PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 9 - Número 2494 ~ Viernes
17 de Octubre de 2014
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Decía San Francisco de Sales, que se atrapan más
moscas con una gota de miel que con un barril de vinagre, dando a entender con
ello que las almas se sienten más tocadas por alguien que va a ellas con
dulzura, que no por quien va a ellas amenazadoramente o con dureza. Tenemos que
aprender a cultivar la dulzura, y para ello tenemos que empezar por casa, por
nuestra familia y parientes, que es a veces con quienes más nos cuesta.
Cuando tratemos con delicadeza a nuestros familiares,
entonces estaremos preparados para salir a evangelizar.
Pero nosotros muchas veces queremos arreglar todo a los
gritos, y si bien algunas almas aceptan esto, la mayoría huyen y se desaniman
en el camino del bien.
Por eso la dulzura es tan necesaria en todo apóstol, y en
quien tenga que hacer las veces de padre, material o espiritual, pues es mejor
tener como defecto la mucha dulzura, antes que el ser intransigentes.
Si pecamos por ser dulces, Dios no será tan severo con
nosotros en el Juicio. Pero si pecamos por ser duros de corazón y de carácter
áspero, seremos tratados por Dios como nosotros hemos tratado a los demás.
Así que una gran virtud del apóstol debe ser la dulzura,
usando dureza sólo para sí mismo, pero para los demás debe tener sólo bondad y
comprensión.
Sitio Santísima Virgen
¡Buenos días!
Aunque no seas artista
“Descarguen en el
Señor todas sus inquietudes, ya que él se ocupa de ustedes”. Si lees y meditas
la Biblia, encontrarás esta exhortación y otras semejantes. Te ayudarán a
fortalecer tu confianza en Dios que te ofrece refugio “a la sombra de sus alas
mientras vienen calamidades” de cualquier clase y magnitud. “No temas, contigo
estoy. Yo te amo”, te asegura Dios.
Aunque no escribas libros, eres el escritor
de tu propia vida… Aunque no seas Miguel Ángel, puedes hacer de tu vida una
obra maestra… Aunque no entiendas de cine, ni de cámaras, tu existencia puede
transformarse en un film primoroso... con Dios de productor. Aunque no
entiendas de música, tu vida puede ser una magnífica sinfonía que los clásicos
respetarían... Aunque no hayas estudiado en una escuela de comunicaciones, tu
vida puede transformarse en un reportaje modelo... Todo, todo... depende de tu
confianza en Dios, y de tu empeño en ser digno hijo suyo.
Confiar en Dios,
es depositar toda nuestra fe en él. Dejarle el cuidado de tus cosas. Permitirle
disponer de tu futuro, porque sabes que te ama más que tú mismo. Reposar en él
“como un niño en brazos de su madre” (salmo 131). Y confiar sobre todo en las
pruebas, cuando las cosas resultan incomprensibles.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, habiéndose reunido miles y miles de
personas, hasta pisarse unos a otros, Jesús se puso a decir primeramente a sus
discípulos: «Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.
Nada hay encubierto que no haya de ser descubierto ni oculto que no haya de
saberse. Porque cuanto dijisteis en la oscuridad, será oído a la luz, y lo que
hablasteis al oído en las habitaciones privadas, será proclamado desde los
terrados. Os digo a vosotros, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo,
y después de esto no pueden hacer más. Os mostraré a quién debéis temer: temed
a aquel que, después de matar, tiene poder para arrojar a la gehenna; sí, os
repito: temed a ése. ¿No se venden cinco pajarillos por dos ases? Pues bien, ni
uno de ellos está olvidado ante Dios. Hasta los cabellos de vuestra cabeza
están todos contados. No temáis; valéis más que muchos pajarillos». (Lc 12,1-7)
Comentario
Hoy, el Señor nos invita a reflexionar sobre un tipo de
mala levadura que no fermenta el pan, sino solamente lo engrandece en
apariencia, dejándolo crudo e incapaz de nutrir: «Guardaos de la levadura de
los fariseos» (Lc 12,1). Se llama hipocresía y es solamente apariencia de bien,
máscara hecha con trapos multicolores y llamativos, pero que esconden vicios y
deformidades morales, infecciones del espíritu y microbios que ensucian el
pensamiento y, en consecuencia, la propia existencia.
Por eso, Jesús advierte de tener cuidado con esos
usurpadores que, al predicar con los malos ejemplos y con el brillo de palabras
mentirosas, intentan sembrar alrededor la infección. Recuerdo que un periodista
—brillante por su estilo y profesor de filosofía— quiso afrontar el tema de la
postura de la Iglesia católica frente a la cuestión del pretendido “matrimonio”
entre homosexuales. Y con paso alegre y una sarta de sofismas grandes como
elefantes, intentó contradecir las sanas razones que el Magisterio expuso en
uno de sus recientes documentos. He aquí un fariseo de nuestros días que,
después de haberse declarado bautizado y creyente, se aleja con desenvoltura
del pensamiento de la Iglesia y del espíritu del Cristo, pretendiendo pasar por
maestro, acompañante y guía de los fieles.
Pasando a otro tema, el Maestro recomienda distinguir
entre temor y temor: «No temáis a los que matan el cuerpo, y después de esto no
pueden hacer más» (Lc 12,4), que serían los perseguidores de la idea cristiana,
que matan a decenas a los fieles en tiempo de “caza al hombre” o de vez en
cuando a testigos singulares de Jesucristo.
Miedo absolutamente diverso y motivado es el de poder
perder el cuerpo y el alma, y esto está en las manos del Juez divino; no que el
alma muera (sería una suerte para el pecador), sino que guste una amargura que
se la puede llamar “mortal” en el sentido de absoluta e interminable. «Si
eliges vivir bien aquí, no serás enviado a las penas eternas. Dado que aquí no
puedes elegir el no morir, mientras vives elige el no morir eternamente» (San
Agustín).
P. Raimondo M. SORGIA Mannai OP (San Domenico di Fiesole,
Florencia, Italia)
Santoral Católico:
San Ignacio de Antioquía
Obispo y Mártir
Memoria de san Ignacio, obispo y mártir, discípulo del
apóstol san Juan y segundo sucesor de san Pedro en la sede de Antioquía, que en
tiempo del emperador Trajano fue condenado al suplicio de las fieras y
trasladado a Roma, donde consumó su glorioso martirio. Durante el viaje,
mientras experimentaba la ferocidad de sus centinelas, semejante a la de los
leopardos, escribió siete cartas dirigidas a diversas Iglesias, en las cuales
exhortaba a los hermanos a servir a Dios unidos con el propio obispo, y a que
no le impidiesen poder ser inmolado como víctima por Cristo. ( c.107)
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net
La frase de hoy
“No existen los imposible... sólo existen los
imposibilitados.
Los que no perseveran y se dan por vencidos
ante el primer tropiezo o desacierto.
La perseverancia, la confianza en ti mismo y la
disciplina
es lo que te permitirá alcanzar tus metas”
Tema del día:
Vidas de fe... las tres
Teresas
En este mes de octubre las recordamos porque siempre
estarán presentes, como seres humanos ejemplares de vidas de fe.
Ya no están. Estuvieron en el concierto de la Humanidad,
les tocó estar en diferentes épocas, en diferentes siglos. Ya no están, pero
permanecen.
Permanecen entre nosotros por la huella que dejaron,
porque sus vidas fueron transcendentales y la luz de sus almas de trayectoria
inconmensurable y pura, no se podrá apagar jamás.
El nombre de Teresa
fue el de las tres.
La primera, Teresa de Ávila, España, en marzo de 1515
siglo XVI.
La segunda Teresa nació en Alencón, Francia, en enero de
1873 y a los 16 años entra de novicia en el Convento de las Carmelita de
Lisieux y toda la aventura y recorrido de su vida la tenemos hace ya dos
siglos.
La tercera Teresa nace en Skopje, hoy Macedonia, en
agosto de 1910. Su primer nombre, Agnes Gonxha Bojaxha , que luego , al entrar
a los 18 años al Convento, cambia por el de Teresa.
El nombre de Teresa tiene magia para ella pues si grande
y admirable fue Teresa de Ávila, no menos fue Teresa de Lesieux, que sin salir
del Convento es proclamada Patrona de las Misiones por su celo y ardiente afán,
en su vida consagrada a orar por las misiones y misioneros en lejanas tierras.
Una fue Teresa de
Jesús, otra Teresita del Niño Jesús
y la tercera, Madre Teresa de Calcuta.
Las tres siguieron los pasos del Maestro amado. Las tres vivieron enamoradas y
rendidas a ese apasionamiento por Jesús.
A la primera se le atribuye un diálogo, hermoso y muy
conocido, con Cristo. Le pregunta Jesús: -"Tú, ¿quién eres? Ella responde
: -"Yo, Teresa de Jesús.. ¿y tú? Responde Él: -"Yo, Jesús de
Teresa".
Teresa de Ávila tuvo una vida activa, profundamente
humana y espiritual. Teresita del Niño Jesús tuvo una vida breve, dulce,
angelical y de salud muy quebrantada. La Madre Teresa de Calcuta tuvo una vida larga, entregada
y plena de generosidad, pero con la misma tónica de cumplimiento: la heroicidad
de sus virtudes, de su fe y de su amor.
Teresa de Jesús, fuerte y tenaz, libro de texto del
espíritu, fruto de experiencia e iluminación con estilo clásico y genial. Teresita, luz de un alma enamorada, miniatura primorosa
quebrada por mortal enfermedad y grandes sufrimientos físicos. Espíritu lírico,
y llena de gracia. Madre Teresa, alma gigante en envoltura pequeña, plena
de amor y donación total de si misma.
Ellas son encarnaciones magníficas de espiritualidad que
las hacen "imán del mundo". Ascetismo dictatorial hasta llegar a la
nada en lo humano para que el alma tenga capacidad para todo lo divino.
Santas las tres Teresas... pero de carne y hueso. No son
ángeles ni seres venidos de alguna otra dimensión. Nacieron en familias como
las nuestras, con padres y hermanos como pueden ser los de cualquier hogar,
quizá no tan cualquiera, pues en sus hogares aprendieron a orar y a amar a
Dios. Ahí puede radicar la diferencia. En eso puede descubrirse el secreto de
sus vidas: la oración.
La oración las llevó a una relación con Dios poco común.
Fueron fieles a los designios del Señor. Abrieron las puertas del alma para
dejar entrar al bien amado.
La oración fue su escudo, su fuerza, su refugio, su lanza
para luchar contra muchas y diferentes tentaciones y sufrimientos. Fue la
fuente para dar de beber al sediento, el valor para tener los pies cansados y
polvorientos y el alma en las alturas, para acariciar las carnes enfermas de
los moribundos, para hacer de la enfermedad y de los dolores un incienso
perfumado en alabanza a Dios. La oración las colocó en "contacto
directo" con Jesucristo y con la Santísima Virgen y fue el
"ancla" más poderosa y mejor en sus vidas de fe.
¿Qué nos pasa a nosotros que no oramos?
Las tres Teresas nos están dando la clave y el grandioso
ejemplo de sus vidas. Ellas se fueron pero están presentes y nos dejaron el testimonio
de todo lo maravilloso y fascinante que puede ser un alma humana.
En este mes de octubre las recordamos porque siempre
estarán presentes, como seres humanos ejemplares de vidas de fe y almas
inmensamente grandes.
Autor: María Esther de Ariño / Fuente: Catholic.net /
Imagen: Google
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón
de María; por la conversión de todos los
pueblos; por la Paz en el mundo; por nuestros hermanos sufrientes por diversos
motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto,
la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la
fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este
sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por
las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por el matrimonio de Gustavo y Carla, que esperan un bebé que ya tiene 6 meses de
gestación y viene con mal pronóstico y con muy bajo peso. Que la Santísima
Virgen proteja ese embarazo y permita que llegue a feliz término.
Pedimos oración para Pilar
D. V., internada en Bogotá, Colombia, con cáncer de huesos en situación
grave y con un estado anímico muy decaído, sin ganas de seguir luchando.
Rogamos al Señor de los Milagros que ponga sus santas manos sanadoras sobre
Pilar y la haga conciente de la esperanza de vida y tome los bríos que le han
caracterizado siempre y no se deje morir. Que se haga la Santa Voluntad del
Señor.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Un estímulo todos los días
Octubre 17
“Señor, cuántas veces me aferro a las cosas que tengo, o
a las personas, a los afectos, al cariño de algunos. Por eso a veces tengo
miedo de perder lo que tengo. Me atormenta la obsesión cuando siento que puedo
perder algo que he conseguido.
También me lleno de celos cuando siento que un ser
querido presta atención a otras personas. A veces convierto en dioses a las
cosas y a las personas que quiero, les doy el centro de mi vida que sólo te
corresponde a ti.
Por eso me lleno de angustias y tristezas y muchas veces
me siento abandonado o insatisfecho. Dios mío, tú eres el importante. Tú el
infinito, que todo lo sostienes con tu gran poder. Si tú te apartaras de mí, o
me esfumaría como el vapor.
Creo en ti, espero en ti, te amo. Sólo tú mereces mi
adoración y sólo ante ti debo postrarme. Sólo tú eres el Señor, glorioso con
una hermosura que ni siquiera se puede imaginar. Por eso, Señor, no permitas
que yo adore cualquier cosa como si fuera un dios, porque ningún ser y nada de
este mundo vale tanto.
Enséñame a descubrir mi dignidad, porque soy
infinitamente amado por ti, para que no me arrastre detrás de cosas de este
mundo ni me convierta en un esclavo de posesiones y de afectos humanos. Alabado
seas, Señor. Amén.”
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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