PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 9 - Número 2502 ~ Sábado 25
de Octubre de 2014
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Dios es Amor. Y el
hombre también es amor, porque está hecho a Su imagen y semejanza. Hemos sido creados para amar. Y por eso debemos amar a los otros como a
nosotros mismos, entregarnos totalmente al amor y permitir que su corriente
corra a través de nosotros, ser transmisores del amor.
El amor de Dios nos rodea por todas partes. Su amor es el agua que bebemos y el aire que
respiramos y la luz que miramos. Todos
los fenómenos naturales no son sino diversas formas materiales del amor de
Dios. Nos movemos dentro de su amor como
el pez en el agua. Y estamos tan cerca
de Él, tan embebidos en su amor y en sus dones que no nos damos cuenta de
ello. Los hombres caminan en las calles
aprisa y llenos de preocupaciones, sin detenerse un momento para pensar en Él y
para sentir que en Él nos movemos.
Cuando miras la vastedad del universo en una noche
estrellada, nuestra galaxia con trescientos mil millones de estrellas, no debes
sentir tu pequeñez y tu insignificancia, sino tu grandeza. El espíritu del hombre es mucho más grande
que esos universos porque puede mirarlos y comprenderlos y es consciente de
ellos, mientras que esos mundos no pueden comprender al hombre. Y cuando el enamorado dice que los ojos de su
amada brillan más que las estrellas, no está exagerando, porque en esos ojos
amados se vislumbra la luz de la inteligencia y del amor.
Ernesto Cardenal
¡Buenos días!
Una palabra cualquiera
La crítica, el
desprecio y los insultos pueden lastimar el amor propio o dañar la autoestima
de las personas. He aquí algunas palabras que ayudan la convivencia: “¡Muy buen
trabajo!”; “Déjame ayudarte”; “Cometí un error, perdóname”; “¡Felicitaciones!”;
“Estamos orgullosos de ti”; “Gracias”. “Te quiero”; “Admiro tu capacidad”; “Tú
puedes hacerlo muy bien”.
Una palabra cualquiera, puede ocasionar una
discordia. Una palabra cruel, puede destruir una vida. Una palabra amarga,
puede crear odio. Una palabra brutal, puede golpear y matar. Una palabra
amable, puede suavizar el camino. Una palabra a tiempo, puede ahorrar un
esfuerzo. Una palabra alegre, puede iluminar el día. Una palabra con amor y
cariño, puede curar y bendecir.
San Pablo
recomendaba a los cristianos de Éfeso: “No profieran palabras inconvenientes;
al contrario, que sus palabras sean siempre buenas, para que resulten
edificantes cuando sea necesario y hagan bien a aquellos que las escuchan”.
Palabras edificantes son las que construyen la paz, la alegría y la unión de
los corazones. El Señor te bendiga.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, llegaron algunos que le contaron lo de
los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de sus sacrificios. Les
respondió Jesús: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que todos los
demás galileos, porque han padecido estas cosas? No, os lo aseguro; y si no os
convertís, todos pereceréis del mismo modo. O aquellos dieciocho sobre los que
se desplomó la torre de Siloé matándolos, ¿pensáis que eran más culpables que
los demás hombres que habitaban en Jerusalén? No, os lo aseguro; y si no os
convertís, todos pereceréis del mismo modo».
Les dijo esta parábola: «Un hombre tenía plantada una
higuera en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo encontró. Dijo
entonces al viñador: ‘Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta
higuera, y no lo encuentro; córtala; ¿para qué va a cansar la tierra?’. Pero él
le respondió: ‘Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su
alrededor y echaré abono, por si da fruto en adelante; y si no da, la cortas’».
(Lc
13,1-9)
Comentario
Hoy, las palabras de Jesús nos invitan a meditar sobre el
inconveniente de la hipocresía: «Un hombre tenía plantada una higuera en su
viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo encontró» (Lc 13,6). El hipócrita
aparenta ser lo que no es. Esta mentira llega a su cima al fingir virtud
(aspecto moral) siendo vicioso, o devoción (aspecto religioso) al buscarse uno
mismo y sus propios intereses y no a Dios. La hipocresía moral abunda en el
mundo, la religiosa perjudica a la Iglesia.
Las invectivas de Jesús contra los escribas y fariseos
—más claras y directas en otros pasajes evangélicos— son terribles. No podemos
leer o escuchar lo que acabamos de leer o escuchar sin que estas palabras nos
lleguen al fondo del corazón, si realmente las hemos escuchado y entendido.
Lo diré en plural personal, ya que todos experimentamos
la distancia entre lo que aparentamos ser y lo que somos de veras. Lo somos los
políticos cuando nos aprovechamos del país proclamando que estamos a su
servicio; los cuerpos de seguridad cuando protegemos a grupos corruptos en
nombre del orden público; el personal sanitario cuando suprimimos vidas
incipientes o terminales en nombre de la medicina; los medios de comunicación
social cuando falseamos las noticias y pervertimos al personal diciendo que lo
estamos divirtiendo; los administradores de los fondos públicos cuando
desviamos una parte de ellos hacia nuestros bolsillos (individuales o de
partido) y alardeamos de honestidad pública; los laicistas cuando impedimos la
dimensión pública de la religión en nombre de la libertad de conciencia; los
religiosos cuando vivimos de nuestras instituciones con infidelidad al espíritu
y a las exigencias de los fundadores; los sacerdotes cuando vivimos del altar
pero no servimos abnegadamente a nuestros feligreses con espíritu evangélico;
etc.
¡Ah!: y tú y yo también, en la medida en que nuestra
conciencia nos dice lo que tenemos que hacer y dejamos de hacerlo para
dedicarnos únicamente a ver la paja en el ojo ajeno sin querer darnos cuenta
siquiera de la viga que ciega el nuestro. ¿O no?
—Jesús, Salvador del mundo, ¡sálvanos de nuestras
pequeñas, medianas y grandes hipocresías!
+ Rev. D. Antoni ORIOL i Tataret (Vic, Barcelona,
España)
Santoral Católico:
Los Santos Macabeos
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: EWTN
La frase de hoy
“La dignidad humana requiere, que el hombre actúe según
su conciencia y libre elección, es decir, movido e inducido por convicción
interna personal y no bajo la presión de un ciego impulso interior o de la mera
coacción externa. El hombre logra esta dignidad cuando, liberado totalmente de
la cautividad de las pasiones, tiende a su fin con la libre elección del bien y
se procura medios adecuados para ello con eficacia y esfuerzos crecientes” Gaudium et Spes, 17
Tema del día:
Muerte de la escritura
manuscrita
¿Cuánto hace que no experimentamos el placer de recibir
una carta manuscrita en letra cursiva? La caligrafía es una habilidad humana en
rápida extinción, porque ya casi no se enseña en las escuelas.
En Inglaterra se vuelve a usar la estilográfica para que
los estudiantes aprendan la grafía. En Francia también se considera que no se
debe prescindir de esa habilidad, pero allí el problema reside en que ya no la
dominan ni los maestros.
Aunque el mundo adulto no está aún preparado para recibir
las nuevas inteligencias de los niños producto de la tecnología, la pérdida de
la habilidad de la escritura cursiva explica trastornos del aprendizaje que
advierten los maestros e inciden en el desempeño escolar.
En la escritura cursiva, el hecho de que las letras estén
unidas una a la otra por trazos permite que el pensamiento fluya con armonía de
la mente a la hoja de papel. Al ligar las letras con la línea, quien escribe
vincula los pensamientos traduciéndolos en palabras.
Por su parte, el escribir en letra de imprenta implica
escindir lo que se piensa en letras, desguazarlo, anular el tiempo de la frase,
interrumpir su ritmo y su respiración.
Si bien ya resulta claro que las computadoras son un
apéndice de nuestro ser, hay que advertir que favorecen un pensamiento binario,
mientras que la escritura a mano es rica, diversa, individual, y nos diferencia
a unos de otros.
Habría que educar a los niños desde la infancia en
comprender que la escritura responde a su voz interior y representa un
ejercicio irrenunciable. Los sistemas de escritura deberían convivir,
precisamente por esa calidad que tiene la grafía de ser un lenguaje del alma
que hace únicas a las personas. Su abandono convierte al mensaje en frío, casi
descarnado, en oposición a la escritura cursiva, que es vehículo y fuente de
emociones al revelar la personalidad, el estado de ánimo.
Posiblemente sea esto lo que los jóvenes temen, y optan
por esconderse en la homogeneización que posibilita el recurrir a la letra de
imprenta. Porque, como lo destaca Umberto Eco, que interviene activamente en
este debate, la escritura cursiva exige componer la frase mentalmente antes de
escribirla, requisito que la computadora no sugiere. En todo caso, la
resistencia que ofrecen la pluma y el papel impone una lentitud reflexiva.
Como en tantos otros aspectos de la sociedad actual,
surge aquí la centralidad del tiempo. Un artículo reciente en la revista Time,
titulado “Duelo por la muerte de la escritura a mano”, señala que es ése un
arte perdido, ya que, aunque los chicos lo aprenden con placer porque lo
consideran un rito de pasaje, nuestro objetivo es expresar el pensamiento lo
más rápidamente posible. Hemos abandonado la belleza por la velocidad, la
artesanía por la eficiencia.
La escritura cursiva parece condenada a seguir el camino
del latín: dentro de un tiempo, no la podremos leer. Abriendo una tímida
ventana a la individualidad, aún firmamos a mano. Por poco tiempo...
Guillermo Jaim Etcheverry
Oración por la Patria
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación, una nación cuya identidad
sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien
común.
Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios
para amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos
ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor,
cercanos a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina!
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón
de María; por la conversión de todos los
pueblos; por la Paz en el mundo; por nuestros hermanos sufrientes por diversos
motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto,
la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la
fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este
sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por
las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por Jorge
Augusto C. H., de Colombia, que inicia un viaje, para que el Señor lo
acompañe y le permita descansar y disfrutar de este tiempo.
Pedimos oración para Silvia,
de la provincia de Entre Ríos, Argentina, que está realizando trámites de
adopción y responder así al maravilloso llamado de cobijar en su vida a un
niño/a y transformarse al mismo tiempo en una gran mamá. Que el Espíritu Santo
determine y bendiga a todos ellos.
Pedimos oración por un niño de 5 años de edad, llamado Juanes O., que vive en Bogotá, Colombia
y le han diagnosticado leucemia, con la comprensible preocupación y angustia
que está viviendo toda su familia. Rogamos al Divino Niño Jesús que haga su
obra de amor en este pequeño, con la intercesión de Nuestra Señora de la
Esperanza.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Un estímulo todos los días
Octubre 25
A veces vivimos en la superficie. Por ejemplo, cuando nos
dejamos llevar por los rencores, cuando tratamos de hacer quedar mal a una
persona que no nos cae bien, cuando nos preocupamos por mostrar las cosas que
hacemos bien para que hablen bien de nosotros, cuando queremos ganar una
discusión para humillar a otro y sentirnos más importantes. En esas ocasiones
se revela nuestra miseria más profunda.
Pero otras veces nos elevamos por encima del universo y
penetramos en el mismo cielo. Por ejemplo, cuando en lugar de alimentar el
rencor decidimos comprender la debilidad ajena y optamos por el perdón. Cuando
en lugar de arrastrarnos como animales buscando placer nos dedicamos a buscar
la felicidad de los que sufren. Cuando dejamos de cuidar nuestra imagen y
elegimos la humildad.
Allí está tu elección: pedirle a Dios que te eleve por
encima del universo, o hundirte en lo más profundo del barro.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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