domingo, 24 de abril de 2016

Pequeñas Semillitas 2989

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 11 - Número 2989 ~ Domingo 24 de Abril de 2016
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
El mensaje de hoy tiene su centralidad en el mandamiento del amor fraterno con que Jesús nos declara, sin glosa alguna, clara y terminante como luz de mediodía: ¡Ámense como yo los amo! Los latinos dirían “conditio sine qua non”. Es que quien se desvivió por nosotros hasta la cruz, tiene pleno derecho a exigirnos lo mismo que él se exigió, así que: Quien quiera seguirlo, ame como él. Es que el Reino de Dios no admite medias tintas.
Si en cuestiones de salud, cuando está en juego la vida obedecemos al doctor en todo lo que nos diga, cuánto más en lo referente a nuestra salvación eterna, que es cuestión de vida o muerte, jugarse el todo por el todo, tal como hizo Jesús. Porque si Dios es amor, y nos creó para el amor eterno y pleno con él y con los prójimos, no se puede eludir. El Señor no quiere dejarnos empantanados en nuestras incoherencias y desidia. Si derramó hasta la última gota de vida en la cruz fue porque, decididamente, nos quiere a su lado, todos juntos, desde ahora y para siempre. ¿Acaso habría algo mejor?
* El Domingo

¡Buenos días!

Aceptar la realidad
Un signo de madurez es aceptar la realidad y poseer suficiente solidez y equilibrio para vivirla. La persona madura es objetiva: sabe valorarse a sí mismo sin dejar de valorar a los demás. Es capaz de tomar una decisión y sostenerla. Madurez es el arte de vivir en paz con lo que no se puede cambiar. Hay gente sencilla que tiene esto bien claro, y lo vive en cada circunstancia.

Un individuo iba paseando por el campo y se encontró con un pastor. Por empezar una conversación con él, lo saludó y le preguntó: —¿Qué tiempo crees que tendremos hoy, buen hombre? Y el pastor le contestó: —El tiempo que yo quiero. El otro, lógicamente, se quedó extrañado de la respuesta y le dijo: —¿Y cómo estás tan seguro que hará el tiempo que tú quieres. Entonces el pastor le explicó su teoría: —Mira, cuando me di cuenta que no siempre puedo tener lo que quiero, aprendí una cosa que siempre me ha sido muy útil: querer siempre lo que tengo. Por esto estoy tan seguro que hará el tiempo que yo quiera.

“Una de las actitudes más necesarias en la vida es la capacidad de aceptación que nace del realismo. Gracias a ella dejamos de estrellarnos contra los hechos y buscamos lo mejor con lo que somos y lo que tenemos” (G. González). Recuérdalo cuando te sucedan esas cosas desagradables que no tienen solución. Que el Señor te proteja y bendiga.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: «Ahora es glorificado el Hijo del Hombre y Dios es glorificado en Él. Si Dios es glorificado en Él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará.
»Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado. La señal por la que conocerán que sois discípulos míos, será que os amáis unos a otros». (Jn 13,31-33a.34-35)

Comentario:
Hoy, Jesús nos invita a amarnos los unos a los otros. También en este mundo complejo que nos toca vivir, complejo en el bien y en el mal que se mezcla y amalgama. Frecuentemente tenemos la tentación de mirarlo como una fatalidad, una mala noticia y, en cambio, los cristianos somos los encargados de aportar, en un mundo violento e injusto, la Buena Nueva de Jesucristo.
En efecto, Jesús nos dice que «os améis unos a otros como yo os he amado» (Jn 13,34). Y una buena manera de amarnos, un modo de poner en práctica la Palabra de Dios es anunciar, a toda hora, en todo lugar, la Buena Nueva, el Evangelio que no es otro que Jesucristo mismo.
«Llevamos este tesoro en recipientes de barro» (2Cor 4,7). ¿Cuál es este tesoro? El de la Palabra, el de Dios mismo, y nosotros somos los recipientes de barro. Pero este tesoro es una preciosidad que no podemos guardar para nosotros mismos, sino que lo hemos de difundir: «Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes (...) enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28,19-20). De hecho, Juan Pablo II escribió: «quien ha encontrado verdaderamente a Cristo no puede tenerlo sólo para sí, debe anunciarlo».
Con esta confianza, anunciamos el Evangelio; hagámoslo con todos los medios disponibles y en todos los lugares posibles: de palabra, de obra y de pensamiento, por el periódico, por Internet, en el trabajo y con los amigos... «Que vuestro buen trato sea conocido de todos los hombres. El Señor está cerca» (Flp 4,5).
Por tanto, y como nos recalca el Papa Juan Pablo II, hay que utilizar las nuevas tecnologías, sin miramientos, sin vergüenzas, para dar a conocer las Buenas Nuevas de la Iglesia hoy, sin olvidar que sólo siendo gente de buen trato, sólo cambiando nuestro corazón, conseguiremos que también cambie nuestro mundo.
* Rev. D. Jordi CASTELLET i Sala (Sant Hipòlit de Voltregà, Barcelona, España)

Palabras de San Juan Pablo II
“El amor es el primer y eterno contenido del mandamiento que proviene del Padre. Cristo dice que él mismo “observa” este mandamiento. Es también él quien nos da este mandamiento, en el que está todo el contenido esencial de nuestra semejanza a Dios en Cristo”

Predicación del Evangelio
El Mandamiento del Amor
Jesús se está despidiendo de sus discípulos. Dentro de muy poco, ya no lo tendrán con ellos. Jesús les habla con ternura especial: «Hijitos míos, me queda poco de estar con vosotros». La comunidad es pequeña y frágil. Acaba de nacer. Los discípulos son como niños pequeños. ¿Qué será de ellos si se quedan sin el Maestro?

Jesús les hace un regalo: «Os doy un mandato nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado». Si se quieren mutuamente con el amor con que Jesús los ha querido, no dejarán de sentirlo vivo en medio de ellos. El amor que han recibido de Jesús seguirá difundiéndose entre los suyos.

Por eso, Jesús añade: «La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros». Lo que permitirá descubrir que una comunidad que se dice cristiana es realmente de Jesús, no será la confesión de una doctrina, ni la observancia de unos ritos, ni el cumplimiento de una disciplina, sino el amor vivido con el espíritu de Jesús. En ese amor está su identidad.

Vivimos en una sociedad donde se ha ido imponiendo la "cultura del intercambio". Las personas se intercambian objetos, servicios y prestaciones. Con frecuencia, se intercambian además sentimientos, cuerpos y hasta amistad. Eric Fromm llegó a decir que "el amor es un fenómeno marginal en la sociedad contemporánea". La gente capaz de amar es una excepción.

Probablemente sea un análisis excesivamente pesimista, pero lo cierto es que, para vivir hoy el amor cristiano, es necesario resistirse a la atmósfera que envuelve a la sociedad actual. No es posible vivir un amor inspirado por Jesús sin distanciarse del estilo de relaciones e intercambios interesados que predomina con frecuencia entre nosotros.

Si la Iglesia "se está diluyendo" en medio de la sociedad contemporánea no es sólo por la crisis profunda de las instituciones religiosas. En el caso del cristianismo es, también, porque muchas veces no es fácil ver en nuestras comunidades discípulos y discípulas de Jesús que se distingan por su capacidad de amar como amaba él. Nos falta el distintivo cristiano.

Los cristianos hemos hablado mucho del amor. Sin embargo, no siempre hemos acertado o nos hemos atrevido a darle su verdadero contenido a partir del espíritu y de las actitudes concretas de Jesús. Nos falta aprender que Él vivió el amor como un comportamiento activo y creador que lo llevaba a una actitud de servicio y de lucha contra todo lo que deshumaniza y hace sufrir el ser humano.
* José Antonio Pagola

Nuevo vídeo

Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de esta página.

Agradecimientos
Dicen que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.

Desde México, una oración de agradecimiento de Miguel Ángel R., ya que en sus estudios médicos no ha salido cáncer.

Desde México, Laura T. escribe y dice: “Quiero agradecer a todas las personas involucradas en la cadena de oración, pues mi esposo Ricardo Jesús, acaba de inaugurar su propio negocio, que al parecer será un éxito y el cual le remunerará lo suficiente para cubrir las deudas y gastos”.

Dos agradecimientos más de México (¡Qué lindo es ver la gratitud de los cristianos de este país!): Vicky R. nos escribe y dice: “Con gratitud te informo que mi hija Laura ya encontró trabajo. Gracias a Dios y a la oración de todas las personas que rezaron para que esto sucediera”.

Desde Buenos Aires, Argentina, Liliana Z. expresa su agradecimiento a Dios y a la intercesión de Santa Lucía, ya que su tratamiento por problemas en la vista está dando hasta acá buenos resultados.

Desde California, USA, Choly agradece a Dios y a los que rezaron por su esposo Raúl, que ya superó la neumonía y está en su casa.

Desde Puerto Rico, Lilian escribe y agradece las oraciones hechas por su nieta Valeria, que tenía un problema por falta de plaquetas, y nos dice que ha mejorado y ha sido dada de alta. Gloria a Dios.

Los cinco minutos de Dios
Abril 24
No es lícito confundir "comunión" con "comunismo".
El comunismo hace camaradas; la política podrá llegar a agrupar compañeros; pero sólo la comunión humana es la que hace verdaderos hermanos; y solamente la comunión con Cristo y en Cristo es la que vuelve a esos hermanos en Cristo, auténticos cristianos.
La comunión supone una unión de ideales, de sentimientos, de mentalidad, de meta final; la comunión es obra del entendimiento; pero es sobre todo el corazón el que se encarga de unir mentes, ideales, metas y sentimientos.
Comunión, común-unión, unión de todos en un solo fin, como estamos unidos en un mismo bautismo, en una misma fe, en un mismo Señor y Padre celestial; Dios es el único capaz de unir de esa forma tan íntima a los hombres.
Por eso, cuando los hombres pretenden unirse entre sí, prescindiendo de Dios, llegarán a cierto comunismo, al compañerismo, a lo sumo a la unión humana, pero nunca a la verdadera fraternidad evangélica.
“Hagan siempre el bien y compartan lo que poseen, porque ésos son los sacrificios que agradan a Dios” (Heb 13,16). Si, entonces, deseo agradar al Señor, ya tengo señalada la norma de mi conducta: ayudar a los demás y ofrecer el sacrificio en común con mis hermanos; la oración en común.
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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