jueves, 28 de agosto de 2025

Pequeñas Semillitas 6083

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 20 - Número 6083 ~ Jueves 28 de Agosto de 2025
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Hoy celebramos a San Agustín, uno de los santos más grandes que ha dado la Iglesia. A su autoría pertenece esta oración con la que iniciamos esta edición de “Pequeñas Semillitas”:
Señor, Dios mío, mi única esperanza, concédeme que, aun cansado, no deje de buscarte, que busque tu rostro siempre con ardor.
Tú que das fuerzas al que busca, que te has hecho encontrar y que me has dado esperanza de encontrarte más y más.
Ante ti están mi conocimiento y mi ignorancia: allí donde me has abierto, recíbeme cuando entro; allí donde me has cerrado, ábreme cuando llamo.
Haz que te tenga en mi recuerdo; que te comprenda; que te ame. Así sea.

 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
- JUEVES 21 DEL TIEMPO ORDINARIO -
Primera Lectura: 1 Tesalonicenses 3, 7-13
 
Salmo: Sal 89, 3-4. 12-13. 14 y 17
 
Santo Evangelio: Mt 24,42-51
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa. Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre. ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, a quien el señor puso al frente de su servidumbre para darles la comida a su tiempo? Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. Yo os aseguro que le pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si el mal siervo aquel se dice en su corazón: ‘Mi señor tarda’, y se pone a golpear a sus compañeros y come y bebe con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le separará y le señalará su suerte entre los hipócritas; allí será el llanto y el rechinar de dientes».
 
Comentario:
Hoy, el texto evangélico nos habla de la incertidumbre del momento en que vendrá el Señor: «No sabéis qué día vendrá» (Mt 24,42). Si queremos que nos encuentre velando en el momento de su llegada, no nos podemos distraer ni dormirnos: hay que estar siempre preparados. Jesús pone muchos ejemplos de esta atención: el que vigila por si viene un ladrón, el siervo que quiere complacer a su amo... Quizá hoy nos hablaría de un portero de fútbol que no sabe cuándo ni de qué manera le vendrá la pelota...
Pero, quizá, antes debiéramos aclarar de qué venida se nos habla. ¿Se trata de la hora de la muerte? ¿Se trata del fin del mundo? Ciertamente, son venidas del Señor que Él ha dejado expresamente en la incertidumbre para provocar en nosotros una atención constante. Pero, haciendo un cálculo de probabilidades, quizá nadie de nuestra generación será testimonio de un cataclismo universal que ponga fin a la existencia de la vida humana en este planeta. Y, por lo que se refiere a la muerte, esto sólo será una vez y basta. Mientras esto no llegue, ¿no hay ninguna otra venida más cercana ante la cual nos convenga estar siempre preparados?
«¡Cómo pasan los años! Los meses se reducen a semanas, las semanas a días, los días a horas, y las horas a segundos...» (San Francisco de Sales). Cada día, cada hora, en cada instante, el Señor está cerca de nuestra vida. A través de inspiraciones internas, a través de las personas que nos rodean, de los hechos que se van sucediendo, el Señor llama a nuestra puerta y, como dice el Apocalipsis: «Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo» (Ap 3,20). Hoy, si comulgamos, esto volverá a pasar. Hoy, si escuchamos pacientemente los problemas que otro nos confía o damos generosamente nuestro dinero para socorrer una necesidad, esto volverá a pasar. Hoy, si en nuestra oración personal recibimos —repentinamente— una inspiración inesperada, esto volverá a pasar.
* Rev. D. Albert TAULÉ i Viñas (Barcelona, España) © Textos de Evangeli.net
 
Santoral Católico:
San Agustín
Nació en Tagaste (en la actual Argelia) el año 354. Tuvo una juventud inquieta y desviada en cuanto a doctrina y costumbres. Estudió en Cartago y cayó en el maniqueísmo. Su madre, santa Mónica, no cesaba de llorar y orar por él. Marchó a Roma y de allí a Milán como profesor de retórica. Los sermones de san Ambrosio y las cartas de san Pablo lo llevaron a la fe cristiana; lo bautizó el año 387 el mismo san Ambrosio. Vuelto a su patria, llevó vida ascética con algunos amigos, consagrada a Dios y al estudio de las Escrituras. Elegido obispo de Hipona (en la actual Argelia), durante 34 años fue un modelo para su grey, a la que dio una sólida formación por medio de sus sermones y de sus numerosos escritos, que abarcan todos los ámbitos del saber de entonces, con los que ha contribuido en gran manera a una mayor profundización de la fe cristiana; al mismo tiempo luchó con profundidad y sabiduría contra dos grandes herejías, el donatismo y el pelagianismo. Fomentó la vida monástica. Murió el 28 de agosto del año 430.
Oración: Renueva, Señor, en tu Iglesia el espíritu que infundiste en tu obispo san Agustín, para que, penetrados de ese mismo espíritu, tengamos sed de ti, fuente de la sabiduría, y te busquemos como el único amor verdadero. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
(Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net)
 
Pensamientos de San Agustín
«Ama y haz lo que quieras.
Si callas, callarás con amor
Si gritas, gritarás con amor
Si corriges, corregirás con amor
Si perdonas, perdonarás con amor»
#
«Dios no manda cosas imposibles,
sino que, al mandar lo que manda,
te invita a hacer lo que puedas
y pedir lo que no puedas
y te ayuda para que puedas»
#
«Quien toma bienes de los pobres
es un asesino de la caridad.
Quien a ellos ayuda, es un virtuoso de la justicia»
 
Tema del día:
El “chivo expiatorio”
Seguro has escuchado esta popular frase de “chivo expiatorio” en las palabras de un conocido o en programas de televisión policíaca, pero seguro no sabías que tiene un origen israelita y que, en los primeros años de la Iglesia Católica, se retrata este término, en tiempo de las persecuciones más mortíferas para los cristianos en el tiempo de Nerón.
 
Esta frase proviene, según el autor Louis Wohl en su libro ‘Fundada sobre roca’, de antiguas costumbres: "La costumbre israelita de sacrificar un chivo o un cordero que, simbólicamente, cargaba con los pecados del pueblo. Costumbre que prefiguraba al Mesías, quien, según la profecía de Isaías, sería llevado 'como cordero al matadero' para expiar los pecados del mundo".
 
Los primeros siglos del cristianismo estuvieron marcados por la incertidumbre y persecución de los cristianos, por lo que no era de extrañar que hubiera falsas acusaciones. Este tiempo fue el inicio de la oleada de mártires que continúan hasta la actualidad.
 
Para el uso de este término, tenemos que ubicarnos en el año 64 d.C. cuando hubo un desastre en Roma, un gran incendio que amenazaba la seguridad de los habitantes y era difícil apagarlo.
 
Existían rumores de que Nerón, emperador romano de aquel tiempo (año 54-68), que era considerado un gobernante despiadado y violento, había causado el incendio porque necesitaba inspiración para escribir un poema acerca de la caída de Troya.
 
Ante las habladurías, él vio como su gobernación peligraba porque los romanos se estaban yendo contra él, causando disturbios en la ciudad romana; se le ocurrió culpar a otro para que no se lo adjudicaran a él, es decir, a un chivo expiatorio.
 
Sus consejeros le sugirieron que se culpará a los cristianos de haber creado el incendio, así creerían los paganos que, ante la falta de religiosidad cristiana, ellos estaban intentando derribar al imperio romano para establecer la ley de Dios.
 
Esta mentira causó la persecución de los cristianos. Durante tres años hubo una tortura continua: algunos fueron secuestrados y arrojados a las arenas de circo para que se los comieran los leones; otros fueron quemados en los jardines, a otros más les abrieron los cuerpos o los asesinaron en las calles, torturados, y otros murieron en la prisión, ya sea por maltrato o por enfermedad.
 
Fue una de las persecuciones más desgarradoras en la historia católica. En esta persecución murió el apóstol san Pedro crucificado, así como, san Pablo, decapitado.
 
Un dato curioso es que cerca de esta matanza, donde estuvo situado el Circo Máximo casi dos siglos atrás, es actualmente la Basílica de san Pedro, el templo más grande de nuestra religión.
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(Texto de Yohana Rodríguez - Imagen de Aleteia)
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Estas son palabras de San Agustín acerca de la muerte:
La muerte no es nada. Yo sólo me he ido a la habitación de al lado. Yo soy yo, tú eres tú. Lo que éramos el uno para el otro, lo seguimos siendo.
Llámame por el nombre que me has llamado siempre, háblame como siempre lo has hecho. No lo hagas con un tono diferente, de manera solemne o triste. Sigue riéndote de lo que nos hacía reír juntos. Que se pronuncie mi nombre en casa como siempre lo ha sido, sin énfasis ninguno, sin rastro de sombra.
La vida es lo que siempre ha sido. El hilo no está cortado. ¿Por qué estaría yo fuera de tu mente, simplemente porque estoy fuera de tu vida?
Te espero… No estoy lejos, justo del otro lado del camino… Ves, todo va bien.
Volverás a encontrar mi corazón. Volverás a encontrar mi ternura acentuada. Enjuga tus lágrimas y no llores si me amas.
🌸
Un día, Agustín paseaba por la orilla de una playa reflexionando sobre el Misterio de la Santísima Trinidad. Su mente era incapaz de comprenderlo. En eso vio a un niño que estaba, con un pequeño baldecito, sacando el agua del mar y echándola en un pocito en la arena.
¿Qué haces niño? – preguntó Agustín.
¿No lo ves?, estoy sacando toda el agua del mar para vaciarla en este pocito – dijo el niño.
Pero… ¿no te das cuenta que eso es imposible? – replicó Agustín.
Agustín – le dijo el niño – es mucho más fácil que yo logre hacer esto, que tú comprendas el Misterio de la Santísima Trinidad.
En efecto, el Niño Jesús se le había aparecido.
 
Un año con María
Agosto 28: Busca las posibilidades
Alguna vez escuché que cuando el cerebro cree que algo es posible, busca alternativas para lograrlo. Pero cuando cree que algo es imposible, busca excusas para confirmarlo.
En el caminar de tu vida no aflojes, busca las posibilidades en Dios, aprende a esperar y comprender que hay un camino y un proceso para todo. Jesús nos enseña que todo se puede para quien tiene fe, porque Dios es la garantía.
María es medianera y al mismo tiempo guía para el camino de santidad y de búsqueda de paz. Pídele que siempre sea tu consuelo.
(PADRE LUIS ZAZANO)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
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