lunes, 1 de febrero de 2010

Pequeñas Semillitas 0981

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0981 ~ Lunes 1º de Febrero de 2010
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Hola !!!
Iniciamos el segundo mes del año 2010 y vamos a abrir esta edición con un bello pensamiento del Obispo Helder Cámara:
"Si tienes mil razones para vivir, y has dejado de sentirte solo, si te despiertas con ganas de cantar y todo te habla, desde las piedras del camino a las estrellas del cielo, si oyes el viento y escuchas el silencio... ¡El amor camina contigo, es tu hermano!"


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron al otro lado del mar, a la región de los gerasenos. Apenas saltó de la barca, vino a su encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con espíritu inmundo que moraba en los sepulcros y a quien nadie podía ya tenerle atado ni siquiera con cadenas, pues muchas veces le habían atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía dominarle. Y siempre, noche y día, andaba entre los sepulcros y por los montes, dando gritos e hiriéndose con piedras. Al ver de lejos a Jesús, corrió y se postró ante Él y gritó con gran voz: «¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes». Es que Él le había dicho: «Espíritu inmundo, sal de este hombre». Y le preguntó: «¿Cuál es tu nombre?». Le contesta: «Mi nombre es Legión, porque somos muchos». Y le suplicaba con insistencia que no los echara fuera de la región.
Había allí una gran piara de puercos que pacían al pie del monte; y le suplicaron: «Envíanos a los puercos para que entremos en ellos». Y se lo permitió. Entonces los espíritus inmundos salieron y entraron en los puercos, y la piara -unos dos mil- se arrojó al mar de lo alto del precipicio y se fueron ahogando en el mar. Los porqueros huyeron y lo contaron por la ciudad y por las aldeas; y salió la gente a ver qué era lo que había ocurrido. Llegan donde Jesús y ven al endemoniado, al que había tenido la Legión, sentado, vestido y en su sano juicio, y se llenaron de temor. Los que lo habían visto les contaron lo ocurrido al endemoniado y lo de los puercos. Entonces comenzaron a rogarle que se alejara de su término.
Y al subir a la barca, el que había estado endemoniado le pedía estar con Él. Pero no se lo concedió, sino que le dijo: «Vete a tu casa, donde los tuyos, y cuéntales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido compasión de ti». Él se fue y empezó a proclamar por la Decápolis todo lo que Jesús había hecho con él, y todos quedaban maravillados.
(Marcos 5, 1-20)

Comentario
Hoy encontramos un fragmento del Evangelio que puede provocar la sonrisa a más de uno. Imaginarse unos dos mil puercos precipitándose monte abajo, no deja de ser una imagen un poco cómica. Pero la verdad es que a aquellos porqueros no les hizo ninguna gracia, se enfadaron mucho y le pidieron a Jesús que se marchara de su territorio.
La actitud de los porqueros, aunque humanamente podría parecer lógica, no deja de ser francamente recriminable: preferirían haber salvado sus cerdos antes que la curación del endemoniado. Es decir, antes los bienes materiales, que nos proporcionan dinero y bienestar, que la vida en dignidad de un hombre que no es de los “nuestros”. Porque el que estaba poseído por un espíritu maligno sólo era una persona que «siempre, noche y día, andaba entre los sepulcros y por los montes, dando gritos e hiriéndose con piedras» (Mc 5,5).
Nosotros tenemos muchas veces este peligro de aferrarnos a aquello que es nuestro, y desesperarnos cuando perdemos aquello que sólo es material. Así, por ejemplo, el campesino se desespera cuando pierde una cosecha incluso cuando la tiene asegurada, o el jugador de bolsa hace lo mismo cuando sus acciones pierden parte de su valor. En cambio, muy pocos se desesperan viendo el hambre o la precariedad de tantos seres humanos, algunos de los cuales viven a nuestro lado.
Jesús siempre puso por delante a las personas, incluso antes que las leyes y los poderosos de su tiempo. Pero nosotros, demasiadas veces, pensamos sólo en nosotros mismos y en aquello que creemos que nos procura felicidad, aunque el egoísmo nunca trae felicidad. Como diría el obispo brasileño Helder Cámara: «El egoísmo es la fuente más infalible de infelicidad para uno mismo y para los que le rodean».
Rev. D. Ramon Octavi SÁNCHEZ i Valero (Viladecans, Barcelona, España)


Santoral Católico
Santa Brígida de Irlanda


Nació en 451 y murió en 525. Era una monja, abadesa, y fundadora cristiana irlandesa de varios conventos.

Parece una contradicción, pero a pesar de su gran fama que la hace pasar por la santa más conocida de Irlanda y de estar unidos a su figura gran cantidad de elementos festivos y folclóricos se conocen muy pocos hechos históricos sobre su vida.

Pero de esta carencia de datos que impiden el diseño de un perfil biográfico completo; la religiosidad popular y el calor de las gentes por su santa ha suplido con creces la grandeza de su vida fiel al Evangelio y entregada a su vocación religiosa.

Son inagotables los relatos de bondades. Se habla de leprosos curados; la muda Doria comienza a hablar y termina sus días como religiosa en el convento; frustra asesinatos; da vista a ciegos y... como expresión del estilo de un pueblo ¡convierte el agua de su baño en cerveza para apagar la sed!

Los himnos, versos, poemas y canciones populares -con sencillez y regocijo- muestran el calor de un pueblo por su santa y dice con sus leyes lo que las de la crítica histórica ni pueden ni debe decir.


Pensamiento


"Los que tratamos de tomar la antorcha y seguir los pasos de Jesucristo, no debemos descansar hasta que los muros de la injusticia, la exclusión y la mentira caigan en nuestra preciosa tierra americana ancha y enajenada"
Helder Cámara


Tema del día:
¿Piensan los jóvenes?


La impresión prácticamente unánime de quienes convivimos a diario con jóvenes es que, en su mayor parte, han renunciado a pensar por su cuenta y riesgo. Por este motivo aspiro a que mis clases sean una invitación a pensar, aunque no siempre lo consiga. En este sentido, adopté hace algunos años como lema de mis cursos unas palabras de Ludwig Wittgenstein en el prólogo de sus "Philosophical Investigations" en las que afirmaba que «no querría con mi libro ahorrarles a otros el pensar, sino, si fuera posible, estimularles a tener pensamientos propios».

Con toda seguridad este es el permanente ideal de todos los que nos dedicamos a la enseñanza, al menos en los niveles superiores. Sin embargo, la experiencia habitual nos muestra que la mayor parte de los jóvenes no desea tener pensamientos propios, porque están persuadidos de que eso genera problemas. «Quien piensa se raya» —dicen en su jerga—, o al menos corre el peligro de rayarse y, por consiguiente, de distanciarse de los demás. Muchos recuerdan incluso que en las ocasiones en que se propusieron pensar experimentaron el sufrimiento o la soledad y están ahora escarmentados. No merece la pena pensar —vienen a decir— si requiere tanto esfuerzo, causa angustia y, a fin de cuentas, separa de los demás. Más vale vivir al día, divertirse lo que uno pueda y ya está.

En consonancia con esta actitud, el estilo de vida juvenil es notoriamente superficial y efímero; es enemigo de todo compromiso. Los jóvenes no quieren pensar porque el pensamiento —por ejemplo, sobre las graves injusticias que atraviesan nuestra cultura— exige siempre una respuesta personal, un compromiso que sólo en contadas ocasiones están dispuestos a asumir. No queda ya ni rastro de aquellos ingenuos ideales de la revolución sesentayochista de sus padres y de los mayores de cincuenta años. «Ni quiero una chaqueta para toda la vida —escribía una valiosa estudiante de Comunicación en su blog— ni quiero un mueble para toda la vida, ni nada para toda la vida. Ahora mismo decir toda la vida me parece decir demasiado. Si esto sólo me pasa a mí, el problema es mío. Pero si este es un sentimiento generalizado tenemos un nuevo problema en la sociedad que se refleja en cada una de nuestras acciones. No queremos compromiso con absolutamente nada. Consumimos relaciones de calada en calada, decimos «te quiero» demasiado rápido: la primera discusión y en seguida la relación ha terminado. Nos da miedo comprometernos, nos da miedo la responsabilidad de tener que cuidar a alguien de por vida, por no hablar de querer para toda la vida».

El temor al compromiso de toda una generación que se refugia en la superficialidad, me parece algo tremendamente peligroso. No puede menos que venir a la memoria el lúcido análisis de Hannah Arendt sobre el mal. En una carta de marzo de 1952 a su maestro Karl Jaspers escribía que «el mal radical tiene que ver de alguna manera con el hacer que los seres humanos sean superfluos en cuanto seres humanos». Esto sucede —explicaba Arendt— cuando queda eliminada toda espontaneidad, cuando los individuos concretos y su capacidad creativa de pensar resultan superfluos. Superficialidad y superfluidad —añado yo— vienen a ser en última instancia lo mismo: quienes desean vivir sólo superficialmente acaban llevando una vida del todo superflua, una vida que está de más y que, por eso mismo, resulta a la larga nociva, insatisfactoria e inhumana.

De hecho, puede decirse sin cargar para nada las tintas que la mayoría de los universitarios de hoy en día se consideran realmente superfluos tanto en el ámbito intelectual como en un nivel más personal. No piensan que su papel trascienda mucho más allá de lograr unos grados académicos para perpetuar quizás el estatus social de sus progenitores. No les interesa la política, ni leen los periódicos salvo las crónicas deportivas, los anuncios de espectáculos y algunos cotilleos. Pensar es peligroso, dicen, y se conforman con divertirse. Comprometerse es arriesgado y se conforman en lo afectivo con las relaciones líquidas de las que con tanto éxito ha escrito Zygmunt Bauman.

Resulta muy peligroso —para cada uno y para la sociedad en general— que la gente joven en su conjunto haya renunciado puerilmente a pensar. El que toda una generación no tenga apenas interés alguno en las cuestiones centrales del bien común, de la justicia, de la paz social, es muy alarmante. No pensar es realmente peligroso, porque al final son las modas y las corrientes de opinión difundidas por los medios de comunicación las que acaban moldeando el estilo de vida de toda una generación hasta sus menores entresijos. Sabemos bien que si la libertad no se ejerce día a día, el camino del pensamiento acaba siendo invadido por la selva, la sinrazón de los poderosos y las tendencias dominantes en boga.

Pero, ¿qué puede hacerse? Los profesores sabemos bien que no puede obligarse a nadie a pensar, que nada ni nadie puede sustituir esa íntima actividad del espíritu humano que tiene tanto de aventura personal. Lo que sí podemos hacer siempre es empeñarnos en dar ejemplo, en estimular a nuestros alumnos —como aspiraba Wittgenstein— a tener pensamientos propios. Podremos hacerlo a menudo a través de nuestra escucha paciente y, en algunos casos, invitándoles a escribir. No se trata de malgastar nuestra enseñanza lamentándonos de la situación de la juventud actual, sino que más bien hay que hacerse joven para llegar a comprenderles y poder establecer así un puente afectivo que les estimule a pensar.

Autor: Jaime Nubiola
Fuente: Fluvium


Meditación breve


Cuanto más huyamos de nosotros mismos, mayor será nuestro desencanto con todas las oportunidades que nos ofrece cada día. Cuando vivimos lejos de nuestro centro nos distanciamos de todas las personas que forman parte de nuestras vidas. Cuando nos alejamos de nosotros mismos y de los demás la felicidad nos elude en todas las cosas.
El hecho de encontrarnos a nosotros mismos, de cerrar la brecha de la distancia creada, es el subproducto de un inventario personal. Debemos conocer nuestra integridad antes de celebrarnos a nosotros mismos. Y la celebración trae consigo el alivio, la liberación y la disposición para aprovechar las oportunidades que se nos presenten.
La aceptación de nosotros mismos nos hace amarnos, lo cual es un requisito indispensable para tener una buena vida. Dicha aceptación está a nuestro alcance. Debemos tomar la decisión de avanzar plenamente hacia ella.


Pedidos de oración


Pedimos oración por el eterno descanso de Fray Luis Gudiño OFM que partió a la casa del Padre el día 27 de enero. Fray Luis Gudiño fue ministro provincial de la provincia de de la Asunción del Río de la Plata y actualmente se encontraba destinado a la casa conventual de la Rioja, Argentina. Nuestro pesar por esta pérdida física del hermano, pero a la vez, como buenos franciscanos saludamos a la hermana muerte corporal que nos permite transitar hacia el Padre donde estamos confiados de que Fray Luis estará ya ante la presencia de Dios.


Pedimos oración por el eterno descanso del alma de la mamá de José Alberto F., de Córdoba, Argentina, que partió al encuentro del Señor el viernes 29 de enero. Que haya paz para ella y consuelo para todos los familiares.


Pedimos oración por el hijo de Elena, en Canadá, (Dios sabe quién es), para que sea sanado y regresa a Él. Que tenga paz física y espiritual, y un alma afin con quien compartir dus días con amor y alabando al Señor.


Pedimos oración por Mike B., de Canadá, para que el justo Dios lo bañe con luz y allane sus caminos porque está abrumado, enfermo, sin trabajo y con deudas que afrontar. Oramos por él.


Pedimos oración por Jorge A., de Argentina, para que Dios le ayude a conseguir una honesta editorial para lanzar su libro y ponga en su camino un alma afin para compartir sus días.


Pedimos oración por el bebé de Hebelín N. que nació el 29 de diciembre pasado, con atresia esofágica, por lo que ha sido operado el 14 de enero y reintervenido el 25 del mismo mes. Continúa delicado y con dificultades, por lo que pedimos al Niño Jesús que le conceda la gracia de la curación.


Pedimos oración por el ingeniero Fernando C. C., que en Cuzco, Perú, por un alud ocasionado por las intensas lluvias fue arrastrado por las aguas y no se ha sabido más nada de él. Elevamos una oración al Altísimo pidiendo por este hermano de todos nosotros para que Él le conceda lo mejor, y por su familia que vive horas de angustia y desesperación ante su desaparición.


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


Aviso importante


Se informa a los lectores que por los cortes diarios de energía eléctrica en la ciudad de Córdoba, Argentina, de varias horas de duración, y que se mantendrán por algunas semanas más, "Pequeñas Semillitas" se está realizando con mucha dificultad.
Por ese motivo puede ocurrir que las ediciones sean más breves, que algunos pedidos de oración se vean demorados en su publicación, e incluso podría suceder que en cualquier mañana no podamos publicar el boletín si estamos comprendidos dentro de los cortes de luz que varían en su horario y en su duración. En ese caso "Pequeñas Semillitas" aparecerá algunas horas más tarde.
Gracias por la comprensión.
Felipe


Ven Espíritu Santo...!


Dios, que iluminaste los corazones de los fieles con la luz del Espíritu Santo, concédenos que animados de ese mismo Espíritu, conozcamos la verdad y gocemos siempre de sus divinos consuelos. Por nuestro Señor Jesucristo.
Así sea.
P. Florentín Brusa cmf


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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