucesores intercedieron con firmeza a favor de los
derechos de los indígenas, y dictaron disposiciones jurídicas bien claras. La
Corona española también promulgó leyes que protegían los derechos de los
nativos, y fue en aquel siglo de oro español cuando los teólogos y canonistas
católicos dieron origen a la idea de los derechos humanos. Todo aquello
constituyó un auténtico valladar contra el exterminio de las poblaciones
indígenas, tristemente habitual en otro tipo de colonizaciones.
Esa ingente actividad misionera se
transformó en un gran movimiento defensor de la dignidad y los derechos del
hombre. Y si los indígenas acogieron enseguida el cristianismo fue en gran parte
porque comprendieron su enorme fuerza protectora y su valor liberador
(liberador también del culto que muchos de ellos habían tenido hasta entonces).
Los obispos, sacerdotes y misioneros se convirtieron en los principales
defensores con que podían contar los débiles y los oprimidos. Y de modo
semejante a como había sucedido en la Edad Media en la vieja Europa, actuaron
también como educadores, como fundadores de universidades, como desbrozadores
de terrenos baldíos, como estudiosos de aquellas culturas indígenas, como
promotores de formas de vida que no concluyeran con el exterminio de una raza
por otra, sino con el mestizaje. Si las etnias y las culturas indígenas no
desaparecieron fue debido a esa fecunda labor que hizo prevalecer los
principios cristianos sobre la codicia de los conquistadores.
Alfonso Aguiló
Biblioteca de
archivos
Recuerda que en la página (blog) de
"Pequeñas Semillitas" y también en "Juan Pablo II
inolvidable", en la columna lateral derecha, hay un enlace con la misma
imagen que ves arriba de este escrito, desde donde se ingresa a la Biblioteca
de archivos. Allí se van agregando algunos de los powerpoint que se comparten
con los suscriptores de "Pequeñas Semillitas" y también archivos de
texto en formato PDF; todo lo cual puede ser visto online o bien puede
descargarse a la computadora del usuario.
Entre los archivos de texto (pdf) están
en forma completa los documentos papales: "Lumen Fidei", "Evangelii
Gaudium", "Misericordiae
Vultus" y "Laudato Si".
También está el Diario de Santa Faustina y hay enlaces para ver películas con
la vida de grandes santos de la Iglesia.
Biblioteca de archivos:
http://pequesemillitas.wix.com/bibliotecadearchivos
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia
Católica; por el Papa Francisco, por
el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por
la Paz en el mundo; por los cristianos
perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por
nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las
enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el
hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los inmigrantes del Mediterráneo;
por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por
la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación
de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones
sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Unidos a María
María
es el Consuelo de los afligidos, ¿y quién en este mundo no tiene alguna
aflicción? Por lo tanto tenemos necesidad de María, de su consuelo oportuno,
porque el demonio nos probará duramente y derramaremos lágrimas en abundancia.
Cuando
más bueno es uno, tanto más sufre por las injusticias, las separaciones, los
males de todo tipo; y cuando nos vamos haciendo mejores y más sensibles, tanto
más sufriremos al ver el mal en el mundo.
Es por
eso que necesitamos un consuelo a la medida de nuestro inmenso dolor. Y este consuelo
es María Santísima, que fue creada por Dios con un Corazón tan compasivo que
supo consolar al mismo Hijo de Dios, que también era su Hijo. Y si María supo
consolar a Dios, entonces ¡cuánto más nos consolará a nosotros, pobres
mortales!, ya que nuestros dolores y tribulaciones no tienen comparación con
los dolores y tribulaciones que padeció Jesucristo.
Somos
niños y necesitamos el consuelo de nuestra Madre amorosa. No tardemos en
refugiarnos en su regazo bendito.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito
de todos-
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