lunes, 8 de febrero de 2021

Pequeñas Semillitas 4575

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 16 - Número 4575 ~ Lunes 8 de Febrero de 2021.
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En el comienzo de la semana, en estos primeros días del mes, no voy a mirar para atrás. Sé que muchas veces me equivoqué. No puedo cambiar lo que hice. Por eso no me quedaré en el pasado. Saldré adelante día a día. Lucharé por eso que me importa y apoyaré a esos que me acompañan.
Voy a llorar, voy a reír, a pasarlo bien. Voy a reir y a cantar hasta no poder más. Aprenderé de mis errores y cambiaré cada momento malo por una sonrisa, voy a disfrutar y a dejar de sufrir por tonterías, a empezar a apreciar lo que de verdad importa.
Sé que Dios está conmigo y me da fuerzas...
 
¡Buenos días María!
El que no acude a María terminará perdiéndose en el Infierno. Porque los demonios son muy astutos y, por naturaleza, son mucho más inteligentes y poderosos que nosotros los hombres. Entonces necesitamos el amparo de alguien que los pueda vencer, y ese alguien es María Santísima. Si nos encomendamos a Ella, no tendremos nada que temer; pero si no la invocamos, estaremos en gran peligro de perecer para siempre en el Infierno. ¿Y qué mejor oración que el Santo Rosario para atraernos su protección y tener a la Virgen como nuestra protectora y compañía constante? Dios quiere darnos una protección segura, que es María. No descuidemos el invocarla y el amarla tiernamente, porque Ella es verdaderamente nuestra Madre, ya que nos ha obtenido la gracia, que es la vida del alma, por eso María es la Madre de nuestras almas. Recemos todos los días las Tres Avemarías que son prenda de salvación eterna.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Gén 1,1-19
 
Salmo: Sal 104 (103),1-2a.5.6-7.10.12.24.35c.
 
Santo Evangelio: Mc 6,53-56
En aquel tiempo, cuando Jesús y sus discípulos hubieron terminado la travesía, llegaron a tierra en Genesaret y atracaron. Apenas desembarcaron, le reconocieron en seguida, recorrieron toda aquella región y comenzaron a traer a los enfermos en camillas adonde oían que Él estaba. Y dondequiera que entraba, en pueblos, ciudades o aldeas, colocaban a los enfermos en las plazas y le pedían que les dejara tocar la orla de su manto; y cuantos la tocaron quedaban salvados.
 
Comentario:
Hoy, en el Evangelio del día, vemos el magnífico "poder del contacto" con la persona de Nuestro Señor: «Colocaban a los enfermos en las plazas y le pedían que tocaran siquiera la orla de su manto; y cuantos la tocaron quedaban salvados» (Mc 6,56). El más mínimo contacto físico puede obrar milagros para aquellos que se acercan a Cristo con fe. Su poder de curar desborda desde su corazón amoroso y se extiende incluso a sus vestidos. Ambos, su capacidad y su deseo pleno de curar, son abundantes y de fácil acceso.
Este pasaje puede ayudarnos a meditar cómo estamos recibiendo a Nuestro Señor en la Sagrada Comunión. ¿Comulgamos con la fe de que este contacto con Cristo puede obrar milagros en nuestras vidas? Más que un simple tocar «la orla de su manto», nosotros recibimos realmente el Cuerpo de Cristo en nuestros cuerpos. Más que una simple curación de nuestras enfermedades físicas, la Comunión sana nuestras almas y les garantiza la participación en la propia vida de Dios. San Ignacio de Antioquía, así, consideraba a la Eucaristía como «la medicina de la inmortalidad y el antídoto para prevenirnos de la muerte, de modo que produce lo que eternamente nosotros debemos vivir en Jesucristo».
El aprovechamiento de esta "medicina de inmortalidad" consiste en ser curados de todo aquello que nos separa de Dios y de los demás. Ser curados por Cristo en la Eucaristía, por tanto, implica superar nuestro ensimismamiento. Tal como enseña Benedicto XVI, «Nutrirse de Cristo es el camino para no permanecer ajenos o indiferentes ante la suerte de los hermanos (…). Una espiritualidad eucarística, entonces, es un auténtico antídoto ante el individualismo y el egoísmo que a menudo caracterizan la vida cotidiana, lleva al redescubrimiento de la gratuidad, de la centralidad de las relaciones, a partir de la familia, con particular atención en aliviar las heridas de aquellas desintegradas».
Igual que aquellos que fueron curados de sus enfermedades tocando sus vestidos, nosotros también podemos ser curados de nuestro egoísmo y de nuestro aislamiento de los demás mediante la recepción de Nuestro Señor con fe.
* Fr. John GRIECO (Chicago, Estados Unidos)
 
Santoral Católico:
Santa Josefina Bakhita
Virgen
Nació en Sudán entre 1869 y 1872, en la tribu de los Dagiú. Siendo todavía niña, los negreros la raptaron y vendieron cinco veces en los mercados de esclavos. El miedo que experimentó en el rapto le provocó una amnesia que le hizo olvidar incluso su nombre. Bakhita es el nombre que le dieron los secuestradores; Josefina, el que recibió en el bautismo. Experimentó las humillaciones y los sufrimientos físicos y morales de la esclavitud, pasando de mano en mano por varios dueños. En Jartum la compró un cónsul italiano, que se la llevó a Génova y se la cedió a unos amigos. Estos, en 1888, la confiaron a las religiosas canosianas de Venecia. Se fue acercando al catolicismo, en 1890 recibió el bautismo y en 1893 entró en el noviciado de las Hijas de la Caridad Canosianas. Por deseo de sus superioras, escribió sus memorias personales. Durante muchos años se dedicó a diversos trabajos domésticos en la casa de Schio (Vicenza, Italia), hasta que una artritis deformante la dejó postrada en una silla de ruedas. Murió en Schio el 8 de febrero de 1947. San Juan Pablo II la canonizó el año 2000.
Oración: Oh Dios, que de la humillante esclavitud condujiste a santa Josefina a la dignidad de hija tuya y esposa de Cristo, te rogamos nos concedas que, imitando su ejemplo, sigamos con amor firme a Cristo crucificado y, movidos a misericordia, perseveremos en el amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net
 
Pensamiento del día
“El trabajo infantil le impide al niño gozar plenamente, entre otros, de sus derechos a la educación, al juego y a la salud. Cuando un niño o una niña debe trabajar para subsistir, está sacrificando su futuro y comprometiendo las posibilidades de desarrollo a la vez que reproduce el círculo vicioso de la pobreza.”
(UNICEF ARGENTINA)
 
Historias:
Sucedió en el circo
El siguiente relato nos narra lo ocurrido en 1921, hace un siglo. Es un acto ejemplar realizado por don Thomas Norval y que nos dejó escrito su hija Katharine:
 
Una vez cuando era adolescente, mi padre y yo estábamos haciendo fila para comprar entradas para el circo.
 
Finalmente, solo había otra familia entre nosotros y el mostrador de entradas. Esta familia me causó una gran impresión. Había ocho niños, todos probablemente menores de 12 años. De la forma en que estaban vestidos, se podía decir que no tenían mucho dinero, pero su ropa era limpia, muy limpia. Los niños eran bien educados, todos ellos parados en la cola, de dos en dos, detrás de sus padres, tomados de las manos. Estaban muy emocionados por los payasos, los animales y todos los actos que verían esa noche.
 
Por su emoción, podías percibir que nunca habían estado en el circo antes. Sería seguramente un punto culminante en sus vidas. El padre y la madre estaban a la cabeza, de pie, orgullosos como podría ser. La madre estaba sosteniendo la mano de su marido, mirándolo como si dijera: "Eres mi caballero en armadura brillante”. Él estaba sonriendo y disfrutando, viendo a su familia, feliz. 
 
La boletera le preguntó al hombre cuántos boletos quería. Él respondió con orgullo: ′′Me gustaría comprar ocho entradas para niños y dos entradas para adultos, para poder llevar a mi familia al circo." La señora de la taquilla declaró el precio total de las entradas.
 
La esposa del hombre soltó su mano, se le cayó la cabeza. El labio del hombre comenzó a temblar. Entonces se inclinó un poco más cerca de la taquilla y preguntó: “¿Cuánto dijiste?". La boletera volvió a declarar el precio. El hombre no tenía suficiente dinero. ¿Cómo iba a decepcionar y decirle a sus ocho hijos que no tenía lo necesario para llevarlos al circo?
 
Viendo lo que estaba pasando, mi papá metió su mano en su bolsillo, sacó un billete y luego lo dejó caer en el suelo (¡no éramos ricos en ningún sentido de la palabra!). Mi padre se inclinó, recogió el billete, tocó al hombre en el hombro y dijo: ′′Disculpe, señor, esto cayó de su bolsillo."
 
El hombre entendió lo que estaba pasando. No estaba pidiendo limosna, pero sin duda agradeció la ayuda en una situación tan desesperada, desgarradora y vergonzosa. Miró directamente a los ojos de mi papá, tomó la mano de mi padre, apretó fuertemente el billete, y con el labio temblando y una lágrima cayendo por su mejilla, respondió: ′′Gracias, muchas gracias, señor. Esto realmente significa mucho para mí y mi familia."
 
Mi padre y yo volvimos a nuestro coche y lo condujo a casa. El billete que regaló mi papá era con el que íbamos a comprar nuestros propios boletos.
 
Aunque no pudimos ver el circo esa noche, ambos sentimos una inmensa alegría dentro de nosotros que fue mucho mayor que ver el circo.
 
Ese día aprendí el verdadero valor de dar. El dador es más grande que el receptor. Si quieres ser grande, ser grande en la vida, aprende a dar. El amor no tiene nada que ver con lo que esperas conseguir, sólo con lo que esperas dar, que es todo. La importancia está en dar, bendecir a los demás. Nunca se puede dejar de hacer hincapié en que siempre hay una inmensa alegría en dar.
 
Aprende a hacer feliz a alguien con actos de dar.
 
(Fuente: Catolicidad)
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Érase una vez una carrera de sapos en el país de los sapos. El objetivo consistía en llegar a lo alto de una gran torre que se encontraba en aquel lugar. Todo estaba preparado y una gran multitud se reunió para vibrar y gritar por todos los participantes.
En su momento se dio la salida y todos los sapos comenzaron a saltar. Pero como la multitud no creía que nadie llegara a la cima de aquella torre pues ciertamente, era muy alta, todo lo que se escuchaba era: “no lo van a conseguir”, “qué lástima, está muy alto, es muy difícil, no lo van a conseguir”. Así la mayoría de los sapitos empezaron a desistir.
Pero había uno que persistía, pese a todo, y continuaba subiendo en busca de la cima. La multitud continuaba gritando: “es muy difícil, no lo van a conseguir”, y todos los sapitos se estaban dando por vencidos, excepto uno que seguía y seguía tranquilo cada vez con más fuerza. Finalmente fue el único que llegó a la cima con todo su esfuerzo.
Cuando fue proclamado vencedor muchos fueron a hablar con él y a preguntarle como había conseguido llegar al final y alcanzar semejante proeza. Cual sería le sorpresa de todos los presentes al darse cuenta que este sapito era sordo.
Sé siempre sordo cuando alguien duda de tus sueños.
 
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por los jóvenes, especialmente los que han caído en las drogas o cualquier tipo de adicción, por las víctimas de trata, por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, por lo no nacidos, por la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. En este tiempo pedimos especiales oraciones por todas las personas que en diversos países del mundo han sido afectadas por el coronavirus, rogando que el Sagrado Corazón de Jesús nos proteja ante esta terrible pandemia, y que con fe y esperanza, y siguiendo las indicaciones médicas de prevención, el riesgo de contagio vaya disminuyendo en todo el planeta y los que están enfermos se sanen.
 
Pedimos oración para Sylvia S., de Santiago de Chile, afectada por un melanoma, que hoy tiene una nueva sesión de inmunoterapia. Rogamos al Señor que la siga acompañando en este tratamiento para lograr la total desaparición de la enfermedad.
 
Pedimos oración para la bebé Micaela Mery F., de menos de un año de vida, de Chile, que tiene un tumor cerebral maligno, que no se puede operar. La confiamos a las Santas Manos del Niño Jesús para que la sostenga en esta difícil circunstancia y a la Virgen María le pedimos que sostenga a su familia en este trance.
 
Pedimos oración para la señora Silvia Irene, de Córdoba, Argentina, que está internada en terapia intensiva por una hemorragia digestiva, rogando a Dios, que por su infinita misericordia, le conceda poder recuperarse pronto y volver a su hogar.
 
Pedimos oración para Marcela, una joven mujer de Córdoba, Argentina, con cáncer de tiroides y contagiada también con Covid. Que la Virgen de Lourdes, protectora de los enfermos, interceda por ella ante Jesús para que Él la ayude a recuperarse de sus enfermedades.
 
Pedimos oración para un matrimonio de Córdoba, Argentina: él es Nicolás, de 75 años, internado por Covid, y ella es su esposa Ana María, de 70 años, que está en observación por ser contacto estrecho aun sin síntomas. Que el Señor los proteja a ambos.
 
Pedimos oración para Michelle I., de ciudad de Buenos Aires, Argentina, 30 años de edad, está embarazada y ha contraído el Covid. Rogamos al Señor que la proteja y le conceda sus gracias de sanación y que no quede ninguna secuela.
 
Pedimos oración para María de los Ángeles G., de Florida, USA, que hace dos semanas está hospitalizada por Covid en estado crítico, por lo que acudimos al poder sanador, a la piedad y a la misericordia del Jesús, para que actúe sobre ella.
 
Pedimos oración para Erika G. R., de Bogotá, Colombia, que está pasando una situación emocional muy difícil, con pensamientos que no son de Dios... por lo que la colocamos en las Santas y Venerables Manos del Señor con la cercana presencia de la Virgen María para que la acompañe y fortalezca.
 
Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia. Escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos y conceda a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
 
Año de San José
San José, hombre justo y modelo de virtudes, es el Patrono Universal de la santa Iglesia, y por lo tanto de todos nosotros. Es el santo que tuvo en la tierra la misión más grande y noble: proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
 
Febrero 8
La sabiduría del Espíritu Santo te guió en todo momento para que, gustando de las cosas de Dios, más fácilmente pudieras comunicarla a nosotros. Haz que podamos siempre participar y gustar de los bienes de Dios. Así sea.
(P. Florentín Brusa, cmf)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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AMDG

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