PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
16 - Número 4576 ~ Martes 9 de Febrero de 2021.Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina) Alabado sea Jesucristo…
Para
ser, al menos, un poco feliz, para tener sobre la tierra un pedacito de cielo,
debes reconciliarte con la vida, con tu vida... ¡Tal como es ahora!
Debes
aceptar tu trabajo, y aceptar también a las personas que te rodean, sus
defectos y sus imperfecciones.
Debes
disfrutar de tu marido, de tu mujer, aunque pienses que no has encontrado el
marido ideal o la mujer ideal (que por otra parte, no creo que existan).
Debes
contentarte con lo que tienes, con tu circunstancia, que no has escogido, con
tu casa, con tus muebles, con tus vestidos, con tu situación, aunque en casa de
tu vecino, al menos en apariencia, todo sea más bonito y mejor.
¡Reconcíliate
con la Vida!
¡Buenos días María! Con María lo tenemos todo, porque María tiene consigo
a Dios. Entonces ¿qué esperamos para invocarla más frecuentemente durante el
día? ¿Qué esperamos para consagrarnos a Ella? Y si estamos ya consagrados ¿por
qué no tratamos de vivir cada vez mejor nuestra consagración? Cuando Jesús le
confió su Madre a San Juan, le estaba haciendo un regalo que solo un Dios puede
hacer, porque en María están todas las gracias, todas las ayudas, todas las
bondades y bellezas, porque en Ella está el mismo Dios, ya que María es el
Tabernáculo de la Divinidad. Y Jesús nos ha entregado su Madre a cada uno de
nosotros y espera que la llevemos a nuestra casa, es decir, a nuestra alma y
que la acojamos con nosotros en el vivir cotidiano. No temamos cansar a María
por pedirle cosas insignificantes, sino que tenemos que ser como los niños que
piden todo a sus madres y que no la importunan por sus nimiedades, sino que la
mamá está contenta de ayudar a su hijito. Así sucede también con nuestra Mamá
del Cielo que está deseosa de que le pidamos todo y nos confiemos en cada cosa,
por pequeña que sea, a su cuidado. María es la perla de gran valor de que habla
el Evangelio que, al encontrarla debemos vender todo y comprarla, porque con
Ella lo tenemos todo y lo podemos todo, y nada pueden los demonios contra
nosotros si estamos en brazos de María.
La Palabra de Dios Lecturas del día ♥ Primera Lectura: Gén 1,20—2,4a
♥ Salmo: Sal 8,4-5.6-7.8-9.
♥ Santo Evangelio: Mc 7,1-13
En aquel tiempo, se reunieron junto a Jesús los
fariseos, así como algunos escribas venidos de Jerusalén. Y vieron que algunos
de sus discípulos comían con manos impuras, es decir no lavadas, -es que los
fariseos y todos los judíos no comen sin haberse lavado las manos hasta el
codo, aferrados a la tradición de los antiguos, y al volver de la plaza, si no
se bañan, no comen; y hay otras muchas cosas que observan por tradición, como
la purificación de copas, jarros y bandejas-.
Por ello, los fariseos y los escribas le preguntan:
«¿Por qué tus discípulos no viven conforme a la tradición de los antepasados,
sino que comen con manos impuras?». Él les dijo: «Bien profetizó Isaías de
vosotros, hipócritas, según está escrito: ‘Este pueblo me honra con los labios,
pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto, ya que enseñan
doctrinas que son preceptos de hombres’. Dejando el precepto de Dios, os
aferráis a la tradición de los hombres». Les decía también: «¡Qué bien violáis
el mandamiento de Dios, para conservar vuestra tradición! Porque Moisés dijo:
‘Honra a tu padre y a tu madre y: el que maldiga a su padre o a su madre, sea
castigado con la muerte’. Pero vosotros decís: ‘Si uno dice a su padre o a su
madre: Lo que de mí podrías recibir como ayuda lo declaro "Korbán"
-es decir: ofrenda-’, ya no le dejáis hacer nada por su padre y por su madre,
anulando así la Palabra de Dios por vuestra tradición que os habéis
transmitido; y hacéis muchas cosas semejantes a éstas».
♥ Comentario:
Hoy contemplamos cómo algunas tradiciones tardías de
los maestros de la Ley habían manipulado el sentido puro del cuarto mandamiento
de la Ley de Dios. Aquellos escribas enseñaban que los hijos que ofrecían
dinero y bienes para el Templo hacían lo mejor. Según esta enseñanza, sucedía
que los padres ya no podían pedir ni disponer de estos bienes. Los hijos
formados en esta conciencia errónea creían haber cumplido así el cuarto
mandamiento, incluso haberlo cumplido de la mejor manera. Pero, de hecho, se
trataba de un engaño.
«¡Qué bien violáis el mandamiento de Dios, para
conservar vuestra tradición!» (Mc 7,9): Jesucristo es el intérprete auténtico
de la Ley; por eso explica el justo sentido del cuarto mandamiento, deshaciendo
el lamentable error del fanatismo judío.
«Moisés dijo: ‘Honra a tu padre y a tu madre’» (Mc
7,10): el cuarto mandamiento recuerda a los hijos las responsabilidades que
tienen con los padres. Tanto como puedan, les han de prestar ayuda material y
moral durante los años de la vejez y durante las épocas de enfermedad, soledad
o angustia. Jesús recuerda este deber de gratitud.
El respeto hacia los padres (piedad filial) está
hecho de la gratitud que les debemos por el don de la vida y por los trabajos
que han realizado con esfuerzo en sus hijos, para que éstos pudieran crecer en
edad, sabiduría y gracia. «Honra a tu padre con todo el corazón, y no te
olvides de los dolores de tu madre. Recuerda que por ellos has nacido. ¿Qué les
darás a cambio de lo que han hecho por ti?» (Sir 7,27-28).
El Señor glorifica al padre en sus hijos, y en ellos
confirma el derecho de la madre. Quien honra al padre expía los pecados; quien
glorifica a la madre es como quien reúne un tesoro (cf. Sir 3,2-6). Todos estos
y otros consejos son una luz clara para nuestra vida en relación con nuestros
padres. Pidamos al Señor la gracia para que no nos falte nunca el verdadero
amor que debemos a los padres y sepamos, con el ejemplo, transmitir al prójimo
esta dulce “obligación”.
* Rev. D. Iñaki BALLBÉ i
Turu (Terrassa, Barcelona, España)
Santoral Católico: San Miguel Febres
CorderoReligioso Lasallista Nació el año 1854 en Cuenca (Ecuador). Ingresó en la
congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas en 1868. Desarrolló un
largo e intenso apostolado como maestro, escritor y sobre todo catequista; nada
le impedía la asiduidad a la oración ni el fomento de su devoción a la Virgen.
Publicó muchas obras y tradujo numerosos textos didácticos. En 1892 ingresó en
la Academia Ecuatoriana de la Lengua. En 1907 pasó a la casa general en
Bélgica, pero pronto, por motivos de salud, se trasladó a Premiá de Mar, cerca
de Barcelona (España), donde falleció el 9 de febrero de 1910.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano
– Catholic.net
Pensamiento del día “No siempre se calla para guardar silencio,se calla para conservar la paz.A veces estar en paz, es mejor que tener razón.” Tema del día:Partes de la Misa Para
saber aprovechar los grandes frutos espirituales que se nos dan a través de la
Celebración Eucarística, hay que conocerla, entender sus gestos y símbolos y
participar en ella con reverencia. Aquí te ofrecemos una serie de recursos que
pueden ayudarte.
RITOS INICIALES
Son
ritos introductorios a la celebración y nos preparan para escuchar la palabra y
celebrar la eucaristía. Comprende:
-
Procesión de entrada
Llegamos
al templo y nos disponemos para celebrar el misterio más grande de nuestra fe.
Acompañamos la procesión de entrada cantando con alegría.
-
Saludo inicial
Después
de besar el altar y hacer la señal de la cruz, el sacerdote saluda a la
asamblea.
-Acto
penitencial
Pedimos
humildemente perdón al Señor por todas nuestras faltas.
-
Gloria
Alabamos
a Dios, reconociendo su santidad, al mismo tiempo que nuestra necesidad de Él.
-
Oración Colecta
Es
la oración que el sacerdote, en nombre de toda la asamblea, hace al Padre. En
ella recoge todas las intenciones de la comunidad.
LITURGIA DE LA PALABRA
Escuchamos
a Dios, que se nos da como alimento en su Palabra, y respondemos cantando,
meditando y rezando. Comprende:
-
Primera lectura
En
el Antiguo Testamento, Dios nos habla a través de la historia del pueblo de
Israel y de sus profetas.
-
Salmo
Meditamos
rezando o cantando un salmo.
-
Segunda lectura
En
el Nuevo Testamento, Dios nos habla a través de los apóstoles.
-
Evangelio
El
canto del Aleluya nos dispone a escuchar la proclamación del misterio de Cristo
tomado del relato de alguno de los cuatro evangelistas de acuerdo al ciclo
litúrgico. Al finalizar aclamamos diciendo: "Gloria a ti, Señor
Jesús".
-
Homilía
El
celebrante nos explica la Palabra de Dios.
-
Credo
Después
de escuchar la Palabra de Dios, confesamos nuestra fe.
-
Oración de los fieles
Rezamos
unos por otros pidiendo por las necesidades de todos.
LITURGIA DE LA EUCARISTÍA
Tiene
tres partes: Rito de las ofrendas, Gran Plegaria Eucarística (es el núcleo de
toda la celebración, es una plegaria de acción de gracias en la que
actualizamos la muerte y resurrección de Jesús) y Rito de comunión.
-
Presentación de dones (Ofertorio)
Presentamos
el pan y el vino que se transformarán en el cuerpo y la sangre de Cristo.
Realizamos la colecta en favor de toda la Iglesia. Oramos sobre las ofrendas.
-
Prefacio
Es
una oración de acción de gracias y alabanza a Dios, al tres veces santo.
-
Epíclesis
El
celebrante extiende sus manos sobre el pan y el vino e invoca al Espíritu
Santo, para que por su acción los transforme en el cuerpo y la sangre de Jesús.
-
Consagración
El
sacerdote hace "memoria" de la última cena, pronunciando las mismas
palabras de Jesús. El pan y el vino se transforman en el cuerpo y en la sangre
de Jesús.
-
Aclamación
Aclamamos
el misterio central de nuestra fe.
-
Intercesión
Ofrecemos
este sacrificio de Jesús en comunión con toda la Iglesia. Pedimos por el Papa,
por los obispos, por todos los difuntos y por todos nosotros.
-
Doxología
El
sacerdote ofrece al Padre el cuerpo y la sangre de Jesús, por Cristo, con él y
en él, en la unidad del Espíritu Santo. Todos respondemos: "Amén".
-
Padre nuestro
Preparándonos
para comulgar, rezamos al Padre como Jesús nos enseñó.
-
Comunión
Llenos
de alegría nos acercamos a recibir a Jesús, pan de vida. Antes de comulgar
hacemos un acto de humildad y de fe.
-
Oración
Damos
gracias a Jesús por haberlo recibido, y le pedimos que nos ayude a vivir en
comunión.
RITOS DE DESPEDIDA
Son
ritos que concluyen la celebración.
-
Bendición
Recibimos
la bendición del sacerdote.
-
Despedida y envío
Alimentados
con el pan de la Palabra y de la Eucaristía, volvemos a nuestras actividades, a
vivir lo que celebramos, llevando a Jesús en nuestros corazones.
Fuente: Aciprensa
Meditaciones de
“Pequeñas Semillitas” Cuando uno perdió algo y se pone a repasar las cosas
que hizo, o los lugares por donde anduvo, finalmente, al repetir como en cámara
lenta la rutina, aparece lo que se nos había perdido, y solemos constatar que
aparece en el lugar donde varias veces pasamos sin verlo. Hasta decimos: “si
era una víbora nos picaba”. Tal vez esto mismo, podamos llevarlo al ámbito de
la oración. Por algo, San Ignacio, nos hace “repetir” la oración en algunos
momentos.
Yendo a nuestra comparación, el motivo por el cual no
vemos lo perdido en un lugar donde varias veces pasamos con la vista, suele ser
porque nos pasa como si nuestra mirada pasara sobre la realidad con la foto que
tomó de ella y nos parece que todo lo que hay en ella ya lo vimos. Sin embargo,
a nuestra foto, algo se le pasó por alto, y si no dejamos que la realidad se
vuelva a mostrar tal como ella es, y no como nosotros la vimos, no daremos con
lo que no vimos. Ese dejar que la realidad se muestre, necesita un ritmo más
lento. Es como esas diapositivas que se van mostrando de a poco, a diferencia
de las otras que de movida, se muestran totalmente. Esto sería lo propio de la
“repetición”: repasar en “cámara lenta” (con un corazón más atento) la realidad
para que en ella Dios se nos muestre en aquello donde pasamos y no lo
percibimos, o algo percibimos y pasamos demasiado rápido.
(Javier Albisu)
Año de San José San José, hombre justo y modelo de virtudes, es el Patrono
Universal de la santa Iglesia, y por lo tanto de todos nosotros. Es el santo
que tuvo en la tierra la misión más grande y noble: proteger al Niño Dios y su
Santísima Madre.
Febrero 9
Nadie como tú conoció y sobre todo meditó con eficacia el
don de entendimiento que te otorgó el Espíritu Santo. Don que como ningún
mortal tenías en tu alma y que comunicabas en tu modo de ser, de hablar y de
obrar; te pedimos también ese don para nosotros. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
FELIPE -Jardinero
de Dios-(el más pequeñito de
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La Palabra de Dios
Santoral Católico:
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Meditaciones de
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Año de San José
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