PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 2988 ~ Sábado 23 de Abril de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Cuentan
que Narciso Yepes, el gran guitarrista español, se encontró un día con Jesús.
Tenía 24 años y estaba en París. Dice: “Era por la mañana. Exactamente el 18 de
mayo de 1951... Y me hizo Jesús una pregunta interior. Fue una pregunta en
apariencia muy simple: ¿Qué estás haciendo? En ese instante, todo cambió para
mí. Mi respuesta fue inmediata. Entré en la iglesia más próxima”.
Se
convirtió y era tal su amor por Dios que todos sus conciertos se los ofrecía a
Él. Dice: “A Él le encanta mi música. Pero más que mi música lo que le gusta es
que yo le dedique mi atención, mi sensibilidad, mi esfuerzo, mi arte, mi
trabajo. Ser consciente de la presencia de Dios, es una forma maravillosa de
rezar, de orar. Lo tengo bien experimentado”.
Él
se enamoró de Jesús por haber sentido su voz. ¿Y tú? ¿Serás capaz de seguirle a
tiempo completo y para siempre?
¡Buenos días!
Un día de acción
“Saluda
con gozo y agradecimiento el don inapreciable de este nuevo día. Trata con
ternura cada hora porque no retornará jamás. Elude con empeño todo aquello que
mata el tiempo. No escuches a labios ociosos, ni te quedes donde hay manos
inactivas” (Mandino). Valiosos consejos para no ser presa de la holgazanería
que frustra tus propósitos y aleja tus mejores metas.
Ningún trabajo es insignificante, ninguna tarea es
despreciable, cualquier ocupación merece que pongamos todas nuestras fuerzas y
nuestra creatividad en ella, como lo hizo Jesús en Nazaret, gastando en ello
casi toda su juventud. Nuestro trabajo puede ser vivido con una gran profundidad
espiritual si lo realizamos a la luz del trabajo de Jesús en su vida oculta (P.
Víctor Fernández).
El
trabajo honrado y responsable nos libera del aburrimiento, de entregarnos a los
vicios, y nos proporciona los recursos para remediar nuestras necesidades
fundamentales. Es una bendición de Dios. Trabaja con gusto y acabarás sintiendo
gusto por el trabajo. “El que no quiera trabajar, que no coma”, escribió san
Pablo a los de Tesalónica. Que tengas un día de acción.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si me conocéis a mí, conoceréis
también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto». Le dice Felipe:
«Señor, muéstranos al Padre y nos basta». Le dice Jesús: «¿Tanto tiempo hace
que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha
visto al Padre. ¿Cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre’? ¿No crees que yo estoy
en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi
cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras.
»Creedme:
yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Al menos, creedlo por las obras. En
verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo
hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi
nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si pedís algo
en mi nombre, yo lo haré». (Jn 14,7-14)
Comentario:
Hoy,
estamos invitados a reconocer en Jesús al Padre que se nos revela. Felipe
expresa una intuición muy justa: «Muéstranos al Padre y nos basta» (Jn 14,8).
Ver al Padre es descubrir a Dios como origen, como vida que brota, como
generosidad, como don que constantemente renueva cada cosa. ¿Qué más
necesitamos? Procedemos de Dios, y cada hombre, aunque no sea consciente, lleva
el profundo deseo de volver a Dios, de reencontrar la casa paterna y permanecer
allí para siempre. Allí se encuentran todos los bienes que podamos desear: la
vida, la luz, el amor, la paz… San Ignacio de Antioquía, que fue mártir al
principio del siglo segundo, decía: «Hay en mí un agua viva que murmura y dice
dentro de mí: ‘¡Ven al Padre!’».
Jesús
nos hace entrever la tan profunda intimidad recíproca que existe entre Él y el
Padre. «Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí» (Jn 14,11). Lo que Jesús
dice y hace encuentra su fuente en el Padre, y el Padre se expresa plenamente
en Jesús. Todo lo que el Padre desea decirnos se encuentra en las palabras y
los actos del Hijo. Todo lo que Él quiere cumplir a favor nuestro lo cumple por
su Hijo. Creer en el Hijo nos permite tener «acceso al Padre» (Ef 2,18).
La
fe humilde y fiel en Jesús, la elección de seguirle y obedecerle día tras día,
nos pone en contacto misterioso pero real con el mismo misterio de Dios, y nos
hace beneficiarios de todas las riquezas de su benevolencia y misericordia.
Esta fe permite al Padre llevar adelante, a través de nosotros, la obra de la
gracia que empezó en su Hijo: «El que crea en mí, hará él también las obras que
yo hago» (Jn 14,12).
* P. Jacques PHILIPPE (Cordes sur Ciel, Francia)
Santoral Católico:
San Jorge
Mártir y Patrono de Inglaterra
La
figura de este mártir nos llega desde la remota antigüedad cristiana envuelta
en leyenda. Nacido en Capadocia y educado en la fe cristiana por su madre, dejó
su cargo en el ejército imperial, cambiándolo por la profesión de la milicia
cristiana; repartió sus bienes entre los pobres, se enfrentó a los cultos
paganos y sufrió cruel martirio durante la persecución de Diocleciano a
comienzos del siglo IV. Ya en ese siglo fue objeto de veneración en Dióspolis o
Lidda (Palestina), donde había una iglesia construida en su honor, en la que se
veneraba su sepulcro. Su culto se difundió ampliamente desde muy antiguo por
Oriente y Occidente. La tradición popular y el arte lo representan como el
caballero que hace frente al dragón, símbolo de la fe intrépida que triunfa
sobre la fuerza del maligno.
Oración: Señor, alabamos tu poder y te rogamos que
san Jorge, fiel imitador de la pasión de tu Hijo, sea para nosotros protector
generoso en nuestra debilidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
Palabras del Papa Francisco
“Nadie
puede llamarse seguidor de Jesús, si no escucha su Voz. Y este ‘escuchar’ no
debe ser entendido en manera superficial, sino cautivante, al punto de hacer posible
un verdadero conocimiento reciproco. ¡Se trata de una escucha no sólo del oído
sino de una escucha del corazón!”
Historias:
El cheque
Un
hombre de negocios estaba lleno de deudas y no encontraba ninguna salida para
su situación. Sus acreedores estaban sobre él, el teléfono no paraba de sonar
con demandas de pago que no podía hacer.
Un
día fue al parque y se sentó sobre un banco preguntándose si valía la pena
vivir así, o si lo que debía hacer era darse por vencido y declararse en
bancarrota. Fue entonces cuando un anciano con cara amigable se acercó
caminando hasta donde él estaba y le dijo: “¿Te sucede algo, verdad?”
El
hombre de negocios, en su desesperación, le contó todos sus problemas. “Creo
que puedo ayudarte”, dijo el anciano y buscó en sus bolsillos y sacó la
chequera. Le peguntó al hombre cómo se llamaba y extendió un cheque que puso en
su mano. “Toma el dinero y encuéntrame aquí en un año a partir de hoy para
regresármelo”. Dicho esto se dio vuelta y desapareció tan rápido como había llegado.
El
hombre de negocios vio en sus manos un cheque por 1.000.000 de dólares firmado
por John D. Rockefeller, quien era por entonces uno de los hombres más ricos
del mundo. “Mis problemas se terminaron” lloró el hombre. “Ahora puedo pagar
mis deudas”.
Se
mantuvo diciéndose a sí mismo que debería usar el cheque, pero en lugar de eso,
decidió guardarlo en un lugar seguro y tratar de resolver sus problemas
económicos por su propia cuenta. El hecho de saber que podría usar el cheque en
cualquier momento, le daba una gran
determinación para encontrar una forma de salvar su negocio. Con un optimismo
renovado, el ejecutivo negoció sus tratos de una mejor manera y extendió los
términos de pago. Además cerró varias ventas grandes.
Después
de algunos meses, se encontraba libre de deudas y haciendo dinero nuevamente…
Exactamente
un año después, él volvió al parque con el cheque intacto. A la hora acordada,
el anciano apareció. Pero justo cuando el ejecutivo estaba a punto de
entregarle el cheque en su mano y contarle su exitosa historia del último año,
una enfermera llegó corriendo para agarrar al anciano.
“Estoy
tan contenta de encontrarlo” dijo ella. “Espero que no lo haya molestado. Él
siempre se escapa de la casa de reposo y le dice a la gente que es John D.
Rockefeller” y se lo llevó con ella de regreso al hogar de ancianos.
El
sorprendido ejecutivo se quedó allí totalmente sorprendido y aturdido. Durante
un año había estado negociando, comprando y vendiendo, convencido de que tenía
un millón de dólares detrás de él. De repente comprendió que no había sido el
dinero, real o imaginario, lo que había cambiado su vida. Fue su recién
descubierta autoconfianza lo que le dio el poder de lograr lo que no había
hecho antes.
RECUERDA:
Algunas veces la mejor respuesta está dentro de ti, si tan solo encuentras el
sentido de la confianza en ti mismo.
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Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la
falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras
enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los
presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la
unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de
los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones
sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración por Juan Simón A. R., de
Veracruz, México, a quien le detectaron cáncer de hígado. Pedimos la
Misericordia de Dios para que pueda sanar completamente.
Pedimos
oración para Raúl, de California, USA,
que ha sido internado con neumonía. Rogamos a Dios que también su esposa Choly se termine de recuperar ya que
hace poco ha tenido una cirugía de cadera.
Pedimos
oración para Cristina L. F., de
México, que está en recuperación de una operación pero todavía con muchos
dolores. Y también de México, rezamos por Pepe
C. S., quien sigue luchando con un derrame cerebral. Ha tenido avances
lentos pero ayer por primera vez pudo comunicarse por medio del movimiento de
un dedo y hoy, ya pudo decir unas palabras. Pedimos su pronta recuperación pues
es un proceso lento y desgastante para él.
Pedimos
oración para las siguientes personas de Argentina: Tobías C., de 10 años, internado hace una semana con un cuadro
delicado; Silvia T., internada hace
20 días con problemas de plaquetas bajas; Pablo
T., un papá joven que ha tenido un ACV, y además de estar en coma
farmacológico ha contraído neumonía.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de Dios
Abril 23
Tú
te fías de todos y, con no poca frecuencia, te ves desilusionado; otros no se
fían de nadie y viven en un contínuo sobresalto; habrá que buscar un justo
equilibrio.
El
equilibrio consistirá en confiar en aquellos que han merecido tu confianza, de
quienes estás moralmente seguro de que no recibirás una infidelidad.
Pero
mira que los demás también observarán contigo esta misma norma: se confiarán en
tí, siempre y cuando tú merezcas que ellos se fíen de tí, depositen en tí su
confianza; esa confianza hay que saberla ganar y conservar.
Perder
la confianza de los demás puede llegar a constituir para tí una verdadera
crisis; perder la confianza que tienes en los otros puede producirte no pocos
sinsabores; tú recogerás lo que siembres, te darán lo que des, recibirás lo que
merezcas.
Y
si, en algún caso, no eres correspondido, siempre te quedará la satisfacción de
haber sido como debías ser.
Antes que en nadie, debemos poner nuestra confianza
en el Señor, pues sabemos que Él nunca nos va a fallar. “Acerquémonos
confiadamente al trono de gracia a fin de alcanzar misericordia y encontrar la
gracia de un auxilio oportuno” (Heb 4,16)
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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