PEQUEÑAS SEMILLITAS
Número 0403 ~ Domingo 25 de Mayo de 2008
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Hola !!!
Hoy los cristianos conmemoramos la Festividad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, que no es otra cosa sino el Sacramento de la Eucaristía, tal como lo definió claramente el Concilio de Trento: " En el Santísimo Sacramento de la Eucaristía se contiene verdadera, real y sustancialmente el Cuerpo y Sangre de nuestro Señor Jesucristo, juntamente con su Alma y Divinidad. En realidad Cristo íntegramente."
Para obtener abundante información sobre aspectos de esta Festividad, los lectores pueden desplazarse en los diveros capítulos que se ofrecen en la página siguiente:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: «Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo».
Discutían entre sí los judíos y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?». Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. Éste es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre».
(Juan 6, 51-58)
Comentario
Hoy, todo el mensaje que hemos de escuchar y vivir está contenido en “el pan”. El capítulo sexto del Evangelio según san Juan refiere el milagro de la multiplicación de los panes, seguido de un gran discurso de Jesús, uno de cuyos fragmentos escuchamos hoy. Nos interesa mucho entenderle, no sólo para vivir la fiesta del “Corpus” y el sacramento de la Eucaristía, sino también para comprender uno de los mensajes centrales de su Evangelio.
Hay multitudes hambrientas que necesitan pan. Hay toda una humanidad abocada a la muerte y al vacío, carente de esperanza, que necesita a Jesucristo. Hay un Pueblo de Dios creyente y caminante que necesita encontrarle visiblemente para seguir viviendo de Él y alcanzar la vida. Tres clases de hambre y tres experiencias de saciedad, que corresponden a tres formas de pan: el pan material, el pan que es la persona de Jesucristo y el pan eucarístico.
Sabemos que el pan más importante es Jesucristo. Sin Él no podemos vivir de ninguna manera: «Separados de mí no podéis hacer nada» (Jn 15,5). Pero Él mismo quiso dar de comer al hambriento y, además, hizo de ello un imperativo evangélico fundamental. Seguramente pensaba que era una buena manera de revelar y verificar el amor de Dios que salva. Pero también quiso hacerse accesible a nosotros en forma de pan, para que, quienes aún caminamos en la historia, permanezcamos en ese amor y alcancemos así la vida.
Quería ante todo enseñarnos que hemos de buscarle y vivir de Él; quiso demostrar su amor dando de comer al hambriento, ofreciéndose asiduamente en la Eucaristía: «El que coma este pan vivirá para siempre» (Jn 6,58). San Agustín comentaba este Evangelio con frases atrevidas y plásticas: «Cuando se come a Cristo, se come la vida (…). Si, pues, os separáis hasta el punto de no tomar el Cuerpo ni la Sangre del Señor, es de temer que muráis».
Mons. Agustí Cortés i Soriano, Obispo de Sant Feliu de Llobregat (España)
Santoral y Efemérides
En el Santoral Católico hoy se conmemora la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Algunos de los hechos más importantes ocurridos en un día como hoy en la Historia fueron:
1681 - Muere Pedro Calderón de la Barca, dramaturgo y poeta español.
1810 - Revolución de Mayo: se instituye la Primera Junta de Gobierno, primer gobierno patrio argentino.
1862 - Muere Juana Azurduy de Padilla, guerrera boliviana.
1883 - Se establece en Alemania el Seguro de Enfermedad. Es el primer país que lo instituye a nivel nacional.
1901 - En Argentina se funda el club River Plate.
1908 - En Argentina se inaugura el nuevo edificio del Teatro Colón, en su actual ubicación.
1946 - Transjordania, actual Jordania, se proclama Estado independiente, y el emir Abdulá sube al trono como primer monarca.
1947 - El Senado de EE.UU. aprueba el Acta Nacional de Seguridad, por la que se crea la CIA (Agencia Central de Inteligencia).
1951 - La Asamblea Nacional de Panamá declara al ex presidente Arnulfo Arias culpable de abuso de autoridad y lo inhabilita para cargos públicos.
1992 - El democristiano Oscar Luigi Scalfaro es elegido presidente de Italia después de trece días de votaciones.
1993 - El presidente de Guatemala, Jorge Serrano, disuelve los poderes legislativo y judicial y convoca una Asamblea Constituyente.
2002 - Los 225 ocupantes de un Boeing 747 de China Airlines, mueren al estrellarse en el estrecho de Taiwán.
Pensamiento
"No habrá paz en la tierra mientras perduren las opresiones de los pueblos, las injusticias y los desequilibrios económicos que todavía existen".
Juan Pablo II
Reflexiones en el día de la Patria
El 25 de Mayo en Argentina celebraremos la instalación del primer gobierno argentino ocurrido en 1810.
A principios del siglo XIX, nuestro pueblo todavía era una colonia española y, entre otras restricciones, tenía limitado su comercio exterior: sólo podía comprar productos a España.
En 1806 y 1807, los ingleses invadieron el Río de la Plata con el objetivo de vender aquí los productos elaborados en sus fábricas. Durante estas invasiones, los criollos lograron recuperar la ciudad de Buenos Aires sin ayuda de España y designar, en lugar del virrey Sobremonte, al general Liniers.
En 1808, Francia invadió España y derrocó al entonces rey Fernando VII. Las nuevas autoridades españolas depusieron a Liniers y nombraron a Cisneros como virrey.
Frente a la debilidad de la Corona Española y como consecuencia de la fortaleza militar y civil ganada en el enfrentamiento contra los ingleses, los criollos, en 1810, presionaron al virrey Cisneros para que convocara a un Cabildo Abierto que sesionó el 22 de mayo.
El 24 de mayo, los criollos lograron que el gobierno del virrey fuera reemplazado por una Junta. Sin embargo, el pueblo no quedó conforme pues la Junta estaba presidida por el mismo Cisneros. Inmediatamente, numerosos vecinos, apoyados por el Regimiento de Patricios, se reunieron en la Plaza de la Victoria y presionaron con tanta firmeza que el 25 de Mayo se designó como autoridad del Virreinato del Río de la Plata a la Primera Junta de Gobierno integrada, mayoritariamente, por criollos. De este modo, nació el primer gobierno de nuestro pueblo.
Celebrar el 25 de Mayo es festejar la lucha por la libertad. Fueron muchos varones y mujeres de nuestra tierra los que dieron sus esfuerzos y su vida por la emancipación.
Así es la historia: la suma de los hechos de la gente que habita los pueblos. Ahora cada uno de nosotros está haciendo historia, estamos definiendo nuestro presente y nuestro futuro. Por eso, mirar hacia atrás y encontrarnos con otras personas que lucharon por la libertad debe darnos fuerzas para enfrentar las crisis y saber que, si nos unimos, lograremos vivir mejor.
Todos somos responsables y debemos ser partícipes para garantizar un mejor futuro para nuestros hijos y nietos. Recordar a quienes nos gobiernan que son nuestros “mandatarios” lo cual significa que tienen nuestro mandato para administrar las cosas del país, lo cual no los autoriza a hacer lo que se les antoja violando la constitución y las leyes, ni a sentirse dueños de la nación y del destino de su gente y de sus bienes.
Como en mayo de 1810, el pueblo debe velar atentamente los acontecimientos políticos y no permitir desvíos de ninguna índole por parte de quienes nos gobiernan. Recordemos lo que decía Mahatma Gandhi: "Debes ser el cambio que quieres ver en el mundo..."
En tiempos de crisis, la solidaridad cotidiana, la valentía para escuchar y hacernos escuchar, la responsabilidad de estudiar para ser ciudadanos críticos, la de enseñar, dar afecto y transmitir nuestros mejores valores podrán hacernos hoy, como en aquel 1810, un pueblo más libre.
Biografías : Mariano Moreno
Mariano Moreno nació en Buenos Aires el 23 de septiembre de 1778. Su padre, Manuel Moreno y Argumosa, nacido en Santander, era funcionario de la Tesorería de las Cajas Rurales. Su madre, Ana María Valle, era una de las pocas mujeres en Buenos Aires que sabía leer y escribir, y Moreno aprendió con ella sus primeras letras. El de los Moreno era un típico hogar de funcionario de mediana jerarquía, con casa propia y varios esclavos, en los Altos de San Telmo, a prudente distancia del aristocrático barrio del Fuerte. Su aprendizaje posterior estuvo limitado por las escasas posibilidades económicas de su familia: la escuela del Rey y el Colegio de San Carlos, que sólo se lo admitió como oyente. Fray Cayetano Rodríguez, uno de los maestros de Moreno, le abrió la biblioteca de su convento. Su aspiración de seguir estudios en la Universidad de Chuquisaca se vio postergada hasta que su padre pudo reunir el dinero necesario. Finalmente, en noviembre de 1799, Moreno emprendió la travesía hacia el Norte. Dos meses y medio de viaje, incluyendo quince días de enfermedad en Tucumán, fueron el prólogo de la nueva etapa de su vida.
Moreno tenía veintiún años cuando llegó a Chuquisaca. Allí trabó una profunda amistad con el canónigo Terrazas, hombre de gran cultura que le facilitó el acceso a su biblioteca y lo incluyó en su círculo de amigos y discípulos.
Respetando la voluntad de su padre, en 1800 siguió los cursos de teología en la universidad de Chuquisaca. Un año después se doctoró e inició los cursos de derecho.
De todos los autores que frecuentó en la biblioteca de Terrazas, Juan de Solórzano y Pereyra y Victorián de Villalba, le dejaron la más profunda huella. Solórzano reclamaba, en su Política Indiana, la igualdad de derechos para los criollos. Villalba, en su Discurso sobre la mita de Potosí, denunciaba la brutal esclavitud a que se sometía a los indios en las explotaciones mineras: "En los países de minas no se ve sino la opulencia de unos pocos con la miseria de infinitos".
También fue en aquella biblioteca donde Moreno tomó contacto por primera vez con los grandes pensadores del "siglo de las luces". Quedó particularmente impresionado por Rousseau y su estilo directo y contundente: "El hombre es libre, pero en todas partes se halla encadenado", decía el autor de ‘El contrato social’.
En 1802, Moreno visitó Potosí y quedó profundamente conmovido por el grado de explotación y miseria al que eran sometidos los indígenas en las minas. De regreso a Chuquisaca, escribió su ‘Disertación jurídica sobre el servicio personal de los indios’, donde decía entre otras cosas: "Desde el descubrimiento empezó la malicia a perseguir unos hombres que no tuvieron otro delito que haber nacido en unas tierras que la naturaleza enriqueció con opulencia y que prefieren dejar sus pueblos que sujetarse a las opresiones y servicios de sus amos, jueces y curas".
En 1804, Moreno se enamoró de una joven de Charcas, María Guadalupe Cuenca. Guadalupe estaba destinada por su madre a ser monja, pero el amor por Moreno aumentó sus argumentos para negarse a la reclusión del convento. Se casaron a poco de conocerse y un año después, nació Marianito.
La situación de los Moreno en Chuquisaca se estaba tornando complicada. Entre 1803 y 1804, Moreno había hecho su práctica jurídica en el estudio de Agustín Gascón, asumiendo la defensa de varios indios contra los abusos de sus patrones. En sus alegatos inculpó al intendente de Cochabamba y al alcalde de Chayanta. Las presiones aumentaron y Moreno decidió regresar a Buenos Aires con su familia.
A poco de llegar, a mediados de 1805, comenzó a ejercer su profesión de abogado y fue nombrado Relator de la Audiencia y asesor del Cabildo de Buenos Aires.
Durante las invasiones inglesas escribió una memoria con los acontecimientos más destacables. "Yo he visto llorar muchos hombres por la infamia con que se les entregaba; y yo mismo he llorado más que otro alguno, cuando a las tres de la tarde del 27 de junio de 1806, vi entrar a 1.560 hombres ingleses, que apoderados de mi patria se alojaron en el fuerte y demás cuarteles de la ciudad."
Tras las invasiones inglesas, los grupos económicos de Buenos Aires se fueron dividiendo en dos fracciones bien marcadas y enfrentadas: los comerciantes monopolistas y los ganaderos exportadores. Los comerciantes españoles querían mantener el privilegio de ser los únicos autorizados para introducir y vender los productos extranjeros que llegaban desde España. Estos productos eran carísimos porque España a su vez se los compraba a otros países, como Francia e Inglaterra, para después revenderlos en América. En cambio, los ganaderos querían comerciar directa y libremente con Inglaterra y otros países que eran los más importantes clientes y proveedores de esta región. España se había transformado en una cara, ineficiente e innecesaria intermediaria.
Tras el interinato del Virrey Liniers, ocupó el cargo en 1809 don Baltasar Hidalgo de Cisneros. La situación del virreinato era complicada. El comercio estaba paralizado por la guerra entre España y Napoleón, que provocaba una enorme disminución de las rentas aduaneras de Buenos Aires, principal fuente de recursos.
Ante la desesperante escasez de recursos, el nuevo virrey tomó una medida extrema, aun contra la oposición del consulado: aprobó un reglamento provisorio de libre comercio que ponía fin a siglos de monopolio español y autorizaba el comercio con los ingleses. Los comerciantes monopolistas españoles se opusieron y lograron que el apoderado del Consulado de Cádiz, Fernández de Agüero, enviara una nota de protesta al virrey, en la que alertaba sobre los peligros "económicos y religiosos" que implicaba el comercio directo con los ingleses. Moreno escribió entonces su célebre ‘Representación de los hacendados’. Allí defiende la libertad de comercio: "Nada es hoy tan provechoso para la España como afirmar por todos los vínculos posibles la estrecha unión y alianza con la Inglaterra. Esta nación generosa que, conteniendo de un golpe el furor de la guerra, franqueó a nuestra metrópoli auxilios y socorros, es acreedora por los títulos más fuertes a que no se separe de nuestras especulaciones el bien de sus vasallos (...) Acreditamos ser mejores españoles cuando nos complacemos de contribuir por relaciones mercantiles a la estrecha unión de una nación generosa y opulenta, cuyos socorros son absolutamente necesarios para la independencia de España".
Un memorandum del Foreign Office de 1809 decía: "Sea que sigan dependiendo de España o que formen gobiernos independientes, lo cierto es que los sudamericanos, en este momento, abren sus brazos a Inglaterra: es indiferente en qué forma buscan nuestra ayuda, siempre que el incremento de los negocios y el nuevo mercado que nos ofrecen para la venta de nuestras manufacturas compense nuestra protección".
La redacción de este documento acercó a Moreno a los sectores revolucionarios, que venían formándose desde las invasiones inglesas, y de los que se había mantenido a una prudente distancia. Tal vez por eso lo haya sorprendido el nombramiento como secretario de la Primera Junta de Gobierno, según cuenta su hermano Manuel.
Moreno no fue protagonista de la Semana de Mayo. No se lo escuchó como a Castelli en el famoso Cabildo del 22, ni anduvo por la plaza con los chisperos de French y Beruti. Su protagonismo comenzó el 25 de mayo de 1810, al asumir las Secretarías de Guerra y Gobierno de la Primera Junta. Desde allí desplegará toda su actividad revolucionaria. Bajo su impulso, la Junta produjo la apertura de varios puertos al comercio exterior, redujo los derechos de exportación y redactó un reglamento de comercio, medidas con las que pretendió mejorar la situación económica y la recaudación fiscal. Creó la biblioteca pública y el órgano oficial del gobierno revolucionario, La Gazeta, dirigida por el propio Moreno, que decía en uno de sus primeros números: "El pueblo no debe contentarse con que sus jefes obren bien; él debe aspirar a que nunca puedan obrar mal. Seremos respetables a las naciones extranjeras, no por riquezas, que excitarán su codicia; no por el número de tropas, que en muchos años no podrán igualar las de Europa; lo seremos solamente cuando renazcan en nosotros las virtudes de un pueblo sobrio y laborioso".
Por una circular del 27 de mayo de 1810, la Junta invitaba a las provincias interiores a enviar diputados para integrarse a un Congreso General Constituyente. En Buenos Aires, el ex virrey Cisneros y los miembros de la Audiencia trataron de huir a Montevideo y unirse a Elío (que no acataba la autoridad de Buenos Aires y logrará ser nombrado virrey), pero fueron arrestados y enviados a España en un buque inglés.
A poco de asumir el nuevo gobierno, se habían evidenciado las diferencias entre el presidente, Saavedra, y el secretario Moreno.
Moreno encarnaba el ideario de los sectores que propiciaban algo más que un cambio administrativo. Se proponían cambios económicos y sociales más profundos. Pensaba que la revolución debía controlarse desde Buenos Aires, porque el interior seguía en manos de los sectores más conservadores vinculados al poder anterior. Saavedra, en cambio, representaba a los sectores conservadores a favor del mantenimiento de la situación social anterior.
Un episodio complicó aun más la relación entre ambos. El 5 de diciembre de 1810, hubo una fiesta en el Regimiento de Patricios, para celebrar la victoria de Suipacha. Uno de los asistentes, el capitán de Húsares Atanasio Duarte, que había tomado algunas copas de más, propuso un brindis "por el primer rey y emperador de América, Don Cornelio Saavedra" y le ofreció a doña Saturnina, la esposa de Saavedra, una corona de azúcar que adornaba una torta.
Al enterarse del episodio, el secretario Moreno decretó el inmediato destierro de Atanasio Duarte, diciendo que "...un habitante de Buenos Aires ni ebrio ni dormido debe tener expresiones contra la libertad de su país"; prohibió todo brindis o aclamación pública a favor de cualquier funcionario y suprimió todos los honores especiales de que gozaba el Presidente de la Junta. La pelea entre Moreno y Saavedra estaba desatada.
Moreno, preocupado por los sentimientos conservadores que predominaban en el interior, entendió que la influencia de los diputados que comenzaban a llegar sería negativa para el desarrollo de la revolución. A partir de una maniobra de Saavedra, estos diputados se fueron incorporando al Ejecutivo, y no al prometido Congreso Constituyente. Moreno se opuso y pidió que se respetara la disposición del 27. Pero estaba en minoría y sólo recibió el apoyo de Paso.
Cornelio Saavedra, moderado y conciliador con las ex autoridades coloniales, había logrado imponerse sobre Mariano Moreno. Para desembarazarse de él lo envió a Europa con una misión relacionada con la compra de armamento. Moreno aceptó, quizás con la intención de dar tiempo a sus partidarios para revertir la situación, y quizás también para salvar su vida. Saavedra dio su versión de los hechos en una carta dirigida a Chiclana el 15 de enero de 1811: "Me llamó aparte y me pidió por favor se lo mandase de diputado a Londres: se lo ofrecí bajo mi palabra; le conseguí todo: se le han asignado 8.000 pesos al año mientras está allí, se le han dado 20.000 pesos para gastos; se le ha concedido llevar a su hermano y a Guido, tan buenos como él, con dos años adelantados de sueldos y 500 pesos de sobresueldo, en fin, cuanto me ha pedido tanto le he servido".
La fragata inglesa Fama soltó amarras el 24 de enero de 1811. A poco de partir Moreno, que nunca había gozado de buena salud, se sintió enfermo y le comentó a sus acompañantes: "Algo funesto se anuncia en mi viaje...". Las presunciones de Moreno no eran infundadas. Resulta altamente sospechoso que el gobierno porteño hubiera firmado contrato con un tal Mr. Curtís el 9 de febrero, es decir, quince días después de la partida del ex secretario de la Junta de Mayo, adjudicándole una misión idéntica a la de Moreno para el equipamiento del incipiente ejército nacional. El artículo 11 de este documento aclara "que si el señor doctor don Mariano Moreno hubiere fallecido, o por algún accidente imprevisto no se hallare en Inglaterra, deberá entenderse Mr. Curtís con don Aniceto Padilla en los mismos términos que lo habría hecho el doctor Moreno".
Al poco tiempo de partir Moreno hacia su destino londinense, Guadalupe, que había recibido en una encomienda anónima un abanico de luto, un velo y un par de guantes negros, comenzó a escribirle decenas de cartas a su esposo. En una de ellas le decía: "Moreno, si no te perjudicas, procura venirte lo más pronto que puedas o hacerme llevar porque sin vos no puedo vivir. No tengo gusto para nada de considerar que estés enfermo o triste sin tener tu mujer y tu hijo que te consuelen; ¿o quizás ya habrás encontrado alguna inglesa que ocupe mi lugar? No hagas eso Moreno, cuando te tiente alguna inglesa acuérdate que tienes una mujer fiel a quien ofendes después de Dios". La carta estaba fechada el 14 de marzo de 1811, y como las otras, nunca llegó a destino. Mariano Moreno había muerto hacía diez días, tras ingerir una sospechosa medicina suministrada por el capitán del barco. Su cuerpo fue arrojado al mar. Guadalupe le siguió escribiendo sus cartas. Se enteró de la trágica noticia varios meses después, cuando Saavedra lanzó su célebre frase: "Hacía falta tanta agua para apagar tanto fuego". Los boticarios de la época solían describir los síntomas producidos por la ingesta de arsénico como a un fuego que quema las entrañas.
Tomado de Felipe Pigna, historiador
Mayo mes de María
Día 25: El milagro de Calanda
Finales de julio de 1637. Miguel Juan Pellicer, natural de Calanda (Teruel, España) tuvo un accidente durante su trabajo. Cayó al suelo y le pasó por encima de la pierna derecha una de las ruedas del carro de su tío rompiéndosela más o menos a la altura del tobillo. Le llevaron al hospital de Valencia y, al ver que cada vez empeoraba más, lo trasladaron a Zaragoza donde llegó a primeros de octubre, con mucha fiebre y la pierna totalmente gangrenada. Antes de ingresar en el hospital fue a la iglesia del Pilar, donde se confesó y comulgó.
Ya en el hospital, viendo los médicos que la pierna no tenía curación decidieron cortarla por debajo de la rodilla. Se la serraron sin más anestesia que una bebida bien cargada de alcohol mientras él se encomendaba a la Virgen del Pilar. Después de la operación, dos médicos enterraron la pierna en el cementerio del hospital.
Cuando se repuso de la operación, pasó dos años y medio pidiendo limosna en la puerta del Pilar y durmiendo en una posada o en los bancos del hospital. Regresó a Calanda. Una noche soñó que se untaba el muñón con el aceite de la lámpara de la iglesia del Pilar. Al entrar sus padres en la habitación notaron una extraña fragancia; la madre se aproximó con el candil a su hijo y vio que le salían de entre las sábanas no una sino las dos piernas. Era su misma pierna amputada: con antiguas cicatrices de niño y la lesión cerca de tobillo que le hizo el carro cuando le pasó por encima. Además se comprobó que la pierna enterrada en el cementerio del hospital no estaba. Todo el pueblo fue testigo del milagro y el párroco celebró una misa en acción de gracias.
¡Qué grande eres, Madre mía! No necesito ver milagros, porque ya has hecho miles. Pero sí necesito que aumentes mí fe cada día, hasta tenerla tan grande como la tuya. ¡Creo, Madre, pero haz que crea más y más!
Ahora puedes seguir hablando a María con tus palabras, comentándole algo de lo que has leído. Después termina con la oración final.
Texto escrito por José Pedro Manglano Castellary (Sacerdote)
http://webcatolicodejavier.org
¡Oh Señora Mía, Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a ti; y en prueba de mi amor de hijo te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, Madre buena, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén
Pedido de oración
Pedimos oración por la niña Martina, de 2 añitos, sobrina nieta de Marta Marelli, lectora de esta página, y que se encuentra internada en el Hospital Garraham de Buenos Aires.
Nuestra lectora Conchi Rojano, nos escribe desde Córdoba, España para pedirnos oraciones por sus padres: Su papá Paco tiene 92 años y padece de un angiosarcoma por el cual podrían llegar a tener que amputarle una pierna. Su mamá Concha tiene 86 años y hace tres semanas sufrió una hemorragia masiva de cerebelo por la cual los médicos son extremadamente pesimistas. Oramos por ellos.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro
Una madre nunca juzga al hijo, nunca condena su proceder; su maternal corazón la impulsa a hallar excusas y explicaciones para no juzgar y no condenar al hijo.
Si esto hace la madre terrena, podemos imaginar lo que hará la nuestra celestial.
A ella Dios no le ha encomendado la justicia sino la misericordia, no el castigo sino el perdón. Por eso, cuando la conciencia nos cargue con el peso del pecado, debemos acudir a ella implorando su perdón; siempre hallaremos su Corazón latiendo por nosotros, perdonándonos, amándonos.
Madre de todos, pero de un modo especial de los jóvenes, protégelos, porque ellos son la esperanza del mundo y de la Iglesia.
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