PEQUEÑAS
SEMILLITAS Año
19 - Número 5690 ~ Jueves 11 de Julio de 2024Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina) ¡Alabado sea Jesucristo!
El día martes 11 de julio del año 2006, nació y se envió por primera vez
“Pequeñas Semillitas” sólo por correo electrónico a unos treinta o cuarenta
destinatarios, algunos de los cuales todavía siguen siendo fieles lectores de
esta página.
Eran tiempos de iniciación, con muchas carencias tecnológicas e
intelectuales de parte de quien escribe, algunas de las cuales se han ido
subsanando con el tiempo, a la par que crecía de manera impensada el número de
lectores que se iban adhiriendo y se agregaban nuevos medios de difusión: blog
de internet desde 2007 y más recientemente las redes sociales: Facebook,
Twitter, y ahora también entregas por canal de WhatsApp.
La inspiración nació y sigue estando en Jesús, en la Santísima Virgen de
Lourdes, en San José y en San Juan Pablo II. La mínima cuota de esfuerzo
cotidiano la puso el que escribe. Y la aceptación y multiplicación mediante
reenvíos la siguen poniendo los miles de lectores de todo el mundo.
A todos muchas gracias... y la renovada promesa de seguir firme en esta
tarea por todo el tiempo que Dios lo quiera.
La Palabra de Dios Lecturas del día ♡ Primera Lectura: Os 11, 1-4. 8-9
♡ Salmo: Sal 79, 2ac y3b. 15-16
♡ Santo Evangelio: Mt 10,7-15
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus Apóstoles: «Id proclamando que el Reino
de los Cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, purificad
leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo gratis. No os
procuréis oro, ni plata, ni calderilla en vuestras fajas; ni alforja para el
camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero merece su
sustento. En la ciudad o pueblo en que entréis, informaos de quién hay en él
digno, y quedaos allí hasta que salgáis. Al entrar en la casa, saludadla. Si la
casa es digna, llegue a ella vuestra paz; mas si no es digna, vuestra paz se
vuelva a vosotros. Y si no se os recibe ni se escuchan vuestras palabras, salid
de la casa o de la ciudad aquella sacudiendo el polvo de vuestros pies. Yo os
aseguro: el día del Juicio habrá menos rigor para la tierra de Sodoma y Gomorra
que para aquella ciudad».
♡ Comentario:
Hoy, el texto del Evangelio
nos invita a evangelizar; nos dice: «Predicad» (cf. Mt 10,7). El anuncio es la
buena nueva de Jesús, que intenta hablarnos del reino de Dios, que Él es
nuestro salvador, enviado por el Padre al mundo y, por este motivo, el único
que nos puede renovar desde dentro y cambiar la sociedad en la que vivimos.
Jesús anunciaba que «el Reino de los Cielos está cerca» (Mt 10,7). Él era
el anunciador del reino de Dios que se hacía presente entre los hombres y
mujeres en la medida en que el bien avanzaba y retrocedía el mal.
Jesús quiere la salvación del hombre total, en su cuerpo y en su espíritu;
más aún, ante el enigma que preocupa a la humanidad, que es la muerte, Jesús
propone la resurrección. Quien vive muerto por el pecado, cuando recupera la
gracia, experimenta una nueva vida. Éste es un gran misterio que comenzamos a
experimentar a partir de nuestro bautismo: ¡los cristianos estamos llamados a
la resurrección!
Una muestra de cómo el Papa Francisco busca el bien del hombre: «Esta
“cultura del descarte” nos ha hecho insensibles también al derroche y al
desperdicio de alimentos. En otro tiempo nuestros abuelos cuidaban mucho que no
se tirara nada de comida sobrante. ¡El alimento que se desecha es como si se
robara de la mesa del pobre, de quien tiene hambre!».
Jesús nos dice que seamos siempre portadores de paz. Cuando los sacerdotes
llevamos la Comunión a un enfermo decimos: «¡La paz del Señor sea en esta
casa!». Y la paz de Cristo permanece ahí, si hay personas dignas de ella. Para
recibir los dones del reino de Dios se necesita una buena disposición interior.
Por otro lado, también vemos cómo mucha gente pone excusas para no recibir el
Evangelio.
Nosotros tenemos un gran cometido entre los hombres, y es que no podemos
dejar de anunciar el Evangelio después de haber creído, porque vivimos de él y
queremos que otros también lo vivan.
* Rev. D. Antonio BORDAS i Belmonte (L’Ametlla de Mar, Tarragona, España)
Santoral Católico: San Benito de Nursia Nació en Nursia, región
de la Umbría italiana, hacia el año 480. Después de recibir en Roma una buena
formación, comenzó a practicar la vida eremítica en Subiaco, donde reunió
algunos discípulos. Más tarde, hacia el año 529, se trasladó a Casino, donde fundó
el célebre monasterio de Montecasino y escribió su Regla, cuya difusión le
valió el título de patriarca del monacato de Occidente, pues pronto se difundió
por Europa en una red de miles de monasterios. Su Regla asume y resume la
tradición monástica oriental, adaptándola con sabiduría y discreción al mundo
occidental, con lo que, además, abre una vía nueva a la civilización europea
tras el declive de la romana. La dedicación principal de los benedictinos es
«la obra de Dios», o sea, la celebración de los misterios cristianos, y su lema
«orar y trabajar». Así evangelizaron durante siglos a los pueblos, a los que
llevaron también la cultura. Santa Escolástica era hermana suya. Murió el 21 de
marzo del año 547. El papa san Pablo VI, en 1966, lo proclamó patrono de
Europa.
Oración: Señor, Dios
nuestro, que hiciste del abad san Benito un esclarecido maestro en la escuela
del divino servicio, concédenos, por su intercesión, que, prefiriendo tu amor a
todas las cosas, avancemos por la senda de tus mandamientos con libertad de
corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
(Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net)
Pensamientos de San Benito «La oración
ha de ser breve y pura, a no ser que se alargue por una especial efusión que
nos inspire la gracia divina»
🌞«Confiesa
a Dios cada día en la oración, con lágrimas y gemidos, las faltas pasadas y en
adelante enmiéndate de ellas»
🌞«Antes
que nada, cuando queráis realizar algo bueno, pedid a Dios con oración muy
insistente que sea plenamente realizado por Él»
🌞«Temed
el día del juicio: tened miedo del infierno. Desead la vida eterna con profundo
anhelo espiritual. Mantén la muerte diariamente ante vuestros ojos»
La Palabra de Dios
Santoral Católico:
Pensamientos de San Benito
Tema del día:San Benito y su
medalla La medalla de San
Benito, propagada en todo el mundo hace más de 300 años, especialmente por los
monjes benedictinos, es célebre por su eficacia extraordinaria en el combate
contra el demonio y sus manifestaciones; en la defensa contra maleficios de
todo género, contra enfermedades, especialmente las contagiosas, contra
picaduras de serpientes y otros animales ponzoñosos; en la protección de
animales domésticos, vehículos, etc.
Repetidas veces aprobada
y alabada por los Papas, la medalla de San Benito, que une a la fuerza
exorcizante de la Santa Cruz del Redentor –la señal de nuestra salvación– el
recuerdo de los méritos alcanzados por la santidad eximia del gran Patriarca
San Benito, es sin duda muy indicada para los fieles católicos.
La imagen de la
Cruz representada en la medalla
Basta al cristiano
considerar brevemente la virtud soberana de la Cruz de Jesucristo, para
comprender la dignidad de una medalla en la cual está representada.
La representación de la
Cruz despierta en nosotros todos los sentimientos de gratitud para con Dios,
por el beneficio de nuestra salvación.
La Cruz causa terror a
los espíritus malignos, que siempre retroceden ante ella, y apenas la ven se
apresuran en soltar su presa y huir. Así pues, nuestra medalla, que representa
en primer lugar la imagen de la Cruz, está en perfecta armonía con la piedad
cristiana, y ya sólo por este motivo es digna del mayor respeto.
La imagen de San
Benito representada en la medalla
La honra de figurar en
la misma medalla junto con la imagen de la Santa Cruz fue concedida a San
Benito con la finalidad de indicar la eficacia que tuvo en sus manos esta señal
sagrada. San Gregorio Magno, que escribió la vida del Santo Patriarca, nos lo
representa disipando con la señal de la Cruz sus propias tentaciones, y
quebrando con la misma señal hecha sobre una bebida envenenada, el cáliz que la
contenía, quedando así patente el perverso designio de los que habían osado
atentar contra su vida. Cuando el espíritu maligno, para aterrorizar a los
monjes, les hace ver el Monasterio de Montecasino en llamas, San Benito
desvanece ese prodigio diabólico haciendo la misma señal de la Pasión del
Salvador sobre las llamas fantásticas. Cuando sus discípulos andan
interiormente agitados por las sugestiones del tentador, les indica como
remedio trazar sobre el corazón la imagen de la Cruz. Por todo ello, es lícito
concluir que era muy conveniente reunir en una sola medalla la imagen del santo
Patriarca y la de la Cruz del Salvador.
Esto queda aún más claro
al considerar que los dos grandes discípulos del siervo de Dios, San Plácido y
San Mauro, cuando realizaban sus frecuentes milagros tenían la costumbre de
invocar junto con el auxilio de la Santa Cruz, el nombre de su santo Fundador,
y así consagraron, desde el principio, la piadosa costumbre expresada más tarde
por la medalla.
Los caracteres
que se leen en la medalla
Además de las imágenes
de la Cruz y de San Benito, la medalla trae también cierto número de letras,
cada una de las cuales representa una palabra latina. Las diversas palabras
reunidas tienen un sentido que manifiesta la intención de la medalla: expresar
las relaciones que existen entre el santo Patriarca Benito y la Santa Cruz; y
al mismo tiempo, poner al alcance de los fieles un medio eficaz de emplear la
virtud de la Santa Cruz contra los espíritus malignos.
Esas letras misteriosas
se encuentran dispuestas en la cara de la medalla en que está representada la
santa Cruz. Examinemos, en primer lugar, las cuatro colocadas entre los brazos
de dicha Cruz:
C
SP
BSignifican: Cruz Sancti
Patris Benedicto; en castellano: Cruz del Santo Padre Benito. Esas palabras
explican el fin de la medalla.
En la línea vertical de
la Cruz se lee:
CSSMLLo que quiere decir:
Cruz sacra sit mihi lux; en castellano: La Cruz sagrada sea mi luz.
En la línea horizontal
de la misma Cruz, se lee:
N.
D. S. M. D.Lo que significa: Non
draco sit mihi dux; en castellano: No sea el dragón mi guía.
Reuniendo esas dos
líneas se forma un verso pentámetro, mediante el cual el cristiano expresa su
confianza en la Santa Cruz, y su resistencia al yugo que el demonio querría
imponerle.
Alrededor de la medalla
existe una inscripción más extensa, que presenta en primer lugar el santísimo
nombre de Jesús, expresado por el monograma bien conocido: I. H. S. (En el
modelo más conocido de la Medalla de San Benito el monograma I. H. S. fue reemplazado
por el lema benedictino PAX; en castellano, Paz). Vienen después, de derecha a
izquierda, las siguientes letras:
V.
R. S. N. S. M. V. S. M. Q. L. I. V. B.Estas iniciales
representan los dos versos siguientes:
Vade
retro satana; nuncuam suade mihi vanaSunt
mala quae libas; ipse venena bibas.En castellano: Apártate,
satanás; nunca me aconsejes tus vanidades, la bebida que ofreces es el mal:
bebe tú mismo tus venenos.
Tales palabras se supone
que fueron dichas por San Benito: las del primer verso, con ocasión de la
tentación que sintió y de la cual triunfó haciendo la señal de la Cruz; las del
segundo verso, en el momento en que sus enemigos le presentaron una bebida mortífera,
hecho que puso al descubierto bendiciendo con la señal de la vida el cáliz que
la contenía.
El cristiano puede
utilizar estas palabras cuantas veces fuere asaltado por tentaciones e insultos
del enemigo invisible de nuestra salvación. El mismo Jesucristo Nuestro Señor
santificó las palabras “Vade retro, satana” –Apártate, satanás– y su valor es
cierto, una vez que el propio Evangelio nos lo asegura. Las vanidades que el
demonio nos aconseja son las desobediencias a la ley de Dios, las pompas y
falsas máximas del mundo. La bebida que el ángel de las tinieblas nos presenta
es el pecado, que da muerte al alma. En vez de aceptarla, devolvámosle tan
funesto presente, ya que él mismo lo escogió como herencia suya.
Basta que alguien
pronuncie con fe tales palabras, para sentirse inmediatamente con fuerzas para
arrostrar todas las embestidas del infierno. Aun cuando no conociéramos los
hechos que demuestran hasta qué punto satanás teme esa medalla, la simple
consideración de lo que representa y expresa, bastaría para que la
consideráramos una de las más poderosas armas que la bondad de Dios puso a
nuestro alcance contra la malicia diabólica.
Uso de la medalla
de San Benito
No ignoramos que en este
siglo mucha gente considera que el demonio es más bien un ser imaginario y no
real; y así, puede parecer extraño que se acuñe y se bendiga una medalla,
empleada como protección contra los ataques del espíritu maligno. Sin embargo,
las sagradas Escrituras nos ofrecen innumerables pasajes que dan una idea del
poder y la actividad de los demonios, así como de los peligros de alma y cuerpo
a que estamos continuamente expuestos por efectos de sus celadas. Para
aniquilar su poder no basta ignorar a los demonios y sonreír cuando se oye
hablar de sus operaciones. No por eso dejará de continuar el aire siempre lleno
de legiones de espíritus de malicia, conforme enseña San Pablo; y si Dios no
nos protegiese, aunque casi siempre sin que lo sintamos, por el ministerio de
los Santos Ángeles, sería para nosotros imposible evitar las innumerables
celadas de estos enemigos de toda criatura de Dios.
Ahora bien, el poder de
la Santa Cruz contra satanás y sus legiones es tal, que la podemos considerar
un escudo invencible que nos hace invulnerables a sus flechas.
Concluimos entonces cuán
ventajoso resulta emplear con fe la medalla de San Benito en las ocasiones en
que más temamos los embustes del enemigo. Su protección, no lo dudemos, será
eficaz contra todo tipo de tentaciones. Numerosos e innegables hechos señalaron
su poderoso auxilio en miles de circunstancias en las cuales, o por acción
espontánea de satanás, o por efecto de algún maleficio, los fieles estaban a
punto de sucumbir ante un peligro inminente. Podremos igualmente emplearlo a
favor de otros, como medio de preservación o de liberación, en previsión de los
peligros que deban afrontar.
A menudo nos amenazan
accidentes imprevistos, en tierra o en mar; si llenos de fe llevamos con
nosotros la medalla, seremos protegidos. No hay circunstancias de la vida
humana, por más materiales que fueren, en que ya no se haya manifestado por su
intermedio, la virtud de la Santa Cruz y el poder de San Benito. Así, espíritus
malignos, en su odio contra el hombre, embisten contra los animales empleados
en su servicio, contra los alimentos que deben sustentar la vida; su
intervención maléfica es muchas veces la causa de las enfermedades que
padecemos; ahora bien, prueba la experiencia que el uso religioso de la
medalla, acompañado por la oración, opera muchas veces el cese de las celadas
satánicas, y un notable alivio en las enfermedades, y a veces hasta una
curación completa.
.
(Fuente: Sitio
Santísima Virgen)
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas” “¡Creo que la Virgen María tiene muchos deseos que haya muchas personas
que recen por los sacerdotes! A través de esta frase sencilla el Espíritu Santo
nos envió en misión para sostener a los sacerdotes y seminaristas y también
para hacer amar a la Iglesia.
Descubrimos una evidencia: es necesario dejar de criticar a nuestros
sacerdotes y callar sus debilidades, a menos que se trate de actos criminales.
La Virgen María nos invita a transformar nuestras recriminaciones en
oraciones y a entregarle todos los sacerdotes… ya que ella es su Madre. Ella se
ocupa de sus hijos y los guía a lo largo de su sacerdocio. En María, los
sacerdotes renuevan su sacerdocio en el Espíritu Santo y nos conducen a la
alegría eterna. Cuanto más unidos estén los sacerdotes a la Virgen María, tanto
más fácilmente Ella podrá guiarlos para conducirnos a la santidad haciéndolos a
ellos mismos más santos.
Podemos escoger confiarlos durante la misa, de pie junto a María al pie de
la Cruz y ofrecer la comunión por ellos, especialmente los jueves para que las
gracias de la Muerte y de la Resurrección de Jesús se extiendan en su
sacerdocio para la mayor gloria de Dios y de la Iglesia.
Santa Virgen María, Madre de los sacerdotes, te confiamos los sacerdotes y
seminaristas del mundo entero. (Anne I. Chartier-Kastler)
🌸¿Quién es Jesús para ti? Jesús no fue un astronauta de un lejano planeta,
ni un mago que practicaba artes mágicas, aprendidas en Egipto. Jesús no fue un
hombre común y corriente como tú y como yo. Él, a la vez que era hombre, era
también Dios y con su vida nos ha enseñado a conocer a un Dios bueno, cariñoso
y bondadoso, amigo y cercano a los hombres, sus hijos. Él nos enseñó con su
vida la más grande y hermosa verdad que jamás el mundo entero pudo conocer:
DIOS ES AMOR. Dios te ama a ti. Jesús te ama tal y como eres en este momento.
No necesitas cambiar para que te ame. Tú eres su hijo y quiere ser tu amigo:
“ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando” (Jn 15,14). Por eso, si
nadie te quiere, si todos te rechazan, si eres demasiado anciano o enfermo o
feo o ignorante o pobre o pecador, él te ama y te dice: “Hijo mío, tus pecados
te son perdonados” (Mc 2,5). “No tengas miedo, porque yo estoy contigo y tú
eres de gran precio ante mis ojos, porque eres valioso y yo te amo mucho” (Is
43,43).
Y ahora respira profundamente y sonríe: Dios te ama, Jesús te ama, tu vida
tiene pleno sentido y Dios espera mucho de ti y cuenta contigo para la gran
tarea de la salvación del mundo. (Padre Ángel Peña)
Extractos de cartas del Padre Pío (Recopilación: P. Gianluigi Pasquale en “365
días con el Padre Pío”) 11 de julio
Tengamos el pensamiento orientado continuamente
hacia el cielo, nuestra verdadera patria, del que la tierra no es más que
imagen, conservando la serenidad y la calma en todos los sucesos, sean alegres
o tristes, como corresponde a un cristiano, y más a un alma formada con
especial cuidado en la escuela del dolor.
En todo esto te estimulen siempre los motivos que da
la fe y los ánimos de la esperanza cristiana; y, comportándote así, el Padre
del cielo endulzará la amargura de la prueba con el bálsamo de su bondad y de
su misericordia. Y es a esta bondad y misericordia del Padre celestial a la que
el piadoso y benéfico ángel de la fe nos invita y nos urge a recurrir con una
oración insistente y humilde, teniendo la firme esperanza de ser escuchados,
porque confiamos en la promesa que nos hace el Maestro divino: «Pedid y
recibiréis; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá… Porque todo lo que
pidáis al Padre en mi nombre se os dará».
Sí, oremos y oremos siempre en la serenidad de
nuestra fe, en la tranquilidad del alma, porque la oración cordial y fervorosa
penetra los cielos y encierra en sí una garantía divina.
(24 de junio de 1915, a Raffaelina Cerase,
Ep. II, 452)
FELIPE -Jardinero de Dios-(el más pequeñito de todos) PÁGINAS DE FELIPE DE URCA: ”PEQUEÑAS SEMILLITAS”♡”JUAN PABLO II INOLVIDABLE”♡FACEBOOK de “FELIPE DE URCA”♡FACEBOOK de “PEQUEÑAS SEMILLITAS”♡Canal de WHATSAPP de “PEQUEÑAS SEMILLITAS”♡”X” (ex TWITTER) de “PEQUEÑAS SEMILLITAS”♡INSTAGRAM: FELIPE DE URCA
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Extractos de cartas del Padre Pío
FELIPE
Feliz aniversario de Pequeñas Semillitas, gracias Felipe por el catecismo diario, por la voluntad de predicar y enseñarnos día a día el evangelio. Sergio - Córdoba
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