martes, 9 de febrero de 2021

Pequeñas Semillitas 4576

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 16 - Número 4576 ~ Martes 9 de Febrero de 2021.
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Para ser, al menos, un poco feliz, para tener sobre la tierra un pedacito de cielo, debes reconciliarte con la vida, con tu vida... ¡Tal como es ahora!
Debes aceptar tu trabajo, y aceptar también a las personas que te rodean, sus defectos y sus imperfecciones.
Debes disfrutar de tu marido, de tu mujer, aunque pienses que no has encontrado el marido ideal o la mujer ideal (que por otra parte, no creo que existan).
Debes contentarte con lo que tienes, con tu circunstancia, que no has escogido, con tu casa, con tus muebles, con tus vestidos, con tu situación, aunque en casa de tu vecino, al menos en apariencia, todo sea más bonito y mejor.
¡Reconcíliate con la Vida!
 
¡Buenos días María!
Con María lo tenemos todo, porque María tiene consigo a Dios. Entonces ¿qué esperamos para invocarla más frecuentemente durante el día? ¿Qué esperamos para consagrarnos a Ella? Y si estamos ya consagrados ¿por qué no tratamos de vivir cada vez mejor nuestra consagración? Cuando Jesús le confió su Madre a San Juan, le estaba haciendo un regalo que solo un Dios puede hacer, porque en María están todas las gracias, todas las ayudas, todas las bondades y bellezas, porque en Ella está el mismo Dios, ya que María es el Tabernáculo de la Divinidad. Y Jesús nos ha entregado su Madre a cada uno de nosotros y espera que la llevemos a nuestra casa, es decir, a nuestra alma y que la acojamos con nosotros en el vivir cotidiano. No temamos cansar a María por pedirle cosas insignificantes, sino que tenemos que ser como los niños que piden todo a sus madres y que no la importunan por sus nimiedades, sino que la mamá está contenta de ayudar a su hijito. Así sucede también con nuestra Mamá del Cielo que está deseosa de que le pidamos todo y nos confiemos en cada cosa, por pequeña que sea, a su cuidado. María es la perla de gran valor de que habla el Evangelio que, al encontrarla debemos vender todo y comprarla, porque con Ella lo tenemos todo y lo podemos todo, y nada pueden los demonios contra nosotros si estamos en brazos de María.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Gén 1,20—2,4a
 
Salmo: Sal 8,4-5.6-7.8-9.
 
Santo Evangelio: Mc 7,1-13
En aquel tiempo, se reunieron junto a Jesús los fariseos, así como algunos escribas venidos de Jerusalén. Y vieron que algunos de sus discípulos comían con manos impuras, es decir no lavadas, -es que los fariseos y todos los judíos no comen sin haberse lavado las manos hasta el codo, aferrados a la tradición de los antiguos, y al volver de la plaza, si no se bañan, no comen; y hay otras muchas cosas que observan por tradición, como la purificación de copas, jarros y bandejas-.
Por ello, los fariseos y los escribas le preguntan: «¿Por qué tus discípulos no viven conforme a la tradición de los antepasados, sino que comen con manos impuras?». Él les dijo: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está escrito: ‘Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres’. Dejando el precepto de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres». Les decía también: «¡Qué bien violáis el mandamiento de Dios, para conservar vuestra tradición! Porque Moisés dijo: ‘Honra a tu padre y a tu madre y: el que maldiga a su padre o a su madre, sea castigado con la muerte’. Pero vosotros decís: ‘Si uno dice a su padre o a su madre: Lo que de mí podrías recibir como ayuda lo declaro "Korbán" -es decir: ofrenda-’, ya no le dejáis hacer nada por su padre y por su madre, anulando así la Palabra de Dios por vuestra tradición que os habéis transmitido; y hacéis muchas cosas semejantes a éstas».
 
Comentario:
Hoy contemplamos cómo algunas tradiciones tardías de los maestros de la Ley habían manipulado el sentido puro del cuarto mandamiento de la Ley de Dios. Aquellos escribas enseñaban que los hijos que ofrecían dinero y bienes para el Templo hacían lo mejor. Según esta enseñanza, sucedía que los padres ya no podían pedir ni disponer de estos bienes. Los hijos formados en esta conciencia errónea creían haber cumplido así el cuarto mandamiento, incluso haberlo cumplido de la mejor manera. Pero, de hecho, se trataba de un engaño.
«¡Qué bien violáis el mandamiento de Dios, para conservar vuestra tradición!» (Mc 7,9): Jesucristo es el intérprete auténtico de la Ley; por eso explica el justo sentido del cuarto mandamiento, deshaciendo el lamentable error del fanatismo judío.
«Moisés dijo: ‘Honra a tu padre y a tu madre’» (Mc 7,10): el cuarto mandamiento recuerda a los hijos las responsabilidades que tienen con los padres. Tanto como puedan, les han de prestar ayuda material y moral durante los años de la vejez y durante las épocas de enfermedad, soledad o angustia. Jesús recuerda este deber de gratitud.
El respeto hacia los padres (piedad filial) está hecho de la gratitud que les debemos por el don de la vida y por los trabajos que han realizado con esfuerzo en sus hijos, para que éstos pudieran crecer en edad, sabiduría y gracia. «Honra a tu padre con todo el corazón, y no te olvides de los dolores de tu madre. Recuerda que por ellos has nacido. ¿Qué les darás a cambio de lo que han hecho por ti?» (Sir 7,27-28).
El Señor glorifica al padre en sus hijos, y en ellos confirma el derecho de la madre. Quien honra al padre expía los pecados; quien glorifica a la madre es como quien reúne un tesoro (cf. Sir 3,2-6). Todos estos y otros consejos son una luz clara para nuestra vida en relación con nuestros padres. Pidamos al Señor la gracia para que no nos falte nunca el verdadero amor que debemos a los padres y sepamos, con el ejemplo, transmitir al prójimo esta dulce “obligación”.
* Rev. D. Iñaki BALLBÉ i Turu (Terrassa, Barcelona, España)
 
Santoral Católico:
San Miguel Febres Cordero
Religioso Lasallista
Nació el año 1854 en Cuenca (Ecuador). Ingresó en la congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas en 1868. Desarrolló un largo e intenso apostolado como maestro, escritor y sobre todo catequista; nada le impedía la asiduidad a la oración ni el fomento de su devoción a la Virgen. Publicó muchas obras y tradujo numerosos textos didácticos. En 1892 ingresó en la Academia Ecuatoriana de la Lengua. En 1907 pasó a la casa general en Bélgica, pero pronto, por motivos de salud, se trasladó a Premiá de Mar, cerca de Barcelona (España), donde falleció el 9 de febrero de 1910.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano – Catholic.net
 
Pensamiento del día
 
“No siempre se calla para guardar silencio,
se calla para conservar la paz.
A veces estar en paz, es mejor que tener razón.”
 
Tema del día:
Partes de la Misa
Para saber aprovechar los grandes frutos espirituales que se nos dan a través de la Celebración Eucarística, hay que conocerla, entender sus gestos y símbolos y participar en ella con reverencia. Aquí te ofrecemos una serie de recursos que pueden ayudarte.
 
RITOS INICIALES
Son ritos introductorios a la celebración y nos preparan para escuchar la palabra y celebrar la eucaristía. Comprende:
 
- Procesión de entrada
Llegamos al templo y nos disponemos para celebrar el misterio más grande de nuestra fe. Acompañamos la procesión de entrada cantando con alegría.
 
- Saludo inicial
Después de besar el altar y hacer la señal de la cruz, el sacerdote saluda a la asamblea.
 
-Acto penitencial
Pedimos humildemente perdón al Señor por todas nuestras faltas.
 
- Gloria
Alabamos a Dios, reconociendo su santidad, al mismo tiempo que nuestra necesidad de Él.
 
- Oración Colecta
Es la oración que el sacerdote, en nombre de toda la asamblea, hace al Padre. En ella recoge todas las intenciones de la comunidad.
 
LITURGIA DE LA PALABRA
Escuchamos a Dios, que se nos da como alimento en su Palabra, y respondemos cantando, meditando y rezando. Comprende:
 
- Primera lectura
En el Antiguo Testamento, Dios nos habla a través de la historia del pueblo de Israel y de sus profetas.
 
- Salmo
Meditamos rezando o cantando un salmo.
 
- Segunda lectura
En el Nuevo Testamento, Dios nos habla a través de los apóstoles.
 
- Evangelio
El canto del Aleluya nos dispone a escuchar la proclamación del misterio de Cristo tomado del relato de alguno de los cuatro evangelistas de acuerdo al ciclo litúrgico. Al finalizar aclamamos diciendo: "Gloria a ti, Señor Jesús".
 
- Homilía
El celebrante nos explica la Palabra de Dios.
 
- Credo
Después de escuchar la Palabra de Dios, confesamos nuestra fe.
 
- Oración de los fieles
Rezamos unos por otros pidiendo por las necesidades de todos.
 
LITURGIA DE LA EUCARISTÍA
Tiene tres partes: Rito de las ofrendas, Gran Plegaria Eucarística (es el núcleo de toda la celebración, es una plegaria de acción de gracias en la que actualizamos la muerte y resurrección de Jesús) y Rito de comunión.
 
- Presentación de dones (Ofertorio)
Presentamos el pan y el vino que se transformarán en el cuerpo y la sangre de Cristo. Realizamos la colecta en favor de toda la Iglesia. Oramos sobre las ofrendas.
 
- Prefacio
Es una oración de acción de gracias y alabanza a Dios, al tres veces santo.
 
- Epíclesis
El celebrante extiende sus manos sobre el pan y el vino e invoca al Espíritu Santo, para que por su acción los transforme en el cuerpo y la sangre de Jesús.
 
- Consagración
El sacerdote hace "memoria" de la última cena, pronunciando las mismas palabras de Jesús. El pan y el vino se transforman en el cuerpo y en la sangre de Jesús.
 
- Aclamación
Aclamamos el misterio central de nuestra fe.
 
- Intercesión
Ofrecemos este sacrificio de Jesús en comunión con toda la Iglesia. Pedimos por el Papa, por los obispos, por todos los difuntos y por todos nosotros.
 
- Doxología
El sacerdote ofrece al Padre el cuerpo y la sangre de Jesús, por Cristo, con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo. Todos respondemos: "Amén".
 
- Padre nuestro
Preparándonos para comulgar, rezamos al Padre como Jesús nos enseñó.
 
- Comunión
Llenos de alegría nos acercamos a recibir a Jesús, pan de vida. Antes de comulgar hacemos un acto de humildad y de fe.
 
- Oración
Damos gracias a Jesús por haberlo recibido, y le pedimos que nos ayude a vivir en comunión.
 
RITOS DE DESPEDIDA
Son ritos que concluyen la celebración.
 
- Bendición
Recibimos la bendición del sacerdote.
 
- Despedida y envío
Alimentados con el pan de la Palabra y de la Eucaristía, volvemos a nuestras actividades, a vivir lo que celebramos, llevando a Jesús en nuestros corazones.
 
Fuente: Aciprensa
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Cuando uno perdió algo y se pone a repasar las cosas que hizo, o los lugares por donde anduvo, finalmente, al repetir como en cámara lenta la rutina, aparece lo que se nos había perdido, y solemos constatar que aparece en el lugar donde varias veces pasamos sin verlo. Hasta decimos: “si era una víbora nos picaba”. Tal vez esto mismo, podamos llevarlo al ámbito de la oración. Por algo, San Ignacio, nos hace “repetir” la oración en algunos momentos.
Yendo a nuestra comparación, el motivo por el cual no vemos lo perdido en un lugar donde varias veces pasamos con la vista, suele ser porque nos pasa como si nuestra mirada pasara sobre la realidad con la foto que tomó de ella y nos parece que todo lo que hay en ella ya lo vimos. Sin embargo, a nuestra foto, algo se le pasó por alto, y si no dejamos que la realidad se vuelva a mostrar tal como ella es, y no como nosotros la vimos, no daremos con lo que no vimos. Ese dejar que la realidad se muestre, necesita un ritmo más lento. Es como esas diapositivas que se van mostrando de a poco, a diferencia de las otras que de movida, se muestran totalmente. Esto sería lo propio de la “repetición”: repasar en “cámara lenta” (con un corazón más atento) la realidad para que en ella Dios se nos muestre en aquello donde pasamos y no lo percibimos, o algo percibimos y pasamos demasiado rápido.
(Javier Albisu)
 
Año de San José
San José, hombre justo y modelo de virtudes, es el Patrono Universal de la santa Iglesia, y por lo tanto de todos nosotros. Es el santo que tuvo en la tierra la misión más grande y noble: proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
 
Febrero 9
Nadie como tú conoció y sobre todo meditó con eficacia el don de entendimiento que te otorgó el Espíritu Santo. Don que como ningún mortal tenías en tu alma y que comunicabas en tu modo de ser, de hablar y de obrar; te pedimos también ese don para nosotros. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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AMDG

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