miércoles, 3 de febrero de 2010

Pequeñas Semillitas 0983

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0983 ~ Miércoles 3 de Febrero de 2010
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Hola !!!
Hoy se cumplen tres años del día en que mi padre, Don Felipe, partió de este mundo al encuentro del Señor. Dedico esta edición de "Pequeñas Semillitas" a su memoria, siempre presente en mí.


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


En aquel tiempo, Jesús salió de allí y vino a su patria, y sus discípulos le siguen. Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La multitud, al oírle, quedaba maravillada, y decía: «¿De dónde le viene esto?, y ¿qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¿Y esos milagros hechos por sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?». Y se escandalizaban a causa de Él. Jesús les dijo: «Un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa carece de prestigio». Y no podía hacer allí ningún milagro, a excepción de unos pocos enfermos a quienes curó imponiéndoles las manos. Y se maravilló de su falta de fe. Y recorría los pueblos del contorno enseñando.
(Marcos 6, 1-6)

Comentario
Hoy el Evangelio nos muestra cómo Jesús va a la sinagoga de Nazaret, el pueblo donde se había criado. El sábado es el día dedicado al Señor y los judíos se reúnen para escuchar la Palabra de Dios. Jesús va cada sábado a la sinagoga y allí enseña, no como los escribas y fariseos, sino como quien tiene autoridad (cf. Mc 1,22).
Dios nos habla también hoy mediante la Escritura. En la sinagoga se leen las Escrituras y, después, uno de los entendidos se ocupaba de comentarlas, mostrando su sentido y el mensaje que Dios quiere transmitir a través de ellas. Se atribuye a san Agustín la siguiente reflexión: «Así como en la oración nosotros hablamos con Dios, en la lectura es Dios quien nos habla».
El hecho de que Jesús, Hijo de Dios, sea conocido entre sus conciudadanos por su trabajo, nos ofrece una perspectiva insospechada para nuestra vida ordinaria. El trabajo profesional de cada uno de nosotros es medio de encuentro con Dios y, por tanto, realidad santificable y santificadora. Con palabras de san Josemaría Escrivá: «Vuestra vocación humana es parte, y parte importante, de vuestra vocación divina. Ésta es la razón por la cual os tenéis que santificar, contribuyendo al mismo tiempo a la santificación de los demás, de vuestros iguales, precisamente santificando vuestro trabajo y vuestro ambiente: esa profesión u oficio que llena vuestros días, que da fisonomía peculiar a vuestra personalidad humana, que es vuestra manera de estar en el mundo; ese hogar, esa familia vuestra; y esa nación, en que habéis nacido y a la que amáis».
Acaba el pasaje del Evangelio diciendo que Jesús «no podía hacer allí ningún milagro (...). Y se maravilló de su falta de fe» (Mc 6,5-6). También hoy el Señor nos pide más fe en Él para realizar cosas que superan nuestras posibilidades humanas. Los milagros manifiestan el poder de Dios y la necesidad que tenemos de Él en nuestra vida de cada día.
Rev. D. Miquel MASATS i Roca (Girona, España)


Santoral Católico
San Blas, Obispo y Mártir


San Blas nació en medio de una familia acaudalada y de padres nobles; fue educado cristianamente y se consagró como Obispo cuando todavía era muy joven. San Blas fue médico y obispo de Sebaste, Armenia. Hizo vida eremítica en una cueva del Monte Argeus.

San Blas era conocido por su don de curación milagrosa. Salvó la vida de un niño que se ahogaba al trabársele en la garganta una espina de pescado. Este es el origen de la costumbre de bendecir las gargantas el día de su fiesta.

Según una leyenda, se le acercaban también animales enfermos para que les curase, pero no le molestaban en su tiempo de oración.

Cuando la persecución de Agrícola, gobernador de Cappadocia, contra los cristianos llegó a Sebaste, sus cazadores fueron a buscar animales para los juegos de la arena en el bosque de Argeus y encontraron muchos de ellos esperando fuera de la cueva de San Blas. Allí encontraron a San Blas en oración y lo arrestaron. Agrícola trató sin éxito de hacerle apostatar. En la prisión, San Blas sanó a algunos prisioneros. Finalmente fue echado a un lago. San Blas, parado en la superficie, invitaba a sus perseguidores a caminar sobre las aguas y así demostrar el poder de sus dioses. Pero se ahogaron. Cuando volvió a tierra fue torturado y decapitado.


Pensamiento


"Si me voy antes que tú, no llores por mi ausencia;
alégrate por todo lo que hemos amado juntos"


Tema del día:
Por los que se fueron


Hay momentos de la vida en que perdemos a un ser querido, ya sea porque se murió o porque se fue lejos, para no regresar, como en el caso de las relaciones que terminan abruptamente y ya no hay vuelta atrás, o hay alguien de nuestro entorno cercano que emigra y no nos podemos despedir como quisiéramos. En estos casos quedamos indefensos en distintos aspectos de nuestra vida. Podemos sentirnos defraudados, porque creímos que esta persona estaría con nosotros para siempre. Nos duele mucho caer en la realidad que ya no está. Nos damos cuenta que las personas y las cosas que nos rodean tienen un tiempo limitado de permanencia cerca de nosotros.

Tal vez fuimos engañados y nos ocultaron parte de la verdad. O estábamos en malos términos con esa persona. O quizá quedamos inmóviles por la sorpresa que nos dejó un gusto amargo en la boca, los ojos al borde del llanto y los oídos llenos de palabras dolorosas.

Hablan de conformarse, y que la sensación de tristeza y duelo que nos embriaga ya pasará. Yo creo que hay algo todavía más positivo para hacer: decirle adiós al recuerdo que nos angustia de esta persona, reivindicar lo verdaderamente valioso que sembró en nuestros corazones y quedarnos con ello.

El primer paso es dejar partir a la otra persona. Esto implica respetar la voluntad ajena. La aceptación es la fuerza más poderosa que existe al servicio del logro del bienestar que tanto deseamos. Aunque no entendamos qué pasó cabalmente. Aunque no estemos de acuerdo o la despedida (si la hubo) haya sido abrupta.

Es probable que te preguntes por qué te pasó esto a ti, o para qué tanto dolor y tanta angustia. Considero que éste no es el momento de obtener estas respuestas, todavía. Ya llegarán por sí solas cuando estemos listos para recibirlas.

Éste es el momento de mitigar el dolor. Entonces, vayamos al paso dos:

Cierra los ojos e imagínate sentado frente a esa persona con la que tanto compartiste, que ya no está contigo. Trata de aquietar tu respiración hasta que respires lenta y pausadamente. Hasta que sientas tranquilidad al respirar.

Una vez lo logres, fíjate qué te une a esta persona, en forma de lazos unidos por moños. Pueden ser moños de colores, o blancos y negros, de anchos variados, que adopten distintas formas, lo que sí puedes hacer es visualizar distintas cintas atadas con moños. Algunos tendrán más claridad que otros, y unirán distintas partes de tu cuerpo al de la otra persona.

Ahora, lentamente, irás desatando una a una las cintas, moño por moño, y verás cómo te sientes diferente al hacerlo. Puede que aparezcan más lazos y más moños que los que veías al principio, es habitual tanto que haya más como que no los haya. Sigue desatándolos despaciosamente, hasta que te des cuenta que ya no hay ninguno. Tómate todo el tiempo que consideres necesario.

Hubo razones por las que compartieron tantos momentos de la vida juntos, y ésta no es la ocasión para internalizar los por qué o para qué, esto ya llegará a su debido momento, por añadidura.

El último paso es el más poderoso: agradécele a esta persona, desde lo más profundo de tu corazón, que haya pasado por tu vida. Respira lo más hondo que puedas. Fíjate cómo te sientes cuando suavemente pronuncias (en voz alta o para ti mismo) palabras de agradecimiento hacia esta persona que tan importante fue para ti.

Has liberado una gran cantidad de energía que bloqueaba algunas áreas de tu vida. Notarás que esta energía, junto al estado de calma al que finalmente llegues, te permitirá desenvolverte mejor en los caminos que de aquí en adelante transites.

Autor desconocido


Poesía


No me digas adiós, sino hasta luego
Dios determinó que en el cielo estoy mejor.
No me digas adiós, sino hasta luego
Tuve que partir a un lugar donde no voy a sufrir.
No me digas adiós, sino hasta luego
No te preocupes más por mí
Porque donde estoy espero por ti.
No me digas adiós sino hasta luego
No tengas miedo de morir
No tengas miedo
Y aunque tenga que alejarme
Será por solo un momento
Porque yo estaré esperándote en el cielo.


Meditación breve


Al enfrentar la pérdida de un ser amado, nuestros corazones claman en el dolor de la soledad y no son consolados con respuestas fáciles. Nuestros corazones nos dicen que se supone que vivamos, no que muramos. Se supone que expresemos vida. Cuando alguien no lo hace, nos preguntamos por qué.
Para comprender el significado de la muerte, debemos comprender el significado de la vida. Al mirar a la vida, vemos que las cosas pueden cambiar. Pero aunque todas las cosas cambian, nada perece.
Es esto en verdad en el mundo de las cosas, ¡cuánto más cierto es en el mundo de la mente! El alma tiene una sustancia propia, no menos permanente por el hecho de ser inmaterial, no menos real por el hecho de ser invisible. No podemos medirla con un calibrador ni pesarla en una balanza. No podemos tocarla con los dedos ni verla con los ojos. Pero está allí, real y sustancial. Cambia, pero no perece.
La muerte es una puerta por medio de la cual pasamos a otra habitación. Es un descanso entre dos notas de una sinfonía inconclusa. Es una página que pasamos a un nuevo capítulo en el libro de la vida. No es el fin; es un nuevo comienzo. No es el otoño ni la noche; es otro amanecer.
James Dillet Freeman


Pedidos de oración


Pido una oración por el alma de mi padre, Don Felipe, que hace tres años partió de este mundo para regresar a la morada celestial en la que todos tenemos esperanza de reencontrarnos para la vida eterna.


Pedimos oración por la paz matrimonial de Cintya J. y Gerardo V., de la ciudad de Rosario, Argentina, que hace pocos días recibieron a su hijita Julia Cecilia, que nació con algunas dificultades que seguramente irá superando favorablemente. Que la Sagrada Familia de Nazaret esté con ellos.


Pedimos oración por Jorge P. de San Lorenzo, Santa Fe, Argentina, para que consiga un trabajo bueno y digno. También por matrimonio de Andrea L. y Martín J. de la misma ciudad, para que él consiga un buen trabajo y sean bendecidos por la gracia de tener un hijo. Y por la misma intención (la llegada de un hijo) pedimos por el matrimonio de nuestro amigo Exequiel M. y Pamela P. que viven también en San Lorenzo.


Pedimos oración por la seguridad en las ciudades argentinas, que tan sacudidas se encuentran por la ola de robos y violencia. Que María, Reina de la Paz, interceda ante Jesús para que envíe a sus ángeles para que nos protejan y toque el corazón de las personas para que en ellas vuelvan a reinar la paz y el amor.


Pedimos oración por el eterno descanso del alma de Elisardo Raúl López, de Buenos Aires, que hoy estaría cumpliendo 48 años. Que esté junto a Jesús y a María y sus familiares tengan el consuelo y la paz en su espíritu.


Pedimos oración por el bebé Ignacio V., que vive en Venezuela y tiene problemas de esófago y pulmones. Que el Niño Jesús esté junto a él y su familia y le otorgue la gracia de curarse.


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén


Ven Espíritu Santo...!


Dios todopoderoso y lleno de misericordia, envíanos tu Espíritu, para que habite en nosotros y nos convierta en templos de su gracia. Por Cristo nuestro Señor. Así sea.
P. Florentín Brusa cmf


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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