PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 2978 ~ Sábado 9 de Abril de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Mi
Señor, mi alma quiere siempre alabar tu grandeza y tu generosidad para con todos
tus hijos. Eres grande, Tú eres el gran proveedor, el gran benefactor de la
humanidad que tiene hambre y sed de Ti. Sé que hay muchas situaciones que
escapan de mis capacidades, pero confío en tu ayuda, en que si me abandono en
tus manos, ya no temeré ningún mal y no habrá necesidad que me haga perder las
esperanzas. Quiero vivir para Ti, que eres poderoso y reinas con verdad y
justicia y no dejas de sorprendernos dándonos el Pan de vida eterna. Sé que
cuento con tu apoyo para salir victorioso de todas esas adversidades que nos
pone la vida, que a su vez son retos, pues pone a prueba nuestro amor y
fidelidad a Ti aún en los momentos de angustia, de necesidad y desespero. Todos
los días, Señor mío, quiero vivir en la plenitud de tu humildad, por ello, te
pido que me libres de las garras del egocentrismo, que no viva sólo para mí,
para mi propia satisfacción. Quiero desechar ese egoísmo cruel que me aparta
del buen camino y hace que desprecie a mi prójimo e ignore sus necesidades.
Cuento con tu bendición para ser uno de los tuyos y no privar a otros del Pan
que a mí pueda sobrarme. Eres mi esperanza, mi tesoro de gracias. Te amo. Todo
te lo entrego, todo lo que soy y todo lo que quiero ser para pertenecerte. Amén.
* Píldoras de Fe
¡Buenos días!
Sé tú mismo
Cada
persona es un ser único, por naturaleza. “Cuando Dios crea un persona rompe el
molde”, dice el proverbio. Por lo tanto el mejor consejo que puedo darte es: sé
tú mismo. Pero sé lo mejor de ti mismo. Ten valor de ser diferente y seguir tu
propio camino. No hagas vanos intentos de imitar ciegamente a los demás.
No tengas miedo de estar solo, de mirarte
interiormente y de encontrarte en tu silencio. Ten miedo de ser solitario,
aislado de tus hermanos, desconfiado, sin amigos y sin comunicación. Nunca
temas decir la verdad o expresar con claridad lo que sientes y afirmar aquello
que has visto o has oído. Teme más bien engañarte a ti mismo, autoconvencerte
de la mentira o colocar máscaras en tu rostro. Sé tú mismo en donde estés,
aceptando a los otros como son. Vive con intensidad y dinamismo. Rompe tus
murallas y levántate y la vida será para ti un canto, y cada día será una
fiesta (Sandy Macchi).
Para
fortalecer esta decisión de ser tú mismo, puedes decirte: “Proclamaré mi
singularidad ante el mundo. No intentaré imitar a otros. Soy una cosa rara, y
existe valor en todo lo raro. Soy un ser único de la naturaleza”. Esto es
honrar al Creador que te dio cualidades valiosas para una misión destacada. De
allí la importancia de conocerte y valorarte a ti mismo.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
Al
atardecer, los discípulos de Jesús bajaron a la orilla del mar, y subiendo a
una barca, se dirigían al otro lado del mar, a Cafarnaúm. Había ya oscurecido, y
Jesús todavía no había venido donde ellos; soplaba un fuerte viento y el mar
comenzó a encresparse. Cuando habían remado unos veinticinco o treinta
estadios, ven a Jesús que caminaba sobre el mar y se acercaba a la barca, y
tuvieron miedo. Pero Él les dijo: «Soy yo. No temáis». Quisieron recogerle en
la barca, pero en seguida la barca tocó tierra en el lugar a donde se dirigían.
(Jn
6,16-21)
Comentario:
Hoy,
Jesús nos desconcierta. Estábamos acostumbrados a un Redentor que, presto para
atender todo tipo de indigencia humana, no dudaba en recorrer a su poder
divino. De hecho, la acción transcurre justo después de la multiplicación de
los panes y peces a favor de la multitud hambrienta. Ahora, en cambio, nos
desconcierta un milagro —el hecho de andar sobre las aguas— que parece, a
primera vista, una acción de cara a la galería. ¡Pero no!, Jesús ya había
descartado el uso de su poder divino para buscar el lucimiento o el provecho
personal cuando al inicio de su misión rechazó las tentaciones del Maligno.
Al
andar sobre las aguas, Jesucristo está mostrando su señorío sobre las cosas
creadas. Pero también podemos ver una escenificación de su dominio sobre el
Maligno, representado por un mar embravecido en la oscuridad.
«No
temáis» (Jn 6,20), les decía Jesús en aquella ocasión. «Confiad, yo he vencido
al mundo» (Jn 16,33), les dirá después en el Cenáculo. Finalmente, es Jesús
quien dice a las mujeres en la mañana de Pascua, después de levantarse del
sepulcro: «No tengáis miedo». Nosotros, por el testimonio de los Apóstoles,
sabemos de su victoria sobre los enemigos del hombre, el pecado y la muerte.
Por esto, hoy, sus palabras resuenan en nuestro corazón con una fuerza
especial, porque son las palabras de Alguien que está vivo.
Las
mismas palabras que Jesús dirigía a Pedro y a los Apóstoles las repetía San
Juan Pablo II, sucesor de Pedro, al inicio de su pontificado: «No tengáis
miedo». Era una llamada a abrir el corazón, la propia existencia al Redentor
para que con Él no temamos ante los embates de los enemigos de Cristo.
Ante
la personal fragilidad para llevar a buen puerto las misiones que el Señor nos
pide (una vocación, un proyecto apostólico, un servicio...), nos consuela saber
que María también —criatura como nosotros— oyó las mismas palabras de parte del
ángel antes de afrontar la misión que el Señor le tenía encomendada. Aprendamos
de ella a acoger la invitación de Jesús cada día, en cada circunstancia.
* Rev. D. Vicenç GUINOT i Gómez (Sitges, Barcelona,
España)
Santoral Católico:
Nuestra Señora del Valle
Advocación Mariana
En
la Provincia de Catamarca, al Noroeste de la Argentina, entre los años de 1619
y 1620 fue hallada una pequeña imagen de la Virgen en una gruta oculta en el
monte agreste. El misterio rodeó por siglos la existencia de esa imagen, que era
venerada en secreto por los nativos del lugar. ¿Cómo llegó alli? Nunca se supo.
Este
descubrimiento, al impulso de los milagros sorprendentes que se produjeron a
partir de la veneración a la Madre del Verbo, suscitó el desarrollo de una
advocación que perdura a través de los siglos. Hoy en día, Nuestra Señora del
Valle de Catamarca configura un foco de atención de la fe del pueblo Argentino,
que junto a la Virgencita de Luján y la Virgen de Itatí, hacen un conjunto que
envuelve y enriquece la tradición Mariana de este pueblo.
La
Argentina fue fundada desde el norte hacia el sur (partiendo desde el alto
Perú), y es por eso que Catamarca fue una zona rica en tradición hispánica
desde temprana época. La difícil convivencia del español con los naturales del
lugar (Calchaquíes fundamentalmente) hizo que nuestra Madre Celestial decidiera
tender un puente entre los pueblos, como lo hizo en Guadalupe y en tantos otros
lugares de América.
Dios
siempre pone en el camino de los hombres a Su Madre, para que sea Ella la que
guíe a sus rebeldes hijos. Y es desde Ella que nacen las más profundas
expresiones de amor a Jesús, de devoción popular que dura por siglos y siglos
¡Ese es el mayor signo que caracteriza su Presencia!
Ella
fue Madre de las históricas comarcas de San Fernando del Valle de Catamarca,
cuando comenzó a brillar sobre las mismas la feliz aurora del cristianismo, y
más tarde en bello florecer de sus virtudes de las que hoy hace gala el
noroeste de la Argentina. María fue Madre en su vida eclesial, desde el primer
bautizado, desde el primer sacerdote nativo, e ilustres Obispos que por su
actuación se destacaron valientemente en las páginas de la Historia Nacional.
Para
información muy amplia clic acá.
© Reina del Cielo
Palabras del Papa Francisco
«Todos
estamos llamados a ser escritores vivos del Evangelio, portadores de la Buena
Noticia a todo hombre y mujer de hoy. Lo podemos hacer realizando las obras de
misericordia corporales y espirituales, que son el estilo de vida del
cristiano. Por medio de estos gestos sencillos y fuertes, a veces hasta
invisibles, podemos visitar a los necesitados, llevándoles la ternura y el
consuelo de Dios»
Tema del día:
10 ideas para calmar los nervios
Recopilemos
ideas para afrontar eventos que nos ponen especialmente nerviosos: citas,
entrevistas, exámenes, días especiales, etc. Si te sientes especialmente tenso,
espero que alguna de estas sugerencias te sea útil. Pocos días antes del evento
1. Identifica qué te preocupa
Cuando
el miedo se apodera de ti, el evento venidero se transforma en una masa
terrorífica difusa.
Es
hora de ser objetivo. Pregúntate qué te estresa exactamente:
¿Quedarte
en blanco? ¿Que te hagan preguntas difíciles? ¿Que alguien se ría?
Repasa
mentalmente esos pequeños desastres. Te darás cuenta de que parte de tus
nervios se deben a las exageraciones en las que te hace caer el miedo.
Quita
importancia a eso que temes. Trivialízalo. Si puedes, añádele algo de humor. Y
trata de convencerte de que tú tienes “arte” para salir airoso de cualquier
inconveniente. ¿Acaso no lo has hecho otras veces?
2. Practica
Está
bien. Quizás no tengas todo el “arte” que te gustaría. Entonces, ¿por qué no
preparas el evento a conciencia? Por ejemplo: Si es un examen, estudia más. Si
es una entrevista, simula alguna. En otro caso, haz un plan o simulacro con
algún amigo.
Planea,
lee, investiga, pide asesoramiento y entérate de la experiencia de gente que
haya pasado por la misma situación.
Cuanto
mejor estudies y planees el caso, y cuanto más te expongas, más preparado
estarás para afrontar ese momento difícil.
3. Cuídate cuanto puedas
Quedan
días para ese evento y prepararte para él hará que lo afrontes mejor, pero
servirá de muy poco si dejas de cuidar de ti.
La
preparación sin energía no llega muy lejos. Así es que no pases por alto tus
horas de sueño y de comida. Haz ejercicio y también incluye algún ratito de
esparcimiento.
4. Ocúpate en otras cosas
Practica
actividades que se relacionen poco con el evento que te tiene de los nervios.
También pueden servirte para desconectar.
5. Haz algo divertido
Dentro
de esas actividades, que no falten aquéllas que te hagan reír o, en general,
que te hagan sentir muy bien.
Baila,
pasea por la playa, visita a un amigo y recordáis anécdotas divertidas, etc. Lo
que se te ocurra. Así, hasta que llega el “gran día”. ¿Se desbocarán los
nervios? ¡Nada de eso!
6. Respira
Llega
el día del evento… Hoy es el gran día. Una buena manera de empezarlo es
respirando tranquilamente. Tómate unos instantes para respirar sin pensar en
nada más. Si tienes la ocasión, medita, pasea o haz algo de ejercicio.
Yo
he comprobado que esto es muy útil. Porque experimentas sensaciones de calma
que puedes evocar en los momentos en los que la tensión pretende apoderarse de
ti. Si no sabes cómo llegar a ese estado de calma, es más difícil controlar los
nervios en las situaciones más tensas.
7. Arréglate para la ocasión
Elige
un atuendo con el que te sientas cómodo, que te siente bien y que sea apropiado
para la situación.
En
este punto, lo que más te ayudará es que te gustes cuando te mires al espejo
antes de salir de casa. Eso da un plus de confianza.
8. Tómate tiempo
Para
respirar, ejercitarte, arreglarte, alimentarte y desplazarte donde sea que
tengas que ir. No llegues tarde. Eso te haría estar más tenso. Al contrario,
puedes llegar un poquito antes de la hora “H”, para familiarizarte con el lugar
(si no lo conoces).
9. Aprovecha los nervios
¿Sigues
un poquito nervioso? Sientes ese cosquilleo porque te enfrentas a algo que te
importa. Es natural… Es más, estar algo nervioso es positivo, ya que puedes
sacarle provecho a esa adrenalina que corre por tu cuerpo. Estás totalmente
despierto, alerta, con tus cinco sentidos aguzados.
No
hablamos de nervios desbocados o un miedo paralizante, sino una situación sobre
la que tienes control.
10. Sé positivo
Dítelo
a ti mismo: La situación está controlada. ¡Puedes hacerlo! Eres tú (tu aliado
incondicional) quien tiene que inyectarte algo de confianza. ¿No puedes?
Si,
justo a la hora de la verdad, crees que el asunto se te va de las manos, acude
al viejo truco de ir al baño (o a cualquier lugar donde puedas pasar a solas
unos instantes).
Ve
allí. Respira con calma. Y recuérdate que tú puedes con esto.
Vuelve
también a recordarte que es mucho peor lo que imaginas que lo que puede suceder
en realidad.
Bueno,
así es en muchas ocasiones, ¿o no?
Nota:
Este
artículo me llegó por correo de parte de una persona amiga. No consta quién es
el autor. He procedido a transcribirlo sin cambiar nada del texto original.
Pero ahora, al final, se me ocurre adecuado agregar un consejo más, el número
11 (o tal vez debería ser el primero): Reza. Encomiéndate a Dios y a la Virgen
para que te ayuden a superar los nervios y te acompañen en la actividad que vas
a realizar… No creo que exista mejor ayuda.
Felipe
"Pequeñas Semillitas" por e-mail
Si
lo deseas puedes recibir todos los días "Pequeñas
Semillitas" por correo, más el agregado de un powerpoint. Las
suscripciones son gratis y solo tienes que solicitarlas escribiendo a Rocío (moderadora de los grupos) a: peque.semillitas.3@gmail.com con el título: “Suscripción
a Pequeñas Semillitas”.
Si
ya estás suscripto y quieres cancelar tu suscripción debes escribir a la misma
dirección con el título: “Baja”.
Humor:
Sin enemigos
Casi
al final de la misa dominical el sacerdote preguntó:
-
¿Cuántos de ustedes han perdonado a sus enemigos?
El
80 por ciento de los fieles levantó la mano.
El
sacerdote insistió con la pregunta… Todos respondieron esta vez, excepto una
viejecita.
-
Señora Josefa... ¿No está dispuesta a perdonar a sus enemigos?
-
Yo no tengo enemigos, respondió dulcemente.
-
Sra. Josefa eso es muy raro ¿Cuántos años tiene usted?
-
99 respondió.
La
congregación se levantó y la aplaudió.
-
¿Puede pasar al frente y decirnos cómo llegó a los 99 años sin tener enemigos?
La
señora Josefa pasó al frente, se dirigió a la congregación y dijo:
-
¡Porque ya se murieron todos esos desgraciados!
Los cinco minutos de Dios
Abril 9
Es
malo ser tonto, pero es tonto ser malo. Solamente el hombre bueno, el que
cultiva en su espíritu sentimientos de bondad para sí y para los demás, es el
hombre verdaderamente sabio.
Los
tontos no pueden ser buenos; aunque no debes confundir ser tonto con ser poco
culto o no ser erudito; por otra parte, los buenos nunca son tontos, pues han
sabido captar la verdadera sabiduría, que no es la del mundo sino la de la
bondad.
Si,
pues, eres bueno, ¿por qué temes a Dios? siendo Dios como es, infinitamente
bueno, nadie puede tener miedo o temor de Él; si tú le temes, es porque no eres
bueno, y, al ser malo, piensas que Dios es como tú.
No
le tengas miedo a Dios; si le temes, que solamente sea un temor que brote del
amor que le tienes: un temor de disgustarle, porque Él es tu padre y nunca está
demás temer disgustar a Aquel que amamos profundamente.
“Entre los hombres rectos se encuentra el favor del
Señor” (Prov 14,9). “El necio no trama más que el pecado; el insolente se hace
abominable a los hombres” (Prov 24,9). De Job pudo escribirse: “Había un hombre
llamado Job: hombre íntegro y recto, temeroso de Dios y alejado del mal” (Job
1,1). Y del patriarca San José se hace la mejor canonización al llamarlo
“hombre justo” (Mt 1,19)
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.